Mazda CX-5 2.0 160 CV 4x4 MT Style. Personalidad renovada
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Publicado: 10/05/2012 12:47
El Mazda CX-5 no sólo es el nuevo SUV compacto del fabricante japonés sino que además aglutina la novedosa filosofía que se impondrá en todos los modelos producidos por el fabricante de Hiroshima: Nueva línea de diseño -denominada KODO- y nueva tecnología que afectan a los motores, transmisiones, chasis y carrocería bautizada como Skyactiv.
Se presenta con un motor de gasolina 2.0 de 160 CV en las versiones con tracción total y 165 CV en las de tracción delantera. En cuanto a la oferta diesel hay dos motores de gasóleo con 150 y 175 CV. Éste último se comercializa exclusivamente con la tracción 4x4 y transmisión automática. La versión que se llevará el mayor volumen de ventas será previsiblemente el diésel de 150 CV con tracción delantera y cambio manual.
El CX-5 sólo se presenta con dos niveles de acabado disponibles, ambos muy equipados: Style y Luxury. Ya en la versión "básica" Style tenemos elementos como el sistema de arranque y parada automáticos i-stop, control de estabilidad, llantas de 17 pulgadas, sistema de frenada automática en ciudad (SCBS), climatizador bizona, conexiones bluetooth y USB, sensor de lluvia y luces, arranque por botón y cristales tintados, entre otros. Curiosamente el techo solar no se puede montar ni en opción con el acabado Style y sólo está disponible por 770 euros para el Luxury.
Los precios de la gama CX-5 se sitúan en un rango entre 24.790 y 35.690 euros, resultando muy atractivos dado el abundante equipamiento del modelo y su calidad general.
Durante unos días hemos podido disfrutar de un Mazda CX-5 2.0 160 CV 4x4 Style con cambio manual. En la presentación del modelo también pudimos tener una breve toma de contacto de unos 60 kilómetros con una unidad que disponía de la misma mecánica y tipo de tracción pero con transmisión automática y acabado Luxury.
Por fuera
El Mazda CX-5 es el primer modelo de producción que muestra la nueva filosofía de diseño "KODO, el alma del movimiento" y de la que ya te hablamos con detalle hace unas semanas. Según la compañía japonesa, los cánones buscados son capturar la belleza del instante en el que animales como el guepardo inician el movimiento para expresar una sensación de fuerza, rapidez, agilidad y energía.
Dejando a un lado las descripciones de los departamentos de marketing, lo cierto es que el CX-5 está bien proporcionado y trasmite una sensación de robustez. Sus 4,55 metros de longitud se disimulan bien gracias a su notable anchura mientras que su diseño exterior está plagado de líneas tensas y formas angulosas. Es atractivo lo mires por donde lo mires -y con el color azul Sky Blue más aún-.
En el frontal tiene un lugar principal la gran parrilla con la tradicional forma de cinco puntas de Mazda en una posición casi completamente vertical. A cada lado encontramos los faros bixenón adaptativos -giran en las curvas para iluminar mejor la carretera- y con control de luces largas -cambia automáticamente de luces largas a cortas cuando detecta que se aproximan otros coches de frente-, opcionales. En contra de la moda actual, el CX-5 no monta luces diurnas tipo led.
En el lateral, las líneas curvadas de la parte baja de las puertas le aportan la imagen dinámica que pretenden imprimir los nuevos cánones de la filosofía KODO. Esta versión Style lleva llantas de aleación de 17 pulgadas con cinco radios dobles y neumáticos Yokohama Geolandar G98 -el acabado Luxury tiene llantas de 19 pulgadas y neumáticos Toyo-. La antena del techo es de tipo "aleta de tiburón", los retrovisores exteriores integran las luces de intermitencia y los cristales traseros tintados son de serie.
La trasera está marcada por las luces horizontales tipo led. En la zona central del portón se encuentra el logo de Mazda de gran tamaño y en la parte superior un alerón con la tercera luz de freno. Todas las versiones cuentan con una vistosa doble salida de escape cromada.
Por dentro
En el habitáculo del CX-5 lo primero que llama la atención es la buena calidad visual que trasmiten todos los elementos que nos rodean. El salpicadero es suave, los botones e interruptores tienen un tacto agradable y los ajustes son muy buenos. El diseño seguido es clásico y sobrio, sin excentricidades, y todo está donde se supone que debería estar, al alcance de la mano. Se nota que se han cuidado los detalles.
Los acabados del SUV de Mazda podrían rivalizar sin sonrojarse con los de muchos modelos premium de la categoría. Y lo que es mejor: para tener esta calidad en los acabados y ajustes no hace falta recurrir a la versión más completa Luxury porque el Style es idéntico.
El espacio es amplio tanto en las plazas delanteras como en las traseras. El CX-5 es 13 centímetros más corto que su "hermano mayor" el CX-7 pero la amplitud interior es similar en ambos modelos lo que habla favorablemente del buen aprovechamiento del espacio con el que cuenta el CX-5, que incluso ofrece más espacio vertical. Sólo el ocupante de la plaza central trasera se puede encontrar incómodo ya que el asiento es estrecho y el respaldo algo duro.
El acceso es sencillo debido a que las puertas tienen un gran ángulo de apertura y además se cierran con mucha suavidad. No ocurre lo mismo con el portón del maletero, con el que hay que emplear más energía de la esperada para que quede cerrado correctamente -es posible que se trate de un detalle puntual de esta unidad concreta, no pude comprobarlo en otras-.
Los asientos son mullidos y recogen bien el cuerpo. Quedan en una posición alta incluso bajándolos al máximo -sólo el del conductor tiene regulación manual en altura- por lo que a personas de baja estatura les puede resultar algo incómodos y provocar un cierto cansancio en las piernas en viajes largos. En este acabado Style la tapicería es de tela mientras que en el nivel Luxury es de cuero y los asientos tienen ajustes eléctricos.
El cuadro de instrumentos está compuesto por tres esferas y su presentación vuelve a ser sencilla pero práctica. A la izquierda el cuentarrevoluciones, en el centro el velocímetro y a la derecha una pantalla multifunción. No hay ningún indicador que informe de la temperatura del motor aunque un testigo nos avisa, al menos, del momento en el que se alcanza la temperatura óptima de funcionamiento.
El CX-5 Style lleva de serie climatizador bizona, equipo de sonido con bluetooth, conexión USB y entrada auxiliar y arranque por botón. El navegador TomTom es un elemento opcional: Pídelo, los 500 euros que cuesta son una buena inversión, merece la pena el desembolso. El navegador, el equipo de audio y la telefonía se pueden manejar con un mando giratorio situado en la consola central denominado HMI Commander. Está bien situado y se manipula bien sin necesidad de girar el cuerpo aunque no me ha resultado especialmente ventajoso porque resulta aún más cómodo operar directamente en la pantalla táctil TFT de 5,8 pulgadas del sistema de entretenimiento.
Buena parte de los huecos donde podemos vaciarnos los bolsillos tienen el fondo tapizado o de goma antideslizante. No es el caso de la guantera, aunque ésta tiene una buena capacidad y tiene luz interior.
El maletero es espacioso y ofrece un volumen de carga de 503 litros. Los asientos traseros tienen un práctico sistema de abatimiento 40:20:40 -que Mazda llama Karakuri- con lo que podemos ampliar la capacidad hasta los 1.620 litros. En los laterales del maletero se encuentran unos tiradores que permiten abatir cada una de las tres partes del respaldo trasero con suma comodidad. Bajo el piso del maletero encontramos huecos para colocar los objetos habituales -triángulos de emergencia, un botiquín...- y un kit de reparación de pinchazos. Opcionalmente se puede montar una rueda de emergencia de tamaño reducido.
Skyactiv
El CX-5 es el primer modelo comercializado por Mazda que incorpora plenamente la tecnología Skyactiv, una serie de innovaciones tecnológicas que afectan a los motores, transmisiones, chasis y carrocería. Se busca mejorar el rendimiento general del vehículo, ofrecer un alto nivel de agrado de conducción y a su vez reducir el consumo de combustible y de emisiones contaminantes. Ya te hablamos de ellas anteriormente con motivo de la exposición temporal que la marca japonesa organizó en Madrid.
El nuevo motor de gasolina de inyección directa se denomina Skyactiv-G y se trata del propulsor de gasolina con la mayor relación de compresión del mundo, 14:1. Entre otros elementos tiene inyectores multipuerto para una mayor precisión de la inyección de combustible y unos pistones más ligeros que presentan unas cavidades para permitir una combustión ideal. En las versiones 4x4 entrega 160 CV y en las de tracción delantera 165 CV.
Por su parte, el propulsor de gasóleo Skyactiv-D tiene la misma relación de compresión que su "primo" de gasolina, 14:1, siendo en este caso el motor diesel con la relación más pequeña. Es también la única mecánica de gasóleo que cumple la restrictiva normativa de emisiones Euro VI sin ningún sistema de post-tratamiento de los gases de escape, lo que da una idea de su eficiencia. Incorpora un turbocompresor de dos etapas -para mermar el típico lag de los motores sobrealimentados- y potencias de 150 y 175 CV.
Las opciones de transmisión son el cambio manual Skyactiv-MT y el automático Skyactiv-Drive mediante convertidor de par con embrague multidisco, ambas con seis velocidades que buscan suavidad y rapidez. Mazda señala que estas cajas son más compactas y que se han reducido las fricciones para ser más eficientes.
El Skyactiv-Chassis implementa novedades que afectan al apartado dinámico, como la suspensión o el sistema de frenos, con elementos más ligeros y mayor comodidad de marcha.
La carrocería también ha visto mejoras gracias a esta tecnología y se denomina Skyactiv-Body. La estructura está realizada con aceros ligeros pero de gran resistencia y se han optimizado las técnicas de soldadura. El resultado es una mayor rigidez que redunda en un confort superior al volante, más ligereza para ahorrar combustible y una alta protección de los ocupantes en caso de colisión. Por poner un ejemplo, los nuevos travesaños son un 20% más resistentes y pesan 4,8 kilos menos que los anteriores.
Todas estas innovaciones tienen como objetivo mejorar las prestaciones y el comportamiento dinámico del Mazda CX-5, siendo a la vez más eficiente y respetuoso con el medio ambiente.
En marcha
Ya en marcha nos encontramos con un SUV que prefiere tomarse la vida con tranquilidad. Bajo el capó tenemos el nuevo motor de gasolina de 2,0 litros Skyactiv-G con 160 CV de potencia y 208 Nm de par máximo. Aunque no tiene unas prestaciones deslumbrantes -de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos- sí que resultan cifran suficientes para garantizar que se mueve bien.
Para sacar lo mejor de sí hay que llevarlo a altas revoluciones aunque este propulsor Skyactiv-G es algo perezoso y le cuesta subir de vueltas. En ello tiene que ver el carácter que le ha dado Mazda, primando el ahorro de combustible frente a una respuesta enérgica. Según el fabricante japonés se buscaba "tener un motor de gasolina con el consumo de un diesel".
Lo que nos lleva al apartado de consumos. Los datos homologados son de 5,8 l/100 km en recorrido extraurbano y 8,1 l/100 km en ciclo urbano, con 6,6 l/100 de consumo mixto. Unas cifras muy buenas para un coche con tracción total y este tamaño y potencia. En nuestros recorridos habituales hemos conseguido unas cifras que superan en alrededor de un litro las oficiales -realizando una conducción despreocupada-, aunque siguen resultando unos buenos valores de consumo.
Al arrancar el motor de gasolina llama la atención que tiene un ralentí muy alto, sobre las 1.500 rpm, cuando el motor está frío y afecta, por tanto, a la rumorosidad. Unos segundos después baja a un nivel de revoluciones más natural.
También es llamativa la apreciable vibración que muestran los retrovisores de ambos lados cuando viajamos por encima de unos 80 ó 90 km/h. No me refiero a toda la estructura del retrovisor sino al espejo en sí, y ocurría en las dos unidades del CX-5 que probé por lo que no parece un problema puntual de una unidad aislada. No impide la visión ni resulta molesto pero es un detalle francamente mejorable.
Independientemente del tipo de vía por el que se circule, el Mazda CX-5 destaca por el confort de marcha que ofrece a sus ocupantes. Es muy cómodo, las suspensiones filtran bien las irregularidades del terreno y además el habitáculo está bien insonorizado.
Esta comodidad se mantiene cuando salimos del asfalto. Recuerdo que el Mazda CX-7 era incómodo -quizá por llevar llantas de 19 pulgadas- y poco eficaz. El CX-5 por su parte me ha parecido más capaz, aunque debemos ser conscientes de que sigue siendo un SUV urbano por lo que su uso en campo debe limitarse a caminos en buen estado, lo mejor es no meterse en complicaciones porque no tenemos reductora y el recorrido de la suspensión es relativamente corto. La distancia al suelo es de 210 mm en las versiones de tracción total -curiosamente las de tracción delantera son un poco más altas, 215 mm-.
El sistema de tracción AWD del modelo japonés envía toda la fuerza al tren delantero y cuando detecta alguna pérdida de tracción envía hasta un 50% del par a cada eje. Este reparto se realiza de forma automática sin que el conductor pueda intervenir en modo alguno. Lo cierto es que la mayoría de los usuarios de un SUV como éste apenas saldrá de las vías asfaltadas y las ventajas de la tracción total serán más apreciadas cuando se circule por carreteras con firme resbaladizo -hielo, nieve, lluvia-.
El cambio manual de seis velocidades es muy agradable y preciso. Además tuve una breve toma de contacto con una versión con transmisión automática-secuencial, también con seis relaciones. En modo completamente automático insiste en mantener el motor a bajas vueltas --una vez más buscando buenos consumos- y ante un pisotón del pedal derecho tarda en reaccionar y quizá por ello el modo secuencial me ha parecido más satisfactorio. En ambos casos la transición entre marchas es sumamente suave. Sinceramente, si tuviera que elegir cuál quedarme entre el cambio manual y el automático, me costaría decidir.
Nuestra unidad de pruebas contaba con un paquete de equipamiento opcional denominado "Pack Safety+Navegador" que por 2.500 euros añade asistente de cambio de carril (RVM), sensores de aparcamiento delantero y trasero, faros bixenon adaptativos y control de luces de largo alcance (HBC), sistema de alerta de cambio involuntario de carril (LDW) y el navegador GPS.
El asistente de cambio de carril (RVM) de Mazda funciona de maravilla y lo probamos anteriormente en el Mazda CX-7. El sistema detecta los vehículos que circulan por los carriles adyacentes y nos avisa si existe algún riesgo al realizar la maniobra de cambio de carril.
El sistema de alerta de cambio involuntario de carril (LDW) también me ha parecido muy satisfactorio. Este dispositivo "lee" las líneas de la carretera y avisa al conductor con un zumbido si abandona el carril por el que circula, a menos que conecte los intermitentes o haga un giro muy decidido. He tenido oportunidad de probarlo en modelos de otros fabricantes y en ocasiones puede resultar un auténtico incordio, sobre todo en zonas de obras donde suele haber varias líneas en el asfalto, pero en el CX-5 no me ha parecido en absoluto molesto.
Todas las versiones del CX-5 ofrecen de serie el sistema i-stop de parada y arranque automáticos, que resulta muy rápido -Mazda indica que actúa en 0,35 segundos en la versión de gasolina y 0,40 segundos en los turbodiésel- y además muy suave en su funcionamiento.
En resumen
Mazda parece haber dado en el clavo con este CX-5. Es bonito, amplio, cómodo, bien hecho, muy equipado, los consumos son bajos y el precio es razonable así que poco más se puede pedir a un SUV que se sitúa como una de las referencias de su categoría. Además, el interesante camino que ha abierto Mazda con la filosofía Skyactiv me parece un gran acierto.
Es posible que algunos potenciales clientes se decanten por otras marcas que ofrecen modelos menos potentes o equipados por el simple hecho de ahorrarse unos cuantos euros así que quizá se eche en falta un CX-5 con un nivel de equipamiento más básico y un motor turbodiésel más pequeño de 110-120 CV para obtener una versión de acceso a gama más económica, aumentado así el abanico de interesados. Sin embargo, desde Mazda nos han indicado que no está previsto lanzar una versión de estas características en España, al menos a corto plazo.
Si se busca un crossover con una gran habitabilidad, buenas terminaciones y bien equipado el Maxda CX-5 debe ser uno de los candidatos a tener en cuenta: No defraudará a nadie.
A favor:
- Habitabilidad
- Confort de marcha
- Consumos
- Relación precio/producto.
En contra:
- Sólo dos niveles de equipamiento entre los que elegir
- Techo solar no disponible ni como opción en el acabado Style
Datos y equipamiento
DATOS TÉCNICOS del Mazda CX-5 2.0 160 CV MT AWD
- MOTOR
Tipo: Delantero transversal, 4 cilindros en línea y 16 válvulas
Cilindrada: 1.997 cc.
Alimentación: Inyección directa
Relación de compresión: 14,0:1
Diámetro x carrera: 83,5 x 91,2 mm
Potencia máxima: 165 CV a 6.000 rpm
Par máximo: 210 Nm a 4.000 rpm
- DIRECCIÓN
Tipo: Asistida eléctrica
Diámetro de giro: 11,7 m
- SUSPENSIÓN
Delantera: Independiente de tipo Mc Pherson con muelles, amortiguadores y barra estabilizadora
Trasera: Independiente multibrazo con muelles, amortiguadores y barra estabilizadora
- FRENOS:
Delanteros: Frenos de disco ventilado de 297 mm
Traseros: Frenos de disco de 303 mm
- TRANSMISIÓN
Tipo: Manual de seis velocidades
Desmutiplicación (1ª): 3,700
Desmutiplicación (2ª): 1,947
Desmutiplicación (3ª): 1,300
Desmutiplicación (4ª): 1,029
Desmutiplicación (5ª): 0,837
Desmutiplicación (6ª): 0,680
Desmutiplicación (marcha atrás): 3,724
Relación final: 4,705
- DIMENSIONES
Longitud: 4.555 mm
Anchura: 1.840 mm
Altura: 1.670 mm
Batalla: 2.700 mm
Vía delantera: 1.585 mm
Vía trasera: 1.590 mm
Peso en orden de marcha: 1.425 kg
Depósito combustible: 58 litros (56 en las versiones 4x2)
Capacidad del maletero: 503 litros (1.620 litros con la segunda fila de asientos abatida)
Distancia al suelo: 210 mm (215 mm en versiones 4x2)
- PRESTACIONES Y CONSUMOS
Aceleración 0-100 km/h: 10,5 s
Velocidad máxima: 197km/h
Consumo urbano: 8,1 l/100 km
Consumo extraurbano: 5,8 l/100 km
Consumo combinado: 6,6 l/100 km
Emisiones de CO2: 155 g/km
EQUIPAMIENTO de serie del Mazda CX-5
- STYLE:
Climatizador bizona
Asientos traseros abatibles 40:20:40
Pantalla a color multifunción
Faros antiniebla
Sensor de luz
Sensor de lluvia
Control de crucero
HMI Commander
Espejos retrovisores calefactables y plegables eléctricamente
Espejo retrovisor interior antideslumbramiento
Conectividad Bluetooth
Asistente de arranque en pendiente
Sistema i-stop
Ordenador de a bordo
Radio/CD con seis altavoces con conexión auxiliar y USB
Arranque por botón de arranque
Cristales traseros oscurecidos
Llantas de aleación de 17 pulgadas
Airbags frontales, laterales y de cortina
ESP, ABS, EBD, TCS y DSC
Sistema de asistencia a la frenada en ciudad (SCBS)
- LUXURY. Añade sobre el acabado Style:
Asistente de cambio de carril (RVM)
Tapicería de cuero
Asiento del conductor con reglajes eléctricos
Asientos delanteros calefactados
Equipo de Sonido Bose con 9 altavoces
Sensores de aparcamiento delanteros y traseros
Tarjeta inteligente
Cámara de visión trasera
Llantas de aleación de 19 pulgadas
PRECIOS del Mazda CX-5
Mazda CX-5 2.0 Skyactiv-G 165 CV 2WD MT Style: 24.790 euros
Mazda CX-5 2.0 Skyactiv-G 160 CV 4WD MT Style: 27.790 euros
Mazda CX-5 2.0 Skyactiv-G 160 CV 4WD AT Luxury: 32.890 euros
Mazda CX-5 2.2 Skyactiv-D 150 CV 2WD MT Style: 26.990 euros
Mazda CX-5 2.2 Skyactiv-D 150 CV 2WD AT Style: 28.990 euros
Mazda CX-5 2.2 Skyactiv-D 150 CV 4WD MT Style: 29.990 euros
Mazda CX-5 2.2 Skyactiv-D 150 CV 4WD AT Style: 31.990 euros
Mazda CX-5 2.2 Skyactiv-D 150 CV 4WD MT Luxury: 33.090 euros
Mazda CX-5 2.2 Skyactiv-D 150 CV 4WD AT Luxury: 35.090 euros
Mazda CX-5 2.2 Skyactiv-D 175 CV 4WD AT Luxury: 35.690 euros
Rivales
El precio del Mazda CX-5 2.0 Skyactiv-G 160 CV 4x4 MT Style es de 27.790 euros. Si buscamos crossovers del mismo tamaño y precio con un motor de gasolina de potencia similar encontramos como principales rivales varios modelos japoneses:
- Honda CR-V 2.0 i-VTEC Comfort SE 4x4 150 CV. El modelo de Honda vence por capacidad del maletero. El de Mazda tiene unos consumos más contenidos, una mayor calidad interior y presenta un diseño más atractivo. El precio del CR-V es de 27.900 euros, casi calcado al del CX-5, pero ofreciendo menos equipamiento.
- Nissan Qashqai+2 2.0i Tekna Sport MT 4x4 140 CV. Las ventajas del Qashqai+2 son sus dos plazas extras y un maletero de mayor tamaño. Los consumos se decantan claramente a favor del SUV de Mazda. Los dos modelos están bien equipados aunque el Qashqai+2 supera por más de 900 euros -28.700 euros- el precio del CX-5. Anteriormente pudimos probar la versión turbodiésel del Nissan Qashqai+2.
- Subaru Forester 2.0i Sport Plus 4x4 150 CV. El precio del Forester, 27.550 euros, es similar al del CX-5. Tiene mejores aptitudes todoterreno y un sistema 4x4 más eficaz. El modelo de Subaru tiene un cambio manual de sólo 5 marchas y con un funcionamiento menos suave que su rival. El Forester lleva un tiempo en el mercado y se nota especialmente en sus interiores, con acabados por debajo de los ofrecidos por el Mazda. Para conocer mejor al SUV de Subaru, puedes leer nuestra prueba del Subaru Forester 2.0D.
- Subaru XV 2.0i CVT Executive Lineartronic 4x4 150 CV. Además del Forester, Subaru juega en el segmento de los SUVs compactos con su nuevo XV. Sólo está disponible con cambio automático. Es 10 centímetros más corto que el CX-5 y se nota en su habitabilidad interior y, sobre todo, el el tamaño del maletero -380 litros-. El precio, 27.000 euros. Tuvimos una toma de contacto con el Subaru XV donde te contamos los detalles de este modelo.
- Toyota RAV4 2.0 VVT-i Yokubari 4x2 158 CV. El RAV4 tiene tracción delantera meintras que el CX-5 cuenta con un sistema 4x4. El Toyota tiene 10 centímetros menos de longitud y se dejan otra en su maletero de 410 litros -503 el CX-5-. Al igual que el Mazda, el modelo de Toyota está bien equipado y ambos cuestan prácticamente lo mismo: 27.050 euros el RAV4 y 27.790 el CX-5. Los descuentos que se puedan conseguir en el concesionario pueden decantar la balanza.