PresentaciónMazda2 2015 (III): Comportamiento, conclusiones y valoración
Mazda ha puesto toda la carne en el asador desplegando la tecnología Skyactiv en todo su esplendor en su pequeño Mazda2. Tres motores de gasolina y un diésel componen su gama inicial. El Mazda2 2015 se convertirá en una de las referencias del segmento B por diseño, calidad y equipamiento. Los precios del urbanita japonés arrancan en los 13.250 euros.
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Publicado: 18/02/2015 08:00
Concluimos nuestro primer contacto con el Mazda2 poniendo a prueba su comportamiento dinámico en la presentación europea del modelo. Mazda ha equipado a su pequeño urbanita con motores con tecnología Skyactiv, que se caracterizan por su eficiencia y compresiones extremas. En gasolina la marca se ha decantado por el 1.5 Skyactiv-G, un bloque que desarrolla tres niveles de potencia: 75, 90 y 115 CV. Los dos últimos cuentan con una relación de compresión de 14:1, la más alta del mundo para un modelo de producción en serie.
En cuanto a las opciones de gasóleo, la oferta se reduce a un único propulsor 1.5 Skyactiv-D con turbo de geometría variable que entrega 105 CV y tiene una relación de compresión de 14,8:1 excepcionalmente baja para un diésel. Esta mecánica llega a los concesionarios en junio.
Comportamiento dinámico
El Mazda2 nos cautiva inmediatamente por su gran aplomo y estabilidad, incluso a velocidades elevadas. El comportamiento es muy bueno y jugando con el cambio se puede aprovechar bien la potencia disponible e incluso el pequeño motor de 75 CV se muestra suficiente para mover al coche japonés con suficiente alegría. Sin duda, su ligereza es una de las claves -970 kg en orden de marcha para la versión más liviana-.
He probado las tres mecánicas de gasolina -el diésel no está disponible aún-. No he notado una gran diferencia de prestaciones entre la versión de 90 CV y la de 115 CV, salvo que el más potente empuja un poco más cuando se sobrepasan las 5.000 rpm. De hecho, ambas versiones arrojan la misma cifra de par, 148 Nm a 4.000 rpm. El motor de 90 CV me parece la elección más equilibrada y las previsiones apuntan que concentrará el mayor volumen de ventas. Además, el Mazda2 es cómodo y la carrocería no balancea en exceso.
La suspensión delantera de tipo McPherson es independiente y la trasera semi-independiente de eje torsional, un esquema similar a la de la mayoría de modelos de la categoría. La puesta a punto del chasis es excelente y hace pensar que podría lidiar con más caballos sin dificultad ¿Habrá un Mazda2 MPS? En la marca dicen que se lo están pensando y ya sabes que cuando el río suena...
La dirección tiene un tacto correcto, al menos en las versiones de 90 y 115 CV. Por el contrario, en la variante de 75 CV que he probado la dirección era mucho más insensible y con un guiado menos preciso. El pedal de freno tiene un tacto duro y poco recorrido, pero permite dosificar bien la frenada. Los frenos traseros son de tambor en todas las versiones. El motor de 115 CV lleva el sistema de recuperación de energía en las frenada i-Eloop pero no he notado un tacto diferente al del resto de versiones.
El cambio manual es peculiar, por decirlo de alguna manera. La palanca tiene holguras considerables y tanto en punto muerto como con la marcha insertada podemos moverla notablemente sin esfuerzo en todas direcciones. En la presentación he podido probar tanto la caja de cinco marchas como la de seis, ambas con esta particularidad. Lo curioso es que, a pesar de ello, no presenta vibraciones y me ha parecido una caja con un manejo agradable y preciso.
Los precios del Mazda2 arrancan en los 13.250 euros
El motor de gasolina de 90 CV también puede utilizar el cambio automático Skyactiv-Drive de convertidor de par con seis marchas que funciona con mucha suavidad. Permite un manejo secuencial a través de la palanca o de dos pequeñas levas tras el volante que giran solidaras con él.
Esta transmisión tiene un modo Sport pensado para realizar una conducción más deportiva, que se selecciona mediante un interruptor en su base. Me ha parecido poco satisfactorio porque se limita a tener alto de vueltas el motor permanentemente: aumenta el ruido en todo momento -y acaba siendo molesto-, pero no parece que las prestaciones mejoren apreciablemente. Mucho ruido y pocas nueces.
La caja automática puede ser una buena opción para quien realice la gran mayoría de sus trayectos a ritmos suaves en entorno urbano, donde se saca partido a su comodidad. En una conducción dinámica lastra el rendimiento del motor y es mejor optar por la caja manual. Baste decir que este motor de 90 CV acelera de 0 a 100 km/h en 9,4 segundos con cambio manual pero se incrementa notablemente con el automático hasta los 12,0 segundos.
Independientemente del motor o el tipo de transmisión, las relaciones de cambio son muy largas para favorecer el consumo así que en adelantamientos o pendientes acusadas obliga a bajar una marcha al menos. En cuanto a consumos, los tres motores se quedan lejos de las cifras de homologación: en carretera homologan entre 3,7 y 4,1 l/100 km pero habitualmente los veremos rondar entre los 5 y los 6 l/100 km.
Conclusiones
¿Quién dijo que un coche urbano debía ser muy básico? Conscientes de la importancia del segmento B en cuanto a nivel de ventas, Mazda ha dado un paso al frente dotando a su modelo más urbano de todo el arsenal tecnológico disponible en la marca. El equipamiento es muy generoso incluso desde su versión de acceso.
El Mazda2 también se caracteriza por un diseño sumamente atractivo por las líneas musculosas propias del diseño Kodo y por el habitáculo desplazado hacia atrás. Eso sí, este perfil pasa factura en lo que a habitabilidad se refiere con unas plazas traseras muy estrechas y un maletero con una boca de carga pequeña y elevada.
Además lo ha hecho con unos acabados cuya calidad está al alcance de muy pocos en esta categoría. En cuanto a las cadenas cinemáticas, cualquiera de las tres ofertas mecánicas de gasolina es buena elección -aún no hemos probado el diésel-, aunque el motor de 90 CV se plantea como la opción más equilibrada.
El Mazda2 presume de un refinamiento poco común entre los coches urbanos y deja muy buen sabor de boca. Sin duda, se trata de un competidor que pondrá las cosas difíciles a los tradicionales dominadores del segmento B.