Chevrolet Orlando LTZ 2.0 Diesel 163 CV MT. El americano que piensa en las familias europeas
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Publicado: 14/11/2011 17:03
La expansión de la gama de Chevrolet en el mercado Europeo es la mejor de las muestras de que sus productos van calando entre los clientes del Viejo Continente a un ritmo imparable. Si bien, con su recién cumplido centenario esto no deja de ser algo paradójico, hay que matizar que aunque Chevrolet tiene una potentísima imagen de marca a nivel mundial, algunos de sus coches son toda una novedad del siglo XXI para Europa. Pero cuidado, porque tienen mucho que decir entre sus rivales continentales.
En esta ocasión nos acercamos a su modelo familiar. Un monovolumen de siete plazas que cuenta con argumentos más que respetables para estar en el “equipo titular” de su segmento.
Motor.es ha tenido la oportunidad de probar el Chevolet Orlando en una de sus versiones tope de gama, movida por una mecánica turbodiésel de 1.998 centímetros cúbicos y 163 CV, completada con una transmisión manual de seis velocidades. Arrancamos
Prueba
Primeras impresiones
Tiene personalidad propia. Así que nuestro primer punto a favor, incluso antes de subirnos a bordo, es que se desmarca de la competencia. Además, es y parece un Chevrolet, por lo que podemos afirmar que el fabricante ha acertado en el planteamiento del diseño exterior de su monovolumen. Otra cosa son los gustos de cada uno.
La imagen robusta de su frontal se ha conseguido gracias al uso de elementos de gran tamaño: grandes faros, gran parrilla, incluso gran logo. Sencillos trucos para lograr que la zona principal de la imagen del coche le haga parecer más grande de lo que en realidad es.
En su carrocería siguen las líneas simples y rectas, con marcados pasos de rueda que contribuyen a mantener ese empaque frontal del que hemos comenzado hablando. Con una zona acristalada lateral que va menguando su tamaño para terminar “apoyada” sobre dos generosos pilares “C” con los que se ha conseguido que el Orlando sea “ancho de espaldas”.
La zaga, recta y casi cuadrada, mantiene esa sencillez de trazos y vuelve a recurrir al empleo de pilotos tamaño XXL para no romper con la parte delantera.
Otros detalles exteriores que también buscan ese efecto de robustez y sobredimensión son unas generosas llantas de aleación de cinco radios y 17 pulgadas de diámetro, que montan neumáticos 225/50 R17. Si bien éstas son de 16 pulgadas (y un diseño de cinco dobles radios) para los acabados de acceso a la gama, también están como opción las de 18 pulgadas.
Y para terminar, los remates inferiores de los parachoques, tanto delantero como trasero, con dos símiles de protectores cromados casi sacados del mundo del 4x4.
Juzgad vosotros mismos si este coche, cuya longitud apenas llega a los 4,7 metros no parece mucho más grande a la vista.
Diseño interior
Personalmente creo que cada automóvil tiene una función principal y por eso comencé la prueba del Orlando de una forma un tanto especial. Antes de subirme tras su volante, me subí en sus plazas traseras. Porque en un monovolumen familiar como éste, la impresión que ofrece el coche para los pasajeros es tanto o más importante que la que debe tener el propio conductor.
La sensación es muy buena. Hay espacio para las piernas, tenemos salidas de ventilación propias, tanto entre los asientos delanteros como bajo los mismos, y el respaldo tiene una buena anchura para tres ocupantes. Si viajan dos personas, pueden aprovechar el apoyabrazos abatible que ofrece la plaza central y en el que hay, además, dos reposavasos.
Quizás estas plazas pecan de ofrecer una postura demasiado vertical, si bien es cierto que no llega a resultar incómoda, detrás se viaja bastante recto y, ligeramente más alto que delante, algo que el propio fabricante ha buscado para lograr una mayor visibilidad para los ocupantes de esta zona.
Ante nosotros tenemos un amplio salpicadero, con la consola central elevada y en la que se integra (de serie en el equipamiento LTZ) la pantalla multifunción de 7 pulgadas. Siendo esta parte abatible y tras la que se esconde una amplio hueco portaobjetos con la conexión USB integrada.
Los ajustes son excelentes, y los acabados muy buenos, y aunque hay guarnecidos en los que se emplean materiales bastante rígidos, la sensación general que ofrece el Orlando es de una gran calidad, equivalente a la de otros fabricantes europeos.
El verdadero sobresaliente en este aspecto de la prueba se lo vamos a poner en su
ergonomía interior. Muy pocos pocos coches en su segmento (y, por su puesto, fuera de él) pueden ofrecer siete plazas reales. Y cuando hablo de reales me refiero a un concepto que, bajo mi punto de vista, debe incluir tres aspectos distintos y con los que no suelen cumplir todos los modelos: facilidad de montaje y desmontaje, acceso y comodidad.
En el primer caso, las dos plazas traseras adicionales del Orlando se pliegan y despliegan a través de una simple “asa” colocada en sus respaldos y a la que se accede fácilmente desde el maletero. Se acciona sin esfuerzo y los 454 litros de capacidad de carga pasan a convertirse en uno o dos asientos, de forma independiente.
En segundo lugar tenemos el acceso. De la misma forma, accionando el tirador situado sobre el respaldo de la segunda fila de asientos, éstos se pliegan en dos o un tercio permitiendo un acceso absolutamente sencillo hasta los asientos de atrás desde ambas puertas.
Por último, su comodidad. Se trata de dos verdaderos asientos con reposacabezas y que permiten alojar, tanto por anchura como por altura, pasajeros de más de 1,90 metros de estatura teniendo hasta unos asideros, que al igual que nos permiten fijar la carga cuando se trata del maletero, contribuyen a mejorar el confort del viaje. Solo el espacio para las piernas resulta algo limitado para los más altos.
Si por el contrario, en lugar de personas, tenemos que trasportar carga, en 20 segundos se pueden plegar totalmente tanto la segunda como la tercera fila de asientos para conseguir una superficie completamente plana y con 852 litros de capacidad y en donde pudimos meter incluso una bicicleta tumbada sin desmontar la rueda.
Comportamiento
Pongámonos ahora en el papel del conductor. Para empezar contamos con un puesto de conducción cómodo, gracias a un volante de muy buen tacto, regulable en altura y profundidad, y con una buena disposición de los principales mandos. Quizás el uso de la botonera de la consola requiere cierta adaptación, especialmente cuando se trata del sistema de navegación, pero en contrapartida, los controles del volante multifunción permiten el manejo de los principales dispositivos con total comodidad.
La siguiente sorpresa viene con el motor en marcha. Algo rumoroso en bajos, este 2.0 turbodiésel ofrece un comportamiento excelente. Sus 163 CV hacen que el Orlando se mueva con una soltura que impacta, aún más, cuando uno mira la ficha técnica y ve que estamos hablando de un vehículo de 1.655 kilogramos. Tanto en aceleración, recuperaciones o velocidad punta, el Orlando cumple con nota y, una vez pasadas las 1.500 revoluciones por minuto dispondremos casi de sus 360 Nm de par.
También el conjunto de suspensiones y dirección han sido muy bien afinados y hacen que su conducción sea más cercana a la de un modelo compacto que a la de uno de esos grandes monovolúmenes con “efecto barco”.
Como hemos dicho anteriormente, cada coche tiene su función y por eso no tiene sentido hablar en este caso de usos deportivos. Eso no quita, que el comportamiento, la estabilidad e incluso la frenada del Orlando tengan una puesta a punto idónea para el modelo del que estamos hablando.
Por otro lado, la reserva de potencia que nos ofrece el propulsor nos permite circular en marchas largas a bajas revoluciones (haciendo que esa rumorosidad inicial desaparezca por completo) para lograr que las cifras de consumo oficiales, con un combinado de 6 litros a los 100 kilómetros, sean una realidad. Esto se traduce en una muy buena autonomía para viajes de largo recorrido y hemos podido recorrer unos 400 kilómetros con rutas mixtas entre ciudad y carretera con un solo depósito de combustible.
En resumen
Puede que el Chevrolet Orlando no sea un modelo tan popular como algunos de sus rivales, pero una vez que se prueba es imposible no colocarlo al mismo nivel que cualquiera de ellos, tanto por mecánica, como por habitabilidad. Si a esto le añadimos un precio realmente competitivo de 24.700 euros para esta versión LTZ (la más cara de la gama salvo si se incluye la caja de cambios automática) y un descuento (temporal) de la marca de 1.500 euros, es fácil predecir que acabará abriéndose hueco entre los modelos más vendidos del segmento de los monovolúmenes.
Pros y Contras
Con un motor potente y que consume poco y una habitabilidad exceletente, el Chevrolet Orlando se presenta como una de las opciones más recomendables dentro del segmento de los monovolúmenes. Siendo un modelo que puede aportar un importante papel para la estrategia de posicionamiento de la marca en el mercado europeo.
Datos y Equipamiento
Dimensiones
Longitud: 4.652 mm
Anchura: 1.836 mm
Altura: 1.633 mm
Distancia entre ejes: 2.760 mm
Maletero: 454 l (852 l con asientos abatidos)
Depósito: 64 l
Peso en vacío: 1.655 kg
Motor
Tipo: Diésel, turboalimentado
Cilindrada: 1.998 cm3
Nº Cilindros: 4
Potencia máxima: 163 CV a 4.000 rpm
Par máximo: 360 Nm a 2.000 rpm
Consumo oficial combinado: 6.0 l/100km
Emisiones CO2: 159 g/km
Cambio: Manual 6 Marchas
Transmisión: Delantera
Prestaciones
Velocidad máxima: 195 km/h
Aceleración 0-100 km/h: 10 s
Equipamiento LTZ
Airbag conductor y acompañante, lateral delantero y de cortina
ABS con EBD, Control de estabilidad ESC y Control de tracción TCS
Radio premium con interfaz USB para iPod y compatible con MP3
6 Altavoces
Sistema de navegación con pantalla a color de 7 pulgadas
Volante multifunción
Climatizador automático
Sensor de aparcamiento trasero
Ordenador de a bordo
Control de la velocidad de crucero
Sensor de lluvia
Sensor de luces
Retrovisores plegables eléctricos
Luz ambiental azul en panel de instrumentos
Llantas de aleación de 17 pulgadas
Faros antiniebla delanteros
Opciones
Pintura metalizada: 400 euros
Asientos de cuero calefactables: 1.150 euros
Techo solar: 825 euros
Rivales
A pesar de la multitud de modelos que componen el actual segmento de los monovolúmenes y monovolúmenes familiares, no todos ofrecen la posibilidad de alojar a siete pasajeros. Por lo que hemos centrado la lista de rivales del Orlando a los principales modelos que cuentan con esta característica.
Citroën C4 Grand Picasso. El principal factor de competencia en este caso es el precio, ya que el modelo francés es más economico que el de Chevrolet. Sin embargo, cuenta con motores menos potentes tanto en gasolina como en diésel.
Mazda5. Con un interior y maleteros más pequeños que los del Orlando, la baza del Mazda es su excelente motor 1.6 CRTD de 115 CV que, aunque menos prestacional que el de nuestro protagonista, brilla por sus prestaciones y consumos.
Opel Zafira. Con el tamaño más compacto del segmento, el “primo” lejano del Chevrolet se permite el lujo de ser un prodigio por su habitabilidad además de contar con una de las gamas de motores más completas del mercado.
Renault Grand Scénic. Los inventores de los monovolúmenes siempre tendrán mucho que decir dentro del segmento. La versión de siete plazas del modelo compacto galo dispone de motores turbodiésel de hasta 131 CV y un amplio espacio interior.