Opel Corsa vs Peugeot 208, duelo fraticida (Con vídeo)
Dos modelos que parecen distintos pero que no lo son. Opel Corsa y Peugeot 208 estrechan lazos y unen sus fuerzas para competir en el segmento de los utilitarios. A pesar de sus semejanzas, ¿alguno saldrá ganador? No te quedes con la duda.
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Publicado: 24/06/2020 17:00
El mundo del automóvil de hoy se basa en sinergias, ayudas y colaboraciones. Los grandes conglomerados son el pan nuestro de cada día, y hacer la guerra en solitario cada vez es más complicado. Por eso muchos modelos que antes eran rivales ahora son hermanos. Ese es el caso de los dos protagonistas de esta comparativa. El Peugeot 208 y el Opel Corsa. Dos utilitarios completamente renovados que comparten casi todo. A pesar de ello surgen dudas, ¿hay diferencias notables? ¿Alguno será mejor que el otro? Averigüémoslo.
Hasta hace un año el Corsa y el 208 eran enemigos naturales, pero desde que Opel pasó a formar parte del Grupo PSA, son modelos hermanados. Hijos de distinto padre, pero de misma madre que, aunque no lo parezca, pretenden atraer a clientes diferentes. Mientras que Opel apuesta por ofrecer una mentalidad germánica, con formatos y precios más conservadores, Peugeot apuesta por ofrecer un toque diferente y dirigirse a un cliente más atrevido, más tecnológico y también con mayor poder adquisitivo, porque esos detalles diferentes pasan factura, nunca mejor dicho.
Estamos hablando de 2 modelos históricos dentro del segmento de los utilitarios. Ambos nacieron con apenas un año de diferencia. El más antiguo de los dos es el Corsa, nacido en el año 1982. El Peugeot es apenas un año más joven, aunque en 1983 lo conocimos como Peugeot 205. Es decir que los dos acumulan 4 décadas de experiencia y, aunque hoy en día tienen muchos rivales en frente sí, siguen siendo referentes dentro del segmento. Modelos como el SEAT Ibiza, el Ford Fiesta, el Renault Clio, el Volkswagen Polo, o los más modernos Hyundai i20 o Kia Rio, son rivales que no les van a poner nada fácil las cosas a estos dos.
Que no te engañe la vista, aunque parezcan diferentes, los dos se apoyan sobre la misma plataforma, bajo la piel hablamos prácticamente del mismo coche, pero está claro que cada uno ha buscado crear un diseño diferente. El más atrevido es el Peugeot 208, aunque con este acabado Allure, pintura blanca y llanta de 16 pulgadas de la unidad de pruebas no lo parezca. El Corsa es más neutro en su diseño, pero tal y como lo está la unidad cedida es más vistoso. Acabado Elegance, pintura naranja cuántico y techo en contraste con llanta de 17 pulgadas.
El problema del 208 es que hay que irse a los paquetes más caros para tener algo diferente, algo que en el Opel Corsa no pasa. Sirva como ejemplo la pintura de carrocería de dos colores. Opel lo ofrece como opción desde el acabado intermedio y con un coste de 500 euros. En el 208 solo es posible escogerlo como opción, pagando 300 euros, pero en el acabado GT Line, el más alto de todos. Si nos rascamos el bolsillo la imagen del 208 es mucho más atractiva, no cabe duda, con detalles exclusivos e interesantes como los pasos de rueda remarcados con plásticos negros.
Interiores de nueva generación
De puertas para dentro los ambientes también son muy diferentes. Opel apuesta por ofrecer un habitáculo más tradicional, con un esquema más común. Tenemos un puesto de conducción con un cuadro de instrumentos insertado en el salpicadero, que puede llegar a ser digital con panel de 7", y luego tenemos una consola central con una presentación muy corriente. Aunque la pantalla sea táctil, el Corsa no elimina todos los botones físicos, y deja la climatización en un módulo aparte, algo que valoro porque así no nos obliga a trabajar sobre la pantalla y a distraernos de la conducción. Aunque aquí sí que reconozco que el panel podrían haberlo puesto incluso más arriba para una mayor seguridad.
Si saltamos al 208 inmediatamente se percibe otro ambiente, uno mucho más moderno. No tiene absolutamente nada que ver ni con el Opel ni con cualquier otro modelo de la competencia. Primero, tenemos un cuadro de instrumentos que sale del salpicadero y que puede ser completamente digital y con efecto 3D, muy chulo. Y la pantalla del infotainment en lugar de estar incrustada como en el Corsa está anclada únicamente por la base. Por cierto, que las pantallas dos ofrecen los mismos tamaños tanto de serie, siete pulgadas, hasta un máximo de 10 pulgadas.
El problema es que los franceses han estirado más de la cuenta la filosofía del minimalismo y han decidido borrar del mapa la mayoría de los botones físicos del interior, incluidos los de la climatización. Esto supone un problema porque nos obliga a estar constantemente manipulando la pantalla, y como ya sabes, en marcha puede ser complicado y peligroso ya que prestamos más atención a la pantalla que a la carretera. Eso sí, en su favor he de reconocer que al menos la pantalla está lo más arriba posible.
Los dos modelos han dado un salto cualitativo en lo que a calidades se refiere. Los dos presentan materiales mejores a la media del segmento, aunque hay que reconocer que el 208 ofrece un ambiente algo mejor pero con un puesto de conducción más extraño. Tampoco lo hay en cuanto a equipamiento. Los dos ofrecen la misma tecnología, aunque presentada de una forma diferente. Entre los elementos cabe destacar la presencia de faros de LED, cuadro de instrumentos digital, conectividad para dispositivos móviles, tomas USB, cargador por inducción, acceso y arranque sin llave, cámara trasera y techo solar. Además, por supuesto, de una larga lista ayudas a la conducción y asistentes, muchos de ellos de serie.
Los dos pueden ofrecer lo mismo si tiramos de lista de opcionales, pero de serie hay que confesar que el nivel de equipamiento del Corsa es un poco mejor. Si analizamos qué ofrece cada uno vemos que el Opel apuesta por aportar un par de detalles extra en su acabado básico, que son el asistente de arranque en pendientes y el volante multifunción. Además de presentar un poco más lo hace con un precio de partida menor como ahora veremos. Al máximo de sus capacidades el Corsa también se declara ganador, aunque por poco, gracias sobre todo a la presencia de faros matriciales de LED y a un asiento del conductor de ajuste eléctrico con masaje.
Modelo/Medida | Largo | Ancho | Alto | Batalla |
---|---|---|---|---|
Opel Corsa | 4,06 m | 1,76 m | 1,43 m | 2,54 m |
Peugeot 208 | 4,05 m | 1,74 m | 1,43 m | 2,54 m |
Eso quiere decir que los dos deberían ofrecer el mismo espacio interior, pero ¿será verdad? La respuesta es sí. Con el metro en la mano los dos arrojan las mismas cotas de habitabilidad. Eso nos deja con filas traseras donde el espacio para las piernas es limitado. Pasajeros de más de metro ochenta pueden pasar apuros también con la altura. A la falta de espacio se suma la falta de detalles, no hay ni siquiera salidas de ventilación, aunque sí hay dos tomas USB. También hay anclajes ISOFIX en las plazas laterales para poder instalar dos sillas infantiles.
Si nos trasladamos a los maleteros tampoco hay diferencia alguna. Los dos cubican el mismo espacio mínimo, 309 litros. E incluso la forma de la boca de carga es la misma, por lo que aquí tampoco hay ganador absoluto. Por cierto, ambos maleteros se estiran hasta los 1.106 litros de capacidad máxima, que se obtienen al abatir la segunda fila de asientos en una proporción 60:40.
Misma plataforma, misma tecnología, mismas medidas y también, mismos motores. La oferta mecánica del Corsa y el 208 es la misma. Y en este caso voy a probar la que posiblemente, sea la opción más deseada y escogida por los compradores. Peugeot la denomina PureTech de 100 caballos, mientras que Opel se refiere a ella como 1.2 T de 100 caballos. Para que no haya diferencias los dos equipan el cambio automático de ocho velocidades que envía la fuerza del motor exclusivamente a las ruedas delanteras.
Al volante, diferencias mínimas
Si todo el rato he dicho que el Corsa y el 208 son en realidad el mismo coche, uno no puede esperar que a la hora de ponerse tras el volante los dos apenas se diferencien. De hecho, si te tapan los ojos no sabes muy bien en cuál te encuentras. Muchas, casi todas, son las similitudes, así que vamos con ellas primero para luego intentar determinar qué pequeños detalles los separan y qué aspectos podrían mejorarse, que como pasa siempre, algo hay.
Los dos pertenecen al segmento B y por lo tanto son ideales para entornos cerrados o para desplazamientos de corta o media distancia. Sin embargo, como en los últimos años han crecido en tamaño, modelos como el Corsa o el 208 pueden postularse como alternativas muy viables para largos recorridos. Son coches mucho más maduros, más evolucionados, y eso se nota principalmente en la buena calidad de rodadura que ambos transmiten. Ya no juegan el papel exclusivo de segundo coche familiar.
La potencia en este caso, 100 caballos para ambos, es la correcta y la óptima. Yo personalmente, no recomiendo ninguna otra solución mecánica, a no ser que vayamos a hacer muchos miles de kilómetros cada año, que en ese caso sí recomiendo el diésel. Los cien caballos cunden una barbaridad, e incluso parece que tienen más caballería de la homologada. No tienen ningún problema en maniobras complicadas como salir desde parado o en fuertes recuperaciones. Adelantamientos en vía secundarias o entradas a vías rápidas no son momentos críticos. Así por ese lado la solvencia está garantizada.
Siempre apuesto por el cambio automático. La caja EAT8 es una fantástica apuesta para incrementar la comodidad sin reducir prestaciones o elevar consumos. Para mí es la apuesta ganadora. Cierto es que supone un incremento de precio, pero a la larga los beneficios superan claramente a los inconvenientes. Aunque el cambio es algo lento y no especialmente refinado, sigue siendo mejor que la opción de transmisión manual. He tenido ocasión de probarlo en otros modelos y no he quedado satisfecho, así que una vez más, mi apuesta se decanta por el cambio automático.
También me ha gustado mucho el compromiso de confort que entregan. Aunque Opel y Peugeot tienen un pedigrí de carreras importante con los modelos GSi y GTi, ninguna de las opciones que nos ocupa ofrece un alto comportamiento dinámico. Son coches subviradores, y eso no supone ningún problema. El conjunto de suspensiones apuesta primero por la comodidad, como debe ser, dejando en un plano alejado el aspecto dinámico. Nada que criticar aquí, pero era algo que quería mencionar. Si buscas un utilitario con mejor conducción debes dirigirte al Fiesta o al Ibiza.
No ha habido grandes sorpresas en cuanto a consumos. Los motores tricilíndricos tienen un inconveniente: su gasto es muy sensible a la conducción. El consumo final va a depender mucho de lo sensible que seamos. Si nos adelantamos a las condiciones de la circulación y somos cautelosos con el gas, vamos a rondar en consumos incluso por debajo de los cinco litros a los 100 kilómetros. Si por el contrario somos agresivos y estamos en terrenos duros para el ahorro, como la ciudad, no es nada extraño elevar el consumo medio por encima de los ocho litros. Un abanico muy amplio.
Durante la semana de prueba con ambas unidades, mezclando diferentes ambientes el consumo medio de ambos modelos ha oscilado entre los 4,8 y los 8,2 litros. Son extremos, lo normal es circular entre los 6 y los 7 litros de media cada 100 kilómetros. También hay que decir que los dos plantean diversos modos de conducción: Eco, Normal y Sport. Las diferencias entre ellos son prácticamente mínimas, solo afectan a la sensibilidad del pedal del acelerador y la velocidad del cambio. Por lo tanto, podemos circular casi todo el tiempo en los modos más eficientes para intentar arañar alguna décima al consumo.
Una cosa que no me ha gustado es la falta de refinamiento en frío. Los motores tricilíndricos son, por definición, motores inestables y propensos a las vibraciones. Aunque han evolucionado bien, siguen siendo menos refinados que bloques mayores. En frío, el 208 y el Corsa cuentan con una notable y marcada vibración. Hasta que el motor no entra en temperatura resulta algo molesto, más si ponemos la marcha atrás. En una fría mañana de invierno el efecto se puede agravar. La caja de cambios también adolece este problema dando tirones a baja velocidad, algo que hemos notado en otros modelos del mercado con la combinación de motor tricilíndrico y caja de cambios automática.
Bueno, dichas ya las similitudes es hora de contarte las mínimas diferencias entre uno y otro. Lo primero es que he notado al 208 un poco, un pelín, mejor aislado. La cabina del Peugeot está mejor incomunicada del exterior y por lo tanto la calidad de rodadura es algo mejor. Es importante aclarar que el 208 de pruebas montaba llanta de 16 pulgadas por las 17 del Corsa, así que una mínima ganancia viene por ese lado. Pero también se nota en una menor cantidad de ruidos aerodinámicos o mecánicos. Diferencia mínima, repito.
También he notado que el Corsa tiene un tacto ligeramente más dinámico. La suspensión cuenta con un tarado sensiblemente más duro, y con una dirección más pesada. En este último punto hay que contextualizar que la dirección del 208 está tan asistida que es prácticamente insensible (a veces no sabes ni para dónde apuntan las ruedas), así que a nada que Opel haya reforzado el tacto del volante se traduce en una mejora de la conducción. Aun así, insisto en que ninguno de los dos puede hacer honor a las siglas deportivas de ambas casas.
Antes de las valoraciones finales hay que analizar un tema importante y que puede terminar de desnivelar la balanza a un lado o a otro, me refiero a los precios, claro. Si nos vamos a los configuradores de cada uno de ellos vemos como el más barato es el Opel Corsa con un precio de salida de 13.050 euros incluyendo descuentos, mientras que el Peugeot 208 parte de los 13.850 euros. La ventaja sigue estando ahí en todos los niveles y opciones posibles, con la ventaja que el Corsa puede llegar a disponer de faros matriciales de LED y asiento del conductor eléctrico con función masaje, cosa que el Peugeot no.
Y el ganador es...
Tras haber sometido a examen a estos dos utilitarios mellizos, queda más claro que estamos hablando de los mismos coches pero con diferentes aspectos. Las diferencias son prácticamente mínimas, pero desde mi punto de vista el Corsa sale ganador por un equipamiento de serie un poco mejor, un precio de partida algo menor y porque no nos exige irnos a los niveles de equipamiento y diseño más altos y caros para poder disfrutar de lo mismo. Aunque también he de reconocer que es más sobrio tanto por dentro como por fuera. En eso sí que gana el Peugeot sobradamente.