Cómo afecta el calor extremo al rendimiento del motor (eléctrico o térmico) de tu coche

Las temperaturas extremas nunca son buenas compañeras de viaje. En el caso del calor durante el verano, las mecánicas de los vehículos, tanto los térmicos como los eléctricos, pueden llegar a sufrir las consecuencias. Te contamos de qué manera.

Cómo afecta el calor extremo al rendimiento del motor (eléctrico o térmico) de tu coche
Así se puede ver afectado el rendimiento de un motor con temperaturas de calor extremo.

6 min. lectura

Publicado: 03/08/2024 10:00

En la época de verano, donde las altas temperaturas son las protagonistas, viajar en coche se puede convertir en una tarea más complicada de lo habitual. Tanto para nosotros como conductores, como para nuestros vehículos.

Y es que las temperaturas extremas, ya sean por frío o calor, no son buenos compañeros de las mecánicas de los coches ni de otros componentes, como los frenos o los neumáticos. No está de más conocer cómo pueden verse afectados por el calor extremo, así podremos identificar mejor potenciales problemas.

El calor es un enemigo más para el conductor y el vehículo en verano.

Cómo afecta el calor al rendimiento de un motor térmico

Un motor de combustión, ya sea de gasolina o diésel, se va a ver afectado ya con temperaturas externas superiores a los 25ºC, y los problemas se van a ver agravados a partir de los 30ºC. Imagínate pues cuando en olas de calor nos acercamos a los 40ºC.

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Para comprender cómo un motor térmico se puede ver afectado, primero tenemos que tener claro cómo es su funcionamiento básico: en su interior, en los cilindros, se introducirán aire y carburante, cuya mezcla generará una explosión que moverá los pistones ubicados en su interior y esto generará la fuerza necesaria para impulsar las ruedas del vehículo.

Cuando decimos que el calor no ayuda a que el rendimiento del motor sea el mejor posible es porque el aire que debe entrar en el motor, debido a las altas temperaturas, lo hace con menos oxígeno. De esta forma, la mezcla en el interior del motor no será la idónea.

Esto tiene dos efectos directos en el rendimiento de la mecánica: por un lado, esta puede sufrir una pérdida de potencia, agravada si el motor es turbo al sufrir un mayor retraso al acelerar; por el otro, el consumo de combustible subirá, ya que para compensar la falta de oxígeno en el aire el motor hará la mezcla más rica inyectando más carburante, afectando también a la autonomía disponible.

No obstante, si el sistema de refrigeración funciona como debe y el nivel del líquido refrigerante está en los niveles normales, la temperatura de trabajo del motor no debería verse afectada. Para esto, es importante llevar un correcto mantenimiento del vehículo.

Los motores eléctricos y, sobre todo, las baterías, también sufren con el calor extremo.

Cómo afecta el calor al rendimiento de un motor eléctrico

Los motores eléctricos también se pueden ver afectados por el calor extremo, pero en menor grado que los de combustión. Como estos, también cuentan con sistemas de refrigeración que permiten que el calor se disipe durante su funcionamiento.

Dicho esto, hay que mencionar el problema real del calor extremo en un vehículo eléctrico, y es que si bien el motor no se ve tan afectado, lo que sufre de verdad es la batería. Cualquier sistema de almacenamiento de energía, sí o sí, va a sufrir más las consecuencias con temperaturas extremas.

La batería de un vehículo eléctrico trabaja de forma óptima en un rango de temperaturas de entre 20 y 25ºC. Si se superan esas cifras, las reacciones electroquímicas que se producen en su interior se aceleran, lo que afecta a su rendimiento y, sobre todo, a su vida útil.

Un estudio reciente de Recurrent Auto puso cifra a la pérdida de autonomía eléctrica en las baterías por culpa del calor. Sin contar otros factores como el terreno, el uso de la climatización o el estilo de conducción, la batería puede verse afectada en un 2,8 por ciento de su alcance a 27ºC, un 5 por ciento a 32ºC, un 15 por ciento a 35ºC, y ver reducida su autonomía en hasta un 31 por ciento a 38ºC de temperatura ambiente.

Y como en los motores, contar con un sistema de refrigeración líquida propia es vital para su correcto funcionamiento. Las bombas de calor permitirán una mejor gestión de esta temperatura, sobre todo cuando nos disponemos a realizar una recarga.

Fotos: Freepik/Fundación Mapfre

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