Prueba Hyundai Tucson, el conquistador llegado de Corea

El éxito del segmento C-SUV europeo ha hecho que las marcas se lancen al ruedo con interesantes resultados. Hyundai lo ha hecho con mucho éxito, y con un modelo que lo tiene todo para conquistar el mercado, un coche al que sometemos a prueba, el Hyundai Tucson.

Prueba Hyundai Tucson, el conquistador llegado de Corea

18 min. lectura

Publicado: 03/01/2017 09:00

Hyundai ha conseguido crear un superventas gracias a más de una década de conocimientos adquiridos

Aunque muchos no lo crean, el Tucson lleva en el mercado desde hace 12 años. Sin embargo en Europa tuvo una época, la segunda generación, en la que recibió otro nombre, más acorde con la denominación habitual por estas tierras: el Hyundai ix35. Éste resultó ser el modelo más vendido de la marca coreana en el viejo continente. Sin embargo para esta generación la marca quiso unificar nombre, y es ahí donde, para nosotros, llegó el Hyundai Tucson. Un SUV con alma de conquistador al que hemos sometido a prueba en esta ocasión.

Como ya digo, en realidad es la tercera generación del Tucson que sale al mercado. Y tras más de una década de existencia, Hyundai ha ido sumando experiencia en un segmento que se ha convertido en el más importante del viejo continente. Todo ese aprendizaje ha servido para que en esta ocasión plante cara de forma contundente. Tanto es así que ha seguido los pasos del ix35, convirtiéndose en uno de los modelos más vendidos de la marca coreana, no solo en España, sino en todos los territorios del viejo continente.

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¿Cuáles han sido los cambios introducidos más allá del nombre? Pues solo hay que mirar al último ix35 que conocimos para saber la respuesta. El cambio es radical. En todos los aspectos. Posiblemente el más llamativo, el que primero entra por los ojos, es el exterior. Hyundai ha aprendido que un SUV debe tener un aspecto contundente. Que aunque no pise la tierra en su vida, debe parecer que puede ascender hasta la cima del mundo. Y por ello el equipo de diseño se ha encargado de crear un todocamino con un aspecto poderoso a la par que atractivo.

No voy a enumerar la lista de cambios, porque si no podríamos estar aquí el día completo. Pero del exterior llama la atención la gran parrilla frontal, que va acompañada de una línea muy estilizada, marcada de nervios y ángulos que aportan esa sensación de robustez y contundencia. Una política que se extiende al resto del coche con mucho acierto. Personalmente me parece uno de los SUV más atractivos del mercado, muy alejado del conservadurismo alemán. Un toque oriental adaptado a los gustos del mercado más exigente de todos; el europeo.

Estéticamente el Tucson es una mezcla muy acertada de lo oriental y lo europeo

Y es que el Tucson tiene que hacer frente a rivales de gran peso. El más importante, y el más exitoso de todos es el Nissan Qashqai, aunque es unos centímetros más pequeño. A partir de ahí la competencia tiene nombres como SEAT Ateca, Mazda CX-5, Renault Kadjar, Ford Kuga, Volkswagen Tiguan, el renovado Peugeot 3008, y su hermano "casi gemelo": el Kia Sportage. Todos ellos forman parte del mercado generalista del segmento C-SUV, el que acumula un incremento de ventas de año a año que supera el 25%.

Ahora bien, ¿qué cambios observamos por dentro? Pues en este caso pasa lo mismo que con la carrocería. Son tantas las novedades que hay que decir que es todo nuevo. Nada del viejo ix35 se emplea en el Tucson. Bien es cierto que la disposición de elementos, y estructura del salpicadero es muy semejante, pero Hyundai ha mejorado todo. Desde los materiales empleados, hasta el ajuste de los mismos. Eso sí, aun se sigue abusando en cierta medida de los plásticos. Aunque hay que reconocer que el tacto y la calidad de los mismos es más que correcta, pero eso no quita para que me gustaría ver más superficies blandas.

Aun así ya digo que es un espacio agradable, al que pocos reproches se le pueden achacar. La disposición de los elementos es clara y sencilla. El cuadro de instrumentos presenta las habituales esferas además de una pequeña pantalla central que muestra una gran cantidad de información. Desde el consumo del viaje, hasta las indicaciones del GPS. Además se pueden cambiar diversos parámetros de configuración del coche, operando eso sí, desde el volante multifunción.

Por dentro encontramos una buena sensación de acabados, aunque los plásticos abundan

Obviamente lo que más llama la atención es la pantalla central del salpicadero. Es ésta la que nos permite manejar todo el equipo de infoentretenimiento. Su manejo táctil es tan sencillo como intuitivo. Además de ello permite una gran conectividad. Bajo ella encontramos el sistema de climatización, que en este caso incluía asientos calefactados. En cuanto al túnel central, Hyundai ha decidido eliminar el freno de mano habitual para incluir uno eléctrico más cómodo. Junto a este encontramos el botón de modos de conducción, del que luego te daré detallada cuenta.

El Kia Sportage y el Tucson son hermanos "casi gemelos". Lo único que el Hyundai es más conservador en ciertos aspectos

Como ya digo, el Tucson ha evolucionado mucho, y para ello se ha incluido mucha tecnología moderna. La mayoría de ella centrada en mejorar la seguridad de los ocupantes. Para ello se han introducido cámaras, sensores y radares. En caso de detectar un peligro el coche se encarga de avisarnos, ayudándonos a frenar para así reducir la posibilidad de impacto o la importancia del mismo. También se dispone de avisador de cambio de carril involuntario y de una cámara de aparcamiento trasera que facilita en gran medida las maniobras.

En cuanto a habitabilidad Hyundai siempre ha prestado mucha atención al campo del espacio y la comodidad. El Tucson es muy cómodo en todas sus plazas, e incluso detrás caben tres pasajeros con cierta holgura, tanto en espacio para los hombros como para las piernas. En cuanto a espacio para los bártulos y equipajes, el Tucson dispone de 513 litros de maletero. Esa es la cifra mínima. El máximo es de 1.503 litros, si abatimos la segunda fila de asientos en una disposición 60:40. Un espacio muy aprovechable gracias a sus formas rectas.

Por espacio no será, aunque eso sí, la boca de carga del maletero está un poco alta

Si saltamos a la parte mecánica. Hyundai ha dispuesto de una amplia y variada gama de motores, cambios y tracciones. Hay cuatro motores disponibles: dos diésel y dos gasolina. Las potencias oscilan entre los 115 y los 184 CV. Lo habitual es que el Tucson se configure con tracción simple al eje delantero, pero también hay posibilidad de integrar una tracción total, aunque esta solo es posible unirla a las variantes más potentes del diésel y el gasolina. Algo semejante ocurre con el cambio. De serie se equipa con una transmisión manual de seis velocidades, aunque Hyundai ofrece un cambio DCT de doble embrague con siete relaciones. No apto para los motores de acceso.

En este caso tuve la oportunidad de probar una variante que a prior se me antoja como la más equilibrada en cuanto a comodidad, rendimiento y precio. Estamos hablando del Tucson 1.7 CRDi 4x2 de 141 caballos con cambio automático DCT. A esta mecánica se le asociaba el nivel de acabado Style, el más alto de los cuatro disponibles: Essence, Klass, Tecno y Style. Esto hace que el precio de salida de la unidad probada esté en los 38.395 euros. Aunque gracias a varias promociones y descuentos, el precio puede reducirse en hasta 5.000 euros.

Prueba Hyundai Tucson

Como ya he dicho, la configuración del Tucson de pruebas es la que se me antoja como más resolutiva para la mayoría de ocasiones. Hyundai ha aprovechado un bloque que ya conocimos en la prueba del Hyundai I40. Es muy empleado en el resto de la flota de la marca, y en esta ocasión como en otras hay que reconocer que el motor arroja un comportamiento más que correcto. Son 1.685 centímetros cúbicos turboalimentados que desprenden 141 caballos. Potencia más que correcta para impulsar los 1.470 kilogramos del Tucson.

El conjunto de tren motriz tiene una puesta a punto muy buena. Ideal para una conducción tranquila

Potencia correcta, que no exagerada. Con ella podemos estar tranquilos en toda situación. Aunque su entrega de potencia es muy lineal y progresiva, siempre encontramos empuje. Aun circulando a baja velocidad en marchas altas. Es algo que realmente se agradece. La entrega de par optimo, 340 Nm, la encontramos desde unas tempranas 1.750 vueltas. Lo que nos asegura ese empuje en casi todas las circunstancias.

El Hyundai Tucson tiene alma rutera. Su hábitat ideal son largos recorridos a velocidades sostenidas. Sin embargo también se encuentra cómodo en otros entornos como la ciudad, o en carreteras nacionales. Aquí no tendremos que preocuparnos en exceso a la hora de adelantar, pues la correcta potencia y el alto par nos aseguran realizar la maniobra en cortos espacios, aportando así un extra de seguridad. Obviamente para aquellos que buscan algo más deberán optar por el motor 2.0 CRDi, pero este 1.7 con 141 caballos no decepcionará a nadie.

Ni siquiera circulando con cinco ocupantes y su respectivo equipaje. Sí que es cierto que en estas condiciones el Tucson puede sufrir si nos encontramos ante un puerto de montaña, pero la verdad es que es capaz de superarlo sin problema alguno. Eso sí, siempre llevará una conducción y un carácter tranquilo. Esto en parte se debe a la caja de cambios, la que merece un apartado aparte.

A diferencia de otros rivales, Hyundai apuesta por el cambio de doble embrague para el Tucson

Tengo que aplaudir a Hyundai por el uso de un cambio de doble embrague, al igual que el Hyundai Ioniq. Está comprobado que éste es el que mejor rendimiento, suavidad y comportamiento consigue. Para los coreanos hubiera sido más fácil poner un convertidor de par, o incluso un variador continuo, pero no, han apostado por el DCT y es de agradecer. Además han conseguido hacer un gran trabajo, pues el cambio es suave en sus transiciones además de saber exprimir el total de la potencia si es necesario. Eso sí, le falta un poco de optimización a la hora de conseguir grandes resultados de consumo, pero nada terrible por otro lado.

Hyundai ha priorizado el comportamiento frente al consumo. A pesar de ello el Tucson se mueve en cifras medias de gasto

El Tucson es capaz de rodar de forma cómoda en cifras que ronden los seis litros de consumo. A lo largo de la semana lo habitual fue encontrarse con datos de consumo que rondaban los 5,8 y los 6,3 litros. Y eso que en ciertos momentos fue exprimido fuera de su zona de confort. Si se tiene cuidado con el pedal del acelerador, y el terreno acompaña, podemos lograr reducir las cifras de consumo hasta los 5,2 o 5,5 litros cada 100 kilómetros. Es un buen dato, pero en este campo destacan otros rivales más poderosos como el Volkswagen Tiguan.

Ya está claro que el Tucson es una gran opción para una conducción rutinaria, pero ¿cómo se comporta en una conducción más dinámica? Bueno pues aquí nos encontramos con otro perfecto equilibrio. Hyundai tiene su base de desarrollo en Alemania, cerca del circuito del Nürburgring. Esto implica que gran parte del desarrollo de sus coches se lleva a cabo en el infierno verde. Con esto no quiero decir que el Tucson sea un devorador de curvas, ni mucho menos, pero sí que guarda muy bien la compostura cuando se le aprieta en una carretera de curvas reviradas y cambios de dirección.

Las plazas traseras presentan mucho espacio para las piernas

El chasis es capaz de absorber bien las fuerzas de los giros, la suspensión, que peca de blanda, tiende al subviraje, aunque antes de perder la compostura salta el control de estabilidad. El punto más flojo en este terreno lo encontramos en la dirección. Configurada para un uso más cotidiano y relajado, no transmite mucha información. Ni siquiera si cambiamos el modo de conducción. No son muy apreciables los cambios. Sí que es cierto que los parámetros se ajustan, pero lo hacen de una forma tan discreta que apenas se nota el cambio. Por tenerlos los tiene, pero la verdad que no son muy útiles.

En conjunto estamos ante uno de los mejores SUV del segmento generalista. El Tucson basa todo su comportamiento en el equilibrio. No es el más potente, ni el más dinámico, ni el más cómodo, ni el más tecnológico, pero tiene de todo, y puede sacar pecho con respecto a su competencia más directa. Sus atributos son muchos y los defectos pocos, y ninguno de ellos temas vitales, aunque eso sí, el aislamiento exterior podría ser mejor, pues circulando a altas velocidades el ruido aerodinámico es elevado.

Conclusiones

Hyundai ya tenía una buena base en el ix35. Por algo se vendió tan bien. Sin embargo hay que reconocer el esfuerzo a la hora de desarrollar el Tucson. El trabajo ha sido muy bueno. Tanto es así que no me cuesta reconocer que estamos ante uno de los mejores SUV del momento. Y el público ha sabido reconocerlo. El Tucson ya es el tercer SUV más vendido en nuestro país. Por algo será.

No es de extrañar que el Tucson coseche tan buenos datos de ventas. Es un producto muy recomendable

Y es que como ya digo, el Tucson es uno de esos coches que debemos mirar si queremos hacernos con un SUV. Ya no hablo por el diseño, que cada uno considerará si es más o menos atractivo. Me refiero a todo lo demás. La calidad interior es muy correcta, lo mismo que la habitabilidad y del espacio. Lo mismo pasa con la tecnología y el comportamiento, que sin ser extraordinario, se sitúa por encima de sus rivales más directos. Una compra muy lógica, a la vez que asequible.

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