Comparativa Citroën ë-C3 vs Dongfeng Box, dos formas de entender cómo debe ser un utilitario eléctrico asequible (con vídeo)
¡Duelo eléctrico! Enfrentamos al Citroën ë-C3 con el Dongfeng Box, dos urbanitas con filosofías opuestas. ¿Minimalismo práctico o equipamiento sorprendente? Los hemos examinado a fondo y hay un ganador, descúbrelo en nuestra prueba en vídeo.

Dongfeng Box y Citroën ë-C3, frente a frente
En esta ocasión os traigo una comparativa muy interesante entre dos modelos que buscan conquistar a aquellos que busquen un coche eléctrico urbano y funcional. Son el Citroën ë-C3 y el Dongfeng Box, dos coches con un mismo objetivo pero con filosofías radicalmente distintas. Uno convence y el otro sorprende, pero ¿cuál es la mejor compra?
Empiezo hablando por el modelo que menos conocéis, el Dongfeng Box. La marca china se estrenó en el mercado europeo el año pasado y su primer lanzamiento ha sido este eléctrico muy urbanita. Tiene un diseño muy moderno y simpático, con detalles de calidad como las puertas sin marco y las manillas enrasadas con la carrocería. Doy fe de que la gente se queda mirando el coche cuando pasas.

Que el planteamiento de ambos coches es diferente se aprecia desde el primer vistazo. El modelo chino está plagado de formas redondeadas mientras que el europeo apuesta por las líneas rectas y un cierto aire crossover. Visualmente transmite más robustez e incluso parece más grande que su rival pero no os dejéis engañar, sus dimensiones exteriores son casi calcadas.
Dimensiones | Citroën ë-C3 | Dongfeng Box |
---|---|---|
Longitud | 4.015 mm | 4.030 mm |
Anchura | 1.755 mm | 1.810 mm |
Altura | 1.577 mm | 1.570 mm |
El tamaño exterior es de las pocas cosas en común que tienen estos dos urbanitas. También por dentro tienen enfoques diferentes. A bordo del Citroën C3 eléctrico se aprecia que la marca francesa ha querido subrayar la practicidad. El diseño vuelve a estar dominado por líneas rectas, horizontales en este caso para dar mayor sensación de anchura, y los materiales empleados son de una calidad normal para este segmento.
Destaca el puesto de conducción con un volante de dos radios, pequeño y achatado. Por encima de él se puede ver la instrumentación, que abandona el formato tradicional para convertirse en una barra digital de información proyectada que muestra los datos con claridad pero que resulta demasiado básica. Por ejemplo, el ordenador de a bordo no indica el consumo eléctrico medio, inexplicablemente.
El sistema multimedia de Citroën está formado por una pantalla táctil de 10,25 pulgadas con un interfaz muy personalizable. Es compatible con Android Auto y Apple Carplay. Me ha gustado que las principales funciones de climatización se pueden operar fuera de la pantalla, en un módulo con botones físicos.


En el Dongfeng Box es evidente que se percibe una atmósfera muy distinta. La marca asiática trata de ofrecer una calidad superior a la que se suele ver en este segmento y lo consigue vistiendo de cuero muchos elementos del salpicadero y las puertas. Me gusta mucho el aspecto y hay detalles interesantes como la consola flotante o la guantera que se abre como un cajón: es verdad que no es demasiado práctico pero es una solución llamativa.
Las posibilidades de equipamiento pueden ser la clave para elegir
El Box me ha desconcertado un poco en lo que se refiere a equipamiento porque hay cosas propias de elementos superiores y a la vez también hay cosas que se echan en falta. Así, nos encontramos con asientos delanteros calefactados, ventilados y con regulaciones eléctricas que, por cierto, van tapizados en piel sintética. Pero por otro lado, el volante no se puede regular en profundidad y la instrumentación digital de 5 pulgadas parece demasiado sencilla.
No podemos personalizar nada, Dongfeng solo ofrece un acabado para el Box y todo viene de serie. Incluso en esto son diferentes ambas marcas porque Citroën ha configurado una gama con tres acabados disponibles para el ë-C3: el básico que va bastante pelado, uno intermedio y un tope de gama con todo lo que podemos necesitar pero sin nada lujoso ni fuera de lo normal.
Os habréis fijado en que apenas hay botones en el habitáculo del Box y eso se debe a que Dongfeng se ha decantado decididamente por la digitalización. Casi todo se concentra en el sistema multimedia y yo hubiera preferido que las funciones principales tuvieran botones físicos. Al menos, recurre a una pantalla grande de 12,5 pulgadas, de gran calidad y que funciona bastante bien. El mayor problema que puedo ponerle es que no tiene Apple CarPlay y Android Auto integrado.


En las plazas traseras del modelo chino se aprecia mucho sitio para las piernas teniendo en cuenta que es un coche de solo 4 metros de largo, hay más espacio que en el ë-C3 que luego os enseñaré. El interior del Box está homologado para cinco pasajeros pero en realidad es como si fuera para cuatro porque no hay anchura suficiente, la plaza central es incómoda y ni siquiera tiene reposacabezas.
Es una de esas lagunas en la dotación que mencionaba antes y aquí vuelven a quedar patentes en otros detalles como que no hay tomas USB o al menos una toma de 12 V, que tienen casi todos los coches. Otro despiste o, al menos, una elección rara de equipamiento.
El singular Dongfeng Box tienen una modularidad escondida realmente curiosa. Los asientos delanteros, una vez que se quitan los reposacabezas, se puede reclinar hacia atrás quedando alineados con la banqueta trasera. De esta manera queda una especie de área de descanso para tener nuestro momento chill out.


La segunda fila del Citroën ë-C3 no es tan espaciosa como la de su rival pero brinda espacio suficiente para que dos adultos de estatura media viajen con comodidad. El modelo francés también está homologado para cinco pasajeros pero igualmente el ocupante de la plaza central irá incómodo. Al menos contará con su propio reposacabezas, además de tomas USB, una toma de 12 V y varios bolsillos para guardar cosas.
Para ser versátiles, estos dos coches deben ofrecer una buena capacidad de carga y ciertamente cumplen bien en este apartado. El modelo francés tiene un maletero de 310 litros de capacidad con unas formas bastante aprovechables aunque el umbral queda bastante alto. Se puede ampliar el volumen abatiendo los asientos traseros en una proporción 60:40.
En el modelo chino también se observa un umbral alto pero además la boca de carga es más estrecha, algo que notaremos si tenemos que cargar algo voluminoso. El maletero tiene 326 litros de capacidad siendo, por tanto, un poco mayor que el ë-C3 sobre el papel aunque a la vista se ven muy parecidos. Una vez más, el Box falla en detalles de equipamiento como la ausencia de una bandeja o cortinilla cubreequipajes. Además, se pueden abatir los asientos traseros pero no están divididos en dos partes como su rival.

¿Se atreven a ir más allá de la ciudad?
Llega la hora de ponerse en marcha con estos coches eléctricos. ¿Cómo son dinámicamente cada uno de ellos? Al volante del ë-C3 se descubre rápidamente que es un eléctrico muy competente. Equipa un motor de 83 kW, es decir, 113 CV, así que tiene potencia suficiente para moverse con soltura en cualquier circunstancia.
La batería tiene una capacidad de 44 kWh y utiliza química LFP. Con ella se consigue una autonomía homologada de 320 km que es más que suficiente para uso urbano. Durante los días que me ha acompañado no he podido acercarme a ese valor, mi impresión es que el consumo energético era más alto del esperado. No puedo decir exactamente cuánto consumía porque, como mencioné antes, no hay manera de saberlo en este Citroën: ni la instrumentación ni el sistema de infoentretenimiento lo indican.
No es un coche para grandes viajeros pero si queremos hacer trayectos largos de vez en cuando habrá que parar con cierta frecuencia. Al menos cuenta con un cargador de a bordo que admite hasta 100 kW en corriente continua, algo que está bastante bien.

Me resulta llamativo que en la pestaña de la transmisión no vamos a encontrar el habitual modo B que tiene muchos coches eléctrico sino un modo C. Con este modo la retención es menor pero no he notado más diferencias. Básicamente el modo C hace lo contrario que el tradicional modo B, no veo la ventaja de desarrollar algo diferente.
Como es habitual en Citroën, se trata de un modelo que prioriza el confort. Lleva unos asientos que son cómodos y equipa de serie unas suspensiones con topes hidráulicos progresivos que hace que la amortiguación sea muy blanda pero ayuda a filtrar perfectamente las irregularidades del asfalto. Así que en resumen, el Citroën ë-C3 es un eléctrico cómodo y agradable de usar.
Datos técnicos | Citroën ë-C3 | Dongfeng Box |
---|---|---|
Potencia | 113 CV | 95 CV |
Par | 120 Nm | 160 Nm |
Batería | 44 kWh | 42,3 kWh |
Autonomía | 320 km | 340 km |
Acel. 0-100 km/h | 10,4 segundos | 10,6 segundos |
Vel. máxima | 135 km/h | 140 km/h |
En el aspecto dinámico, el Dongfeng Box también tiene una propuesta algo diferente a la del modelo francés. El Box es un coche estrictamente urbano con un motor de 70 kW, es decir, 95 CV. Hay una diferencia de caballería clara con respecto a su rival y se nota porque las prestaciones también son más modestas, no es demasiado brioso.
No va a ser un coche que nos transmita unas sensaciones muy excitantes pero se conduce bien. El tacto de la dirección o los frenos es muy acertado y la suspensión tiene un punto medio entre comodidad y dureza. Además, hay diferentes modos de conducción y es posible ajustar la intensidad de la frenada regenerativa en dos niveles, todo seleccionable a través de la pantalla.
La batería también es LFP y en este caso es de 42,3 kWh. A pesar de que tiene un poco menos de capacidad que la del Citroën, el Box logra homologar una autonomía mayor, 340 km. Lo consigue porque los consumos son un poco más ajustados, es relativamente fácil ser eficientes. El cargador de a bordo admite hasta 75 kW en corriente continua, que no es mucho. Por tanto, teniendo en cuenta las prestaciones, autonomía y potencia de carga, el Box me parece poco adecuado para meterse en viajes largos. El ë-C3 es más polivalente en ese sentido.
Ambos pueden ser una compra muy lógica pero por motivos distintos
En cuanto a precios, ambos van a estar en el entorno de los 24.000 euros. El modelo chino un poquito más que eso y el modelo francés un poquito menos pero teniendo en cuenta que en su versión de acceso lleva menos equipamiento. Esas cifras se pueden rebajar acogiéndose a la financiación o las ayudas a la compra del renovado Plan Moves.

Debo reconocer que el Dongfeng Box me ha asombrado por su diseño, la calidad interior y el buen espacio de sus plazas traseras aunque su planteamiento tan centrado en ciudad lo hace menos versátil. Si buscáis un eléctrico con buen espacio, acabados llamativos y no os importa perder algunos detalles prácticos, el Box puede sorprenderte.
Sin embargo, mi elección en esta comparativa sería el Citroën ë-C3. Si queréis comodidad, un eléctrico que se defiende fuera de los entornos urbanos y la seguridad de un fabricante europeo consolidado, el modelo francés es el que querréis llevaros a casa. En general resulta más equilibrado.
