Hasta 30.000 euros de multa por este simple mensaje de Whatsapp a otros conductores

La tecnología ha llegado a nuestras vidas para facilitarnos muchas tareas de nuestro día a día, para hacer de la conducción mucho más segura y eficiente, para interconectarnos… pero como todo, tiene sus puntos negativos.

Las nuevas tecnologías han variado algunas de las rutinas de los conductores. Cuántas veces habremos visto en la carretera a un conductor echándonos las luces largas y, posteriormente, cruzarnos con un control de la Guardia Civil.

Eso, por si no lo sabes, se puede castigar con una multa de 100 o de 200 euros por mal uso de las luces y por deslumbrar a otros conductores. Ahora, lo más habitual es utilizar aplicaciones de móvil como Waze, SocialDrive o incluso participar en grupos de telefonía para advertirse unos a otros de estos controles.

Un serio aviso a los que alertan de los controles

La DGT es consciente de un problema que va a más y que tiene difícil solución. Este movimiento de usar aplicaciones como Whatsapp o Telegram para avisar de la presencia de un control en carretera cogió impulso durante la pandemia, con el objetivo de avisarse los unos a los otros.

Sin embargo, en la actualidad este problema tiene un trasfondo mucho mayor. Recuerda que en estos controles se realizan pruebas de alcoholemia, de drogas o directamente se utilizan para realizar controles específicos.

¿Qué pasa si le das la ubicación a un conductor que va borracho, drogado o está siendo perseguido por la policía? ¿Qué sucede si ese conductor que ha evitado el control gracias a ti, posteriormente, tiene un accidente y mata a otras personas? Los mensajes de la DGT y las agrupaciones de tráfico buscan apelar a la conciencia de los conductores.

«No sabes a quién avisas», advierten. «Hemos pasado de controlar a ser controlados», afirma el teniente coronel Antonio Hidalgo Romero, responsable de la ATGC en Galicia en la revista digital de la DGT, quien comenta una situación muy particular que sucede con los conductores jóvenes.

Hace no mucho, el tramo de edad de 25-34 años era el que acumulaba más denuncias. Ahora, es uno de los grupos que menos denuncia tiene, pero que contabiliza más muertes. Y todo por el mayor uso de las tecnologías y las redes sociales entre estos conductores.

«El problema es que nos ven como recaudadores y no se dan cuenta de que los controles de la Guardia Civil lo único que recaudan son vidas. Con estos mensajes están dando libertad para beber cuanto quieran. Se sienten inmunes porque la probabilidad de detenerlos es muy poca», advierte Hidalgo Romero.

Remedios contra un problema que va a más

Más allá de las apps como Waze, que empezaron a usarse para dar a conocer incidentes en la carretera, condiciones de tráfico, etc., ahora nos encontramos con miles de grupos de WhatsApp que admiten más de 1.000 miembros, y de Telegram que pueden llegar hasta los 200.000. «Son grupos muy efectivos, muy estructurados y funcionan por comarcas».

Las agrupaciones de tráfico están empleando varias tácticas, a la espera de que salgan adelante algunas modificaciones legales en la Ley de Seguridad Ciudadana y en la Ley de Tráfico, que permitan tipificar este tipo de infracciones y cuantificar las sanciones.

Más allá de la concienciación de los ciudadanos, los agentes están realizando más «controles exprés»: si antes un control podía durar 2 horas, ahora apenas se prolongan durante 15 minutos y pasan a colocarse en otras ubicaciones distintas.

También están los «controles dinámicos», en los que los agentes paran a un vehículo de forma aleatoria mientras van circulando, de forma que se transmita la «idea de que podemos parar a la gente en cualquier momento», explica el teniente coronel.

La multa de los 30.000 euros

Sancionar por compartir información de los controles es, a día de hoy, una tarea complicada para los agentes, y acto muy discutible por parte de los conductores. Más allá de los 100 o los 200 euros por el mal uso de las luces haciendo ráfagas para avisar a otros conductores, se están empezando a mover algunas acciones legales muy concretas.

En este caso, tomando como base la Ley Orgánica 4/2015 de protección de la seguridad ciudadana, la popularmente conocida como 'Ley Mordaza', y que regula y amplía las facultades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Las sanciones por interferir en el éxito de operaciones de los agentes de seguridad se considera una infracción grave, que se puede sancionar desde los 601 euros hasta los 30.000 euros. Es cierto que no está prohibido formar grupos de Whatsapp de estas características, y que no hay una norma concreta que prohíba todo esto de lo que estamos hablando, pero ya se está empezando a aplicar esta normativa con esta finalidad.

Y ojo, porque si además de avisar de la presencia de un control en la carretera se comparten imágenes de dicho control, y los agentes salen en ellas, se estaría incurriendo en otra infracción grave de esta Ley.

«El uso no autorizado de imágenes o datos personales o profesionales de autoridades o miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que pueda poner en peligro la seguridad personal o familiar de los agentes, de las instalaciones protegidas o en riesgo el éxito de una operación, con respeto al derecho fundamental a la información», dice la Ley al respecto.