Después de probarlo, estas son las cinco claves principales del nuevo Lancia Ypsilon
El nuevo Lancia Ypsilon ha llegado para revolucionar el mercado. Su imagen y el hecho del regreso de Lancia han hecho correr ríos de tinta. Asimismo, después de ponerlo a prueba durante su presentación nacional, he de decir que me ha quedado muy claro su concepto, el cual se puede dividir perfectamente en cinco claves principales.
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Publicado: 22/10/2024 13:00
El Lancia Ypsilon es uno de los coches más mirados en los últimos meses. Sea por el retorno de la marca, por su estética o por lo interesante del modelo en sí mismo. Ciertamente es un coche que está levantando un fuerte interés entre el público objetivo.
Bien es cierto que nosotros ya tuvimos la oportunidad de probar este modelo durante su presentación internacional, hace unas semanas. Sin embargo, se ha vuelto a dar esta oportunidad, por lo que hemos tenido a bien en crear una lista con algunos de sus puntos fuertes más destacados.
1- Una estética sin comparación
Sobre la estética del Lancia Ypsilon se ha hablado mucho en los últimos meses, más aún desde su llegada al mercado. Como dicen por ahí, «gustos hay tantos como colores», pero bajo mi punto de vista meramente personal, el Ypsilon ha acertado en sus líneas exteriores. La compañía nunca ha sido especialmente prudente en sus estéticas, y esta no iba a ser una excepción por mucho que estemos ante la alternativa más accesible de la nueva generación de Lancia.
El frontal es inconfundible, con ese cáliz compuesto por tres tiras lumínicas que cruzan todo el ancho del coche hace. Bajo este signo personal, los diseñadores han ubicado los faros principales en los extremos, en un lugar mucho más abajo que de costumbre, mostrando así una impronta sin igual.
En la trasera sucede algo similar, pues su personalidad conjuga mano a mano con algo más de historia y tradición dentro de la marca. Concretamente, sus grupos ópticos están inspirados en los mismos que ya lanzase la marca hace varias décadas en el Lancia Stratos. Estos, a su vez, están unidos por una moldura en negro brillante donde se ubica el nombre de la compañía italiana.
2- Cuidado diseño interior
Lo mismo que se ha visto en el exterior, sucede también en el interior. El habitáculo ha sido rematado con elementos y tapizados de bastante buen tacto y buena calidad a la vista. La mayoría de superficies susceptibles al tacto cuentan con un acolchado, así como los asientos hacen uso de un forrado de terciopelo realmente atractivo. Pese a todo esto, la marca emplea el tedioso negro piano en ciertas zonas, siendo un material que se ensucia realmente rápido y tiende a arañarse.
Sobre el salpicadero del Lancia Ypsilon se ubican dos pantallas de información y entretenimiento. Un cuadro de instrumentos, el cual puede personalizar los datos que en él se reflejan y que cuenta con una diagonal de 10,25 pulgadas. Este mismo tamaño se replica en la central multimedia, la cual cuenta, como no podría ser de otra manera, con conexiones móviles vía Apple CarPlay y Android Auto.
En términos de espacio, el Lancia Ypsilon cumple bien en la fila delantera y también en la trasera. En esta última podrán viajar dos adultos de hasta 1,85 metros con cierta comodidad, aunque no con una habitabilidad demasiado sobrada. Por último, el utilitario de Stellantis ofrece un maletero de 352 o 309 litros de volumen para la versión eléctrica e híbrida, respectivamente.
3- Mecánicas para elegir
El Lancia Ypsilon promete ser el último coche con motor térmico que se instale en la marca italiana, al menos por ahora y para comercializarse en Europa. Todo dependerá de la acogida de los clientes y del avance de la normativa europea. No obstante, por ahora el modelo utilitario cuenta con dos opciones mecánicas: híbrida o eléctrica.
La variante híbrida es la más accesible de entre ambas. Esta ofrece una potencia máxima de 100 CV extraídos de un bloque alimentado por gasolina, con tres cilindros y 1.2 litros de cubicaje. A este se une un pequeño sistema eléctrico formado por un motor de 29 CV y una batería de 0,89 kWh de capacidad bruta. Con esto, el modelo ofrece unos consumos realmente contenidos y la ansiada etiqueta ECO de la DGT.
Un paso por delante, y como joya de la corona de la gama, se encuentra la versión 100% eléctrica, con 156 CV y 260 Nm de par máximo. Este bloque motor eléctrico se asienta sobre el eje delantero y está alimentado por una batería de 51 kWh de capacidad bruta. La batería se puede recargar a una potencia máxima de 100 kW en corriente continua o a 11 kW en corriente alterna. Su autonomía ronda los 400 kilómetros y su consumo homologado los 14,6 kWh/100 km.
4- Precio de partida
Lancia es una de las marcas perteneciente al club «premium» dentro de Stellantis, al igual que también lo hacen Alfa Romeo o DS. Esto es indicativo de una calidad de acabados, una tecnología más puntera y una imagen más distintiva, pero también de un precio más alto que sus «primos» de otras compañías del conglomerado.
Pese a que el Ypsilon comparte buena parte de su concepción con el Peugeot 208 o el Opel Corsa, el italiano mira hacia otro tipo de cliente, y por ello ofrece todo lo enumerado anteriormente junto a una factura inicial algo más elevada. Concretamente, el Lancia Ypsilon de mecánica híbrida parte en España desde 23.900 euros, sin incluir ayudas o descuentos.
De igual forma, el Lancia Ypsilon eléctrico parte en nuestro país desde 34.500 euros, también sin incluir ayudas o descuentos. Esta variante, concretamente, se puede beneficiar de numerosos puntos, por lo que su precio final, de restarse todos los abonos disponibles, podría incluso rondar los 26.000 euros, aproximadamente.
5- Una dinámica bien conseguida
El Lancia Ypsilon presenta una puesta a punto dinámica más que sobresaliente. Pese a que se trata de un modelo del mismo corte que sus «primos» ya mencionados, lo cierto es que el italiano recurre a numerosos elementos adicionales, como un chasis con una anchura mayor o unas suspensiones específicas. Todo ello redunda en una pisada más contundente ante las curvas, pero también en un dinamismo mucho mejor logrado.
En ambas mecánicas, la dirección es bastante contundente y da buen feeling de lo que sucede más allá del aro del volante. La diferencia clave entre una mecánica u otra, en los términos más prácticos, es que la eléctrica es más suave y tiene una dinámica más lineal. En el caso de la opción híbrida se deja notar más el motor térmico de gasolina, aunque sí es muy favorable a conceder el llamado «efecto vela», ahorrando así un importante gasto de combustible.
Ambas opciones me han parecido realmente interesantes, aunque cada una apunta a un tipo de cliente objetivo. No obstante, el híbrido me parece realmente idóneo para un público aún más general, pues cuenta con una mayor autonomía, es bastante suave de conducir y presenta unos consumos realmente bajos. Todo ello con la guinda de obtener la ansiada etiqueta ECO de la DGT, lo que facilitará notablemente los desplazamientos por vías urbanas.