Volvo le corta el grifo a Polestar, las bajas ventas de coches eléctricos provocan una incómoda situación en Suecia

La llegada del coche eléctrico ha supuesto un cambio de rumbo radical para muchas compañías del sector. La apuesta por la movilidad sostenible ha llegado acompañada de China como principal país protagonista. Los chinos se han hecho con el control de muchos fabricantes tradicionales gracias a acuerdos económicos muy beneficiosos. Sin embargo, no todas las estrategias están siguiendo los cauces estimados y eso ha provocado una ola de pánico entre las filas de Volvo. Los suecos plantean un movimiento que hasta ahora parecía impensable.

El Grupo Geely es uno de los principales conglomerados automovilísticos chinos. Entre sus filas figuran algunas compañías ilustres tan famosas como Lynk&Co, Lotus, Volvo y Polestar. Esta última siempre ha estado irremediablemente unida a Volvo. Nació como la división de alto rendimiento de la compañía sueca. Una rama capaz de explotar el lado más pasional y menos racional de la familia. Con la llegada del coche eléctrico vimos una conversión natural. Polestar se olvidó de la combustión y abrazó por completo el coche eléctrico. Estaba llamada a ser una de las marcas protagonistas.

Polestar necesita más de mil millones de dólares de inversión para mantenerse a flote

Si bien el lanzamiento de productos está causando el interés necesario, las ventas no cumplen con los objetivos fijados. Las matriculaciones del Polestar 2 siguen sin despegar y dos son los modelos que acaban de llegar al mercado, el Polestar 3 y el Polestar 4. Ambas unidades son más grandes y caras que el modelo de acceso. Si los suecos no consiguen vender su modelo más barato, nada hace indicar que vayan a poder alcanzar el éxito con sus coches más grandes y caros. Estas proyecciones realistas han obligado a Volvo a cortar el grifo de inversión. La marca matriz posee el 48% del accionariado de Polestar, pero quiere desprenderse de él.

El 52% restante es propiedad de Zhejiang Geely Holding Group, que a su vez cuenta con el 79% de Volvo. Todo queda en familia. Tal y como especifica el comunicado de prensa oficial, Volvo cederá todo el poder de Polestar a Geely para así poder centrar sus inversiones en el lanzamiento de nuevos productos. En el último análisis de resultados, Volvo alcanzó en 2023 el mejor año comercial de su historia con un incremento de las ganancias del 43%. Por el contrario, Polestar no sólo no ha cumplido con los objetivos, sino que ha anunciado el despido del 15% de su plantilla en todo el mundo. Geely tomará el control total de la empresa.

Los chinos han mostrado todo su apoyo a esta nueva era de independencia de Polestar. Por primera vez en la historia quedará separada de Volvo, aunque no del todo ya que el dinero seguirá saliendo de China. Esta maniobra estratégica responde a los comentarios más recientes de analistas y expertos. Polestar necesita inyectar más de 1.000 millones de dólares a lo largo de los próximos 12 meses si quiere mantenerse a flote. Los mismos analistas aseguran que la compañía no debería salir a bolsa. Los resultados de 2023 minarían el valor de las acciones, lo que a su vez reduciría la entrada de efectivo en las cuentas de la compañía.

Por su parte, Volvo tiene sus propios problemas. Los suecos han dado importantes avisos en los últimos meses. El Volvo EX90 está destinado a ser uno de los coches eléctricos más importantes del mercado, pero por ahora hay más rumores que realidades. El proyecto acumula retrasos y nadie sabe cuándo estará realmente a la venta. El Volvo EX30 ha captado la atención de muchos compradores en todo el mundo. Las primeras unidades ya están en manos de los clientes, pero las matriculaciones se han detenido durante un tiempo indeterminado al detectarse un problema con el software.