¿Y si los seguros exigiesen para renovar las pólizas tener la ITV en vigor?

Hay una serie de elementos que van poniendo en peligro a todos y a ellos mismos. Hablo de aquellos irredentos que circulan sin permiso de conducir o de circulación -que por algo será-, sin seguro, con la inspección técnica de vehículos caducada, sin cinturón de seguridad y en general los que circulan con ataúdes con ruedas.

Uno de los papeles más importantes que debe ir en la guantera es el informe de la ITV y no menos importante, el distintivo que acredita tener la inspección al día, la "pegatina de la ITV" o distintivo V-19. De vez en cuando nos toparemos con algún control policial que vigile eso, pero poco más.

El director gerente de la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), Guillermo Magaz, propone que para renovar las pólizas de seguro sea exigible acreditar que se circula con la ITV en vigor, es decir, que no ha caducado.

Un coche como este ejemplar, con más de 15 años, no tiene por qué ser un peligro público si tiene la inspección al día y con su seguro en vigor

Del parque de vehículos español, unos 33 millones, AECA-ITV calcula que son 6 millones los que circulan con la ITV caducada. En el caso de las furgonetas, es el 40% un porcentaje alarmante, son las que no llevan la inspección al día (y deberían pasarla anualmente salvo para uso particular).

A menos que hablemos de gente muy despistada o rebelde sin causa, no es muy desaprensivo creer que ese 40% de furgonetas que no tienen la inspección al día tendrían más de un problema para superarla, lo cual sería sinónimo de alguna deficiencia. No hablamos de gente que lleva sus vehículos "tuneados" ni con piezas de origen sospechoso.

Aunque los vehículos pesados están un poco más vigilados, así como sus conductores, no pasa lo mismo con los que llevan furgonetas, que por no tener, no tienen ni limitadores de velocidad ni se registran sus horas de conducción en taquígrafos. La combinación de todos esos factores no es halagüeña, máxime sabiendo a las velocidades que van algunos para cumplir con "el tajo".

Cuanto más antiguo es el vehículo, más importancia tiene que la ITV esté en vigor, ya que es más fácil que afloren las deficiencias

AECA-ITV da otro dato interesante, 1 de cada 10 furgonetas con ITV caducada se ve involucrada en accidentes con víctimas mortales. No es tan evidente esa relación en el caso de los ciclomotores, donde el 58% circula con la ITV caducada y se ven involucrados en el 7% de los accidentes con víctimas mortales. Menos mal que "no pasan" de 45 km/h (de serie).

Esta organización tiene por delante convencer a la DGT y a la Dirección General de Seguros. Cierto es que, en caso de accidente, la compañía aseguradora se puede lavar las manos en el caso de que nuestro vehículo lleve la ITV caducada. Y en cuanto a la renovación, con que paguemos la prima tienen suficiente.

Dado que el parque automovilístico español no hace sino envejecer, pues llegará a 13 años de media el año que viene, y como las ventas no van a renovar al ritmo suficiente, resulta inevitable convivir entre los vehículos viejos y los nuevos. Muy bien, pero los viejos deben estar más vigilados.

El mercado de segunda mano mueve más de 2 millones de unidades en España, y en torno a la cuarta parte (500.000 unidades) han cambiado de manos con una edad superior a los 15 años. Muy probablemente la mayoría no se trate de vehículos históricos cuidados con sumo cariño, sino trastos en ocasiones mantenidos por la mínima y cuyos dueños rezan para pasar la ITV... o no la pasan.

Las sanciones no son disuasorias, como hemos indicado en otra ocasión. Si nos sorprenden sin el distintivo V-19 -aunque vaya en la guantera- la multa es de 80 euros. Si la ITV está caducada, 200 euros. Si nunca se ha pasado, 500 euros. Circular sin seguro sale a 1.500 euros en el caso de los turismos. ¿Por qué no se armoniza eso?

Desde la reforma legal de 2018 se puede pasar la ITV en la comunidad autónoma que nos dé la gana y se puede pasar la inspección con una antelación de un mes a la fecha de caducidad sin que corran los plazos. Que no, que no hay excusa. Hay que meter en cintura a esa gente y darles un palo en el bolsillo si no entienden otro lenguaje. Como suena.