Volkswagen Tiguan R-Line, El Cayenne de la crisis

Amo el Porsche Cayenne, si pudiera permitírmelo me lo compraría, El Cayenne Turbo claro, ese con que dejas atrás a cualquier chulito en GTI, sin ánimos de ofender y sea de la marca que sea, pero el Cayenne desde la primera vez que lo vi me conquistó. Cuando eres un amante del motor, sabes que hay coches que son como las mujeres, te enamoras a primera vista. Y si eres un amante del motor con bajo presupuesto, como yo, pues tendrás una serie de amores imposibles o mejor dejémoslo en platónicos.

Que tiene que ver todo esto con el título de la noticia que habla la nueva versión más exclusiva y deportiva del Tiguan, pues mucho. Como todos sabemos Volkswagen y Porsche son de los mismos dueños y que, pese a sus diferencias familiares, lo cierto es que comparten mucha tecnología y adelantos entre si, sin olvidar a la casa Audi, también de los mismos dueños. Lo que al final del día resulta en una sinergía de tecnologías total entre las tres marcas.

Los Todoterreno de la casa Volkswagen tienen esa ventaja, son la marca pobre y popular de las tres, no olvidemos que Volkswagen significa el coche del trabajador, cosa ya no tan terrible como al principio, pero lo que significa que tanto el Touareg como el Tiguan tienen muchos elementos de sus hermanos de mayor lujo de Audi y Porsche.

Esta versión del Tiguan tiende a ello, sin desmerecer las anteriores, ni siquiera el base, ya que tienen un precio bastante atractivo con un buen equipamiento, bonitos diseños y una gama excepcional de motores. Esta versión del Tiguan aspira a ser un Cayenne más barato y, dentro de su objetivo lo consigue. Con una aspecto deportivo y agresivo, mucho más que sus hermanos, el Tiguan R-Line no es un coche que pasa desapercibido en un semáforo.

Equipado con una gama de motores, como decíamos excepcional, dispone de TSI y TDI common rail con potencias entre 140 a los 200 caballos, obviamente caja manual, o la maravillosa Triptronic automática que pone a todos esos caballos en una tracción 4Motion. Y un interior maravilloso y con múltiples opciones de personalización. Desde luego no hay mucho que envidiarle a un Porsche Cayenne, salvando las grandes distancias, las que todos conocemos, pero en tiempo de crisis, cuando no hay para un Cayenne, un Volkswagen Tiguan R-Line casi a la mitad de precio deja más que satisfecho a cualquiera.