Mazda3 Skyactiv-X, las cinco claves que lo definen (con vídeo)
El Mazda3 no es nada nuevo, pero su versión Skyactiv-X. Nosotros ya hemos podido probar esta mezcla que se antoja muy interesante por el concepto que presenta. Un motor de gasolina de última generación con los consumos de un diésel.
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Publicado: 23/10/2019 19:00
El Mazda3 no es un coche excepcionalmente nuevo, hace ya seis meses que lo probamos por primera vez, aunque no hace tanto tiempo que hemos probado su variante Skyactiv-X. Se trata de un motor de gasolina que promete los consumos de un diésel y que de hecho, a veces se comporta como tal. Así que ya hemos hablado largo y tendido del Mazda3 Skyactiv-X, pero para que quede claro os presentamos estas cinco claves que definen a este compacto tan particular.
1. Diseño
Desde que saliera al mercado en el año 2003, el Mazda3 ha ido cambiando su cara a cada nueva generación. No mentimos a nadie si decimos que ésta es de lejos la más espectacular de todas. No estamos hablando de uno de los compactos más bonitos del mercado, estamos hablando de uno de los coches más bonitos del mercado, y punto. Presenta una evolución del diseño KODO de Mazda, una versión 2.0 por decirlo de alguna manera. Su estilo afilado le confiere mucha personalidad, y sin lugar a dudas la parte más llamativa de todas es el frontal. Si esta no es una de las mejores cosas del coche, que venga Dios y lo vea.
2. Calidad
Mazda quiere posicionar su producto como un modelo premium. Quiere plantar cara a las marcas mejor posicionadas del mercado y lo hace con argumentos. En el interior del Mazda3 encontramos materiales de calidad, de buena sensación a la vista y al tacto. Paneles de las puertas, parte superior del salpicadero, túnel central, asientos... 2/3 partes de su interior están recubiertas por esos materiales blandos y de agradable tacto. El tercio restante lo componen plásticos, como es habitual, aunque no están al alcance de zonas donde vayamos a tocar habitualmente, y tampoco hay que olvidar el Pianno Black de toda la consola central, que aunque resulte estético en imágenes en la vida real no es la mejor solución posible.
3. Motor Skyactiv-X
Aunque ya os hemos hablado acerca de motor Skyactiv-X, no viene mal repasar su funcionamiento. Aunque esté considerado como un motor de gasolina, emplea la gasolina para moverse, también puede ser tratado como un diésel. Como ya sabéis los motores diésel emplean una mezcla de aire y combustible que arde mediante unas altas condiciones de presión y temperatura. A diferencia de los motores de gasolina que necesitan una chispa, una bujía para iniciar la explosión ya que trabajan a una menor presión.
El bloque Skyactiv-X tiene al igual que los motores de gasolina una bujía con la que en determinadas circunstancias se usa para prender la mecha. Por el contrario, en otro rango de uso, no es necesario esta chispa ya que la mezcla de aire y gasolina se prende como en el caso de los diésel, por compresión. Esta transición es inapreciable, y de hecho solo sabremos cuando trabaja de una u otra manera cuando el coche así nos lo indique. Tal y como ya os mostramos en la prueba del Mazda CX30.
Cuando se activa el modo SCCI sabremos que el motor está empleando la bujía para funcionar, y se apagará cuando no sea así. En un 80% del tiempo el Skyactiv-X trabajará con la ayuda del sistema SCCI, mientras que el 20% restante del tiempo lo hará mediante compresión. Y eso conlleva ciertas ventajas. La principal de ellas es un drástico descenso en los consumos del coche. Aunque este motor entrega entre un 10 y 30% más de par es entre un 20 y un 30% más eficiente. Eso supone menos consumo y menos emisiones, por lo tanto motores más limpios y eficientes.
Pero ahí no acaban las ventajas del Skyactiv-X, porque la pegatina ECO es otra de ellas. Además de las bajas emisiones que consigue por sí solo el motor, los ingenieros de Mazda han añadido un sistema Mild-Hybrid, un sistema eléctrico y una batería auxiliar que se encargan de recuperar energía y entregarla al motor en diferentes fases además de alargar la vida útil de elementos de ahorro como el i-Loop. De esta forma el motor trabaja de forma más desahogada y durante un menor tiempo, ganándose con ello la etiqueta ECO que te dará vía libre a zonas de tráfico restringido y te permitirá moverte libremente sin preocuparte de los protocolos anticontaminación, además de otras ventajas como ya sabéis.
4. Comportamiento
Que como ya es habitual el Mazda3 presenta una conducción excelente. Es un coche para los que realmente busquen un buen comportamiento. Una vez más Mazda ha desarrollado un chasis que está muy por encima de las condiciones y prestaciones del motor. Todo en la dinámica del coche es sobresaliente. Desde la dirección hasta el chasis pasando por un juego de suspensiones muy equilibrado en cuanto a confort y rendimiento.
Además la electrónica nos garantiza un óptimo aprovechamiento de todo el conjunto gracias al G Vectoring Control Plus. Lo que hace este sistema es analizar en tiempo real el estado y el agarre de cada uno de los neumáticos, y a la hora de tomar una curva gracias al ABS y al ESP frena de forma selectiva las ruedas interiores para que así la trazada y el giro sean mucho más precisos. Otra de las mejores cosas del Mazda3 es su cambio manual, también hay opción a incluir uno automático, pero si eres de los que te gusta la sensación de un buen cambio, el manual es tu mejor opción. Recorridos cortos y precisos, muy del estilo del Mazda MX-5.
En cuanto a la variante Skyactiv-X se nota que tiene más pegada el que Skyactiv-G de 122 caballos. A pesar de los 180 caballos que entrega esta unidad, se siguen notando algo escasos. La entrega es muy progresiva y lineal en la parte baja del cuentarrevoluciones, y es al superar las 3.000 vueltas cuando recibimos lo mejor. Eso quiere decir que el chasis está muy por encima del rendimiento del motor, y que tampoco debemos buscar una conducción exageradamente alegre porque tendremos que irnos muy arriba de vueltas para sacarle chicha al motor. Así que está más pensado para un uso tranquilo y donde prioricemos el confort y los bajos consumos por encima de todo.
5. Relación calidad-precio
Mazda se ha especializado en dar más por un precio contenido. Aunque su calidad es digna de un compacto premium, su precio está más en sintonía con sus rivales generalistas. A esto es a lo que se llama relación calidad-precio, y en el caso del Mazda3 es una de las mejores del mercado. Su precio de salida se sitúa, sin ofertas ni promociones en los 23.765 euros, y con él se incluye un alto nivel de equipamiento de serie, con elementos como la pantalla de 8,8 pulgadas del salpicadero, el navegador, control de crucero adaptativo, todos los asistentes a la conducción imaginables, climatizador bizona, Head-Up Display y cuando de instrumentos digitalizado con un display de 7 pulgadas.
Por todos estos aspectos destaca el nuevo Mazda3 Skyactiv-X. Una versión muy particular y no solo por su funcionamiento, también por su concepto. Un gasolina con consumos de diésel, puede que estemos ante el próximo gran avance de los motores de combustión antes de la llegada de eléctricos realmente funcionales y asequibles para todo el mundo. Las ventajas son superiores a sus inconvenientes, que principalmente vienen marcados por una habitabilidad y unas prestaciones algo justas.