PruebaCitroën C4 Picasso BlueHDi 150 Exclusive (III): Prueba dinámica, valoraciones y conclusiones
En las dos anteriores partes de la prueba del Citroën C4 Picasso os hablamos de sus distintas versiones, del equipamiento y de su diseño y habitabilidad. Para esta tercera parte le hemos dado caña al motor BlueHDi 150 del cual os vamos a contar su rendimiento y dinámica general del coche.
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Publicado: 19/09/2014 11:00
La oferta de motores que presenta Citroën es muy amplia y variada, como ya os comenté en la primera parte de esta prueba, los motores menos potentes se reservan para los acabados más bajos, Attraction y Seduction, mientras que los nuevo motores BlueHDi , al igual que las versiones más potentes están exclusivamente reservados para los dos acabados superiores, Intensive y Exclusive. Para este caso concreto nosotros contábamos con el BlueHDi 150 con caja de cambios manual de seis velocidades asociado al sistema de arranque y parada automático S&S.
Las cifras de rendimiento que presenta esta unidad son: 1.997 centímetros cúbicos de cilindrada, cuatro cilindros, potencia máxima de 150 CV a 4.000 rpm y un par motor de 370 Nm que se encuentra a unas tempranas 2.000 rpm. Su velocidad máxima queda limitada a 201 Km/h y presenta una aceleración de 0 a 100 Km/h en 9,2 segundos. Unas cifras muy, pero que muy buenas y más que suficientes para tratarse de un monovolumen de tamaño medio y capacidad suficiente para cinco pasajeros con sus correspondientes equipajes.
Comportamiento dinámico
Hay que tener muy presente el modelo que nos ocupa, un monovolumen, diseñado y concebido para familias, por lo que no hay que compararlo con un compacto o una berlina de alto rendimiento, no sería justo. La verdad es que los 150 CV se me antojan más que suficientes para cualquier situación, ya podemos ir solos como cargados a tope que en todo momento el coche encuentra el empuje necesario. Da gusto encontrarte con un coche que sabe responder y que lo hace de forma adecuada a nuestras exigencias, eso sí, no pidamos peras al olmo, como se suele decir, a 30 Km/h en quinta no va, pero es que ni este ni ninguno.
Si me preguntas cual es el entorno en el que mejor se desenvuelve el C4 Picasso, mi respuesta es rápida y concisa, en todos. Autopistas, carreteras nacionales, puertos de montaña, ciudad...en todos y cada uno de ellos el empuje se encuentran rápidamente, eso sí, la entrega de potencia es un poco brusca en cuanto entra en acción el turbo, pero créeme, da gusto, ya que este será contundente con nosotros cuando nosotros lo seamos con él. Adelantar es una de las maniobras que más tensión suele despertarnos, pero no tendrás ningún problema si llevas este motor, ya que incluso en sexta podrás hacerlo con total tranquilidad.
La palanca de cambios tiene recorridos cortos. Las marchas engranan como corresponde, de forma suave y cómoda
Este aspecto es uno de los mejores de la unidad de potencia, motor y caja de cambios. Citroën ha sabido combinar a la perfección el rendimiento y el bajo consumo. En ciudad podrás circular perfectamente a los 50 Km/h legales a unas 1.100 vueltas y si estamos en autopista, a 120 Km/h el cuentarrevoluciones se quedará muy cerca de las 2.000 rpm. Gracias a este detalle se consiguen unas cifras de consumo realmente buenas. No te costará ningún esfuerzo hacer entre 5 y 5.5 litros a los 100 Km. Es una pena que el depósito de combustible sea de tan solo 55 litros, aún así la autonomía está por encima de los 1.000 kilómetros si somos cariñosos con el pie derecho.
El nuevo Picasso monta la plataforma EMP2 de Citroën. Su fabricación ligera tiene dos grandes ventajas, mayor robustez y menor peso. Este último factor es determinante si hablamos de la dinámica, el menor centro de gravedad que se logra permite una mayor agilidad, uno de los puntos débiles de este tipo de coches. He de decir que la unidad de pruebas montaba unos excelentes neumáticos Michelin Pilot Sport 3, y se nota. Créeme cuando te digo que en ciertas ocasiones lo he torturado para saber dónde tenía los límites y el resultado es claro, hay que ser muy, pero que muy bruto para encontrarlos.
En carreteras sinuosas el comportamiento es muy bueno, es inevitable que se produzca un pequeño balanceo de la carrocería pero no es nada desagradable ni inseguro. Toma las curvas con total soltura y si por algún motivo llegamos a un giro pronunciado con demasiada alegría el control de estabilidad toma el mando, limitando la potencia y evitando cualquier susto. Hay que decir que aunque exista un botón para apagarlo, este no lo hace de forma completa en ningún momento. Es un coche familiar, así que no hay motivo para quitarlo.
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Si entramos en entornos urbanos, la suavidad de la dirección y el puesto de conducción alto son las mejores armas para desenvolvernos a la perfección entre el tráfico. Eso sí, hay que decir que cuesta encontrar los límites físicos del coche, el amplio salpicadero, del que ya te hablé en la segunda parte de la prueba, impide que en algunas ocasiones sepamos donde acaba realmente el coche. Cuesta acostumbrarse, pero con el tiempo se logra.
Salvo este detalle, la visibilidad es perfecta, los ángulos muertos están cubiertos gracias al indicador de obstáculos, la luneta trasera de gran tamaño permite verlo todo, y si nos ponemos a aparcar y desaparcar, la las cámaras exteriores serán de gran ayuda. Es más, esta unidad contaba con el Park Assist, un invento más curioso que práctico, ya que si lo activamos, el coche realiza las maniobras de estacionamiento y salida por sí solo. Ya te digo que es un gadget muy chulo y su funcionamiento es maravilloso, pero se toma su tiempo para medir los huecos y de encontrarlo debe ser unos cuantos centímetros mayor que el coche, un lujo no muy habitual en los centros de las ciudades.
Si hablamos de confort, la palabra para definirlo es cómodo, tal cual. La suspensión ha sido profundamente trabajada por parte de los ingenieros de la marca, logrando un genial resultado. Se podría decir que no es blando, pero tampoco es duro, esto quiere decir que en situaciones normales filtra perfectamente cualquier irregularidad que nos encontremos, pero si optamos por tomar las curvas de forma un poco más atrevida, no encontraremos rebotes ni inseguridades, siendo la suspensión perfectamente capaz de fijar el coche a la carretera.
Lo que sí me ha parecido es un poco ruidoso, nada molesto, no me malinterpretéis, pero me lo esperaba mejor. Dándole vueltas he llegado a la conclusión de que buena parte de la culpa se la podemos achacar a esos neumáticos Michelin de los que hablábamos antes. Son de perfil estrecho, y si a esto le sumamos que las llantas son de 18 pulgadas, nos encontramos con el problema de la rumorosidad. Te vuelvo a repetir que no es nada incómodo ni desagradable, hace que se reduzca un poco el confort.
Conclusión
No tengo ninguna duda que recomendaría este motor a cualquiera, es suficientemente potente, tiene una buena respuesta, es agradable y ahorrador. Sé que en un principio la opción más lógica sería el motor de HDi de 115 CV, pero de verdad, por menos de 2.000 euros de diferencia los 150 CV son una opción muy apetecible. El tema de la caja de cambios ya es algo más personal, el manual funciona de maravilla, pero otra vez vuelve a pasar lo mismo, la diferencia que la separa de la transmisión manual es de 600 euros, por lo tanto tampoco es mala opción.
En definitiva el Citroën C4 Picasso es una muy buena opción si tenemos que comprarnos un monovolumen, posiblemente la mejor actualmente. Su diseño y su tecnología están muy por encima del resto de rivales. Hay que reconocer lo evidente, los ingenieros y desarrolladores de Citroën han hecho un gran trabajo. Ahora es que el turno para que el resto de marcas se ponga el mono de trabajo e intente alcanzar al C4.