Uso de un cambio automático, ¿qué significa cada letra del selector de marchas?
Los coches automáticos son cada vez más frecuentes en el mercado, tanto los térmicos, como los híbridos o eléctricos. Pero, ¿cómo se maneja el cambio de un vehículo de este tipo y qué hace cada función de la palanca o selector?

Si alguna vez te has subido a un coche con cambio automático, seguro que has visto en la palanca un puñado de letras que pueden parecer jeroglíficos al principio: P, R, N, D… y a veces alguna más.
Pero tranquilo, no necesitas descifrar un código secreto. Vamos a explicarte qué significa cada una y cómo usarlas correctamente.
Las letras del cambio automático y su función
Los coches con cambio automático eliminan la necesidad de embragar y cambiar de marcha manualmente. En su lugar, usan un selector de marchas (puede ser una palanca, una rueda o un pomo) con varias posiciones fijas. Aquí te contamos qué hace cada una:
P – Parking (Estacionamiento)
Cuando pongas la palanca en P, el coche quedará bloqueado y no se moverá ni aunque lo empujes (bueno, con suficiente fuerza sí, pero no lo intentes). Es la posición recomendada cuando el coche está parado y apagado.
Importante: nunca cambies a P con el coche en movimiento. Podrías dañar la caja de cambios. De hecho, muchos vehículos no lo permiten hasta que no se han detenido por completo.
Además, no olvides activar también el freno de mano, ya que el modo P por sí mismo puede ser insuficiente en determinadas situaciones.

R – Reverse (Marcha atrás)
Como su nombre indica, la posición R es para dar marcha atrás. Úsala sólo cuando el coche esté completamente detenido. Si intentas ponerla en marcha, además de un tirón desagradable, podrías dañar el cambio.
N – Neutral (Punto muerto)
Es como el punto muerto en los coches manuales. En N, las ruedas no están conectadas a la transmisión, por lo que el coche puede rodar si está en una pendiente.
Es recomendable usar esta posición al detenerse en semáforos o atascos, ya que de ese modo la transmisión no sufre al ver retenido su empuje con el freno.
D – Drive (Conducción hacia adelante)
Esta es la marcha en la que pasas la mayor parte del tiempo. En D, el coche se encarga de cambiar de velocidad automáticamente según la aceleración y las condiciones de la carretera. Sólo tienes que preocuparte de acelerar y frenar.
Otras posiciones que puedes encontrar
Dependiendo del modelo del coche, el selector puede incluir más letras y números:
S – Sport (Modo deportivo)
Si tu coche tiene modo S, significa que ajusta el cambio para ofrecer una respuesta más agresiva.
Normalmente, mantiene las marchas más tiempo para que el motor suba más de revoluciones antes de cambiar. Ideal para cuando quieres una conducción más dinámica.
L – Low (Marcha baja)
Este modo limita la transmisión a marchas cortas. Se usa en descensos pronunciados o al arrastrar un remolque para aprovechar el freno motor y evitar sobrecalentar los frenos.
B – Brake (Freno motor, común en híbridos y eléctricos)
En algunos híbridos y eléctricos, el modo B aumenta la retención del motor para regenerar energía y reducir el uso del freno. Útil en bajadas largas o en tráfico urbano para ahorrar batería, aunque puede consumir mucho combustible en carretera.
1, 2, 3 o D1, D2, D3
Algunos coches tienen posiciones numéricas que permiten fijar la marcha en una velocidad baja (1, 2 o 3) para condiciones específicas, como subir una cuesta empinada o conducir en nieve.

Usar un coche automático es más fácil de lo que parece
Conducir un coche automático es sencillo, pues no en vano prescindir del uso del embrague y del cambio te permite centrarte exclusivamente en acelerar y frenar, sin tener que determinar cuándo hay que subir o reducir marchas.
Eso sí, es vital entender qué hace cada posición del selector, ya que además de permitirte hacer uso del coche te ayudará a sacarle el máximo partido sin dañar la transmisión.
Aparte de esto, un coche automático también tiene otras particularidades. Por ejemplo, cuando has seleccionado el modo D, simplemente con soltar el freno el vehículo ya avanza. Esto puede ser muy útil en atascos o a la hora de salir en pendientes, ya que reduce el retroceso del vehículo.
Igualmente, a la hora de frenar quizá tengas que hacerlo con algo más de energía para contrarrestar dicho empuje automático del motor.
En cualquier caso, habituarse a la conducción de un coche automático es algo bastante sencillo y rápido. ¡Y volver a uno manual puede llegar a ser una lata!
