PruebaFord C-MAX 1.6 Ti-VCT GLP: Motorización, comportamiento y economía (II)
El principal atractivo de esta versión está en su motorización. No solo implica con consumo muy bajo en euros, también fiabilidad y un tacto muy agradable. Solo tiene de competidor en este segmento (con gas), el Dacia Lodgy, posicionado por debajo en calidades y motor. Antes de mirar cualquier diésel, hay que fijarse en este C-MAX.
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Publicado: 05/12/2014 09:00
El motor 1.6 Ti-VCT es el más moderno que Ford ha ofrecido en el segmento C antes de los EcoBoost. Los nuevos motores gasolina de la marca son turboalimentados, con inyección directa, y en el caso de 125 CV o menos, con tres cilindros.
Nos hallamos ante una mecánica que sí, es más sencilla y no tiene tanta tecnología, pero tiene el gran aliado del GLP. Este C-MAX funciona tanto con gasolina convencional como con gas licuado de petróleo (GLP) o autogás. Utilizar lo segundo es considerablemente más barato.
Cierto, la gasolina ha bajado de 1,3 euros/litro después de una buena temporada, pero también ha bajado el gas de 0,7 euros/litro. Este modelo homologa un consumo de gas de 8,2 l/100 km. ¿Será cierto o será demasiado optimista?
No siempre la última tecnología es la mejor
El motor 1.6 Ti-VCT va ligado a una transmisión de cinco velocidades. Ford ha hecho bien escogiendo esta caja, pues una de seis velocidades es poco útil con el par máximo disponible en un motor de este tipo, sin turbo.
De hecho, la quinta velocidad es muy polivalente, no peca de excesivamente corta (más ruido y consumo) ni de muy larga (peor respuesta). La mayoría de las rampas en autovía las podrá sortear en quinta, pero puntualmente habrá que bajar a cuarta velocidad.
La prueba se ha hecho con ruedas opcionales de 17"
A velocidades de hasta 130 km/h nos mantendremos por debajo de 4.000 RPM, y aunque parece mucho, el motor se oye muy poco en el habitáculo. A esas velocidades el 1.6 se siente muy cómodo y el consumo no es ni mucho menos elevado.
GLP: El mejor amigo de nuestro bolsillo
Haciendo la media de dos repostajes, sale un consumo ponderado de 8,3 l/100 km, que es prácticamente lo mismo que declara el fabricante. Hoy día es muy infrecuente que un consumo homologado se acerque siquiera a uno real. No he superado los 130 km/h, y se puede bajar de 8 l/100 km.
Por mi experiencia, los consumos homologados de versiones GLP son mucho más realistas que los de gasolina o gasóleo. Esta versión no tiene Stop&Start, ni radiador con tapado automático (Active Grille Shutter). Gasta eso, y punto.
Puede hacer más de 500 km con gas, y más de 1.200 km apurando ambos depósitos
El depósito cuenta con una capacidad útil de 40 litros de gas. Según el último precio que he visto, 0,669 euros/litro, implica llenar por completo por 26,76 euros. El consumo residual de gasolina (sobre todo al arrancar) es también contenido, no llega a 1 litro cada 100 kilómetros. Siempre arranca con gasolina, y pasa a gas automáticamente.
Por lo tanto, el C-MAX es económico. ¿No es poca potencia 117 CV para un familiar? En mi opinión no, considerando para qué se usan esos coches. Para ir habitualmente a 140 km/h o menos, no veo que necesite más caballos. Subjetivamente es más agradable de conducir que el 1.0 EcoBoost de 125 CV a gasolina, y también más que el 1.6 TDCi de 115 CV.
Este motor no está confirmado para el C-MAX 2015, a la venta en primavera
Basta con saber aprovechar el motor con el cambio de marchas. No he notado que funcionando con gas tenga menos potencia, y la diferencia de usar gasolina a gas es mínima. Solo he percibido el sonido de la bomba del depósito trasero, no hay sonido de inyección que llame mi atención.
Por debajo de 3.000 RPM hay poca fuerza, lo normal en motores atmosféricos. Adelantando, evidentemente un EcoBoost de 150 CV es más rápido, pero mi veredicto es que tiene la potencia que tiene que tener. Así está bien. Por otro lado, el chasis está muy por encima de las posibilidades del motor.
Excelente comportamiento, no parece monovolumen
La dinámica del C-MAX es deliciosa, se nota que deriva del Focus, compacto al que pocos pueden toser en su equilibrio entre dinamismo y confort. A diferencia de varios competidores, el C-MAX tiene una suspensión trasera multibrazo, y no una barra de torsión. Ese hecho marca una diferencia.
Si usamos siempre gas, el depósito de gasolina dura varios miles de kilómetros
Si apuramos el C-MAX al límite notaremos el eje trasero algo travieso, pero el control de estabilidad no permite grandes alegrías y mantiene el coche bajo control en el acto. Si el placer de conducción es algo decisivo y se compra un monovolumen a regañadientes... el C-MAX nos va a gustar, como pasa con el SEAT Altea.
Lástima que no lo vendan automático, porque sería una combinación realmente exquisita. Por cierto, la transformación a GLP viene de fábrica, con piezas de origen BRC. Utiliza un sistema de inyección multipunto en fase gaseosa, perfectamente calibrado para este motor.
Si equipamos todos los extras en seguridad podemos tener una interesante ayuda, la de mantenimiento de carril. Se puede ajustar de forma que si nos vamos a salir del carril, el volante nos incita a girar de vuelta a nuestro sitio con vibraciones, aunque se puede desconectar.
Es capaz de detectar si conducimos muy cansados, nos recomendará hacer una pausa
Conduciendo de noche agradeceremos el cambio automático de luces cortas a largas con los faros de xenón. La sensibilidad del sistema es ajustable a la hora de detectar otros vehículos. Y ahora que me acuerdo, la iluminación es muy agradable para la vista en conducción nocturna.
Si no fuese por la postura de conducción algo más elevada y un centro de gravedad más lejano al suelo, es casi como conducir un Focus. Muy pocos monovolumen me han convencido a nivel de conducción, y este es uno de ellos. En este sentido me parece totalmente recomendable.