Audi A5 Coupé 2.0 TFSI Stronic. Belleza y carácter
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Publicado: 05/11/2012 12:25
Hay diseños que enamoran por la simplicidad de sus líneas. Lejos de las estridencias de otras marcas -incluso del mismo grupo Volkswagen-, Audi lleva años enarbolando la bandera de la pureza visual. Casi podríamos comparar el trabajo del fabricante de automóviles alemán con el que Apple realiza dentro del mundo de la electrónica. Trazos sencillos que se encargan de abstraernos del complejo interior de sus máquinas.
Pasa por nuestra manos un viejo conocido en nuestra redacción, el Audi A5. Se trata de la versión Coupé equipado con el motor turbo gasolina 2.0 TFSI de 211cv, además, nuestra unidad cuenta con tracción integral quattro.
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Por fuera
Audi lleva años enarbolando la bandera de la pureza visual. Casi podríamos comparar el trabajo del fabricante de automóviles alemán con el que Apple realiza dentro del mundo de la electrónica. Trazos sencillos que se encargan de abstraernos del complejo interior de sus máquinas.
Walter Da Silva hizo un excelente trabajo en la creación de la imagen de este Coupé. Los últimos cambios que ha sufrido el modelo han servido para renovar su aspecto y adaptarlo a la nueva imagen de marca.
Los cambios que saltan a la vista son la modificación de los paragolpes, parrilla frontal y grupos ópticos ,que si optamos por faros bixenon dispone de un acabado en leds que perfilan los pilotos, que además hacen la función de luz de marcha diurna. Mantiene la esencia del modelo anterior pero lo cierto es que esta actualización le ha venido como anillo al dedo. Tiene una longitud de 4`63m, una anchura de 1`85m y una altura de 1’ 37m.
Las ruedas rematan sobradamente la estética S-Line. Sus medidas son de infarto: llantas de 20 pulgadas con 7 radios dobles, que como veremos más adelante penaliza la comodidad sobre firme irregular. Para presumir hay que sufrir, o eso dicen.
El hermoso e impactante diseño del conjunto hace suponer una vez más que todo el conjunto del A5 ofrezca un comportamiento radical. Por otro lado, nos sorprende que un coche tan caro tenga como opción los retrovisores plegables. En la parte posterior, los faros han sido sutilmente modificado perdiendo su banda blanca superior que lucían hasta ahora.
Por último una salida doble de escape finiquita la rediseñada imagen del A5 que pese a beneficiarse tan solo de pequeñas actualizaciones, crea una gran diferencia (sobre todo en el frontal) con su diseño original.
Por dentro
Por dentro también han realizado pequeños retoques, se han revisado mandos, se han usado materiales con mayor sensación de calidad, también se ha actualizado el volante y rediseñado la palanca de cambios.
Los asientos están confeccionados en piel de muy buena calidad. Su tacto suave, junto con la anchura de las plazas delanteras, hacen que la sujeción lateral sea insuficiente si conducimos enlazando curvas. Ofrecen gran comodidad para uso diario y viajes largos. Sorprende que la unidad que hemos conducido, tan cargada de extras de gran valor, no incorporase mandos eléctricos para el asiento del conductor -curiosamente, sí incorpora uno para el ajuste lumbar-.
El equipo de sonido Bang&Olufsen es por resumir en una única palabra “espectacular”. Tiene potencia, calidad, y nitidez sobrada hasta para los oídos más exigentes.
El paquete S line tiene detalles de negro brillante en el volante, mandos del sistema de entretenimiento que encajan con otros detalles cromados que amenizan el aspecto del salpicadero que tiene un ajuste de materiales excelente. En la guantera tenemos el cargador de cd´s. El Sistema Multimedia también ha sido revisado y mejorado en detalles de su presentación y de navegación de menús. El funcionamiento del navegador es más que correcto, con muy pocos errores, buena velocidad de re-cálculo e indicaciones por voz oportunas.
Al estar homologado tan solo para cuatro ocupantes, un mal menor que los Coupes de nuestros días sufren con normalidad, los pasajeros traseros viajan con comodidad porque existe espacio lateral de sobra. El espacio para las piernas se verá más o menos perjudicado según lo retrasado que se situen las banquetas delanteras. ¿4 Adultos pueden viajar sin problemas? Sí y aunque el espacio no es insuficiente es muy ajustado. Las plazas traseras también disfrutan de un reposa brazos abatible que contiene un botiquín y un soporte para bebidas.
El maletero tiene una capacidad de 455L con una superficie plana. Para aprovechar su capacidad de carga hay que levantar hasta la altura de la cintura las maletas para luego cogerla con las dos manos e introducirlas de manera horizontal ya que el maletero no tiene una gran altura. Si abatimos los asientos traseros, que dejan una superficie ligeramente inclinada, podemos duplicar la capacidad de carga.
En marcha
El aislamiento acústico es sobresaliente. Casi no existe ruido aerodinámico ni del motor. Este último, junto con el sistema de escape, está diseñado para hacerse notar, con un sonido muy estimulante, cuando sube de vueltas bien arriba. Es una pena, en cambio, que las vibraciones del motor a bajo-medio régimen sí sean claramente perceptibles. A velocidad de crucero en autopísta, percibiremos cómo nos acompañan en nuestro viaje sin ser invitadas. En cualquier caso, nada por encima de lo tolerable. A 120 km/h, la aguja se mantiene en las 2.000 rpm.
Las aceleraciones son notables aunque no brillantes; se nota que el Audi A5 tiene una masa considerable. De todas formas el motor se nota lleno lleno, con buena respuesta desde sólo 1.500 revoluciones. En ese sentido, parece un diésel dotado de la estirada de un buen gasolina.
La caja de cambios automática es de tipo S-Tronic de 7 velocidades. Su funcionamiento es por lo general muy agradable. Los cambios entre marchas son poco perceptibles, en buena medida por lo cerradas que son las primeras relaciones. Esto se traduce en una aceleración casi permanente, sin tirones ni vacíos. Para un uso general, el cambio S-Tronic es muy satisfactorio.
Bajo nuestro punto de vista, las carencias de esta caja de cambios saltan a la luz cuando llega el momento de practicar una conducción más deportiva. En aceleración, el modo S apura las marchas hasta la línea roja -como cabe esperar- pero los cambios entre relaciones parecen más lentos.
El modo “manual” Tiptronic acentúa esta sensación cuando apuramos marchas: el paso desde primera a segunda tarda demasiado, y en ocasiones ni siquiera se produce (situación que sí tiene lógica en las reducciones, para prevenir que el motor gire sobrerrevolucionado). Conduciendo con suavidad, el cambio manual responde mejor, en especial a muy bajas vueltas. En modo Tiptronic, podemos realizar los cambios desplazando longitudinalmente la palanca, o bien haciendo uso de las levas situadas tras el volante -solidarias a él y no a la columna de dirección; un buen detalle-.
Los modos de conducción Comfort, Efficiency, Dynamic e Individual afectan a la gestión del motor, de la caja de cambios y las suspensiones. El modo Comfort se centra, como su nombre da a entender, en suavizar la respuesta de la amortiguación. El modo Efficiency procura limitar el consumo de gasolina, manteniendo el régimen de revoluciones del motor tan bajo como sea posible.
De manera opuesta, el modo Dynamic apura la franja de máxima potencia y endurece las suspensiones para adaptar el A5 a la conducción deportiva. Finalmente, el modo Individual permite al conductor definir a su gusto cada uno de los parámetros controlados por la gestión electrónica.
Como podemos esperar de un buen cambio automático, la gestión del régimen de marcha obedece a nuestras indicaciones a través del pedal del acelerador. Cuanto mayor sea nuestra demanda, en igual medida el cambio irá posponiendo el salto a una marcha superior. Si hacemos ‘kick down’, el coche reducirá tantas marchas como sea posible por debajo del régimen máximo. Lástima que, como suele ocurrir con tantos coches automáticos, el Audi no destaque por su tiempo de respuesta -aunque hemos conducido otros mucho más lentos aún-.
Es algo a tener en cuenta antes de realizar adelantamientos, pues antes de disfrutar de la buena recuperación del motor, debemos esperar a menudo durante un par de segundos de frustración. Podemos resumir el funcionamiento del S-Tronic como más eficaz cuanto menor sea el régimen de revoluciones del motor.
El consumo medio ha sido de 9.5 l/100, razonable si tenemos en cuenta el peso total del vehículo. Levas de cambio solidarias al volante, no a la columna de la dirección. Lástima que las levas sean muy cortas (obligan a situar las manos en posición “tres menos cuarto” a quienes preferimos las “dos menos diez” ;)
El sistema de tracción integral Quattro tiene un rendimiento sobresaliente. No dudamos que las generosas gomas que monta este A5 tienen mucho que ver en el agarre al alsalto, pero gracias al buen ajuste del Quattro se hace muy difícil perder tracción, incluso de manera intencionada. Bravo por Audi en este aspecto.
El chasis del A5 se comporta de manera eficaz y casi siempre noble. La conducción es ágil y sencilla, dado que el buen agarre en curva genera mucha confianza. Pero no debemos olvidar que estamos conduciendo un A5 bien equipado, no un S5. Este coche está orientado más a viajar a buen ritmo, que a conducirlo como en un circuito; y, que nadie se engañe, no es culpa de Audi que así sea. El magnífico aspecto del coche puede invitarnos a pilotarlo, pero deberíamos recordar que el A5 está hecho para conducirlo.
Los cambios de dirección bruscos harán que la carrocería se balancee más de lo esperado, cosa que ocurre de también en frenadas muy fuertes. En este último caso, se hace recomendable ajustar bien la velocidad de entrada en curva, so pena de entrar en subviraje. Una vez superado aquel punto, el A5 se agarrará desesperadamente hasta que el camino vuelva a enderezarse. Y esta es la principal lección que el A5 nos enseña: si queremos disfrutar de todo su potencial, tratémosle con dulzura y nos lo recompensará ampliamente.
El enorme pedal de freno hace pensar en desaceleraciones contundentes a la menor insinuación; pero sorprende la rudeza de su tacto, poco preciso y además muy pesado. Todo ello sinperjuicioo de ofrecer, en realidad, una capacidad de frenado más que notable.
Las suspensiones están reguladas por un sistema electrónico que ajusta su dureza y rebote. Su funcionamiento es magnífico para un uso general, desde muy suave a razonablemente firme. Lástima que no alcance un nivel de dureza apto para afrontar con el máximo rendimiento una conducción más veloz sobre firme liso.
En resumen
El Audi A5 es un buen coche para el que busque un vehículo de aspecto atractivo por encima de otras cualidades. No tiene prestaciones brillantes pero se defiende decentemente en carreteras con curvas. Realizar vajes de larga duración es sin duda su fuerte, con potencia de reserva para hacer adelantamientos efectivos. Otro aspecto importante del A5, a parte de su belleza exterior, es su belleza interior, el gusto por el detalle la unión de manteriales y aspecto final. Transmite una buena sensación de calidad.
No es un coche de carreras ni pretende serlo, es un coche elegante con un motor gasolina refinado que permite darnos alegría de vez en cuando.
A destacar
-Su esencia premium
-Sonido deportivo del motor
A mejorar
-Peso y dinámica en carreteras con curvas cerradas
-Política de equipamientos