Presentación estática del Mercedes-AMG SL 2022, atractivo a la vista y al oído
El Mercedes SL es toda una institución en la firma de la estrella. Un deportivo que con el paso de los años y las generaciones ha sabido adaptarse a nuevas tendencias sin dejar a un lado su espíritu de GT lujoso.
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Publicado: 06/04/2022 00:05
Hablar del Clase SL de Mercedes es hablar de uno de sus coches más longevos y especiales. La oferta de los de Stuttgart está plagada de diferentes unidades, modelos, carrocerías o mecánicas. El SL, al igual que el Clase S, es un ancla en el tiempo. Las modas han llegado, han triunfado y se han ido, pero el Mercedes SL siempre ha estado ahí. Una nueva generación vuelve a las calles, una que se adapta a los tiempos que corren, pero no por eso sucumbe en la más ordinaria de las modas.
Como toda buena historia, lo suyo es empezar desde el principio. No hay que retroceder hasta finales del siglo XIX cuando Mercedes empezó su andadura por la historia, pero sí hasta la década de los 50, que es cuando el SL ve la luz por primera vez. Seguro que te suenan de algo las míticas flechas plateadas de Mercedes. El mundo del motor no se puede entender o explicar sin la presencia de las carreras. La competición siempre ha sido el laboratorio de pruebas de los fabricantes, y de ese mundo al límite han surgido verdaderas obras de arte.
Durante muchos, muchos, años el SL ha sido el cúspide de la gama deportiva. Ese modelo directamente extraído de los circuitos para surcar las carreteras de medio mundo. La primera de las generaciones es la más icónica de todas por su particular sistema de apertura de puertas. El Mercedes 300 SL, más conocido como "alas de gaviota" ha pasado a los libros de la historia por su diseño, su rendimiento y, ahora, también por su precio. Más de dos millones de euros por unidad cotizan a día de hoy.
En realidad, todas las versiones han estado siempre bien cotizadas. Lo que siempre ha sido destacable es la larga duración de cada una de las series y lo bien que ha terminado envejeciendo cada una de ellas. La última, o mejor dicho penúltima, el modelo R231, ha sido el único en no romper la barrera de la década. La culpa no es del coche en sí, si no de lo rápido que avanza el mercado en la actualidad. La velocidad a la que cambian las tecnologías y las normativas es incluso más rápida que la que alcanza el SL.
A Rey muerto, Rey puesto. El refrán no falla, y tras decir adiós a la hornada anterior toca decir hola al SL R232. Trae consigo cambios muy importantes y que lo hacen ser completamente excepcional. Es el primer modelo de la saga en acompañarse de las letras AMG. Los de Affalterbach han tomado el control de la creación y de ahí que sus siglas siempre lleguen asociadas al descapotable. La denominación oficial es Mercedes-AMG.
También es la generación que vuelve a ofrecer un habitáculo para tanta gente. El SL siempre ha acostumbrado a ofrecer un espacio de carga tras los asientos delanteros, un hueco que ha ido mermando con el paso de los años y, que en situaciones concretas podían servir como asientos. El nuevo modelo es un 2+2 con todas las de la ley. Una adaptación que ha sacrificado el espacio de carga reduciendo el maletero de forma significativa, hasta los 240 litros. Un volumen mínimo que se reduce a 213 litros si la capota está plegada en su compartimiento.
La capota se pliega en forma de Z en 15 segundos y hasta una velocidad de 60 km/h
En 10 años muchas cosas han cambiado, no solo en la situación geopolítica, también en la normativa y en la tecnológica. Hace 10 años estrenábamos móviles que no son ni la sombra de los actuales. Lo mismo pasa con los coches. La evolución de la tecnología de a bordo ha sido radical, y cada año que pasa el ritmo es incluso más frenético. Si miramos la generación anterior descubriremos un SL anticuado, al que muchos denominarían como clásico.
Como era de esperar, la digitalización ha tomado casi todo, por no decir todo, el protagonismo. La presentación es tan espectacular como "clásica" en Mercedes, recordando mucho a los habitáculos del Mercedes Clase C y Mercedes Clase S con ciertos elementos característicos del Mercedes-AMG GT. Un popurrí de soluciones que queda bien y se adorna de mejor forma. Materiales de alta calidad como el cuero son la tónica habitual, destacando la cada vez menor presencia de plásticos negros, aunque sigue habiéndolos.
Por supuesto, todo es nuevo para el SL, aunque no para Mercedes. Instrumentación digital, pantalla multimedia táctil con 11,9 pulgadas y ajuste vertical, faros matriciales de LED, asientos deportivos con ventilación incorporada y masaje, mando fónico, conectividad inalámbrica, cargador sin cables, iluminación ambiental y mil y un elementos que hacen de él un deportivo práctico y usable bajo cualquier circunstancia, sin olvidarse de los muchos asistentes y elementos de seguridad activa y pasiva.
Muchos de los gadgets tecnológicos derivan de modelos como el Clase S. La berlina más elegante de la casa sirve como inspiración, aunque bajo la carrocería del elegante Mercedes SL se integre la plataforma MSA, una variante de la unidad MRA 2 de tracción trasera. Gracias a ella no solo la tecnología embarcada es un auténtico dispendio, también la relacionada con la dinámica y con un centro de gravedad reducido que seguro que hará maravillas al volante.
Gracias a su construcción en aluminio, la arquitectura MSA permite una amplia oferta mecánica, desde soluciones convencionales de alta potencia hasta propulsores híbridos. A eso hay que sumar la incorporación novedosa del sistema de tracción 4MATIC+ con un diferencial electrónico capaz de repartir el par de una forma variable entre ambos ejes. Ejes que tienen la capaz de girar de forma independiente gracias a un eje trasero direccional que mejora el agarre a altas velocidades así como la maniobrabilidad en entornos estrechos.
Tampoco podía faltar la esperada y querida suspensión neumática, indispensable en un verdadero GT como el SL, aunque solo disponible en las versiones más altas. Esa suspensión se acompaña de unas barras estabilizadoras activas y neumáticas que limitan el balanceo de la carrocería en los modos de conducción más agresivos de los seis que hay: Superficies deslizantes, Comfort, Sport, Sport +, Individual y Race. Seleccionables mediante los mandos satélite del corazón del volante.
Por el momento no he mencionado al respecto de la gama mecánica ofrecida por el nuevo SL. Mercedes ha arriesgado en esta jugada al romper con la tradición. La gama más alta de la casa, formada por los SL, S, GT y CLS nunca han ofrecido motores por debajo de los seis cilindros, hasta ahora. Un símbolo de estatus y distinción que estaba a la altura del precio y la categoría del coche. La última generación rompe con eso y por primera vez veremos un Mercedes SL con un motor de cuatro cilindros. El motor de cuatro cilindros del explosivo Mercedes-AMG A 45.
Un pequeño bloque de gasolina de dos litros turboalimentado que entrega 390 caballos de potencia. Para salvar un poco la jugada, Mercedes se escuda en que es el motor de cuatro cilindros más potente que hay ahora mismo en producción. Todo lo que ellos quieran, pero ver un motor tan pequeño en un coche tan magnífico duele. Al fin y al cabo es cuestión de normativa y homologación. Seguro que su rendimiento es maravilloso, pero será difícil encajar semejante imagen al abrir el todopoderoso capó.
Esa no es la única novedad, pues también cabe destacar la presencia del primer SL híbrido enchufable de la historia, aunque no hará acto de presencia hasta dentro de unos meses. Se espera que se sitúe como la unidad más extrema gracias a la tecnología AMG E Performance que ya hemos podido ver recientemente en el descomunal Mercedes-AMG GT Berlina. El resto de la familia, digamos los modelos más "convencionales", se apoyan el archiconocido bloque V8 de cuatro litros biturbo que tantas veces hemos visto.
En un primer escalón de rendimiento está el SL 55 4MATIC+ con una potencia de 476 caballos entre las 5.500 y las 6.500 revoluciones y 700 Nm de par motor entre las 2.250 y las 4.500 vueltas. Por encima de él está el AMG SL 63 4MATIC+. Empleando el mismo bloque se eleva la potencia hasta los 585 caballos entre las 5.500 y las 6.500 vueltas con par de 800 Nm entre las 2.500 y las 5.000 revoluciones. Ambas versiones se acompañan de una transmisión automática de nueve velocidades de doble embrague.
Todo ello se traduce en una velocidad punta de hasta 315 kilómetros por hora con una aceleración de 0 a 100 Km/h en 3,6 segundos. Nada mal para un SL que ha crecido con respecto a su predecesor, aunque ha conseguido mantener el peso a raya gracias a su dieta a base de materiales nobles. Hablamos de 4,7 metros de largo, 1,91 metros de ancho y 1,35 metros de alto con una distancia entre ejes de 2,7 metros y peso mínimo de 1.970 kilogramos.
Dejando a un lado las plazas traseras, prácticamente inservibles para adultos, el aspecto del Mercedes SL R232 resulta muy espectacular. Tomando prestados argumentos de diseño de otros modelos de la casa como el AMG GT o el CLS, también claros detalles evocadores como las 14 franjas verticales de la parrilla panamericana en homenaje al SL original. Lo mires por donde lo mires sigue siendo atractivo, aunque hay que reconocer que no resulta tan elegante como generaciones anteriores.
Primer contacto con el Mercedes SL 2022
A primera vista, el SL de nueva generación es un coche realmente atractivo. Sus formas y sus líneas recuerdan mucho a las del AMG GT, aunque con un aspecto más elegante. No hay un elemento o un detalle que destaque, si no que es todo el conjunto el que llama poderosamente la atención. El morro inclinado hacia delante advierte dinamismo incluso desde parado. La trasera resulta algo más redonda, no tan agresiva, pero aun así muy llamativa.
Se incluye un pequeño alerón retráctil, que si bien no tiene pinta de hacer mucho trabajo, sí que alargará el formato deportivo. La unidad que pude ver durante unos minutos es la esperada versión de cuatro cilindros, una herejía para los más puristas. La delatan unas formas más simples, pero sobre todo la cuádruple salida de escape cromado. En versiones superiores, en los V8, los finales de escape presentarán un formato más rectilíneo con un ruido más sutil.
El AMG SL 43 mostrará un rugido más brabucón a pesar de su menor caballaje y cilindrada. Un arranque en frío demuestra que se va a dejar notar por la calle. Si no ves su atractiva línea oirás su estridente motor. Lo mismo que pasa con otras unidades de la casa. En líneas generales el conjunto resulta de lo más atractivo, al igual que un interior de impecable ejecución tanto en materiales como en ajustes. Es un Mercedes, uno de gama alta, y eso se ha dejar notar en esos términos y en los precios.
Por el momento Mercedes no nos ha dado una cifra exacta para su nuevo SL, aunque sí ha reconocido que el precio de partida será superior a los 100 mil euros. Estamos hablando de mucho dinero por un coche de cuatro cilindros y 390 caballos de potencia. La justificación resulta cada vez más complicada de aceptar y ello da pie a imaginar un precio de venta por encima de los 160 o 180 mil euros para las versiones más potentes y completas de la familia.
Si tenemos en cuenta rivales similares como el BMW Serie 8 o el Lexus LC, los dos se ofrecen con cantidades similares, unos 120.000 euros como punto de partida, aunque en esos casos hablamos de bloques más grandes, de seis cilindros, e incluso de sistemas electrificados. O Mercedes apura el margen de los 100.000 euros por debajo, o sencillamente va a ser muy difícil justificar semejante coste por un coche de cuatro cilindros, por muy SL que sea.
Tampoco me cabe duda que se va a vender tan razonablemente bien como se han vendido hasta ahora todas las generaciones. Al fin y al cabo la marca Mercedes es una clara referencia, y sus productos de gama alta se sitúan entre los mejores del mundo. Ya hay ganas de conducir el nuevo Mercedes SL. Hay ganas de descubrir si sigue apostando por el enfoque GT o si, por el contrario, se ha optado por un carácter más deportivo. Mi apuesta es que se situará en un término intermedio, dejando los extremos para el AMG GT. Pronto lo sabremos.