PruebaMitsubishi Outlander 220 DI-D 2WD (III): Comportamiento, consumo, conclusiones y valoración

El Mitsubishi Outlander está animado por un motor turbodiésel 2.2 de 150 CV. La comodidad es uno de sus rasgos más destacados del SUV japonés. Combina una vocación campera y familiar prometiendo una gran comodidad en todo momento. El punto débil, una dirección imprecisa. Es hora de dar un veredicto ¿el Outlander es una compra acertada?

Mitsubishi Outlander 220 DI-D 2WD (III): Comportamiento, consumo, conclusiones y valoración

7 min. lectura

Publicado: 08/09/2014 08:00

La gama del Mitsubishi Outlander se ha ampliado con una versión 2WD de tracción delantera, pensada para aquellos que realizan la mayoría de sus trayectos sobre el asfalto o por caminos sencillos. Unos consumos más bajos y un precio más ajustado son las principales ventajas de prescindir del sistema de tracción total.

Todas las fotos de la prueba del Mitsubishi Outlander DI-D están en nuestra galería de imágenes

El arranque por botón es de serie en toda la gama

Comportamiento dinámico

El moderno propulsor turbodiésel que anima al Outlander se aleja de la moda del downsizing apostando por un bloque de 2.268 cm3 con cuatro cilindros. Cuenta con un turbo de geometría variable y alimentación de inyección directa common rail para entregar 150 CV muy voluntariosos.

Acelera de 0 a 100 km/h en 10 segundos y muestra unas prestaciones más que suficientes para desenvolverse sin problemas ante cualquier situación. La mayor baza de este propulsor es su fuerza gracias a los 380 Nm de par que se entregan a 1.750 rpm, un valor que asegura un buen dinamismo rodando a plena carga o afrontando pendientes pronunciadas.

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Los 190 mm de altura libre al suelo dan margen para circular por caminos

La versión 2WD carece de protectores en paragolpes y pasos de rueda

Su buena respuesta a bajas vueltas también es una ventaja circulando fuera del asfalto, donde se beneficia de una altura libre de 190 mm para superar obstáculos de dificultad moderada. Los ángulos limitan sus posibilidades offroad (ataque 21,5º, ventral 21,º y salida 22,5º). Evidentemente, si nos movemos habitualmente por estos terrenos conviene hacerse con la versión de tracción total, muy eficaz -demostrando la experiencia de Mitsubishi en este campo- y con protecciones adicionales en la carrocería.

La insonorización no es uno de sus puntos fuertes pero la rumorosidad no resulta molesta circulando a ritmos legales. Pasando de los 120 km/h el ruido del motor y del aire se va haciendo más patente y hay que elevar la voz para mantener una conversación.

La comodidad está asegurada en todos los trayectos

Al volante tenemos la sensación de llevar un coche más grande y pesado, a pesar de que los 1.530 kg que anuncia en la báscula es un valor muy razonable. Esta sensación se debe a que vamos sentados muy altos y al comportamiento de los amortiguadores, que balancean sustancialmente la carrocería en curvas. El principal beneficio de esta configuración es un confort de marcha excelente, anulando cualquier incomodidad que pueda producir las irregularidades de la carretera. En rectas a velocidades elevadas el Outlander se muestra aplomado.

El balanceo es claro y resta agilidad al modelo de Mitsubishi en tramos revirados. Especialmente si sumamos el comportamiento de la dirección, que es el punto débil del Outlander porque es poco comunicativa e imprecisa, obligando a realizar frecuentes correcciones en curva para afinar la trayectoria. Afortunadamente, en todo momento es noble y transmite seguridad.

La dirección es imprecisa y poco comunicativa

Actualmente hay dos acabados: Motion y Kaiteki

El modelo japonés tiene un Modo Eco Drive que realmente sirve para algo. En otras marcas, esta configuración preestablecida para gastar poco combustible suele hacer al vehículo lento y torpón o muestran un indicador de cambio eficiente de marcha que siempre te pide subir una marcha cada vez que rozas el acelerador.

No es el caso del Outlander: este modo muestra un indicador de eficiencia en tiempo real con unas sugerencias de cambio razonables y modifica la respuesta del acelerador, la gestión del sistema de tracción total (en unidades 4WD) y la climatización consiguiendo hacer su función sin que el coche pierda prestaciones de manera notable. Bien por Mitsubishi.

En el Modo Eco Drive mejora la eficiencia sin limitar las prestaciones

Gracias al Modo Eco Drive el consumo en carretera puede estar por debajo de los 7 l/100 km con facilidad. En ciudad es otro cantar y las cifras se van a unos 9,5 l/100 km a pesar de contar con una función de parada y arranque automáticos que el fabricante japonés denomina AS&G, un sistema que forma parte de la tecnología ClearTec de la marca. Si pisamos poco terreno urbano, con los 63 litros de depósito podemos hacer viajes largos con una autonomía de 1.000 kilómetros sin tener que visitar la gasolinera.

Conclusiones

El Mitsubishi Outlander ha evolucionado positivamente respecto a la generación anterior y ofrece más habitabilidad y menor peso con el mismo tamaño. El diseño ha cambiado notablemente y su atractivo depende de los ojos del que mira: a mí me gusta, especialmente con el color Rojo Orient de esta unidad.

El Outlander es una compra recomendable por su relación precio/producto

Combina una vocación familiar y campera y el comportamiento de esta versión 2WD satisfará a cualquiera que no necesite aventurarse con frecuencia por caminos difíciles fuera del asfalto. Una dirección que peca de falta de precisión y un equipamiento cerrado que no puede ser ampliado mediante opciones individuales son las características son los puntos mejorables a tener en cuenta.

El gran confort del Outlander queda patente en todo momento por el suave tarado de sus suspensiones y por el acertado mullido de sus asientos. Además, su buen equipamiento a un precio ajustado le convierten sin duda es una de las opciones más racionales para quien busque un todocamino de siete plazas.

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