7 consejos para arrancar en frío sin que tu coche sufra
Las temperaturas bajan y arrancar en frío no es algo con lo que tu coche disfrute. Por eso hoy te doy algunos consejos para arrancar el coche en frío con un objetivo claro: que tu vehículo sufra lo menos posible y que en ningún caso te pueda dejar tirado en medio de un ambiente gélido. ¡Toma nota!
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Publicado: 08/02/2019 08:00
El frío llega y después de conocer algunos consejos para conducir con nieve toca aprender a arrancar en frío con seguridad para que ni tú ni tu coche pueda sufrir lo más mínimo. El frío extremo no es bueno para tu vehículo: muchos elementos mecánicos pueden sufrir más de lo habitual, por eso es importante seguir una serie de recomendaciones o consejos para arrancar tu coche en frío. De esta manera, tu vehículo siempre estará en un estado óptimo de funcionamiento y el paso del invierno será lo más benévolo posible.
Paciencia al arrancar
Si tu coche duerme a la intemperie en invierno debes tomarte el arranque del coche con paciencia, especialmente si tienes un vehículo diésel. Si tu coche es de gasolina, puedes despreocuparte el momento antes de arrancar, puedes hacerlo de manera normal. Pero en cambio si tu coche es diésel, debes tener cuidado, ya que los calentadores pueden sufrir a la hora de iniciar el proceso de combustión. Es obligatorio dejar que estos se calienten lo suficiente (hasta que el icono con forma de muelle desaparezca del cuadro de mandos). Incluso algunos recomiendan dar el contacto varias veces antes de arrancar para que estos alcancen una temperatura óptima.
Ojo con el combustible
Por supuesto debes contar que el diésel se congela cuando alcanza bajas temperaturas: si vives en una zona con frío extremo o si en el telediario avisan de la llegada de una ola de frío siberiana no te olvides de añadir anticongelante al diésel. En algunas zonas de alta montaña solucionan la papeleta añadiendo un pequeño porcentaje de gasolina, aunque lo más recomendable es apostar por el anticongelante. Insisto: si tienes un coche de gasolina, olvídate, su punto de congelación es de unos 100 grados bajo cero.
Vigila con la refrigeración
Lo mismo ocurre con la refrigeración: debes utilizar un líquido refrigerante con propiedades anticongelantes. Todos los líquidos refrigerantes llevan un elemento anticongelante para permitir un abanico amplio de temperaturas de uso. En la mayoría de los casos, el elemento anticongelante es el etilenglicol, dependiendo su porcentaje el punto de congelación será mayor o menor: por ejemplo, con un 25% de este elemento tu vehículo aguantará por debajo de los 12 grados bajo cero. Suficiente en la mayoría de los casos. También debes tener en cuenta que debes añadir un líquido anticongelante al liquido del limpiaparabrisas, aunque en condiciones de mucho frío es mejor no utilizarlo al aire libre.
Dejar calentar
Esto es imprescindible. Una vez que el coche ha arrancado ya tienes mucho ganado, pero no te relajes: si quieres que te dure, deberías dejar el coche al ralentí algunos minutos, hasta que el motor estabilicé el régimen de vueltas y el aceite haya recorrido y lubricado la mayor parte de los componentes del vehículo. Si las temperaturas son bajo cero y el coche está en la calle, es recomendable mantener el motor en marcha y sin moverse durante unos cinco minutos antes de emprender la marcha. Además, una vez en marcha, deberás ser dulce con el acelerador hasta que el motor alcance una temperatura óptima de funcionamiento: esto evitará un desgaste prematuro y posibles averías.
Cuidado con la batería
La batería en particular y todo el circuito eléctrico del coche en general sufren con el frío. Si llegas al coche y este no arranca es posible que tu batería haya dicho "hasta aquí". Es recomendable llegar a los meses de invierno con la batería en buen estado, de lo contrario, puede terminar de morir y dejarte tirado en el momento más inoportuno. Hay productos específicos para proteger la batería del frío intenso, mientras que si llegas y la batería sufre para arrancar, otra opción es intentar calentarla de alguna manera para que pueda tener una temperatura de uso más adecuada para su funcionamiento, por ejemplo colocando paños calientes (pero no húmedos) sobre la misma.
Un aceite adecuado
El aceite es el elemento clave para que el motor funcione correctamente en cualquier circunstancia. Con frío intenso tienes dos opciones: o colocar un aceite no demasiado denso o bien optar por un aceite multigrado, capaz de optimizar y modificar la viscosidad según la temperatura exterior para mejorar la capacidad de arranque. Además, es importante que con frío todas las partes del motor estén bien lubricadas antes de arrancar, por eso es clave dejar el coche arrancado durante unos minutos para que el aceite pueda llegar a todos los rincones del propulsor.
Trata al coche con cariño
Con el frío el coche se vuelve un instrumento mucho más sensible. Debes tratarlo con cariño, respetar el proceso de calentamiento de la mecánica, protegerlo de fuertes heladas aparcando en zonas poco expuestas o en parkings cubiertos y si se te congela la cerradura o los cristales lucen una gruesa capa de hielo, utiliza los elementos adecuados para ser lo menos agresivos con el vehículo. Para descongelar la cerradura debes aplicar calor a la zona, por ejemplo con un secador de pelo, o utilizar algún tipo de producto anticongelante. Para eliminar el hielo de los cristales, lo primero que debes hacer es arrancar el coche y poner aire ‘caliente’ directo hacia el parabrisas. Esto facilitará la eliminación del hielo, que siempre se debe hacer con una rasqueta de plástico que no dañe el cristal: mientras lo descongelas, el motor ya estará lo suficientemente caliente como para emprender el camino con seguridad.