PruebaNissan Qashqai dCi 130 CV, interior y exterior (II)
Es hora de valorar el Nissan Qashqai por dentro y por fuera. Su diseño ha madurado mucho así como la calidad percibida y los ajustes. En el exterior tenemos un diseño más afilado y anguloso. En el interior, mejor reparto de elementos, más tecnología y una vida a bordo más lujosa.
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Publicado: 18/07/2014 18:00
En este capítulo vamos a empezar contándoos que tiene de bueno la gama de motores del nuevo Nissan Qashqai, centrándonos sobre todo en la gama de gasóleo; probablemente la que más éxitos coseche en nuestro país. Como os adelantábamos ayer, sólo hay tres posibilidades; dos en diésel y una en gasolina. En la variante diésel más pequeña de 110 CV, el consumo promete no superar en ningún caso los 5,0l/100km, mientras que en la versión de 130CV (disponible en 4X2 o 4X4), sólo en tramos urbanos obtendremos entre 5,2l/100km y 5,6l/100km. En el resto de recorridos deberíamos estar por debajo de los 5,0l/100km. Recordemos que la versión que probamos tiene la cifra más elevada debido a su tracción 4X4 que añade un peso en vacío de 95 kilos frente a la versión 4X2 de cambio manual (1.440 kilos frente a 1.535 kilos).
Probablemente por su peso y por su consumo sensiblemente mayor, la versión 4X4 incorpora un tanque de combustible con carga de 65 litros en vez de los 55 del resto de la gama. La velocidad máxima es de 190 km/h y su aceleración 0-100km/h es de 10,5 segundos. Las emisiones de CO2 son de 129g/km. En la versión 4X2 son 119g/km y en la versión diésel más pequeña son de solo 99g/km.
Exterior
La primera imagen del Nissan Qashqai que se pudo ver, anunciaba cambios drásticos a nivel de diseño. Abandonaba una línea sencilla por una más angulosa y afilada, con luces diurnas de LED en forma de flecha que transmitían evolución tecnológica. Viendo el coche final lo cierto es que ha adoptado una silueta propia de un diseño japonés con faros frontales alargados, al igual que los pilotos traseros con luz LED que también mantienen una estética horizontal en vez de la cuadrada de la anterior generación.
En el lateral, sus prominentes llantas de 19” parecen grandes, y realmente lo son pero le quedan estupendamente bien a la vista. El neumático que le acompaña, casi con propiedades deportivas y un tamaño 225/45, no es exactamente lo más idóneo para incursiones en pistas fuera de asfalto y por ello Nissan ofrece una versión con llantas de 17”, más correcta para la variante 4X4 si vamos a usar el coche fuera de carretera. La línea lateral también ha madurado mucho con un diseño más trabajado y ángulos marcados, por ejemplo tras la ventanilla trasera. Nuestra unidad vestía la pintura Negro Amatista con un coste adicional de 488 euros y una tonalidad más bonita que en la anterior generación.
Sin duda, donde hay un cambio muy notable es en la parte trasera, con pilotos que se extienden por el lateral del vehículo y un paragolpes que omite el uso del color de la carrocería para protegerlo de los pequeños impactos de las piedras más pequeñas.
La evolución es notable mires donde mires
Las medidas del coche son: 4.380mm de largo, 1.590mm de alto y 1.806mm de ancho. Ha crecido en 50mm de largo, ha rebajado su altura en 25mm y ha ensanchado en 26mm respecto a la generación anterior. La batalla de la generación actual mide 2.646mm significando un aumento de 16mm y esto repercute en habitabilidad interior. Es un coche un poco más grande que hace la vida a bordo para 5 pasajeros bastante agradable, dentro del espacio disponible.
Interior
En el interior los cambios son acusados. En la generación anterior creíamos mejorable la colocación de la pantalla a nivel de altura. También ocurría con otros elementos del automóvil. En esta generación todo está a una altura perfecta y los mandos son bastante accesibles. Se ha abandonado la ruleta para seleccionar la tracción 4X4 y ahora tiene botonería propia bajo el difusor izquierdo del aire acondicionado. En su lugar, la palanca de cambios queda ahora más retrasada dejando espacio para un freno de estacionamiento electromecánico y una toma de corriente. El diseño de la palanca selectora ha evolucionado considerablemente, como el resto del coche.
El salpicadero tiene un estándar de calidad más elevado gracias a una moldura de acentuación, que a pesar de ser de plástico queda bien resuelta con un ajuste correcto. El plástico que utiliza el salpicadero es acolchado. La unidad del climatizador también ha evolucionado mucho. La percepción de calidad está a la altura de lo esperado, así como la integración de la pantalla central que en la anterior generación quedaba algo baja.
Se han modificado los difusores del aire acondicionado, dejando de lado los redondos de plástico y optando por una opción de diseño rectangular con rebordes en plata mate, mucho más agradables a la vista. En el cuadro de instrumentos encontramos una pantalla a color con información muy útil y muchos menús para la configuración del coche… quizá demasiados menús. Requiere un aprendizaje previo pero el Nissan Qashqai tiene electrónica para poder ajustar ciertos parámetros a nuestro gusto.
Por lo demás, estamos ante una unidad muy tecnológica con un sistema de cámaras periféricas 360º, aviso de mantenimiento de carril, de salida de trayectoria y advertencia de colisión entre otros. Por último, destacar que el maletero tiene 430 litros de capacidad, aumentando en 30 la capacidad volumétrica de su antecesor. ¡No os perdáis el próximo capítulo para conocer la dinámica de este coche!