Probamos el BYD Dolphin: desgranamos las claves que prevén su gran éxito (con vídeo)
El nuevo producto de BYD en España pasa por nuestras manos. El Dolphin llega para ser el modelo más pequeño y económico de la casa. Te desgranamos cuáles son las claves de su potencial éxito.
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Publicado: 07/11/2023 19:00
En poco tiempo cada vez más marcas chinas se están haciendo notar en el panorama automovilístico mundial. Firmas como NIO, XPeng o Zeekr retumban en nuestras cabezas a la hora de pensar en un eléctrico. Sin embargo, BYD ha conseguido superar a todas y cada una de ellas con un poderío que asusta. Actualmente, Beyond Your Dreams se ha convertido en el líder mundial de vehículos enchufables, acercándose a la todopoderosa Tesla en el campo 100% eléctrico. ¿Su secreto? Productos tan sensatos y atractivos como el que acabo de probar, el BYD Dolphin.
Llevamos mucho tiempo esperando su llegada a España. El Dolphin llega con la vitola de ser el coche más barato y pequeño de la casa en Europa. En China, su tierra natal, los de Shenzhen amplían la familia por debajo con el BYD Seagull. Un urbano que ha conquistado un tremendo éxito. Con apenas 3,8 metros de largo es capaz de ofrecer hasta 405 kilómetros de autonomía (ciclo CLTC) por un precio que oscila entre los 10.300 y los 12.500 euros. Un verdadero democratizador de la movilidad eléctrica que todavía no ha confirmado su llegada al Viejo Continente.
Pero dejando a un lado al Seagull, permíteme centrarme en el modelo que hoy ocupa toda nuestra atención. El Dolphin penetra entre los segmentos B y C. Un espacio donde cada vez encontramos más modelos eléctricos. Muchos son los rivales que se le pueden asignar como el Volkswagen ID.3, el MG4, el Peugeot e-208 o el CUPRA Born, entre otros. Sin lugar a dudas, el Dolphin ofrece lo mejor de dos mundos en sus 4,29 metros de largo, 1,77 metros de ancho (sin retrovisores) y 1,57 metros de alto. A esas cotas hay que sumar una distancia entre ejes de 2,7 metros. Estas son sus principales armas para reinar entre todos ellos.
Diseño "extraño"
El principal argumento de venta en nuestro país. Si bien es cierto que en cuestión de gustos no hay nada escrito, BYD nos presenta un coche difícil de catalogar. Si bien por delante resulta excesivamente "chino", la zaga se muestra más atractiva gracias a su enrrevesada firma lumínica y su franja de LED que crea un efecto visual muy poderoso. Las opciones de personalización son amplias con recursos actuales como el techo en contraste, sólo en el acabado Design, las llantas de 17 pulgadas o las 7 combinaciones posibles para el exterior.
Interior completo
Todos sabemos que los coches de los segmentos B-C no destacan principalmente por su calidad de materiales, pero BYD sabe que en Europa somos muy señoritos a la hora de valorar los acabados de un coche. El Dolphin será pequeño, pero para nada está mal rematado. Emplea materiales de calidad, habituales en segmentos superiores, aunque también elementos plásticos en zonas donde no es habitual tocar. La presentación es buena. Destaca la amplia digitalización y la consola central con efecto flotante.
Tras toda esa pompa y boato estética se esconde mucho equipamiento, algo innato en un coche eléctrico. Dos son las pantallas que llegan de serie. La primera la encontramos tras un volante multifunción. El panel es bastante sencillo. Corriente. Informa sobre los aspectos más importante de la conducción como la autonomía, el estado de la batería, la velocidad o los asistentes más destacados. Su personalización es mínima, pero se agradece su presencia para no tener que prestar tanta atención al panel principal.
Con un tamaño de hasta 15,6 pulgadas, el Dolphin integra la pantalla multimedia más grande de su categoría. Tras ella se esconde la última versión del sistema operativo de BYD. Un software extremadamente rápido y fluido que destaca por ser bastante sencillo de usar, aunque reúne casi todas las funciones en el display. Como la pantalla es tan grande, la visibilidad de los detalles es fácil, aunque no me termina de convencer que la climatización también esté integrada. Hay una barra con accesos rápidos, pero esos se centran, principalmente, en la conducción en sí misma.
A ese despliegue de pantallas podemos sumar que permiten que el Dolphin pueda rivalizar con cualquier modelo de segmentos superiores. Me refiero a detalles como los faros de LED, el techo panorámico, las cámaras de aparcamiento de 360 grados, climatizador automático con bomba de calor, conectividad para dispositivos móviles, acceso y arranque sin llave, asientos delanteros eléctricos y un completo paquete de asistentes con un nivel 2 de conducción autónoma. Más adelante llegarán paquetes menos completos, pero más baratos.
Espacio interior
¿Quién dijo que ser pequeño está reñido con la habitabilidad? Fuese quien fuese no se había montado en el BYD Dolphin. No es que sea amplio para un utilitario, es que me he montado en berlinas medio metros más largas con peor espacio en la fila trasera. El acceso y la salida son muy cómodos gracias a su altura y una vez dentro sorprende la distancia que hay hasta el asiento delantero y también hasta el techo. Pasajeros de hasta 1,95 metros de estatura pueden ir cómodamente y sin pasar angustia.
Las plazas delanteras son cómodas, pero también las traseras. Tres pasajeros adultos pueden viajar cómodamente porque no hay un túnel central que obligue a viajar con las piernas abiertas y eso se agradece. Sin embargo, mi recomendación es no pasar de los dos ocupantes traseros porque en un viaje largo la anchura puede acabar perturbando el confort. A pesar de ello encontramos varios elementos de confort como las ventanillas eléctricas, las tomas USB y los espacios portaobjetos. Ya que hablo de espacio de carga, el maletero ofrece un mínimo de 345 litros que se amplían a los 1.310 si se abate por completo la segunda fila de asientos.
Buen y eficiente rendimiento
Durante esta toma de contacto he tenido ocasión de probar la versión tope de gama, la primera que aterrizará por nuestros lares. BYD apuesta por lo básico y funcional. Un sólo motor, instalado en el eje delantero que ofrece 204 caballos de potencia y 310 Nm de par motor. Sus cifras de rendimiento no son malas, pero tampoco exageradamente impresionantes para tratarse de un eléctrico puro. Aceleración de 0 a 100 Km/h en 7 segundos y velocidad punta de 160 kilómetros por hora. La patada es solvente, permite salir desde parado y adelantar sin problemas, pero cuanto más rápido circulemos menos reactivo se vuelve el Dolphin. Algo que deberemos tener en cuenta en carreteras secundarias para acelerar.
La marca nos propone varios formatos de conducción: Eco, Normal y Sport. Las diferencias entre ellos son evidentes. En el modo más eficiente el coche limita mucho su respuesta, pero en un uso normal y corriente lo más recomendable es circular con el programa Eco para así poder aprovechar al máximo cada kWh de la batería. También existen modos de regeneración: High y Standard que alteran el frenado motor del coche a la hora de levantar el pedal del acelerador. De ninguna forma estamos hablando de un coche de pedal único.
El Dolphin resulta muy agradable de conducir. Es un eléctrico tranquilo que se desenvuelve tan bien en la ciudad como fuera de ella. La visibilidad es buena en todo el perímetro y hay que destacar su buen refinamiento. El habitáculo está bien aislado y apenas hay molestias interferencias del exterior. No es un BYD Tang, como ya te contamos, pero para ser un coche tan pequeño está muy bien resuelto. La comodidad extra la aporta una suspensión muy blanda, multibrazo en el eje trasero, capaz de tragarse los baches y los badenes sin problemas. Por contra, tampoco podemos decir que su dinámica sea apasionante. Algo que nadie esperaba.
Bajo el suelo del coche se instala una batería LFP de origen BYD con una capacidad bruta de 60,4 kWh. Homologa, en ciclo WLTP, una autonomía de hasta 427 km para la versión probada. Durante nuestro recorrido el ordenador de a bordo a marcado un consumo de apenas 16 kWh a los 100 kilómetros. En entornos más favorables y con una conducción más eficiente podemos bajar fácilmente de esa cifra. Eso quiere decir que sí, que el BYD es capaz de cumplir con su autonomía. Para la recarga contamos con alimentadores de alta potencia, hasta 88 kW en corriente continua y hasta 11 kW en corriente alterna.
Precio asumible
¡Que llegan los chinos avisan los más críticos! ¡Ya están aquí! Europa teme la llegada de rivales asiáticos porque estos son capaces de ofrecer tarifas más atractivas que los modelos europeos. Por ahora MG se está llevando el gato al agua con el MG4, pero el Dolphin llega para arrebatarle ventas. Actualmente, el precio de salida es de 35.690 euros, sin ofertas, promociones o planes de descuento del Gobierno. Acogiéndonos a todos los descuentos su tarifa básica arranca en los 24.480 euros. 2.000 euros más, 26.480 euros, si optamos por el acabado más completo de la familia. Más adelante llegará unidades más económicas con menos autonomía y prestaciones.
Conclusiones
China quiere participar de la escena mundial del mundo del motor y está en disposición de hacerlo en un tiempo récord. Su agresiva estrategia es capaz de ofrecer productos tan interesantes como el BYD Dolphin. Un utilitario grande que si bien saca lo mejor de sí en la ciudad, no desempaña su actuación fuera de ella. Está bien acabado, su equipamiento es muy completo, su habitabilidad es excelente y, encima, es cómodo, agradable de conducir y gasta poco. Tiene muchos buenos argumentos para despuntar en nuestro país. El precio podría ser más competitivo, es cierto, pero al menos ofrece mucho más de lo que se pueda necesitar.