PruebaJeep Renegade, presentación (II): Diseño y habitabilidad
El Jeep Renegade se presenta como la apuesta de la marca alemana para la ciudad. La tendencia de los SUV llega a niveles nunca imaginados. Nunca podríamos haber imaginado que una marca tan campera como lo es Jeep se atreviera a fabricar un SUV claramente urbano, el nuevo Jeep Renegade.
14 min. lectura
Publicado: 25/11/2014 17:00
Antes de empezar a hablar de diseño y habitabilidad debemos recordar un poco la historia de Jeep, de esta manera comprenderemos mejor algunos detalles que llegan en su nuevo modelo, el SUV urbano Jeep Renegade, el primer modelo surgido de la alianza FCA, el primer Jeep fabricado fuera de los USA, para ser más concretos en la planta italiana de Melfi, propiedad de Fiat.
Corría el año 1941, el Gobierno de los Estados Unidos se encontraba en una complicada situación, la segunda Guerra Mundial enfrentaba a los países de Europa, y ellos sabían que en breve deberían acudir al rescate. Por este motivo lanzaron a concurso la fabricación de un vehículo altamente polivalente que fuera capaz de movilizar a las tropas y ayudar en el campo de batalla. Tras estudiar muchos proyectos, la administración Roosevelt decidió optar por la solución de la compañía Willys-Overland.
El resultado seguro que es conocido por todos. El archiconocido Jeep Willys. El comportamiento de este pequeño todoterreno fue tan sobresaliente que ayudó a conquistar las tierras europeas y asiáticas, acabando con dos guerras en 1945. A día de hoy la empresa mantiene un buen número de elementos de aquel modelo icónico. En nuestro caso en particular el Renegade recupera parte de estética del modelo del 41, pero con tintes del siglo XXI.
Diseño
Obviamente el Renegade es un producto atípico dentro de Jeep. Su claro carácter urbano ha marcado parte del diseño, que se ha llevado a cabo en los Estados Unidos. Este hecho se nota y mucho, ya que en cierto modo el mercado europeo no es el mismo que el americano. Aunque los diseñadores han tenido en cuenta nuestros gustos, ellos han decidido adaptarlo a su manera. El resultado es un producto cuanto menos llamativo, muy diferente a lo que vemos en otros modelos del segmento.
Si comparamos el Willys con el Renegade obviamente pensarás que no hay nada que se les parezca, en un 90% es así, pero en el 10% restante Jeep no ha querido perder parte de su ADN. De esta forma contentan a los seguidores de la marca e intentan atraer a nueva clientela, que como ya os conté en la primera parte de la prueba, es más joven y urbana, entre los 30-40 años.
Pincha aquí para ver las 34 fotografías de la completa galería de imágenes de la presentación del Jeep Renegade
No me negaréis que la parte frontal sí que se asemeja al Willys. Los grandes faros redondos y la parrilla con siete franjas derivan de aquel modelo, aunque en este último caso es algo que encontramos de forma común en toda la gama de Jeep. Sus líneas, aunque pretenden ser curvas, son bastante rectas, además ese elevado capó y alta posición de conducción permiten arrojar esa sensación de control de tráfico que tanto es demandada hoy en día.
En el lateral nos encontramos con esas mismas sensaciones, una carrocería con estilo urbano pero enérgico, contenido en unas medidas muy correctas para el tráfico: 4,25 metros de largo por 1,80 metros de ancho. En esta ocasión también nos encontramos con elementos claramente Jeep, como los tradicionales pasos de rueda rectangulares. Por último el diseño lateral lo completan una amplia gama de llantas con tamaños que oscilan entre las 16 y las 18 pulgadas.
Es al llegar a la parte trasera donde no abandona la esencia original de Jeep. Sin embargo los diseñadores la han resuelto de una forma muy armoniosa y de buen gusto. Por encima de todo destacan los pequeños faros cuadrados con un diseño interior en X. El portón del maletero es de gran tamaño, y la luneta trasera permite una excelente visibilidad posterior, deberán ir los tres asientos traseros ocupados para que perdamos esta vista. Además, dicho portón, esconde un maletero muy bueno, 351 litros, muy aprovechables gracias a su forma rectangular.
La personalización es uno de los puntos más importantes a la hora de adquirir un coche. Esto lo ha comprendido la marca, por eso ha dispuesto de una paleta que permite un amplio número de combinaciones entre el color de la carrocería y el techo. Además habrá una serie de vinilos decorativos que permitirán un mayor grado de exclusividad, algunos de ellos son realmente atractivos.
Diseño interior y habitabilidad
En este punto sí que Jeep ha dado un paso de gigante. Una vez dejamos el exterior y nos introducimos en el habitáculo Jeep nos presenta un espacio que destaca sobre todo por el amplio espacio disponible. Mires donde mires hay espacio, quizás demasiado, ya que teniendo en cuenta que las medidas no son nada exageradas, por dentro hay una sensación de mucho volumen, algo a lo que puede costar acostumbrarse, ya que no encuentras fácilmente los límites del coche.
Es innegable el esfuerzo de diseño llevado a cabo por los responsables del proyecto. No hay Jeep que se pueda comparar con este
Sin embargo lo que si me ha llamado mucho la atención es la elección de los materiales, muy buenos. Con un tacto y una sensación muy buena es uno de los puntos a destacar del interior. Sin embargo sí que me entran dudas al ver las holguras de algunas de esas piezas, sólo el tiempo dirá si es un punto débil. Sin embargo, teniendo en cuenta su historia, Jeep siempre ha hecho coches hechos para durar, y no creo que el Renegade sea el que rompa con esa bonita tradición.
La postura de conducción es muy alta, la regulación del asiento permite un buen desplazamiento vertical, pero en todo caso estamos hablando de ir por encima de lo normal. El ajuste del mismo es sencillo, y rápidamente se consigue encontrar la postura correcta. Una vez encontrada nos encontraremos con que los asientos son muy cómodos, recogen poco eso sí, pero hay que tener en cuenta que el coche no está pensado para una conducción dinámica, por lo que no debe preocuparnos.
También descubriremos que todos los elementos del salpicadero están al alcance de la mano. El Renegade cuenta con muy poca botonera, todo se maneja de manera táctil o mediante ruedas que hacen más sencillo su manejo. Sin embargo todos los controles que no presenta la consola y en el salpicadero, los encontramos en el volante. La palabra multifunción adquiere un nuevo significado en este caso, ya que casi todos los elementos se pueden manejar desde él.
Los únicos elementos que no encontramos de forma intuitiva son el botón del ESP, el freno de mano electrónico, el Start/Stop y el Selec-Terrain, que o bien se encuentra en el túnel central o en la parte baja de la consola central. Teniendo en cuenta que en una conducción estos controles no se tocan me parece que su posición es la correcta.
Otro elemento que hay que destacar es el cuadro de instrumentos. Dos grandes esferas laterales dejan espacio a una enorme pantalla digital que arroja una gran cantidad de información. Curioso es el detalle de la salpicadura de barro en la parte más alta del cuentarrevoluciones. Volviendo a la pantalla central, de siete pulgadas a color, informa en todo momento del estado del coche. Además los asistentes a la conducción informan de las diferentes incidencias en la misma, además de emitir el correspondiente aviso acústico.
El gran espacio útil hace que cuatro ocupantes viajen con mucha holgura, solo un quinto sufrirá ante un viaje largo
En cuanto al resto de plazas, tengo que decir que el Renegade presenta una configuración que ya quisieran muchos coches para sí. Aprovecha hasta el último centímetro de habitáculo para que sus ocupantes vayan cómodos, tan solo la plaza central posterior se encontrará más recogida ante la presencia del túnel de transmisión. Es de suponer que a la hora de afrontar un viaje largo esta pueda ser la plaza más incómoda.
Un producto típico americano son esos enormes vasos de cartón para bebidas, por eso sorprende ver la cantidad de posavasos que nos encontramos en cualquier parte del coche. Es un buen detalle la verdad, ya que estos permiten dejar una gran cantidad de objetos, desde el móvil, a la cartera o las llaves. Un punto a su favor.
Por último debo hablar de la reminiscencia original de Jeep. El interior obviamente era la parte que menos posibilidades tenía de adaptación a la tradición, sin embargo los diseñadores se las han apañado para que nos encontremos con detalles, igual excesivos. Los asientos, los marcos de los altavoces y algunas cubiertas de plásticos presentan el diseño de las siete franjas y los dos faros redondos del frontal.
Con esto debemos dar por concluida la segunda parte de la presentación del Jeep Renegade. Para resumir hay que decir que el nuevo modelo la marca americana presenta un aspecto muy diferente al resto del sector, un punto a su favor, además no recuerda sus orígenes, algo que cada día está más en desuso. En cuanto al interior, sorprende la calidad de los materiales, no así la holgura de los elementos. El espacio es otra de sus cualidades, a pesar de sus medidas contenidas la habitabilidad es muy buena, lo único malo puede ser la sensación de un tamaño mayor, algo a lo que deberemos acostumbrarnos.
La última parte de la prueba la concluiremos hablando de la unidad probada con el motor 1.6 MultiJet II de 120 CV con cambio manual, una configuración que a priori se presenta como la de mayor potencial de venta. Además daremos las conclusiones y las valoraciones finales de este coche, que es un nuevo paso, un nuevo aire para una marca tan reconocible como lo es Jeep. Nos vemos.