El WEC valora un calendario de invierno hasta 2020

El WEC está en una encrucijada. Toyota se ha quedado como único fabricante en el barco de la clase LMP1, mientras que los proyectos privados que prometían llenar la parrilla de con LMP1 no híbridos no parecen asomar la cabeza, por lo que pueda pasar. Aunque los nuevos LMP2 y la primavera que vive la clase LMGTE-Pro son un soplo de aire fresco para el WEC, lo cierto es que el Mundial de Resistencia tiene que atravesar un periodo de transición hasta 2020, cuando a priori nuevos fabricantes llegarán a la clase reina del certamen. ¿Qué soluciones tiene el WEC para sobrevivir a este periodo de impás?

Sin margen para apostar por los DPi, por dar mayor protagonismo a los LMP1-L o por permitir algún tipo de LMP2 evolucionado, parece que la única solución de FIA y ACO para agitar el campeonato es remover su calendario. Al margen de reducir su número de pruebas, algo que se lleva rumoreando ya largo tiempo, fuentes de AUTOhebdo apuntan a que el WEC podría tener un calendario futbolístico que comience en septiembre y termine en junio con motivo de las 24 Horas de Le Mans. Para adoptar un calendario estilo Fórmula E, hay dos opciones encima de la mesa.

La primera opción pasa por hacer una temporada 2018-19 de larga duración que incluya dos pruebas en Spa-Francorchamps y dos ediciones de las 24 Horas de Le Mans, por lo que el WEC se prolongaría de mayo de 2018 a junio de 2019. La otra opción pasa por disputar estas citas fuera del calendario y manejar un calendario de septiembre de 2018 que se prolongue hasta las 24 Horas de Le Mans. Así se da un capotazo a un programa parcial de Toyota (Spa, Le Mans y Fuji), se pueden eliminar alguna cita del calendario (Silverstone, México y/o Austin) e incluso dibujar alguna cita exclusiva para los GTE integrada en el calendario IMSA.

Fuente: AUTOhebdoFotos: Toyota Gazoo Racing