BMW M2 CS vs MINI GP, juguetes para adultos (Con vídeo)
Pasar de la infancia a la adultez es un cambio drástico, pero los coches siempre están ahí para entregarnos horas de tremenda diversión. El BMW M2 CS y el MINI GP son esos juguetes para adultos con los que soñábamos cuando éramos pequeños.
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Publicado: 08/11/2020 18:00
Coches, desde nuestra más tierna infancia han sido objeto de muchas horas de diversión. Improvisando circuitos, rivales, accidentes, derrapes o persecuciones infinitas. Daba igual el formato, desde simples maquetas de metal fundido a impresionantes coches de radiocontrol. Los coches han ocupado gran parte de nuestra juventud. ¿Pero qué pasa cuando nos hacemos mayores? Pues niños, pasa que cuando te haces mayor todo es mucho, pero que mucho, más divertido.
Crecer no siempre tiene connotaciones negativas. Los deportivos son la quinta esencia del automovilismo. Cuando jugábamos con nuestras maquetas siempre nos imaginábamos corriendo al máximo y derrapando en cada curva. La deportividad se puede expresar de muchas maneras diferentes. Se puede decir sin temor a equivocarnos que un BMW X5 M puede ser deportivo, incluso un Rolls-Royce Ghost V12 también tiene su toque de deportividad, pero seamos sinceros, si queremos un deportivo divertido lo mejor es optar por los formatos más pequeños.
En el Grupo BMW tienen a día de hoy dos cochecitos que exponen como ningún otro lo que os estoy contando. Por un lado, el nuevo MINI GP, y por otro el BMW M2 CS. Cada uno de ellos se presenta en un formato completamente diferente. Tracción delantera vs tracción trasera, cambio manual contra automático, cuatro cilindros frente a seis cilindros. Todo eso en realidad da igual pues, al fin y al cabo, el concepto de deportividad es directamente proporcional a la diversión que genera.
El M2 CS es la joya de la corona de la división M de BMW. Los habrá más potentes y salvajes, pero con este coche los alemanes nos demuestran que no se les ha olvidado eso de hacer deportivos pequeños de alto rendimiento. Motor delantero longitudinal, seis cilindros en línea, dos turbos, cambio manual y tracción trasera. Poco más se puede pedir a este mundo. Las cifras lo dejan bien claro; 450 caballos de potencia y 550 Nm de par motor. Con sus 4,46 metros de largo este pequeño cohete puede dejar en evidencia a deportivos mucho más grandes.
Esa misma filosofía, pero llevada al extremo es la que presenta el MINI GP. Con menos de cuatro metros de largo, 3,88 para ser exactos, las siglas de Grand Prix nos dan buena señal que debemos tomarlo en serio. No es otro utensilio pijo urbano. El GP ha nacido para dar espectáculo a las aburridas calles de nuestra ciudad, y para ello monta un cuatro cilindros turboalimentado de dos litros con cambio automático de ocho velocidades. El MINI más potente jamás construido.
306 caballos de potencia y 450 Nm de par son el resultado. Pero no solo de potencia se alimenta el hombre, hace más reducir el peso que incrementar el rendimiento. Así que los ingenieros de MINI se han deshecho de todo lo que no fuera necesario, incluidas las plazas traseras, que han sido eliminadas para dejar paso a una enorme barra pintada en rojo. ¿Cuánto peso se ha ahorrado con esta jugada? Nada, de hecho, el MINI GP es 35 kilos más pesado que un Cooper S de tres puertas automático. ¿Cómo es posible?
Pues la culpa hay que echársela a todos los refuerzos y modificaciones que lleva el MINI GP con respecto a un modelo convencional. Turbocompresor de mayor tamaño, inyectores modificados, pistones y bielas específicos, cigüeñal reforzado, refrigeración suplementaria, amortiguadores más fuertes, barras estabilizadoras, frenos más grandes, e incluso los rodamientos de las ruedas traseras han sido modificados para soportar el nuevo rendimiento del GP.
Por lo que parece a simple vista con el M2 CS, BMW no parece haberse tomado tan en serio las modificaciones, pero la realidad es que sí. Lo primero que han hecho los desarrolladores es someterlo a una estricta dieta de carbono. Capó de fibra de carbono, techo en fibra de carbono, retrovisores, labio frontal, difusor trasero, alerón, llantas forjadas de 19 pulgadas… Todo un trabajo de adelgazamiento que da como resultado que el M2 CS tiene exactamente el mismo peso que el M2 Competition.
En este caso BMW no se ha deshecho de los asientos traseros, pero semejante esfuerzo con los CFRP bien se merece que dejes las plazas libres para no sumar más peso. Así que, si tienes amigos, mejor que se vayan en su propio coche. Los esfuerzos también se han centrado en reforzar la conducción con una suspensión adaptativa, sacada de un M4, unos neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2, y todos los juguetes típicos de la división M. Es decir, diferencial activo con modo dinámico, frenos cerámicos por valor de 10 mil euros, volante y asientos específicos.
Al fin y al cabo, el interior de un deportivo también te tiene que transmitir esa sensación de carreras, y tanto MINI como BMW crean ese ambiente gracias al uso de la Alcántara y de unos asientos deportivos tan espectaculares como funcionales. Tampoco pienses que el equipamiento se ha quedado por el camino, porque no es así. La deportividad moderna también debe incluir muchos elementos de confort, chucherías y pantallitas. La única novedad realmente reseñable es que el MINI estrena cuadro de instrumentos digital, algo que ya habíamos visto en el MINI Cooper SE.
Nada más nacer el M2 se convirtió en el objeto de deseo de todo buen amante del motor. Tiene todo lo necesario para entregar tantas horas de diversión como cuando éramos pequeños. El CS (Competition Sport) lo que hace es llevar al límite cada detalle del M2. Es el que más corre, el que acelera más rápido, el que mejor frena y el que más agarra, bueno, cuando quieres que agarre.
Es una bestia, es impresionante no solo lo que rinde si no cómo lo hace. Todo parece sincronizado al milímetro. Todo menos la caja de cambios manual, que la verdad es que no es la mejor que se podía meter. Por 5.000 euros más BMW te monta una transmisión automática de doble embrague y siete velocidades. Con ella el M2 CS consigue sus mejores prestaciones, así que, si eres de esos quisquillosos con la precisión y las cifras, esa es la mejor opción que te puedes comprar.
Los cambios aplicados no reducirán el peso, pero sin lugar a dudas mejoran la experiencia de conducción. El M2 normal ya era un coche sensacional, pero el M2 CS roza la perfección. En línea recta corre como alma que lleva el diablo, pero lo realmente divertido ocurre al programar el modo dinámico del diferencial M y llegar a una curva. Toque al freno, recudimos y dejamos que nuestro yo pequeño se una con nuestro yo adulto. Veis niños, cuando uno se hace mayor todo es más divertido.
Lo único que echo en falta es algo más de mala leche saliendo del escape. Pero ahí la culpa no la tiene ni el M2 CS ni siquiera BMW. La culpa la tienen esos estirados de Bruselas apoltronados en sus aburridos trajes y en sus oscuros despachos. Por su culpa el mundo del motor en Europa se está despidiendo de coches como este. No pasa nada porque de vez en cuando el mundo se divierta señoras y señores de la Unión Europea. ¿Acaso ustedes no tuvieron infancia?
No sé si en Bruselas se lo pasan bien, pero si tuvieran un MINI GP seguro que más de uno cambiaba de opinión. Que sí, que los eléctricos son el futuro, pero no todos queremos desprendernos del olor a gasolina. Ese es el aroma que se respira en el MINI más divertido que ha salido de la línea de montaje de Oxford. Posiblemente también sea el modelo más incómodo que jamás hayan producido los ingleses, no hay mayor problema en un circuito con su liso asfalto, el problema lo tienes fuera, es decir, casi siempre.
El GP tiene casi 150 caballos de potencia menos que el M2, pero como es más pequeño las sensaciones son mayores. Sus cifras de prestaciones tampoco serán tan impresionantes como las del BMW, pero en un mundo real cualquier superdeportivo que se precie tendrá que sacar lo mejor de así para deshacerse de este pequeñín. No hay una recta tan larga o tan vacía en este mundo como para dejarlo atrás. Acelera de 0 a 100 en apenas 5,2 segundos y su velocidad punta es de 265 kilómetros hora. 265 kilómetros por hora en una caja de zapatos, tremendo.
Obviamente al llegar a una curva tampoco podemos esperar hacer los derrapes de M2 CS, pero tampoco pasa nada. Es rápido como una centella, gira plano y sale aún más rápido. Es preciso y es muy divertido tomar las curvas con él. Hace más de 50 años quedó muy claro que no hace falta ser potente, en curva, lo más importante es ser ágil. En el Rally de Montecarlo de 1964 un MINI Cooper se alzó con el primer puesto de la clasificación dejando a todos con la boca abierta. Un cochecito minúsculo de apenas un litro de cilindrada y 90 caballos consiguió batir a coches con motores V6 y V8 bajo el capó. Una proeza como pocas otras se han visto.
Con ese espíritu el MINI GP y el BMW M2 CS prometen entregar horas y horas de entretenimiento a sus privilegiados conductores. Sin embargo, hay un problema, y uno bien gordo.
Pero hay un problema muy serio con los dos, y es que no te los puedes comprar. Tanto el CS como el GP son coches de producción limitada, tan limitada que apenas un puñado de unidades llegarán a nuestro país. Del MINI GP tan solo se fabricarán 3.000 unidades en todo el mundo, de las cuales 100 estarán en España. El M2 CS es incluso más exclusivo. Fabricación mundial de 2.200 unidades y 75 en España. Una pena enorme, aunque para ser sinceros ninguno de los dos es especialmente barato. Los 45.900 euros del MINI parecen una ganga, pero los 103.900 euros del M2 CS se antojan excesivos.
De un juguete de la infancia a un juguete para adultos. Los coches tienen ese algo que solo se puede entender si experimentas de lo que son capaces. El automovilismo está cambiando, poco a poco nos iremos despidiendo de criaturas como el M2 CS o el MINI GP. Cada vez empezaremos a hablar más de kWh, amperios y voltios. El mundo no ve con buenos ojos este tipo de coches. Así que mientras existan habrá que disfrutarlos como cuando éramos pequeños.