PruebaBMW M135i (III): Comportamiento dinámico, conclusiones y valoración
El BMW M135i cuenta con un sobresaliente motor TwinPower Turbo de seis cilindros en línea y 320 CV. El propulsor es muy elástico y entrega el par máximo a sólo 1.300 rpm. De serie lleva un cambio manual pero merece decantarse por la excelente transmisión automática deportiva Steptronic, que resulta toda una delicia por suavidad y eficacia.
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Publicado: 25/08/2014 08:00
Al arrancar el motor un glorioso bramido nos recuerda que estamos ante el Serie 1 más radical que se comercializa actualmente. Bajo el capó del BMW M135i se encuentra el afamado motor N55, presente en diferentes modelos del fabricante alemán en versiones con potencias entre los 306 y los 340 CV. En el caso del M135i, esta mecánica TwinPower Turbo de seis cilindros en línea y 3,0 litros de capacidad desarrolla 320 CV.
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Comportamiento dinámico
Da igual a qué régimen de revoluciones esté el motor del BMW M135i: un zapatazo al acelerador se convierte en una aceleración fulminante acompañada del sugerente zumbido de los escapes. El TwinPower Turbo sorprende por su elasticidad y basta decir que el par máximo de 450 Nm se entrega a tan sólo 1.300 rpm, mientras que la potencia máxima se alcanza a los 6.400 rpm. En medio, un excitante mundo de sensaciones.
La elasticidad del motor es sobresaliente
Se puede ir realmente deprisa sin necesidad de estirar las marchas, pero lo harás: a medida que las revoluciones se incrementan el sonido inunda el habitáculo con su adictiva melodía.
Y hablando de la sonoridad del escape hay que mencionar que tiene truco: el sonido se amplifica a través de los altavoces del sistema de audio, una tecnología que BMW denomina Active Sound Design. A mí me ha parecido que mejora la experiencia de conducción porque suena a gloria, pero quizá los más puristas no lo vean con tan buenos ojos.
El M135i está disponible con un cambio manual de seis velocidades de serie o la opción de montar uno automático de ocho. Aunque soy consciente de que los amantes de la conducción deportiva tienen -tenemos- debilidad por las cajas manuales, en esta ocasión no me queda más remedio que recomendar encarecidamente decantarse por la transmisión automática deportiva de ocho velocidades. El cambio manual te permite jugar más, pero con el Steptronic se disfruta de una eficacia mayor.
En resumen, la decisión podría ser tan sencilla como comentar que el M135i asociado a esta transmisión consume menos y corre más. Pero no sólo eso, sino que además su manejo es una delicia y nos premia con un mayor confort en el día a día con transiciones suaves y precisas: sin duda, es uno de los mejores cambios automáticos del mercado.
Calzado con unos neumáticos Michelin Pilot Super Sport de altas prestaciones, el M135i ofrece un impresionante agarre lateral que permite enlazar curvas de cualquier radio a una velocidad endiablada. La puesta a punto del chasis es impecable y el reparto de pesos ideal de 50:50 en cada eje hace el resto en los tramos revirados.
Este BMW es muy noble enlazando las curvas a un ritmo vertiginoso. El límite de adherencia está muy arriba, pero si el asfalto está algo resbaladizo es mejor no desconectar los controles salvo que seas un experimentado piloto. En estos casos viene bien la tracción total xDrive que también puede asociarse a este M135i.
Más de uno se acordará del salvaje Serie 1M Coupé, que ya no se comercializa. Con respecto al icónico M pata negra, la diferencia en cuanto a prestaciones es pequeña, ambos son muy divertidos pero el M135i es mucho menos radical así que una vez que llega la calma y practicamos una conducción más relajada, nos sorprende por su docilidad.
Los modos de conducción multiplican las opciones de uso del M135i
El compacto alemán es confortable y sus compactas dimensiones nos permiten movernos por la ciudad sin preocuparnos en exceso por los giros cerrados en calles estrechas, la altura de los badenes, la visibilidad al maniobrar o el espacio para estacionar.
Es un Serie 1 así que a pesar de sus prestaciones mantiene una apreciable versatilidad por maletero y habitabilidad, especialmente con la carrocería de cinco puertas.
En recorridos variados y regalándonos alguna alegría con el acelerador de vez en cuando el consumo de combustible ronda los 10 l/100 km, una cifra razonable teniendo en cuenta el potencial que atesoramos bajo el capó. Con algo de tacto y el modo Eco Pro activado podemos acercar los consumos a los 8 l/100 km.
Conclusiones
Si pensamos que estamos ante un inofensivo compacto porque este M Performance no pertenece a la élite de la familia BMW M o porque presenta un aspecto comedido no podemos estar más equivocados: el M135i es mejor de lo que parece.
Sus principales rivales son el Audi S3 de 300 CV y el Mercedes-Benz A45 AMG de 360 CV, que brindan unas prestaciones similares. Ambos modelos montan sendos sistemas de tracción total, por lo que el M135i es el único del trío que puede ser de propulsión trasera: un rasgo diferenciador que añade un plus de deportividad.
Rápido, ágil, divertido y con un chasis sobresaliente, el BMW M135i es una de las referencias en cuanto a deportividad dentro del segmento de los compactos. Vestido con un traje discreto, la elasticidad de su explosivo motor aumenta su versatilidad de uso mientras que su suspensión, aunque firme, es suficientemente cómoda como para plantearse que la utilización de este coche a diario no es ninguna locura. Desearás tener uno.