Volkswagen quiere ser el líder mundial

Ocho años es el plazo que se ha autoimpuesto el grupo Volkswagen en términos de productividad, cantidad de coches vendidos y como no, de beneficios para consolidarse como el líder mundial de los fabricantes del motor, superando a sus dos grandes competidores, General Motors y Toyota.

Este compromiso fue reafirmado esta semana por la alta dirección del grupo, que pretende aumentar sus ventas en un 60% en los próximos ocho años, con el consiguiente aumento de beneficios y llegar a la dorada cima del número 1.

Pese a la crisis, el año pasado las ventas globales del grupo aumentaron en un 1.1% con respecto a 2008 con un total de 6.3 millones de vehículos vendidos que se reparten entre las diez marcas que conforman el grupo; a saber, Volkswagen, Audi, Bugatti, Bentley, Lamborghini, la recientemente adquirida Porsche, Seat, Skoda y un par de marcas de su división de vehículos comerciales, es decir lo mejor de lo mejor en el mercado, para todos los gustos, necesidades y presupuestos y con un eficaz esquema de economía de escala y componentes compartidos.

Mientras los alemanes sacan cuentas alegres con estos resultados, su archirrival, la japonesa Toyota ha visto como sus ventas en 2009 caían en un 13% global a un total de 7.81 millones de unidades vendidas y este año la cosa será peor, después de las graves consecuencias que le traerá el escándalo de los aceleradores defectuosos, lo que ha motivado el llamado a revisión más grande de su historia y el detener la venta y producción de ocho de sus modelos en los Estados Unidos y al que se suma la reciente denuncia del posible fallo en los frenos del Prius 2010 debido a un problema de software como indicara mi compañero Nico Esteban en su artículo.

Ante este escenario la única ventaja que tiene Toyota sobre Volkswagen actualmente -y de momento- es la fuerte presencia de la marca nipona en el mercado norteamericano sobre el grupo germano, que en todos los segmentos de mercado en que está presente es considerado como un actor secundario. Para resolver este problema, Volkswagen ha planteado su estrategia de aumentar la producción en la planta que posee en Tenessee y utilizar sabiamente su filosofía de componentes compartidos y reducir costes de producción aumentando su vida útil, algo que saben hacer pero que muy bien.

Tal y como están las cosas con la competencia, es muy posible que el objetivo sea cumplido mucho antes del 2018. Y todo por un acelerador defectuoso de un proveedor externo... Cosas del mundo del motor.