Volkswagen vislumbra el abismo y pide ayuda ante la posibilidad de tener que asumir una gran multa de la UE
A partir de 2025, los fabricantes de automóviles tendrán que cumplir con criterios de emisiones más estrictos. En caso de no hacerlo, deberán enfrentarse a importantes multas y Volkswagen es uno de los que más opciones tiene de sufrirlas.
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Publicado: 15/03/2024 12:00
La medida estrella de la Unión Europea en materia de automóviles es la prohibición de vender coches nuevos con motor de combustión en 2035. Pero lo cierto es que la industria automotriz debe cumplir otras etapas antes de llegar a ese punto.
La más cercana es la imposición de límites de emisiones más restrictivos en 2025. Será en ese momento cuando la legislación europea pase de una cifra máxima de 95 g/km de dióxido de carbono (CO₂) bajo ciclo NEDC a 93,6 g/km bajo ciclo WLTP.
«La transición a los vehículos eléctricos siempre iba a ser cíclica y no en línea recta»
Puede parecer poco, pero la realidad es que se trata de un recorte notable que no todos los fabricantes europeos podrán cumplir. Y, quien no lo haga, tendrá que enfrentarse a una multa consistente en 95 euros por cada vehículo matriculado en la Unión Europea, y multiplicado anualmente por cada gramo de CO₂ por kilómetro que supere el mencionado límite.
La transición al coche eléctrico
Una de las razones por las que los fabricantes de automóviles apuestan por el coche eléctrico o híbrido es que este permite reducir notablemente las emisiones medias de la flota de vehículos de cada marca.
Sin embargo, Volkswagen se enfrenta a un serio problema, pues necesita reducir el global de emisiones de su gama en aproximadamente un 15 %, según calcula JATO Dynamics, en un momento en el que se está produciendo una ralentización del mercado de vehículos eléctricos en Europa.
Este enfriamiento del mercado coincide con la decisión de muchos gobiernos de retirar las ayudas a la compra de vehículos cero emisiones. Por ejemplo, en Alemania, el mercado más fuerte para Volkswagen en el Viejo Continente.
Las causas de esta situación son varias, pues ni la economía es demasiado boyante, ni las tasas de interés ayudan, ni existen en el mercado modelos eléctricos lo suficientemente asequibles como para competir con los modelos más populares de combustión. Además, las deficiencias en la infraestructura de carga tampoco ayudan.
La situación de Volkswagen
Lo cierto es que el mayor fabricante europeo es uno de los que más dificultades está encontrando a la hora de cumplir sus objetivos en lo que al mercado de vehículos eléctricos respecta, ya que las cifras de ventas no son las esperadas.
Además, su proyecto de coche eléctrico barato, el ID.2, llegará al mercado mucho más tarde que el de otros competidores, como es el caso del Renault 5 o el Citroën ë-C3.
A todo ello se ha referido Oliver Blume, director general del Grupo Volkswagen, durante la presentación anual de resultados de la compañía esta misma semana. El mismo evento en el que anunció que la marca lanzará 30 modelos este año, siendo varios de ellos eléctricos.
En él, Blume ha afirmado que «no tiene sentido que la industria tenga que pagar sanciones cuando no se dan las condiciones marco para el aumento de [las ventas de] los vehículos eléctricos».
Además, ha solicitado a las administraciones que actúe para adaptar la legislación a las necesidades y realidad de cada uno de los mercados. «Dependiendo del marco que tengamos en los diferentes mercados, es importante ajustar los objetivos de emisiones de dióxido de carbono y pensar qué es realista», ha declarado Blume.
En la práctica, lo que el CEO del Grupo automotriz alemán quiere es que, al igual que ha ocurrido con la normativa Euro 7 y los combustibles sintéticos, la Unión Europea rebaje sus exigencias para dar un poco de aire a los fabricantes, que no están llevando bien una transición al coche eléctrico que consideran apresurada y forzada.
«La transición a los vehículos eléctricos siempre iba a ser cíclica y no en línea recta», alerta Oliver Blume sobre un mercado que, lejos de consolidarse, sufre altibajos que ponen en peligro la estrategia de muchos fabricantes de automóviles, que han invertido miles de millones en su transformación.
«Necesitamos certeza en la planificación, no ayuda», afirma el dirigente alemán. «Tenemos discusiones para cambiar el rumbo justo cuando hay un poco de viento en contra», concluye.
Fuente: Automotive News Europe