Un millar de Volvos, una deuda histórica de Corea del Norte con Suecia
En los años 70 Corea del Norte adquirió un millar de Volvo 144 GL que nunca fueron pagados Estos coches representan la mayoría de la deuda externa del país Siguen siendo visibles dentro del escaso tráfico del "paraíso en la tierra" tras 40 años
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Publicado: 12/08/2017 20:00
Corea del Norte es un país muy particular. Es un pequeño estado comunista con una dictadura hereditaria que permanece así desde el no-fin de la Guerra de Corea. El conflicto armado, que duró de 1950 a 1953, se resolvió con un alto el fuego "temporal". Corea del Norte y Corea del Sur siguen técnicamente en guerra.
Este no es el único asunto pendiente del pequeño estado, podemos citar una deuda con Suecia que supera los 300 millones de euros a día de hoy, y es la mayor deuda exterior que tiene ese país. Paradójicamente, Suecia es un país que se lleva bien con Corea del Norte, y sus buenas relaciones están durando décadas. Retrocedamos un poco en el tiempo.
Al inicio de la década de los 70 el mundo se dividía en dos bloques antagónicos: Estados Unidos + OTAN y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas + Pacto de Varsovia. Los países que no estaban atados a ninguno de los bloques se consideraron "no alineados". Suecia era uno de ellos. Las relaciones diplomáticas se establecen en abril de 1970, en parte por la presión del sector socialista sueco, que reconoció a la dictadura formalmente.
Gracias a la ayuda soviética, el vapuleado estado norcoreano empezó a crecer y a recuperarse, pero a su manera, con una economía totalmente planificada. La propiedad privada no existe, todo pertenece al Estado, y es el único que puede importar bienes desde el exterior. A falta de industria automovilística, los coches han de venir de fuera.
Los súdbitos de Kim Il-Sung, el primer "amado líder", no eran los destinatarios de esos vehículos, sino los cargos del único partido posible, el comunista. El dictador fue seducido por las características de una berlina sueca, el Volvo 144 GL, muy apropiado para coche de segunda categoría, no todo iban a ser Mercedes-Benz.
Suecia fundó su embajada en Pyongyang en 1975
Se firmó un acuerdo entre Volvo y la dictadura, por el cual la automovilística proporcionaría a Corea del Norte 1.000 coches. ¿Cómo se haría el pago? A falta de divisas, se haría en especie: mineral de cobre y zinc. En teoría, el mineral sería vendido en mercados internacionales por parte de los suecos, y así se haría efectivo el cobro. Eso nunca sucedió.
Los minerales prometidos no llegaron ni a extraerse, por lo que se produjo un "simpa" de manual. Afortunadamente para Volvo, firmó con el Gobierno de Suecia un seguro de exportación, por lo que la empresa sí cobró los coches. El marrón fue para Suecia, que lleva intentando cobra la deuda 40 años, mientras genera intereses de demora.
Semestralmente Suecia reclama su deuda a Kim Jong-Un, que no está por la labor de pagar
El fabricante de las máquinas de minería, Atlas Copco, tampoco cobró, y también tuvo que recurrir al seguro de exportación que proporcionó la autoridad competente de Suecia. Desde 1976 quedó meridianamente claro que Corea del Norte no haría honor a su deuda. Una de las razones se puede achacar al desplome de estas materias primas en los mercados internacionales.
Los suecos pecaron de ingenuos haciendo tratos con un país carente de solvencia, por mucho que dijesen que estaban creciendo. Ni se cortaron en anunciar un crecimiento salvaje del 25% del PIB. Al menos queda el consuelo de la buena imagen de marca que dan estos coches a los turistas cuando visitan Pyongyang.
Unas breves palabras sobre el Volvo 144
El Volvo 144 hizo aparición en 1966 y fue en su momento uno de los coches más seguros del mundo. La denominación 144 significa primera serie, cuatro cilindros, cuatro puertas; GL viene de "gran lujo". Tenía cinturones de seguridad para conductor y pasajero, estructura de deformación programada y cuatro frenos de disco. Los motores se heredaron de su antecesor, el Amazon.
Estos coches han proporcionado un servicio al pueblo norcoreano como taxis y para miembros del partido comunista. Debido a la opacidad del régimen no podemos saber cuántos han sobrevivido, pero siguen siendo fáciles de ver para los valientes que hacen turismo en ese país, y hay numerosos testimonios que atestiguan su buen estado. Algunos superan el medio millón de kilómetros.
¿Cómo han conseguido los repuestos? Lo más fácil es pensar en contrabando e ingeniería inversa
En el supuesto de que Corea del Norte decidiese vender todos esos vehículos, no serviría de mucho. Se pueden tasar en unos 2.000 euros cada uno, por lo que exportándolos todos -de sobrevivir el millar- se amasarían unos dos millones de euros. De esa forma no se pagarían ni el 1% de la deuda contraída con Suecia. Seguramente el país nórdico jamás recuperará el dinero.
Fuente: Newsweek