Así es el BMW i5 por dentro y por fuera, sorprende por su innovación (con vídeo)

Analizando el nuevo BMW i5

Con medio siglo de vida es la serie más longeva de BMW pero el tiempo pasa y para seguir siendo una referencia se ha renovado completamente. Se trata de la octava generación del BMW Serie 5, un elegante modelo que tiene una personalidad mucho más marcada y un equipamiento tecnológico sin precedentes.

Por supuesto, la berlina ejecutiva más vendida del mundo no es ajena a la tendencia a la electrificación y he tenido ocasión de conocer en primera persona su variante 100% eléctrica, el primer BMW i5. Una cita en estático con un modelo que recoge la herencia de más de 50 años del Serie 5 al mismo tiempo que abraza el futuro.

Hay que reconocer es que el sedán alemán se ve imponente. Propone un llamativo diseño repleto de aristas, los faros LED muestran un diseño novedoso, la línea de los hombros es elevada y los tiradores de las puertas están completamente enrasados con la carrocería. Un detalle singular es el número 5 en relieve en la tradicional curva Hofmeister que caracteriza las ventanillas traseras de todo BMW.

No hay muchas diferencias de aspecto entre esta versión eléctrica i5 y los Serie 5 Berlina con motor de combustión. La más evidente es la parrilla delantera, cerrada en el modelo de cero emisiones. La berlina bávara propone dos tipos de parrillas: la clásica con perfil cromado y barras verticales y la denominada «parrilla MPA» con molduras horizontales y el contorno iluminado BMW Iconic Glow.

Un tamaño descomunal

El i5 es un coche grande, muy grande. En esta nueva generación el Serie 5 ha crecido hasta mostrar unas dimensiones de 5.060 mm de longitud, 1.900 mm de anchura y 1.515 mm de altura. Sigue encuadrado en el segmento E pero es solo 6 cm más corto que el BMW Serie 7 de batalla estándar de la generación anterior (G11).

En la silueta de la berlina destaca un larguísimo morro aunque, a diferencia de otros eléctricos, no propone un maletero delantero. La línea cae grácilmente hacia la zaga rematada por un tercer volumen tras el cual hay un maletero de 490 litros de volumen. Las formas interiores del espacio de carga son regulares permitiendo aprovechar bien su capacidad y bajo el piso hay un compartimento bastante notable que resulta útil para llevar los cables de carga entre otras cosas.

La parte trasera es una de las más controvertidas por diseño, quizá por ser un poco impersonal con una moldura inferior en negro bastante grande -que puede quedar disimulada según el color de la carrocería- y unos pilotos traseros alargados y muy finos. En cualquier caso, el conjunto es elegante, deportivo y robusto a partes iguales.

La unidad que he podido ver y tocar es el tope de gama del modelo eléctrico, el i5 M60 xDrive. Su motor genera una potencia salvaje de 442 kW (601 CV) que se transmite a las cuatro ruedas, lo que hace que este elegante sedán premium sea capaz de despeinarnos superando los 100 km/h desde parado en apenas 3,8 segundos. La velocidad máxima está limitada a 230 km/h.

En el momento de lanzamiento también habrá otra versión, más civilizada, con la denominación i5 eDrive40. También va bien servida de prestaciones gracias a los 250 kW (340 CV) que rinde su mecánica. En este caso hacen falta 6,0 segundos para hacer el 0 a 100 km/h, no se le puede poner ninguna objeción a su rendimiento.

Esta opción de acceso es de propulsión trasera pero más adelante también se añadirá un variante con tracción total. No es tan brutal y exclusivo como el M60, pero es la versión que tiene más autonomía, llegando hasta los 582 kilómetros dependiendo del equipamiento seleccionado.

Ambas versiones del BMW i5 emplean la misma batería de iones de litio que tiene una capacidad neta de 81,2 kWh. La toma de carga del eléctrico alemán está en la aleta trasera derecha y lleva un cargador embarcado de hasta 205 kW en corriente continua. En corriente alterna la potencia de carga es de hasta 11 kW para el eDrive40 y 22 kW para el M60.

El i5, junto a los híbridos enchufables de la nueva Serie 5, son los primeros vehículos BMW en tener la función Plug & Charge. Esto permite que cargar el vehículo en estaciones de carga públicas compatibles sin tener que utilizar una aplicación o una tarjeta, basta enchufar para que el coche se identifique con nuestro perfil y comience todo el proceso de carga.

Abrimos las puertas para contemplar un habitáculo que brinda un ambiente tecnológico y minimalista, con muy pocos botones. De hecho, casi todos los botones están concentrados en una consola central rematada en negro piano. No me gusta mucho este material pero lo cierto es que la vista se va a los elementos realizados en cristal tallado. Un detalle que aporta una gran sensación de lujo.

Dejando a un lado el plástico negro brillante, la calidad de realización es fantástica tanto por solidez de construcción como por materiales. El diseño es muy similar al del BMW i7 y una de las cosas que más me atraen es la BMW Interaction Bar, una moldura con acabado cristalino que recorre no solo la parte central del salpicadero sino también las puertas y que está iluminada. Integra superficies táctiles –para abrir o cerrar las salidas de aire, por ejemplo- y se pueden poner diferentes colores y animaciones.

Nueva generación multimedia

El puesto de conducción está formado por dos grandes pantallas como ya viene siendo habitual en la marca bávara, una composición bautizada como BMW Curved Display. Delante del conductor está el cuadro instrumentos, completamente digital con una pantalla de 12,3 pulgadas. Presenta una muy buena resolución de imagen y hay diferentes formatos de visualización.

A la derecha impone su presencia una enorme pantalla táctil de 14,9 pulgadas que corresponde al sistema de infoentretenimiento. La familia del Serie 5 es la primera en estrenar la última generación de su sistema multimedia, el sistema operativo ID8.5. Con esta generación la estructura de menús hace que su manejo sea intuitivo. En la parte inferior de la pantalla se disponen las funciones principales, incluyendo las de climatización. En la parte izquierda, cerca del conductor, se colocan prácticos accesos directos que van cambiando según el apartado en el que estemos.

El sistema cuenta con actualizaciones remotas, tiene conectividad inalámbrica con Apple Carplay y Android Auto, hay una función de realidad aumentada y una amplísima gama de contenidos digitales. Incluso tiene una plataforma de juegos llamada AirConsole que se pueden disfrutar con el vehículo parado usando el teléfono móvil como mando.

En un vehículo tan grande como éste es de esperar que haya un espacio abundante en las plazas traseras y efectivamente lo hay, especialmente en sentido longitudinal. Para la cabeza también hay bastante sitio, dejando que pasajeros de hasta 1,90 m de estatura viajen con holgura. Además hay mucha luminosidad porque por primera vez el Serie 5 puede llevar un gran techo solar panorámico.

Eso sí, la plaza central es para un uso de emergencia como suele ocurrir en los coches de este segmento. Es estrecha, incómoda y además no hay sitio para poner los pies. Aunque es de esperar que el suelo sea completamente plano como en otros muchos coches eléctricos lo cierto es que en el i5 está presente un voluminoso túnel de transmisión a pesar de que este eléctrico no necesitaría ese elemento. Eso se debe a que el i5 no lleva una plataforma específica para modelos 100% eléctricos sino que utiliza la misma arquitectura CLAR que el resto de versiones del Serie 5.

En definitiva este espacio está pensado para dos personas que irán muy cómodas. Los asientos son muy mullidos, las ventanillas pueden tener cortinillas integradas, en los respaldos delanteros hay soportes para colocar una tablet, también varias tomas USB-C y mediante una pantalla se puede manejar la climatización de cuatro zonas que, por supuesto, incluye con bomba de calor. Hay salidas de aire tanto en el centro como en los pilares así que éste es un buen espacio para recorrer kilómetros.

Cambiando de carril con la mirada

Como estoy en su presentación estática no voy a poder probar en esta ocasión algunas de sus innovaciones a nivel dinámico. Como por ejemplo el avanzado asistente de aparcamiento Parking Assistant Professional con el que se pueden hacer maniobras de hasta 200 metros controlando el coche mediante un smartphone desde fuera del vehículo.

También me apunto para mi próxima cita al nuevo asistente de autopista con el que es posible ir a velocidades de hasta 130 km/h sin tener que sujetar el volante. El coche controla la velocidad, la distancia con otros vehículos y se mantiene en el carril sin intervención del conductor aunque, eso sí, deberemos seguir prestando atención a la carretera. Este año solo se podrá usar para los mercados estadounidense, canadiense y alemán pero en España está previsto su disponibilidad en 2024 cuando la legislación lo permita.

Asociado al asistente de autopista llega el asistente activo de cambio de carril con activación ocular, una primicia mundial. Con esta tecnología el vehículo sugiere un cambio de carril y el conductor puede confirmar la manobra simplemente mirando al retrovisor exterior y será el coche el que haga el cambio de carril automáticamente cuando el flujo de tráfico lo permita. Ya va quedamos menos para la conducción autónoma.

El nuevo BMW i5 es un eléctrico que conduce él solo en autopista, que se puede manejar a distancia, que deslumbra por tecnología. También es el primer modelo de la marca que obedece órdenes oculares, el que tiene el sistema de infoentretenimiento más avanzado. El BMW más innovador del momento, superando al i7.

Pero también adopta el enfoque esperado entre las tradicionales berlinas de lujo con un diseño vanguardista, espacio abundante, equipamiento a raudales, unas prestaciones de infarto y una calidad interior innegable. El nuevo i5 llega el mercado con un precio que arranca en los 76.750 euros y las primeras unidades se entregarán en octubre.