Volkswagen comienza a ser vigilado por un supervisor de EEUU
El fabricante estará bajo la supervisión de la justicia estadounidense hasta 2020, incluso en su cuartel general en Alemania La empresa está inmersa en un proceso de renovación interna Cada vez es más difícil que pueda haber otro escándalo como el Dieselgate
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Publicado: 19/08/2017 21:00
Volkswagen sigue expiando sus pecados con la justicia estadounidense después de que saltase el escándalo de las emisiones de motores diésel en septiembre de 2015. Se están sentando las bases para que eso no vuelva a ocurrir, incluyendo tener un "topo" dentro de Wolfsburgo.
Parte del acuerdo judicial con las autoridades incluye tener un seguimiento por parte de un supervisor de prestigio que vele por el buen hacer en la empresa. Durante tres años estará vigilando a la compañía, con todos los gastos pagados por la propia Volkswagen.
¿De quién estamos hablando? Larry Thompson, anterior Fiscal General Adjunto de los Estados Unidos, de 71 años. Thompson ejerció entre 2001 y 2003, bajo la administración Bush. Su cargo es el segundo de mayor responsabilidad en el Deparment of Justice (DoJ), equivalente a nuestro Ministerio de Justicia. También ha prestado servicios a PepsiCo como responsable de asuntos públicos.
De momento Thompson pasará una semana al mes en Alemania, concretamente en el complejo industrial de Wolfsburgo. Trabajará codo con codo con los empleados, verificando que se cumple lo firmado por la compañía y, obviamente, evitando que se repitan malas prácticas empresariales como las que desencadenaron el Dieselgate.
En ese sentido Volkswagen está colaborando con la justicia, pero en la misma Alemania hay casi 10 empleados que están buscados por Estados Unidos para llevarles a juicio. Los abogados de la compañía les han recomendado no salir de Alemania, dado que el país germano, según sus leyes, no está obligado a extraditarlos a EEUU.
Ahora mismo en ese país se encuentran dos antiguos empleados, James Liang (ingeniero) y Oliver Schmidt (director general de la oficina de Medio Ambiente e Ingeniería). El primero se entregó voluntariamente para "cantar" a cambio de una reducción de condena, el segundo fue capturado antes de abandonar EEUU, donde se fue de vacaciones. Schmidt seguramente se declarará culpable para reducir la condena, y también "cantará".
Muchas cosas han cambiado en Volkswagen. Recordemos que una de las primeras cabezas en rodar fue la de Martin Winterkorn, el CEO de Volkswagen desde 2007, y trabajador de la empresa -concretamente en Audi- desde 1981. Tras su dimisión, el alto ejecutivo no ha sido imputado formalmente todavía, su defensa se basa en que algunos empleados hicieron lo que les dió la gana, pero él no sabía nada.
Su sucesor, Matthias Müller, se ocupó en dar un viraje a la compañía. Por ejemplo, ahora los procesos son más transparentes, para que sea más fácil que emerjan irregularidades. También hay más autonomía y un menor grado de centralización. Las decisiones se toman más rápido, la jerarquía pesa menos.
Se cree que la rigidez previa que había en Volkswagen pudo propiciar que, algunos empleados, ante la imposibilidad de lograr los objetivos medioambientales de los motores, decidiesen cometer ilegalidades antes que defraudar a sus superiores.
En la actual Volkswagen sería más complicado gestar una conspiración como la del Dieselgate
La compañía está dando un viraje importante hacia la electromovilidad, con una importante apuesta hacia los vehículos enchufables. En otras palabras, los híbridos enchufables y los eléctricos tendrán un peso muy superior en las ventas del Grupo Volkswagen, para 2025 se espera que formen la ¡cuarta! parte de las ventas. La firma apuesta por los motores TDI ya no es una seña de identidad.
Ahora mismo los motores Euro 6 de Volkswagen son de los más limpios de la industria, con alguna excepción como el Porsche Cayenne 3.0 V6 TDI, que será llamado a revisión para reducir su emisión de óxidos de nitrógeno. En cuanto a gasolina, Volkswagen es de los primeros fabricantes -junto a Daimler- en anunciar el uso masivo de filtros de partículas antes de ser obligatorios.
En teoría Volkswagen va a convertirse en un fabricante mucho más limpio, tanto a nivel de imagen como a nivel de ventas. Esa apuesta implica un gran uso de recursos financieros, que, además de los gastos que ocasiona el escándalo, están comiéndose dinero de otras áreas. La enorme variedad de modelos, algunos poco rentables, dejará de ser lo habitual en el gigante alemán y sus distintas marcas.