Aunque el Porsche Taycan parece estar en contra de la identidad de la marca alemana, a todos los niveles, lo cierto es que no es así. Su lenguaje de diseño es el mismo que el del resto de modelos, pero claramente evolucionado y con algunos rasgos de personalidad propia. Su interior es tecnológicamente mucho más completo y su ‘mecánica’, efectivamente, es cien por cien eléctrica.
Pero la alemana ha conseguido que su Porsche Taycan, como el resto de sus modelos, destaque a nivel de sensaciones y de comportamiento dinámico. A pesar de sus dos toneladas sobre la báscula, el Taycan es un modelo que se siente ligero, visceral y emocional. Y la ingeniería propia de la casa se deja notar en la ausencia de desgaste, o de fatiga, de sus dos motores eléctricos bajo máximas exigencias de manera continuada.