Prueba Skoda Fabia 2022, viviendo en el notable (Con vídeo)

Con más de cuatro millones y medio de unidades producidas, el Skoda Fabia recibe una cuarta generación con muchos más cambios de los que parecen a simple vista. Lo probamos y analizamos por primera vez para ver qué tal le han sentado los cambios

Prueba Skoda Fabia 2022, viviendo en el notable (Con vídeo)

11 min. lectura

Publicado: 22/11/2021 18:00

El Skoda Fabia es uno de los rostros más conocidos del segmento de los utilitarios en toda Europa. Heredero natural del Skoda Felicia, empezamos a saber de él en el año 1999, justo antes de la desaparición de nuestras queridas pesetas. Desde entonces han surgido cuatro generaciones diferentes y más de cuatro millones de unidades fabricadas. La última de esas ediciones se presentó hace unos meses con importantes cambios en todos los sentidos.

Probamos el nuevo Skoda Fabia

Uno de los cambios más importantes de esta generación es el cambio de plataforma. A partir de ahora, y como buen miembro de la familia del Grupo Volkswagen, el utilitario checo emplea la plataforma MQB A0, la misma que emplean otros modelos como el Skoda Kamiq, el Audi A1 o el mismísimo Volkswagen Polo. Esa modificación ha hecho que cambien ligeramente sus dimensiones. Exteriormente nos vamos a los 4,11 metros de largo, 1,78 metros de ancho y 1,46 metros de alto. A eso hay que sumar una distancia entre ejes de 2,56 metros.

Dejando a un lado el apartado técnico, y tirando una vez más de su ya conocido conservadurismo, Skoda ha aplicado un lavado de cara al Fabia. Ha aplicado el mismo lavado de cara que en su momento recibieron los Skoda Octavia y Skoda Superb. No hay nada que llame especialmente la atención, pero en su cómputo global todo funciona. No es muy escandaloso, pero tampoco se puede decir que sea feo.

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La imagen del Fabia es la de un coche más maduro, aunque busca un cliente joven

Ni por delante ni por detrás, donde por cierto me recuerda mucho al Kamiq. Sigue sin haber nada que llame la atención, aunque eso sí, te recomiendo los acabados más altos para así ganar un poco de presencia. Todos ellos ofrecen el mismo volumen de maletero, que todo dicho de paso es uno de los más grandes de la categoría con 380 litros de capacidad mínima. Si necesitamos más, pues habrá que echarle el guante al Fabia Combi, aunque todavía no se ha anunciado oficialmente.

Antes de hablar del interior, hay que comentar que esa nueva plataforma le ha servido para modernizar su gama de motores. Una de las novedades principales es que la gama se apoya únicamente en motores de gasolina sin ningún sistema de electrificación. Bloques de medio rendimiento con potencias que oscilan entre los 80 y los 150 caballos. En todos los casos eje delantero es el encargado de recibir la tracción, aunque la gestión se puede encargar a cambios manuales de cinco o seis velocidades u, opcionalmente, a transmisiones automáticas de doble embrague y siete velocidades.

El interior muestra una estética digna del siglo XXI, la tecnología toma el control

Hay que reconocer que donde más ha cambiado el pequeño Fabia es en su interior. La presentación es completamente diferente al modelo saliente, algo que venía haciéndole mucha falta. En esta cuarta edición el Fabia se adentra en el siglo XXI, y por fin puede plantar cara a modelos todopoderosos de la categoría como el Renault Clio, el Peugeot 208, o el Toyota Yaris, entre otros.

La presentación de los elementos también recuerda al Octavia. En sus acabados superiores, destaca la digitalización de las funciones principales. Dos paneles centran toda la atención. Por un lado, la instrumentación digital con diversos formatos y estilos de visualización. Y por otro el panel principal del sistema multimedia. Una pantalla táctil de hasta 9,2 pulgadas que recibe todas las funcionalidades a excepción de la climatización, la cual me congratula anunciar que se encuentra en un panel separado. Clásico y funcional.

Las plazas traseras ofrecen un especio correcto, aunque la plaza central es casi inútil

En líneas generales se transmite una buena calidad de materiales y acabados, aunque algunas zonas podrían ser mejores, sobre todo el remate de la cubierta superior del salpicadero. Como ya es habitual en el segmento B, las opciones de personalización son amplias, permitiendo a los clientes optar por pinturas exteriores de dos colores, llantas entre las 14 y las 17 pulgadas y varias tonalidades para la tapicería y las molduras interiores.

Si comparamos el anterior Fabia con el nuevo descubrimos que ha crecido 22 centímetros a lo largo y nueve en su distancia entre ejes. Eso se deja notar principalmente en lo que ves, una segunda fila de asientos de generoso tamaño y muy impropia de la categoría. Una vez más Skoda ha sabido sacar provecho de cada milímetro de espacio. La capacidad máxima es para cinco adultos, aunque más de cuatro puede hacer que las cosas detrás sean demasiado estrechas. La banqueta trasera tampoco es muy lujosa en su contenido, echándose en falta muchos elementos.

Prueba Skoda Fabia 2022

El Fabia se ha hecho mayor. Poco o nada tiene que ver con aquél utilitario económico que conocimos hace más de 20 años. La madurez ha llegado a él, y todo se basa en esa nueva plataforma más moderna. El cambio ha sido milagroso. En cuanto a conducción tampoco podemos hablar de él como los primeros Fabia RS. Aquella época quedó atrás y no se va a volver a ella. La nueva generación se enfoca a otro tipo de usuario.

Aunque pretende atraer a gente joven, la verdad es que su conducción es muy seria. El aumento en la batalla le hace ir más aplomado en carretera con comportamiento más equilibrado y confortable. Pensado tanto para la ciudad como para salir de ella con toda naturalidad y soltura. El refinamiento no se traduce solo en la conducción, también en las sensaciones que se perciben desde dentro. Un habitáculo mejor aislado incrementa la comodidad de todos los pasajeros.

Muchos aciertos y pocos defectos para un producto muy serio y maduro

Lo único que se echa en falta es una etiqueta medioambiental más favorable. La falta de sistemas electrificados, ni siquiera sistemas MHEV, no le facilita nada el hecho de poder circular en las cada vez más corrientes zonas de bajas emisiones. Sinceramente lo veo como un punto débil, posiblemente su punto más flojo, ya que no puede igualar a otros modelos de la categoría que sí pueden lucirla. Skoda achaca el problema a la contención de precios, algo que no convence.

A pesar de no ofrecer esos sistemas electrificados, la gama mecánica del Fabia destaca por su frugalidad. El uso de motores de pequeño tamaño, mayoritariamente de tres cilindros, provoca que los gastos sean contenidos, rondando entre los 5 y los 7 litros de media. La versión más potente, el 1.5 TSI de 150 caballos es el único que se sale de la norma gracias a un motor de cuatro cilindros.

Mucho sistema digital en sus acabados más altos. Sistemas claros y de fácil manejo

Durante la presentación he tenido oportunidad de probar el 1.0 TSI de 110 caballos con cambio automático DSG. Una opción muy interesante y atractiva que se muestra muy equilibrada en su relación prestaciones-precio-consumo. Buena respuesta, tacto refinado y cómodas sensaciones. Lo único que no me convence es el encarecimiento de la transmisión automática. Si tan preocupados están en Skoda por mantener los precios bajos (excusa para la falta de sistemas MHEV), ya podrían bajar el precio del DSG.

Conclusiones

El Skoda Fabia sigue siendo una excelente alternativa al competido segmento B. Un utilitario que muestra muchas fortalezas y pocas debilidades. Vive anclado en el notable, una nota que bien podría trasladarse a cualquier producto de Skoda. Todos los cambios le han sentado significativamente bien, más equipamiento, mejor conducción, más espacio y más refinamiento. Por contra, tendrá que mejorar en la guerra de las etiquetas y ya de paso cuidar algunos ajustes y remates interiores.

Equilibrio en estado puro. El Fabia no decepciona con su nueva generación
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