El WTCC necesita rivalidad y nuevos fabricantes

El WTCC ha terminado su temporada europea y con el campeonato visto para sentencia en favor de Citroën, gran parte del interés del Mundial de Turismos acontece fuera del asfalto. El futuro del WTCC está en juego y la temporada 2017 puede suponer el refuerzo definitivo al nuevo concepto del campeonato y sus vehículos TC1 o la estocada final de un campeonato que aún contando con grandes marcas presentes, carece de cierto atractivo para el aficionado por el apabullante dominio de Citroën, que incluso está repercutiendo sobre el propio fabricante francés.

No es un secreto, Citroën decidirá seguir en el WRC o en el WTCC a partir de 2017, como ya os comentamos, y esta decisión incluso podría llegar antes de lo esperado . La marca francesa sólo tendrá un programa deportivo y un rally en China, más pruebas en circuitos asiáticos, el número de citas e inversión en cada campeonato y la decisión que tome Sébastien Loeb sobre futuro pueden ser las razones que decanten la balanza para un lado u otro. Citroën quiere más competencia en el WTCC y Eurosport Evens -promotor del campeonato- mantener al gigante galo.

La normativa de vehículos TC1 tuvo sus ventajas y provocó la llegada de Citroën y su C-Elysée a favor de reglamento, pero también sus grandes inconvenientes. Los TC1 dinamitaron a los equipos privados que competían con turismos de la generación anterior. Los BMW 320 desaparecieron y el Cruze TC1 del preparador RML no cuenta con un fabricante detrás. Honda y Lada adaptaron sus Civic y Granta a la normativa TC1 con deficiente éxito, al menos en relación al gigantesco desembarco del Citroën C-Elysée. El Civic nunca estará a la altura de un vehículo de tres volúmenes y Lada apostó por el Vesta en 2015, con un claro déficit de desarrollo.

Encontrar la competitividad que exige Citroën para mantenerse en el WTCC parece complicado y sólo el calendario elegido por Eurosport Events y los fabricantes que decidan llegar al campeonato pueden evitar que la firma del Grupo PSA se marche. Muchos son los rumores al respecto y sobre el papel hay entre tres o cuatro marcas que estarían interesadas en su ingreso en el WTCC. La primera es Kia, que podría aprovechar el desarrollo del motor global 1.6 turbo de Hyundai en el WRC para afrontar un proyecto que lleva varios años sonando. De hecho, estuvieron en Slovakia-Ring a modo de sondeo.

Volvo hizo conatos de tener un programa en el WTCC con la anterior generación de vehículos en 2011 y actualmente suena para ingresar en el Mundial. Sin embargo, la adquisición total de Polestar Performance por parte de Volvo y la separación del proyecto deportivo de Christian Dahl, podría enfriar esta vía. Las otras dos opciones que se manejan en los mentideros del paddock del Mundial de Turismos son Skoda y Alfa Romeo, aunque sobre el papel parecen más descabelladas, por las pretensiones deportivas de los primeros con el recién nacido Fabia R5 y por la situación empresarial de los otros.

La única realidad es que el WTCC necesita nuevos fabricantes si quiere aumentar su competitividad, vapuleada por un C-Elysée que sólo ha dejado escapar dos victorias esta temporada en 16 carreras y que en 2014 se llevaron el triunfo en 18 de las 23 mangas disputadas. De no llegar marcas que le pongan las cosas difíciles a Citroën o en su defecto que los fabricantes presentes eleven su competitividad, el resultado puede ser un WTCC desangelado con Citroën haciendo las maletas, pero también con Honda abandonando el barco. Como decíamos al principio, el Mundial de Turismos se juega su futuro.