Comparativa Renault Austral vs KIA Sportage, una dura batalla con un sólido ganador

Renault lleva años intentando luchar de tú a tú en el segmento C-SUV, pero siempre ha sido superado por rivales coreanos como el KIA Sportage. La llegada del Austral supone un punto de inflexión muy importante.

Comparativa Renault Austral vs KIA Sportage, una dura batalla con un sólido ganador

21 min. lectura

Publicado: 10/03/2023 16:00

Cada marca busca sus propios formatos para mejorar sus ventas en el competido segmento C-SUV. Europa reclama a estos con una fuerza arrolladora. Tras deshacer los habituales esquemas del mercado, el posicionamiento resulta esencial para lograr los objetivos comerciales. En esta comparativa vamos a tratar de averiguar qué propuesta es mejor. El KIA Sportage tiene a su favor la historia y una imagen de marca intachable. Sin embargo, la llegada del Renault Austral puede suponer un cambio de rumbo muy importante.

Por fin Renault tiene un SUV con el que plantar cara a los líderes

Si hablamos de historia está claro que el Sportage tiene mucho más peso en este análisis. KIA empezó su producción allá por la década de los 90, antes incluso de la explosión de los SUV. Aunque las primeras generaciones apenas tuvieron repercusión en nuestro mercado, el modelo coreano fue evolucionando rápidamente. Su gran atractivo siempre ha sido la relación calidad-precio. Ofrecer mucho por un coste contenido. Aunque KIA ya no aborda ese enfoque con la misma contundencia, los conductores siguen apostando por un SUV con mucho peso.

Por su parte, Renault ha ido dando palos de ciego en el segmento C-SUV. Los franceses apostaron en un principio por el ya desaparecido Renault Kadjar. Un modelo que si bien tuvo su aceptación, no consiguió ofrecer lo que muchos clientes estaban buscando. Superados siempre por sus rivales coreanos, los franceses decidieron que era el momento de hacer borrón y cuenta nueva. El Austral nació de esa estrategia y aunque lleva poco a la venta ya podemos decir que va camino de superar ampliamente las cifras de su predecesor. El cambio ha sido mayúsculo, para bien.

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Franceses y coreanos buscan lo mismo desde diferentes ángulos. Los asiáticos apuestan por un diseño innovador y completamente diferente al de sus rivales. Líneas atrevidas, sobre todo en el frontal, hacen del Sportage un coche casi único, aunque el formato acaba por resultar muy visto. Lo mismo le pasa a su hermano mellizo, el Hyundai Tucson. No quiero decir con esto que me parezca un coche feo, pero sí creo que el paso del tiempo no va a tratarle con la misma justicia que a su rival.

Los franceses han perfeccionado mucho sus diseños con el paso de los años. En un fino equilibrio entre deportividad y elegancia, el Renault Austral se muestra más contundente en sus formas, pero con un toque sofisticado que el coreano no es capaz de igualar. En cuestión de gustos no hay nada escrito, vaya eso por delante, pero sí reconozco que el formato del francés me resulta más atractivo. Su frontal es más poderoso, con un capó más alto y con un diseño no tan atrevido logra un efecto mejor. El tiempo lo tratará con más indulgencia.

Cada uno apuesta por un diseño diferente y particular

Por supuesto los dos apuestan por la deportividad de líneas. Nervaduras muy marcadas, pasos de rueda ensanchados y detalles agresivos por toda la carrocería. Tampoco pueden faltar los habituales elementos típicos de un SUV como los pasos de rueda en negro, las defensas prominentes o las llantas de generoso tamaño, hasta 20 pulgadas para el Austral y hasta 18 pulgadas para el Sportage. El recurso del techo en color de contraste también está presente en los dos contendientes. Un recurso ya habitual que ayuda a descargar la imagen visual. Ahí sí que hay que destacar que el Sportage ofrece tonalidades más abiertas a un precio más asequible.

Como ya he dicho, el KIA Sportage ha mejorado mucho con los años y el paso de las generaciones. De ser considerado un modelo de bajo coste ha pasado a ofrecer un aspecto muy moderno y tecnológico (subida de precio incluida). Sin embargo, Renault lleva varios años apostando por mejorar la calidad de sus acabados hasta convertirse en una de las mejores marcas generalistas. El Austral da un paso más en esa estrategia y nos presenta un habitáculo muy bien rematado, mejor que el de su rival. Sobre todo en materiales y calidad general percibida.

En cuanto a presentación, cada uno apuesta por una estrategia bien diferente. KIA ofrece el formato de doble panel que ya llevamos tiempo viendo en sus productos. Dos pantallas de gran tamaño que generan una gran vistosidad. Tras ellas se esconde el sistema operativo propio del Grupo Hyundai. Un software sencillo de comprender aunque con en ocasiones resulta excesivamente intrusivo y difícil de manejar. Miles de opciones, algunas de ellas innecesarias, a nuestro alcance. Personalmente prefiero un formato más conservador y fluido.

Es ahí donde el Austral gana ventaja. Renault ha preferido no complicarse con el desarrollo de un sistema multimedia propio. La mejor idea que han podido tomar. Tras las pantallas del SUV francés se esconde el sistema operativo de Android Automotive. Como si de un móvil se tratase el gestor es muy sencillo de comprender por cualquier usuario adaptado a teléfonos Android. Menús claros, sistema fluido y una gran conectividad con dispositivos móviles. La capa de Renault no resulta intrusiva y gracias a botones digitales de gran tamaño todas las operaciones resultan muy cómodas para cualquier usuario.

La presentación del Austral es mejor tanto en materiales como en sistemas

En la colección de equipamiento el Renault también saca ventaja con respecto a su contrincante. De serie el Sportage llega ligeramente más dotado, pero el Austral permite una mayor cantidad de sistemas, aunque exige pasar por caja. Si nos vamos a las versiones más completas y equipadas de ambos modelos vemos que el precio se decanta a favor del coreano, aunque por una diferencia mínima, apenas 2.000 euros, pero el diablo reside en los detalles. El Austral puede incluir sistemas que su colega no, como el Head-Up Display, el asiento del conductor con masaje, los faros de LED matriciales o el sistema 4CONTROL con eje trasero direccional.

Las diferencias de tamaño entre los dos rivales son prácticamente nulas. Los dos apuestan por situarse en la barrera de los 4,5 metros con una distancia entre ejes mínimamente superior para el coreano. En lo que a habitabilidad interior se refiere la igualdad es máxima. La fila trasera ofrece mucho espacio en todas sus cotas, lo que hace de estos dos SUV dos modelos muy familiares. La plaza central también es aprovechable, aunque por poco el Sportage es más indulgente con un tercer pasajero adulto. La ventaja del francés es que la segunda fila se puede ajustar longitudinalmente, lo que permite una mayor flexibilidad del espacio.

KIA opta por la presentación de doble panel continuo cada vez más habitual

Cuestión aparte merece el maletero. Ambos ofrecen buenos registros, pero KIA ha sabido sacar un mejor provecho del espacio. Las formas son rectangulares para favorecer la introducción de objetos voluminosos, pero si nos centramos en las cifras puras vemos como el coreano tiene un baúl más grande. Las unidades híbridas que comparamos en esta ocasión arrojan cifras muy desiguales. El Renault Austral debe conformarse con un maletero con 430 litros de capacidad mínima. Su rival, el Sportage, ofrece 567 litros de volumen mínimo. Una diferencia muy significativa que desnivela la balanza.

Entrando ya en cuestiones mecánicas, en esta comparativa hemos puesto a prueba dos de las versiones más interesantes disponibles. El Sportage HEV equipa un conjunto híbrido con un rendimiento máximo de 230 caballos y 265 Nm de par motor. El Renault Austral Full-Hybrid ofrece un esquema parecido con una potencia máxima de 200 caballos y un par de 205 Nm. Aunque hay ligeras diferencias no te guíes por las apariencias porque como ahora te contaré hay un sistema mejor que el otro. Ambos dirigen la potencia al eje delantero mediante la gestión de un cambio automático. Por supuesto, ambos ofrecen la ventajosa etiqueta ECO de la DGT.

Parte dinámica: Renault Austral vs KIA Sportage

Veamos esas diferencias que antes comentaba. El formato del Sportage es más 'tradicional'. Motor de combustión de gasolina con cuatro cilindros turboalimentado que por sí solo desarrolla 180 caballos de potencia. Se asocia con un motor eléctrico delantero y con una pequeña batería de 1,49 kWh de capacidad bruta. El esquema se monta sobre un chasis de última generación con una suspensión tipo McPherson en el eje delantero y con un paralelo deformable con muelles en el eje trasero. Una combinación de suspensiones idéntica a la del Austral.

Videoanálisis del Renault Austral

Sin embargo, Renault ha apostado por un formato mecánico diferente. Si bien el Austral es tan híbrido como su colega, presenta dos motores eléctricos en lugar de uno. Uno genera corriente, mientras que el otro es capaz de impulsar a las ruedas delanteras. El motor de combustión es un bloque de gasolina de tres cilindros turboalimentado con una potencia solitaria de 130 caballos. 50 menos que su rival, pero una vez más no te fíes de las cifras. La batería de iones de litio alcanza una capacidad bruta de 2 kWh.

Con las cifras en la mesa uno bien podría decir que el coreano sale como digno ganador en rendimiento, pero la realidad es bien diferente. Renault ha sabido sacar mucho más provecho de la parte eléctrica. A la hora de pisar el acelerador el motor eléctrico es el que da ese primer empujón alegre que lanza el coche. El Sportage opta por un trabajo conjunto con un menor soporte eléctrico. El motor térmico realiza casi todo el trabajo y eso se deja notar en dos aspectos fundamentales: respuesta y consumos. El Renault es más contundente en sus aceleraciones y mucho más ahorrador en sus registros.

Vídeo de la prueba del KIA Sportage

Durante nuestra semana de pruebas, tras haber realizado recorridos idénticos con ambos modelos en diferentes entornos, el Austral siempre se ha mostrado como claro ganador. Como ya he dicho, Renault sabe sacar mejor provecho de todo el apartado eléctrico. La autonomía a baterías del francés es superior. El motor térmico no trabajo tanto y eso se traduce en un consumo inferior. Tras cientos de kilómetros en igualdad de condiciones, el Sportage siempre ha mostrado datos superiores. La media final de la prueba ha registrado un consumo de 6,2 litros para el coreano frente a los 5,2 litros del francés. Una diferencia a tener en cuenta y esclarecedora.

¿Por qué el Renault es mejor? Principalmente porque el motor térmico no trabaja tanto tiempo o al menos no lo hace en un régimen de revoluciones tan alto. El motor eléctrico que apoya a las ruedas se encarga en esas fases críticas donde el consumo se dispara. Una vez el coche se ha lanzado el bloque de gasolina empieza a trabajar cuando el esfuerzo es más bajo. La batería también permite una mayor autonomía eléctrica. Renault dice que puede circular en modo 100% eléctrico durante casi cinco kilómetros, algo que es cierto, pero hay que saber sacar provecho del sistema.

En términos de habitabilidad la batalla queda en tablas

A diferencia de los coreanos, los franceses han equipado a su SUV con un sistema de regeneración avanzado. A través de las levas que hay tras el volante podemos regular el grado de retención que queremos aplicar una vez levantemos el pedal del acelerador. Desde un formato a vela a una deceleración bastante contundente que permite recuperar mucha energía. Ahí está el secreto. Si aprendemos a sacar provecho de ello alcanzaremos esos cinco kilómetros eléctricos que anuncia Renault. KIA no ha optado por este formato, algo que lastra los intereses de gasto. Las levas tras el volante actúan sobre la caja de cambios.

Tras declarar al Austral como firme ganador en el apartado de los consumos, y mínimamente superior en prestaciones puras, he de reconocer que el francés también me deja un mejor sabor de boca en confort de marcha y rumorosidad interior. Como el motor eléctrico trabaja tan a menudo, los ruidos interiores son menores. A altas velocidades el aislamiento también es mejor, haciendo que cada trayecto se realice más relajadamente. A pesar de ello tampoco puedo decir que el Sportage sea un coche incómodo o poco refinado, porque no es así, pero en esta comparativa no puede igualar los términos de su rival.

El maletero del KIA Sportage es más grande que el de su rival francés

En lo que sí me ha parecido mejor el coreano es en el manejo y la dinámica. Si bien ninguno de los dos SUV ofrece avanzados niveles de comportamiento, el Sportage soporta mejor un trato agresivo. El eje delantero no se descompone y, ayudado por la electrónica, mantiene más estable un paso por curva rápido. La suspensión delantera del Austral tiende más al rebote y al subviraje con una dirección más insensible y menos comunicativa. Sólo al llegar al extremo achaca esos problemas, pero vuelvo a repetir que no son coches con los que podamos realizar ese tipo de conducción tan alegre.

Los ingenieros de Renault se han sacado un as de la manga muy común en los coches de alta gama: el sistema 4CONTROL. El eje trasero direccional no es raro de ver, pero sí en el segmento generalista. Se trata de un opcional (que te puedes ahorrar) por valor de 1.500 euros. A baja velocidad las ruedas giran de forma opuesta a las delanteras para facilitar la maniobrabilidad en espacios pequeños. A media y baja velocidad las ruedas posteriores giran en el mismo sentido para hacer al coche más ágil. El sistema se puede regular en hasta 12 niveles de control, pero sinceramente no creo que aporte un gran valor añadido al producto.

Guerra de precios

El segmento generalista está cargado de SUV compactos. Todas las marcas ofrecen al menos una unidad en la categoría, lo que hace que el mercado esté saturado. Con tanta competencia el precio se convierte en un argumento de venta decisivo. En esta comparativa podemos declarar que el Sportage es sensiblemente más económico. El PVP del modelo híbrido se sitúa en los 38.000 euros para el acabado Drive. El Austral eleva la factura mínima hasta los 40.962 euros para el acabado Techno. Sin embargo, esa brecha económica se acorta a medida que incrementamos el equipamiento. A pesar de ello, la diferencia siempre se va a situar en el margen de los 2.000 euros a favor del coreano.

Conclusiones

Con todas las cartas encima de la mesa para mí hay una decisión muy clara sobre cual de estos dos modelos me compraría: el Renault Austral. Sí que es cierto que su maletero es más pequeño y que su precio es sensiblemente superior, pero en el mundo real es mejor en casi todos los apartados. Me convence su diseño, su generoso equipamiento, su gran habitabilidad y su buen confort de marcha con unos consumos ridículos para tratarse de un SUV de 4,5 metros. El Sportage puede sacar algo de pecho en el apartado económico y en capacidad de carga, pero en el resto sale derrotado por un francés que llega cargado de razones para ser uno de los modelos más vendidos de la categoría.

El Sportage es uno de los SUV más vendidos de la categoría, pero el Austral planta cara
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