PruebaPorsche 911 Turbo (III): Dinamismo, conclusiones y valoración
La versatilidad del Porsche 911 Turbo resulta casi tan sorprendente como su enorme efectividad, sus prestaciones de infarto y su impecable comportamiento dinámico. Es adictivo. El paquete Sport Chrono incluye el modo Sport Plus, que añade la función overboost y el impresionante launch control. El 911 Turbo es, sin duda, la referencia de su categoría.
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Publicado: 03/08/2014 08:00
Las múltiples personalidades del Porsche 911 Turbo le permiten mostrarse en el día a día como un apacible coupé civilizado o como el más efectivo de los deportivos en un circuito durante un track day. Esta versatilidad es una de las principales diferencias del modelo alemán respecto a sus rivales e intensifica la experiencia de conducción en todas las situaciones.
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Comportamiento dinámico
Con más de medio millar de caballos a nuestra espalda resulta sorprendente la docilidad del 911 Turbo en condiciones de tráfico normal. La suspensión es firme pero cómoda, la dirección asistida electromecánica con ratio de desmultiplicación variable nos pone las cosas fáciles a la hora de maniobrar. La visibilidad es razonablemente buena y las dimensiones exteriores, a pesar de su anchura, nos permiten callejear sin preocupaciones.
El splitter frontal puede plegarse mediante un sistema neumático, una buena manera de evitar roces y golpes a la hora de superar badenes o bordillos. La caja de cambios Porsche Doppelkupplung (PDK) de siete marchas actúa con suavidad. El ronroneo del motor nos recuerda la bestia que se esconde en la trasera, que respira en reposo.
Esta sumisión puede sorprender a más de uno pero lejos de ser un defecto es toda una virtud. A diferencia de otros grandes deportivos que sólo invitan a una conducción ocasional para realizar una conducción deportiva, uno de los grandes valores del 911 es esa dualidad, pudiéndose comportar como un eficaz deportivo y, si se desea, ser un coche de utilizable en el día a día con cierto confort.
En el modo Sport Plus se activa la función 'overboost'
De cara a la eficiencia, el nueveonce cuenta con una función Auto Start-Stop de parada y arranque automáticos. Más interesante aún resulta el modo planeo, según el cual el motor se desembraga automáticamente manteniéndose en régimen de ralentí y avanzando por su propia inercia. De esta manera es posible realizar recorridos con consumos por debajo de los 10 l/100 km, salvo que nos metamos mucho por ciudad o pisemos el acelerador con alegría. Es un valor nada descabellado teniendo en cuenta el potencial que encierra el propulsor bóxer.
El 991 Turbo se transforma de Doctor Jekyll en Míster Hyde tras pulsar el botón Sport, que activa una configuración más agresiva del motor, transmisión y chasis. La respuesta al acelerador es más inmediata, el delicioso cambio PDK estira más las marchas y hace los cambios más rápido, la suspensión activa (PASM) se endurece y los escapes intensifican su melodía.
Aún hay más. El paquete Sport Chrono es totalmente recomendable porque, además de añadir un cronómetro digital y analógico en el salpicadero, permite un ajuste aún más deportivo del chasis, del motor, de la transmisión, de la aerodinámica y del sistema de escape a través del modo Sport Plus.
El alerón trasero se despliega en tres posiciones. Hasta los 120 km/h se mantiene plegado, y el plano superior se despliega parcialmente de manera automática al pasar esa velocidad. El ala se despliega en su totalidad en un ángulo de 15 grados pulsando el botón Sport Plus para ofrecer la mayor fuerza aerodinámica posible.
También se activa la función overboost que incrementa el par máximo de 660 Nm hasta los 710 Nm. Para ello se incrementa la presión máxima de hasta en 0,15 bares por un tiempo limitado.
Los frenos cerámicos PCCB están disponibles como opción
Con el modo Sport Plus conectado, el 911 Turbo incluye la activación del launch control para obtener una aceleración desde parado sencillamente brutal. Pisando el acelerador a fondo el 911 se convierte en una fiera, levantando el eje delantero mientras el sistema de tracción total PTM exige a los neumáticos traseros que luchen por aferrarse al asfalto.
3,2 segundos es el tiempo necesario para superar los 100 km/h de manera fulminante con la espalda pegada al respaldo del asiento. Los 160 km/h se dejan atrás a los 7,1 segundos, envuelto en la incesante orgía de sonido que emana de los escapes y mientras la caja PDK realiza los cambios de marcha a la velocidad de la luz. Sin el modo Sport Plus los tiempos son 3,4 y 7,4 segundos respectivamente.
Todas las curvas pasan a una velocidad endiablada, da igual el radio que tengan. Varios sistemas son culpables de esta efectividad. Por un lado el eje trasero con dirección activa, que hace que las ruedas traseras giren en función de la velocidad hasta en 2,8 grados para mejorar la estabilidad y agilidad. También aporta su granito de arena el Porsche Torque Vectoring Plus (PTV Plus) que bloquea electrónicamente el diferencial trasero entre un 0 y un 100%.
El tercer elemento a destacar que tiene una influencia directa en la agilidad del 991 es el Control Dinámico del Chasis PDCC -opcional- , un sistema compuesto por unos actuadores hidráulicos que actúan en las barras estabilizadoras y los brazos de suspensión para eliminar cualquier balanceo durante la conducción. De esta manera la transferencia de pesos se realiza de manera suave y controlada, permitiendo mantener todo bajo control al enlazar una curva tras otra.
La conducción enérgica del 911 Turbo es pura adrenalina, su salvaje efectividad es adictiva. Con una capacidad de frenada infatigable y muy dosificable y una adherencia que parece no tener límite, el deportivo de Stuttgart sorprende también por la confianza absoluta que transmite bordeando los leyes de la física. Ni un extraño, ni una imprecisión, siempre siguiendo fielmente las indicaciones del volante.
Conclusiones
Un elegante y confortable coupé o un brutal animal de circuito. El Porsche 911 Turbo puede cambiar su personalidad en un abrir y cerrar de ojos. Tan fácil como dar un pisotón al acelerador para que el cambio PDK baje tres, cuatro o cinco marchas a la vez con la misión de ofrecer una respuesta instantánea capaz de dejar sin aliento al más valiente.
Su efectividad en cualquier tipo de terreno está fuera de toda duda, propiciando siempre infinitos niveles de satisfacción al volante. El peso del mito 911 es grande pero esta generación 991 del Turbo lo justifica e incluso lo lleva al siguiente nivel, pero todo ello tiene un precio.
El Porsche 911 Turbo resulta notablemente más costoso que el Nissan GT-R y está en la línea del Audi R8 V10. Su precio de 186.000 euros se incrementa rápidamente al seleccionar algunas chucherías del amplio abanico de elementos opcionales, pero tras conducirlo tu mente no pensará en otra cosa: merece la pena pagar cada céntimo.
La razón es bien sencilla, no hay ningún otro deportivo en el mercado con menos de 600 CV que te haga sentir lo mismo. Para encontrar algo mejor hay que pasar al siguiente nivel y entrar en la categoría de los hiperdeportivos, esos modelos de los que sólo se fabrican un puñado cada año. Sólo hay una excepción, el 911 Turbo S de 560 CV.