Comparativa Mazda CX-60 vs Audi Q5, ¿los japoneses ya son premium? (Con vídeo)

Mazda siempre ha querido ser vista como una marca premium con precios de generalista. Todos sus esfuerzos se centran en ello, aunque su evolución ha sido impresionante. Comparamos al Mazda CX-60 con el Audi Q5 para comprobar si ya pueden decir que lo han logrado.

Comparativa Mazda CX-60 vs Audi Q5, ¿los japoneses ya son premium? (Con vídeo)

16 min. lectura

Publicado: 30/12/2022 17:00

En Europa el segmento D-SUV está dominado principalmente por las marcas premium BMW, Mercedes y Audi se reparten las ventas de un mercado muy importante. El Audi Q5 es uno de los modelos más vendidos de la categoría, pero ahora se presenta un nuevo rival que promete plantarle cara muy seriamente. Ese no es otro que el nuevo Mazda CX-60. En esta ocasión los voy a comparar entre sí para descubrir si por fin alguien es capaz de plantar cara a las todopoderosas marcas alemanas. ¿Quieres saberlo? Pues empezamos.

Es la primera vez que Mazda se adentra en el segmento D-SUV en Europa. Hasta ahora el modelo más grande de los japoneses había sido el Mazda CX-5, al cual siempre hemos destacado por su gran calidad y por su agradable conducción. El CX-60 intenta llevar esas premisas a un nuevo nivel, y encima lo hace con la novedad de ser el primer híbrido enchufable de la compañía. La tecnología e-Skyactiv es uno de sus grandes atractivos, y al igual que el Q5, es capaz de ofrecer la cada vez más importante etiqueta CERO de la DGT.

Pero antes de entrar en el aspecto mecánico, hay que reconocer que Mazda y Audi plantean diseños completamente diferentes. El Q5 tiene un aspecto que empieza a estar muy visto. Los alemanes, fieles a su filosofía de no arriesgar, presentan un diseño que si bien ha sabido soportar muy bien el paso del tiempo, no le vendría mal una renovación completa. Por su parte el Mazda CX-60 ofrece un aspecto muy típico de Mazda con la parrilla habitual y las formas limpias y sencillas. Los únicos elementos que no me terminan de convencer son los faros, los veo demasiado pequeños teniendo en cuenta el morro tan grande que tiene.

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Cada uno apuesta por un diseño diferente, aunque el CX-60 gana en tamaño

En cuestión de estilos no hay nada escrito, pero no cabe duda de que el Mazda se ve un coche más actual y, por qué no decirlo, elegante. En la vista lateral es donde mejor se aprecian las diferencias. Mientras que Audi opta por nervaduras muy marcadas, Mazda ofrece un formato muy sencillo, sin nada que llame especialmente la atención, a excepción de las llantas 20 pulgadas y el considerable tamaño. Aunque los dos entren en la misma categoría el japonés es seis centímetros más largo y dos centímetros más alto con una distancia entre ejes cinco centímetros mayor.

Audi Q5Mazda CX-60
Largo4,68 metros4,74 metros
Ancho1,89 metros1,89 metros
Alto1,66 metros1,68 metros
Batalla2,82 metros2,87 metros

Si nos vamos a la parte trasera también vemos como el Mazda presenta un aspecto más elegante y novedoso, porque una vez más el Audi ofrece algo bastante repetido. Ambos ofrecen muchas líneas horizontales para generar sensación de anchura, pero los japoneses ofrecen líneas más puras sin tantas nervaduras ni tantos artificios como el Q5.

Aunque el Q5 ha sabido soportar muy bien el paso del tiempo, ya le va tocando renovación

Lo que sí hay que destacar de Audi es que su programa de personalización es mucho mayor. Los alemanes ofrecen una paleta de colores mucho más extensa con múltiples opciones de configuración como los cromados, las llantas de entre 19 y 21 pulgadas y los paquetes estéticos deportivos. Si eres de esos que te gustan configurar cada mínimo detalle del coche, el Q5 te resultará mucho más interesante, aunque eso no quiere decir que Mazda no ofrezca elementos interesantes para su CX-60.

Cuando hablamos de una marca premium solemos hacer referencia principalmente a la calidad de acabados del interior. El Q5 es un digno miembro de esa elitista categoría gracias a los materiales que emplea Audi. Superficies blandas, tapicerías de cuero, y molduras decorativas, todo debe transmitir una agradable sensación de estar bien hecho, al igual que todo debe estar firme y bien ensamblado.

Mazda está considerada como una marca generalista que es capaz de plantar cara a las premium, y sinceramente el interior del CX-60 no tiene absolutamente nada que desmerecer con respecto al del Q5. Los materiales empleados son muy similares; superficies blandas, tapicerías de cuero y molduras que en este caso arrojan incluso una mejor sensación de calidad ya que no hay rastro alguno del horrible negro lacado. Así que sí, Mazda consigue situarse a la misma altura que los alemanes.

Pero no solo de materiales se nutren ambos modelos para conseguir el apellido premium, porque la tecnología también juega un papel muy importante. Salvo por las opciones de personalización, Audi y Mazda ofrecen los mismos sistemas de última generación como los faros Full LED, la instrumentación digital, las cámaras de aparcamiento, la conectividad para dispositivos móviles y la pantalla del sistema multimedia, de 10,1 pulgadas en el Q5 y de 12,3 pulgadas en el CX-60. Por supuesto faltan otros detalles como el techo panorámico, el acceso y arranque sin llave o los numerosos asistentes con nivel 2 de conducción autónoma.

La calidad de materiales y acabados del Mazda no tiene nada que envidiar al Audi

Como ya habrás comprobado, el Mazda CX-60 no tiene absolutamente nada que envidiar ni en acabados, ni en calidad ni en tecnología, aunque hay que reconocer que el Q5 es capaz de ofrecer más opciones de configuración. Audi ofrece muchos más opcionales, opcionales caros, mientras que Mazda opta por esquematizar el equipamiento y los acabados en cuatro paquetes muy cerrados: Prime-Line, Exclusive-Line, Homura y Takumi que es el que incorpora esta unidad de pruebas.

La habitabilidad es uno de los campos más importantes de esta comparativa. Con ambos modelos separados por apenas unos centímetros de diferencia, el más pequeño es el que se lleva el gato al agua por muy poco. El Q5 sabe aprovechar mejor cada centímetro de espacio, y eso se nota principalmente en una fila trasera donde el espacio para las piernas es ligeramente superior. También cuenta con la ventaja añadida de una banqueta ajustable longitudinalmente. En el CX-60 no es que falten centímetros, pero no puede igualar las cotas de su rival alemán. Ambos cuentan con capacidad para cinco pasajeros, aunque en ninguno de ellos es posible integrar tres sillas infantiles en la segunda fila de asientos.

Donde sí va a sacar pecho el japonés es en capacidad de carga, y por mucha diferencia. Hay que tener en cuenta que en esta ocasión estamos hablando de las versiones híbridas enchufables, que como bien sabes siempre restan litros al maletero, pero Mazda ha sabido esconder mucho mejor la batería y los elementos auxiliares gracias en parte a una plataforma más moderna. Mientras que el Q5 ofrece un volumen mínimo de 465 litros, el CX-60 lo supera en 105 litros, llegando a un mínimo de 570 litros. Si hablamos de capacidades máximas el Audi se encuentra 320 litros por debajo, una diferencia bastante significativa.

Como ya he dicho, en esta ocasión estoy comparando versiones híbridas enchufables porque Mazda todavía no ha presentado la otra mecánica del CX-60, un V6 diésel por el que tengo muchísima curiosidad. Teniendo esto en cuenta, la comparativa se centra entre el CX-60 e-Skyactiv híbrido enchufable de 328 caballos y el Q5 55 TFSi de 367 caballos.

Al volante

La electrificación ha llegado para quedarse en nuestras vidas. Todas las marcas lo saben y de ahí que nos ofrezcan diferentes niveles que pueden atraer a diferentes compradores. Los híbridos enchufables son una alternativa muy interesante para aquellos que no quieran depender siempre de un enchufe y que a su vez hagan recorridos diarios de aproximadamente de 50 o 60 kilómetros y que quieran disfrutar de ventajas como el poder acceder a las cada vez más corrientes zonas de bajas emisiones, o el no tener que pagar en los servicios de estacionamiento regulado.

El Q5 no tiene tanta autonomía eléctrica por culpa de un peso más elevado

En este caso hablamos de modelos híbridos enchufables con esquemas muy parecidos. El Mazda CX-60 cuenta con un motor de gasolina de cuatro cilindros y 2,5 litros de inyección directa. Se asocia con un motor eléctrico para ofrecer un rendimiento máximo de 328 caballos y 500 Nm de par motor. Se suma una batería de iones de litio con 17,8 kWh de capacidad que permite ofrecer hasta 63 kilómetros en modo eléctrico.

Se trata de un conjunto que podríamos tachar como clásico, aunque hay que destacar que el motor de gasolina no tiene turbo y que cuenta con 192 caballos de potencia y 261 Nm de par motor. Hay que reconocer que la conducción del CX-60 es muy agradable, muy tranquila y equilibrada donde siempre destacan el confort de marcha y los bajos consumos. Durante nuestras pruebas el japonés se ha quedado en una media de 6,8 litros a los 100 kilómetros y su autonomía eléctrica ronda los 50 o 55 kilómetros, dependiendo del recorrido que se haga.

El CX-60 destaca por su calidad de rodadura, aunque no tiene tanta pegada como el Audi

Por su parte, el Q5 50 TFSIe monta un motor eléctrico de menos potencia, pero lo compensa con un bloque de gasolina de cuatro cilindros, dos litros y un turbo. Cuando ambos motores trabajan conjuntamente son capaces de ofrecer hasta 367 caballos de potencia y el mismo par que el japonés, 500 Nm. La batería también ofrece un tamaño muy similar, 17,9 kWh, aunque por culpa de un peso mayor la autonomía homologada se queda tres kilómetros por debajo, es decir: 60 kilómetros, que se transformarán en unos 50 en una conducción real.

El Q5 muestra una conducción más alegre con un mayor empuje por parte del motor de gasolina gracias a ese turbo, pero sin lugar a duda es más duro y algo más incómodo. La suspensión tiene un tarado más seco y no filtra tan bien las irregularidades de la carretera como el Mazda, algo que creo que aporta un mayor valor añadido teniendo en cuenta el segmento el enfoque que se le va a dar al coche. Lo que sí tengo que decir es que es igual de eficiente en consumos, logrando medias muy similares a las del japonés, es decir, unos 6,8 litros a los 100 kilómetros.

El maletero del CX-60 es bastante más grande que el del Audi, que se queda ridículo

Para aprovechar al máximo las capacidades de la tecnología híbrida enchufable cada uno de ellos, la compra debe acompañarse de un punto de carga doméstico. Con hasta 7,4 kW de potencia de carga para el alemán y hasta 7,2 kW para el japonés, los tiempos de carga son calcados. A máximo rendimiento podrán recuperar la totalidad de la batería en algo menos de tres horas, mientras que si la conexión se ralentiza a 3,7 kW el tiempo de espera será de aproximadamente cinco horas. Plazos ideales para poder cargar por la noche aprovechando las horas más baratas de la luz.

A lo largo de la comparativa hemos podido ver como Mazda consigue presentar un SUV que puede rivalizar directamente con sus colegas alemanes, pero sin duda el precio de venta terminará de desnivelar la balanza hacia un lado. Si nos centramos en sus precios de partida, el Audi Q5 55 TFSIe es considerablemente más caro, ofreciéndose desde un mínimo de 76.530 euros. Mazda reduce la factura hasta los 48.720 euros. El acabado Takumi de la unidad de pruebas cuesta un mínimo de 55.820 euros. Con el mismo equipamiento el Audi alcanzaría un precio superior a los 80.000 euros, 25.000 euros más. Muchísimo dinero.

La diferencia de precio es insalvable, el Mazda CX-60 es premium y merecido ganador

Conclusiones

Durante muchos años siempre hemos dicho que Mazda era capaz de plantar cara a las marcas premium alemanas y en el caso del CX-60 es así. Ofreciendo prácticamente lo mismo la diferencia de precio es tan brutal que no hay lugar a dudas: el Mazda es el ganador de esta comparativa.

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