PruebaBMW Serie 5: Una historia de éxitos en seis generaciones (III)
Llegamos a la última parte del repaso histórico de la Serie 5 de BMW, alcanzando la sexta generación, que es la que se vende en los concesionarios actualmente. Siempre recordaremos esta Serie 5 por su alto nivel de eficiencia gracias a BMW EfficientDynamics y por el nacimiento del BMW Serie 5 Gran Turismo.
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Publicado: 14/03/2015 13:30
Tras el repaso histórico de la Serie 5 de BMW, en Motor.es llegamos a la generación actual y no fue hasta el año 2009 el momento en el que pudimos ver las primeras imágenes del nuevo coche. Por supuesto el avance en el plano estético era evidente; nadie puede negar que es una de las berlinas más bonitas que BMW ha creado hasta las fecha, con perdón de los amantes de los clásicos.
Sin embargo, desde aquel día en el que este BMW enamorase a los fieles de esta serie, han pasado cerca de seis años y por ello en la actualidad se comercializa la versión revisada (restyling). Para distinguir el resyling del primero que salió de fábrica de la sexta generación, hace falta tener un ojo clínico y buscar entre los detalles. El motor de entrada actualmente pertenece a la variante 518d que desarrolla, desde hace un año, 150 CV (el anterior era de 143 CV). Es más eficiente, más potente y un buen punto de partida. Sin embargo el punto de inflexión lo marca el poderoso 520d de 190 CV.
Si cada generación ha tenido un punto muy característico, desde luego la actual será recordada por su alta eficiencia y por el nacimiento del BMW Serie 5 Gran Turismo. Las soluciones BMW EfficientDynamics ya están presentes en todos los vehículos de la gama y de serie el coche incorpora medidas que pueden rebajar los consumos y las emisiones hasta límites insospechados. Destaca, por ejemplo, la conducción ‘a vela’ (disponible sólo con el cambio automático). Esta medida desacopla la caja de cambios del motor y el coche ‘navega’ por inercia.
Entre otras medidas hay un sistema activo que cierra o abre las rejillas de refrigeración que se ocultan tras los riñones delanteros en función de las necesidades del motor, la recuperación de energía en la frenada o los modos de conducción, incluyendo el modo ECO PRO. De serie, cada BMW trae tres programas de conducción: ECO PRO, Comfort y Sport (a excepción de determinados modelos, como los BMW i, cuyos modos son diferentes).
En función del equipamiento opcional, estos tres modos se pueden convertir en cinco, con un programa adicional en materia de deportividad (Sport +) y otro en materia de confort (Comfort +). Sin entrar en mucho detalle, nuestra unidad de pruebas, vestida con línea Luxury (plano estético, llantas y molduras interiores), sólo tenía los tres modos de serie.
La Serie 5 de esta generación ha marcado una revolución, además de por su alto nivel de eficiencia, por la aparición en escena del BMW Serie 5 Gran Turismo; un coche sin rival con una estética criticada pero una calidad interior próxima la Serie 7 de BMW. No obstante, este BMW juega en una liga particular algo alejada de la filosofía de la berlina o el Touring, pero su éxito ha llevado a los equipos de Múnich a tratar de replicar la idea en la Serie 3, y por ello el BMW Serie 3 Gran Turismo es una realidad desde 2013.
Otro hito importante es que BMW ha dejado de comercializar el BMW M5 en carrocería Touring, mientras que Audi, por ejemplo, sólo comercializa el Audi RS6 en carrocería Avant. Curioso que dos marcas rivales y dirigidas a un target próximo, encuentren disparidad en el terreno de las altas prestaciones. No obstante, el actual BMW M5 ha bajado un escalón en cuanto a número de cilindros y cilindrada y opta por un motor V8 de 4.4 litros y 560 CV.
De los BMW M, es, probablemente el más discreto estéticamente hablando, pero tan poderoso, tan único y con unas reacciones tan exigentes que no podría ser sustituido por el BMW M6 Gran Coupé. Pero en Múnich han pensado que para celebrar el 30 aniversario de la marca había que ir un paso más lejos y había que poner a disposición de los clientes 300 unidades de un BMW M5 con 600 CV; casi nada.
Volviendo a poner los pies en la tierra, el coche que nos ocupa en color plata y con un interior vestido de madera, cuero marrón y molduras cromadas no es ni mucho menos esa máquina de altas prestaciones, y cuesta pensar que BMW sepa combinar en una misma serie, dos mundos tan opuestos. El BMW 520d no está destinado a correr hasta su límite, que es muy superior al que está permitido en nuestras carreteras.
Sus butacas son anchas y tienen una sujeción lateral suficiente para cualquier balanceo de la carrocería en conducción deportiva… pero no serán muchas las ocasiones en las que queramos ir sobrevirando. Este coche no está destinado para tal fin, sino para ser un compañero silencioso de viaje, como estar en el salón de tu casa, como si todo lo que ocurriera tras los cristales estuviera en un lugar mucho más lejano.
El aislamiento acústico es muy correcto y recuerda al alto nivel que Lexus proporciona en su GS 300h/450h. Sin embargo, este motor diésel es más atento que el motor híbrido japonés, y más cuidadoso transmitiendo ruido a la cabina, todo ello gracias a que el cambio por convertidor de par Steptronic de 8 velocidades de BMW es mucho más amable con las revoluciones que el CVT de la marca nipona. Sin embargo, el híbrido es menos rumoroso en bajas vueltas que el diesel de BMW, pero en Múnich ofertan motores de gasolina con un abanico de potencias de casi 400 CV. Incluso hay un menos conocido motor híbrido (ActiveHybrid 5) cuya potencia se queda a 5 CV del GS 450h, aunque los detalles de ambos los dejaremos para otro artículo.
El aislamiento acústico interior es sublime
Tecnológicamente este BMW puede disponer de toda la conectividad que puede desearse gracias a BMW ConnectedDrive, que nuestro compañero Oscar Magro os adelantaba ya hace un tiempo.
Por supuesto, el mundo interior de este BMW reserva todo su potencial a una correcta habitabilidad, mejor en las plazas delanteras que traseras donde un alto túnel central irrumpe con una altura considerable entre las piernas del quinto pasajero. Parte de la culpa es el espíritu de la tracción trasera de BMW, que forma parte del ADN de los conductores de la marca y por cuestiones técnicas, este ‘bloque’ debe quedarse donde está. Así que es una berlina de referencia, pero para cuatro pasajeros mejor que para cinco.
Y aunque este BMW ofrece un interior con buen espacio, el capó es larguísimo, así como el profundo maletero, que no es de portón, sino una tapa que da acceso a un espacio soberbio para cualquier familia que se va de vacaciones por mucho tiempo. Este ‘morro’ tan largo es necesario para alojar los diferentes bloques que la Serie 5 (recordemos que hay un abanico muy amplio en esta serie), y además tiene una presencia singular. Pero es necesario acostumbrarse al tamaño, sobre todo si el cliente acaba de escalar de un BMW Serie 3.
Y por supuesto, el lateral es inconfundiblemente de la
marca, con la famosa curva Hofmesiter como protagonista, que es la contracurva
del pilar C cuyo fin es recordar que estamos ante un coche de propulsión (la
berlina parece echada hacia atrás) y ayudar a los pasajeros a salir de una
forma más cómoda. El lujo es incuestionable y al volante, el BMW 520d se
presenta más que suficiente, sobre todo en bajo régimen donde hay una entrega
masiva de par para suavizarse en cuanto a reacciones a medida que alcanzamos
una vueltas más generosas.
En los primero recorridos da la sensación de ser más rápido que un 320d de la generación E90 (177 CV en el restyling), pero en seguida el peso y volumen adicional te hacen ver que no. Sin embargo, es tan próximo que no echas en falta fuerza para permitirte adelantar a otros coches sin ver sufrir al Serie 5 y por ello es un motor que puedo recomendar sin riesgo a equivocarme. Incluso un 525d, con 218 CV que sobre el papel es más correcto se presenta como una opción cuyo sobrecoste es mejor invertirlo en más equipamiento para un 520d.
El salto real está en el BMW 530d, ya con motor de seis cilindros y 258 CV; estas son palabras mayores… Y por el consumo, en ciudad usando el coche diariamente verás cifras que rondan 7,0l/100km y en un trayecto en carretera donde dos personas tratamos de obtener el mejor resultado posible, la media quedó en 5,5 litros, siendo el recorrido más eficiente de 4,9l/100km… Mejor que muchos utilitarios… y todo ello verá un cambio generacional en un futuro próximo, donde la tecnología debe dar un salto adelante, pero la pregunta es… ¿qué podemos esperar con este nivelazo?