Volkswagen avanza excelentes resultados para el ejercicio 2017
Volkswagen parece seguir siendo indolente a los costes del escándalo de las emisiones diésel, para 2017 publicará unos resultados financieros incluso mejores que los de 2016. El grupo alemán va de récord en récord, como si no hubiese ninguna crisis.
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Publicado: 31/12/2017 14:00
Pese a todo, 2016 fue el mejor año para el Grupo Volkswagen. Este año será aún mejor si creemos en lo que adelantó el CEO Matthias Müller al periódico semanal Welt am Sonntag. "Será ciertamente muy impresionante en términos operacionales", dijo el ejecutivo alemán en relación a los resultados de Volkswagen.
En teoría hay que esperar al 13 de marzo para conocer los datos consolidados del ejercicio, pero a nivel interno está claro por dónde van los tiros. La división automovilística entregará a los concesionarios e importadores más de 10,3 millones de vehículos, superando el récord de 2016.
Por otra parte, se han hecho algunos recortes para aumentar la eficiencia, como eliminar algunas líneas de producto con volúmenes bajos, caso del Volkswagen Scirocco. Dicho de otra manera, Volkswagen ha ingresado más y ha gastado menos, por lo que publicará un beneficio operativo de agárrate y no te menees. Se descontarán los "Special Items", y seguirán ganando dinero.
Echemos un vistazo a los datos provisionales, de enero a septiembre (tres trimestres). Los ingresos por ventas eran de 170.900 millones de euros, más que en el mismo periodo de 2016. También había subido el beneficio operativo a 13.200 millones de euros -sin contar los "Special Items", es decir, gastos por el Dieselgate-.
En la nota de prensa de octubre de 2017 ya se contaba con una previsión de beneficio operativo por encima del objetivo del 6-7%. El beneficio antes de impuestos había escalado a 10.600 millones de euros, es decir, 2.400 millones más si comparamos interanualmente con T1-T3 de 2016.
Dado que la situación de Volkswagen no ha cambiado de forma significativa en el cuarto trimestre, es muy creíble que los números sigan su arrolladora tendencia. En estos últimos meses hemos visto a un antiguo empleado suyo sentenciado a siete años de cárcel -Oliver Schmidt- y nuevos problemas de emisiones en la gama T6 de furgonetas y en el SUV Touareg. Vamos, poca cosa.
Desde que la compañía admitiese públicamente que había defraudado la confianza de clientes, administraciones públicas e inversores, en septiembre de 2015, Volkswagen ha tenido que gastarse más de 25.000 millones de euros en "Special Items". Se desglosan en multas, contribuciones obligatorias al medio ambiente, compensaciones a clientes norteamericanos, etc.
Ahora mismo Volkswagen tiene más miedo a la política de reducción de emisiones de la Unión Europea con horizonte 2025-2030 que a que sigan aflorando consecuencias del Dieselgate. Total, en el viejo continente la justicia no ha tomado acciones severas contra la compañía ni ha obligado a una compensación generalizada a los consumidores, solo llamadas a revisión.
A mediados de la próxima década, Volkswagen quiere aumentar las ventas de vehículos eléctricos hasta la cuarta parte de sus ventas. Para ello está invirtiendo fuertemente en modelos eléctricos e híbridos enchufables, tanto en modelos compactos como de alta gama, para así reducir las emisiones de carbono que empeoran el cambio climático.
Se puede resumir todo lo dicho en que Volkswagen sigue siendo un fabricante muy estable y sólido financieramente, no está claro si va a ser fabricante número 1 mundial (en vehículos producidos) o si lo logrará el imperio de Carlos Ghosn sumando Renault, Nissan, Mitsubishi y demás marcas de gama baja y alta. Toyota también está en liza en esa competición.
Si el conglomerado alemán sigue publicando cifras de negocio tan buenas, será un poco más fácil que la justicia acabe dictaminando -país a país, no a nivel de la UE- que los clientes defraudados merecen una compensación. A 1.000 euros por cabeza hablamos de más de 8.000 millones de euros, una cifra que es asumible a la vista de su contabilidad. Incluso después de ese estacazo seguirían ganando dinero.
Las consecuencias del Dieselgate no son únicamente norteamericanas o europeas, también hay clientes afectados en países como Corea del Sur. Afortunadamente para Müller, Volkswagen se ha convertido en una máquina de generar dinero, con o sin crisis diésel, y va en la dirección correcta para cimentar esa posición y seguir en una posición líder en los años venideros.