Comparativa Skoda Scala TSI vs TDI ¿Diésel o gasolina? (con vídeo)
Es la pregunta del millón al comprar coche ¿Diésel o gasolina? Enfrentamos al nuevo Skoda Scala con los motores 1.0 TSI y 1.6 TDI, ambos de 115 CV de potencia y cambio manual, para que tomes la decisión más acertada.
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Publicado: 20/01/2020 19:00
El Skoda Scala es el nuevo modelo con el que la marca checa compite en el importante segmento de los compactos. Vamos a resolver una de las grandes cuestiones a la hora de comprarse un coche, en concreto el Scala ¿Lo compro diésel o gasolina? En España, el boom de los motores diésel comenzó en los años 90 y desde entonces ésa es una de las primeras preguntas que todo el mundo se hace a la hora de comprarse un coche.
En esta comparativa tenemos una unidad del compacto checo con el motor 1.0 TSI de gasolina, en color verde Rally, y otra con el motor 1.6 TDI diésel, en azul Race. Para igualar las condiciones al máximo los dos tienen la misma potencia, la misma transmisión y el mismo nivel de equipamiento, el Style.
Aunque es el mismo acabado ambas unidades muestran un aspecto diferente, no sólo por el color, también por las llantas. La unidad verde monta las que vienen de serie en este acabado Style y tienen 17 pulgadas; las del azul son opcionales y son de 18. No hay mucho más que se pueda personalizar del exterior, la verdad.
El resto es idéntico mostrando el nuevo lenguaje de diseño que poco a poco vamos a ir viendo en los próximos modelos de Skoda. No hay muchos más elementos exteriores se pueden personalizar aunque sí hay un par de extras que conviene tener en cuenta. La lista de equipamiento opcional incluye unos faros LED que son muy recomendables, por ejemplo.
Otro extra es uno de los elementos de diseño que más llaman la atención de este modelo: La luneta trasera alargada con el cristal cubriendo parte del portón. Sorprendentemente no viene de serie. Y digo sorprendentemente porque hay que reconocer que los Skoda en general y el Scala en particular no tienen un diseño demasiado emocional. Así que esta luneta, que es lo que le da más personalidad, debería ser de serie.
En Skoda España deben haberse dado cuenta de este detalle porque hay una buena noticia y es que, en la práctica, en el mercado español todas las unidades que se venden vienen con este cristal alargado porque se regala como promoción en lo que denomina Pack de Lanzamiento. Además en ese paquete también se incluyen los pilotos traseros led con intermitentes dinámicos.
Por supuesto el maletero se abre más allá de la luneta y puede contar con un sistema de accionamiento eléctrico del portón, un elemento que cuesta 370 euros y que es muy poco frecuente dentro de este segmento compacto. Deja una boca de carga muy generosa para tener acceso un maletero muy grande con 467 litros de capacidad.
Por cierto, dentro del espacio de carga podemos encontrar un botón con el que liberar el enganche para remolque plegable, algo que tampoco se suele ver en esta categoría. Abatiendo los asientos traseros se amplía la capacidad hasta los 1.410 litros. Sin duda el maletero es uno de los puntos fuertes de este coche.
En general, en el interior todos los materiales transmiten una buena calidad, no es un habitáculo lujoso pero sí está bien resuelto y resulta acogedor. Hay algunas opciones de personalización que nos permiten elegir el color de la moldura que recorre salpicadero, el acabado cromado de algunos elementos y la tapicería de los asientos que en este acabado Style es de cuero negro de serie, como en la unidad de gasolina que hemos probado, y de color crema de manera opcional, como ocurre en el diésel que también tenemos aquí.
Unos asientos que, por otro lado, son confortables, se ajustan muy bien al cuerpo y tienen ajustes eléctricos en opción. Las regulaciones son muy amplias y podemos ir sentados muy bajos o muy altos de manera que es fácil encontrar una postura de conducción cómoda. Opcionalmente los asientos pueden estar calefactados, tanto los delanteros como los traseros. Las plazas traseras resultan muy amplias, de las más generosas de este segmento C así que hacen de este Scala una de las mejores opciones para quienes busquen un compacto para un uso familiar.
Delante podemos tener un equipamiento amplio y entre las cosas más destacables cabe mencionar la base de carga inalámbrica para smartphones que está acompañada de un par de tomas de tipo USB-C, el asistente de aparcamiento automático, control de crucero adaptativo o el sistema de acceso y arranque sin llaves. Lo que no tenemos es un freno de estacionamiento eléctrico.
Otro elemento interesante es el cuadro de instrumentos digital aunque en nuestras unidades de prueba no está equipado; cuesta 510 euros y merece la pena el desembolso. También se puede disponer de un enorme techo solar panorámico pero no es practicable y tiene la peculiaridad de que la cortinilla eléctrica se abre en el sentido contrario al habitual.
Por supuesto no pueden faltar las soluciones Simply Clever habituales de Skoda, es decir, esas pequeñas características que parecen muy sencillas pero que son prácticas en el día a día. Por ejemplo, la rasqueta de hielo integrada en la tapa del depósito de combustible, el paraguas en la puerta del conductor, el clip del parabrisas para poner los tickets de aparcamiento o un pequeño bolsillo en el lateral del asiento delantero.
Por último, en este repaso del interior hay que mencionar que el sistema de infoentretenimiento cuenta con una pantalla táctil de 9,2 pulgadas y tiene conectividad con Android Auto, Apple Carplay y Mirrorlink. Dependiendo de la versión contará con navegador o radio digital.
Misma potencia, diferentes sensaciones
No me voy a extender más porque en este vídeo el protagonismo se lo llevan los motores así que pulsamos el botón de arranque y nos ponemos en marcha. La versión de gasolina es un 1.0 TSI, es decir, tiene 1 litro de cilindrada, tres cilindros y turbo. El diésel es un 1.6 TDI que cuenta con cuatro cilindros. A priori eso debería ser un punto a favor del gasóleo en cuanto a fiabilidad porque los tricilindricos no son especialmente brillantes en ese aspecto.
En lo que respecta al rendimiento los dos están a la par. Ambos tienen 115 CV y las prestaciones son más o menos las mismas, aceleran de 0 a 100 en 10 segundos y la velocidad máxima es de 200 kilómetros por hora. Eso es según los datos objetivos pero las sensaciones son diferentes porque la entrega de potencia es diferente. El gasolina tiene muy poca fuerza por debajo de las 2.000 rpm mientras que el diesel ofrece más brío en todo el rango de revoluciones, se nota más lleno y se debe a que desde sólo 1.500 rpm ya entrega su par máximo, que además es de 250 Nm frente a los sólo 200 del gasolina.
Port tanto, con el TSI hay que jugar más con el cambio para mantenerlo una zona media del cuentarrevoluciones. En este caso tenemos un cambio manual de seis marchas en ambas unidades, tiene un buen funcionamiento y de manera opcional también se pueden vincular estos motores a un cambio DSG de doble embrague y siete marchas. La caja automática cuesta 1.600 euros más en el caso de gasolina y 1.700 euros más en el caso del diesel.
Podemos tener modos de conducción con los que ajustar la dureza de la dirección y la respuesta del acelerador, por ejemplo. Y, dependiendo del equipamiento, también la firmeza de la suspensión y el comportamiento de la caja de cambios automática. Poder tener la posibilidad de realizar esos ajustes siempre viene bien y cuesta sólo 105 euros.
El TSI me parece más agradable de utilizar porque resulta muy progresivo, muy suave, carece de las típicas vibraciones que encontramos habitualmente en los motores de tres cilindros. En cuanto a sonoridad tampoco importa mucho el ruido característico que suelen hacer los tricilíndricos porque la sonoridad del motor apenas llega al interior del habitáculo. De hecho el Scala es muy silencioso, lo que más se percibe es el ruido de rodadura, es uno de sus mejores aspectos en el apartado dinámico. Con el TDI el ruido del motor es mucho más áspero y queda más patente.
Misma etiqueta medioambiental, diferentes emisiones
Hoy en día los diésel están en el candelero por el necesario debate sobre la contaminación así que no podemos pasar por alto en esta comparativa qué motor es el más interesante desde el punto de vista medioambiental. Es cierto que antiguamente los motores de gasóleo eran muy contaminantes pero es curioso que las restricciones al diésel están llegando precisamente cuando están mecánicas son relativamente limpias.
¿Contamina más este motor diésel que el motor de gasolina? No nos engañemos, los dos contaminan, pero contaminan “distinto”. Los diésel emiten más óxido de nitrógeno (NOx) que los gasolina, un compuesto que es perjudicial para la salud. Ése es el principal motivo por el cual los motores de gasóleo están tan denostados. En este Scala eso queda evidenciado al comprobar que el 1.0 TSI 115 CV emite 0,034 g/km y el 1.6 TDI 115 CV amplía la cifra a 0,059 g/km.
Pero claro, por otro lado los gasolina emiten más dióxido de carbono (CO2) que los diésel, y éste es el gas responsable del efecto invernadero. Al menos en teoría porque las cosas cambian bastante si elegimos un ciclo de homologación u otro. Actualmente conviven dos tests: el NEDC que es el que se realizaba hasta ahora y el WLTP que es el nuevo y viene a sustituir al otro, entró en vigor el 1 de septiembre de 2018 y se realiza bajo unas condiciones de ensayo más realistas.
Entonces, bajo ciclo NEDC la teoría se cumple: el gasolina emite más dióxido de carbono ya que el 1.0 TSI 115 CV homologa 113 g/km y el 1.6 TDI 115 CV refleja 108 g/km. ¿Pero qué pasa cuando miramos el ciclo WLTP que da unos valores mucho más realistas, más cercanos al uso normal del coche? Pues resulta que los valores se igualan así que ahí la teoría se va al traste en el caso del Scala. Bajo WLTP el 1.0 TSI 115 CV anota 129 g/km, la misma cifra que el 1.6 TDI 115 CV.
Si os estáis preguntando que qué más nos dan los datos en ciclo NEDC por ser el procedimiento antiguo conviene señalar que el impuesto de matriculación en España se calcula en base a las emisiones del ensayo en NEDC, aún no se ha adaptado a WLTP. Cuando cambie, pagarás más impuestos.
Así que en este caso, fijándonos en los datos homologados, el gasolina es un poco menos contaminante que el diésel y es algo a tener en cuenta o no según nuestra conciencia ecológica. Pero otro aspecto que no hay que olvidar es que, a pesar de todo, los dos cuentan con la misma etiqueta medioambiental de la DGT, la etiqueta C, así que en la práctica en el caso de que hubiera restricciones al tráfico por algún motivo los dos se verían afectados por igual.
El compacto de Skoda es un coche que está claramente enfocado hacia el confort. Las suspensiones son más bien blandas así que incluso circulando sobre asfalto degradado la comodidad es alta. Eso pasa factura a la hora de hacer una conducción muy dinámica porque no es especialmente ágil, las oscilaciones de la carrocería son claras aunque no excesivas. Se nota un poquito más en la versión de gasóleo porque pesa 84 kg más que el gasolina.
Opcionalmente podemos hacer una suspensión más dura que Skoda llama Sport Chassis Control. De todas maneras no es un coche enfocado a realizar una conducción deportiva. Por cierto, el TSI lleva frenos traseros de tambor mientras que en el diésel sí que son de disco en las cuatro ruedas.
Por supuesto uno de los elementos más importantes a la hora de decidir entre gasolina o diésel es el consumo. Los datos oficiales nos dicen que el TSI 115 gasta 5,7 l/100 km y el diésel 4,9 l/100 km de media según el ciclo WLTP, qué es el más realista. Y lo cierto es que los valores son bastante reales, los consumos que hemos conseguido durante los días de pruebas de estas dos unidades no se alejan mucho de esos valores.
El Scala gasolina de 115 CV ronda un consumo de 6 l/100 km haciendo una conducción muy despreocupada y recorridos variados. Por su parte el TDI habitualmente suele gastar un litro menos aproximadamente. Pero ojo porque ambos son muy agradecidos realizando una conducción eficiente.
Como es un coche que no nos va a incitar a hacer una conducción alegre, si nos esmeramos en intentar gastar poco, tanto con uno con el otro vamos a gastar muy poco hasta el punto de que podemos hacer recorridos con menos de 5 l/00 km de media con el gasolina e incluso rondando los 4 l/100 km con el diésel, unos valores fantásticos. Hay que decir también que la capacidad del depósito de combustible es de 50 litros en los dos casos con lo cual vamos a tener algo más de autonomía en el diésel, algo que es de agradecer si os da pereza pasar mucho por la gasolinera.
Para ir cerrando el asunto hay que hablar de dinero. El Skoda Scala TSI de 115 CV tiene un precio de 20.830 euros. Pero ojo, entra en Google Play, bájate la app gratuita de motor.es y allí vas a encontrar un descuento de más de 7.000 euros con el que podrás conseguir ese Scala TSI de 115 CV por menos de 14.000 euros.
El diésel cuesta entre 1.000 y 2.000 euros más dependiendo del nivel de equipamiento escogido. Hay cuatro acabados y en el básico la diferencia es de 1.000 euros mientras que para el resto es de 2.000 euros. Mi recomendación es quedarse con el gasolina porque puede gastar poco y encaja muy bien con la filosofía de confort del Scala, el diésel compensará a aquellos que vayan a hacer un uso intensivo del coche, que hagan muchos kilómetros al año.
Tabla comparativa de ambos acabados