Presentación Volvo S90, tan bueno como parece e incluso más
Volvo retoma el pulso al segmento de las grandes berlinas con la llegada del nuevo S90. Una nueva denominación que nos adentra en un concepto que aúna el lujo, el refinamiento, la clase y el confort. Nosotros hemos viajado hasta Málaga para asistir a la presentación del Volvo S90.
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Publicado: 30/06/2016 18:00
El segmento E, el de las berlinas grandes, no es el más competido o numeroso del mercado. Sin embargo es esencial para las marcas premium, pues es en él donde pueden presentar el verdadero nivel que son capaces de alcanzar. Volvo, recupera esta vez la denominación S90 para hacernos ver que sigue tomándose las cosas en serio, y para comprobarlo he viajado hasta Málaga para acudir a la presentación del Volvo S90.
Hay que decir que ya hubo un S90, fue a finales de los años 90. Ha sido la denominación elegida por los suecos para hacer desaparecer a su predecesor, el Volvo S80. Esto nos indica que estamos no solo ante un coche completamente nuevo, sino ante un concepto completamente nuevo. Sí que lucha en el mismo segmento, pero el S90 está muy por encima de su predecesor y eso hay que hacerlo notar.
Entre sus rivales directos encontramos a los alemanes Audi A6, BMW Serie 5 y Mercedes Clase E, además del inglés Jaguar XF. Los cinco copan la mayor parte de las ventas del mercado, y a pesar de que puedan estar concebidos por un mismo patrón, los seis exponen diferentes argumentos. El más nuevo es el sueco, y hay que decir que Volvo ha recuperado todas las posiciones que el tiempo le había hecho perder.
El S80 siempre había sido considerado uno de los mejores del segmento, pero sus ventas no podían alcanzar al tridente alemán. Posiblemente el nuevo tampoco lo haga, pero no será por sus sobradas razones. Para empezar por el diseño. Es de largo el modelo más bonito de todos. Hacía mucho tiempo que una berlina no contaba con un diseño tan elegante, alejado de los habituales paquetes deportivos, aunque también están disponibles gracias a los nuevos acabado R-Design.
El Volvo S90 luce con orgullo una nueva filosofía de diseño dentro de la marca, ya iniciada por su gran hermano mayor el Volvo XC90. Es un diseño que transmite clase, elegancia y distinción con solo verlo. Un estilo muy sueco pero muy vanguardista. El tiempo lo dirá pero seguro que el S90 soporta mejor el paso del tiempo que el resto de sus rivales.
Tanto Audi como BMW tendrán que trabajar duro para recuperar el terreno ganado por el Clase E y el Volvo S90
Pero Volvo no ha centrado únicamente en el exterior, pues el interior es capaz de transmitir la misma sensación. Es abrir sus puertas y adentrarte en un mundo de lujo. Como es habitual en la casa los materiales elegidos son de los mejores que podemos encontrar, la fabricación es exquisita y el tacto, allá por donde toques, es de verdadera categoría premium. Da la sensación de ir en un coche de esos que llamamos de representación, de esos que pueden llegar a valer el doble de lo que vale el S90.
Es loable el trabajo de diseño del habitáculo. Tal y como dictan las normas actuales, la tecnología tiene que hacerse patente en los coches, sin embargo Volvo ha sabido presentarla de una manera muy diferente. Sí, hay una gran pantalla en la consola central, sí, hay una tremenda capacidad de dispositivos, pero se muestran de una manera muy sutil. Vuelvo a repetir la palabra elegancia. Que es la que mejor define al S90.
Como ya digo tecnología hay, y por un tubo. Sí que es cierto que la mayoría de ella está centrada en la seguridad. Dispositivos y asistentes de última generación se agolpan unos sobre otros para hacer al S90 uno de los coches más seguros del mundo gracias al sistema Intellisafe. Un batallón de cámaras y sensores se encargan de tenerlo todo bajo control, alertándonos ante peligros y riesgos que se sitúan tanto delante como detrás de nosotros.
Por lo demás, todo lo que te puedas imaginar, en cuanto a tecnología me refiero, el Volvo S90 lo tiene. Todo ello se controla a través de la gran pantalla de la consola que antes mencionaba. En realidad es una Tablet, pues su manejo es como tal. Tan solo una pequeña fila de botones bajo ella, más los típicos botones de las ventanillas, son las reminiscencias de los antiguos botones analógicos.
En la parte mecánica, ni que decir tiene que el S90 no guarda nada de su antecesor. Volvo es una marca muy concienciada con el medio ambiente, y por ello ha desarrollado una nueva gama de motores, mucho más eficientes y ahorradores que sus predecesores. Por el momento encontramos tres bloques diésel y dos gasolina. Próximamente se sumará una variante híbrida enchufable que presentará la misma configuración que en el XC90 y que inmediatamente se posicionará como la variante más potente de todas con 400 CV.
Prueba Volvo S90 T6
Volvo siempre ha destacado por ser una marca diferente, que no por ello extraordinaria. Siempre se ha centrado en ofrecer una gran experiencia de conducción además de la ya conocida seguridad y calidad. Todas estas cualidades las seguimos teniendo presentes en el Volvo S90, pero sobredimensionadas. Estamos ante un coche de categoría superior, y ésta no solo se nota en el diseño, acabados y tecnología, sino en el comportamiento.
La unidad probada equipaba la versión más potente de la gama, el T6 de gasolina con 320 caballos de potencia, tracción total y cambio automático de doble embrague de ocho velocidades. Obviamente no será la versión más vendida y deseada de todas, pero hay que reconocer que es impresionante como mueve los 1.800 kilogramos del S90.
Volvo, siempre concienciada con el respeto al medio ambiente, ha desarrollado una nueva gama de motores de cuatro cilindros para la familia 90. No hay bloques más grandes. La generación Drive-E destaca por su pequeño tamaño, su alta potencia y el empleo de aire comprimido que reduce de forma notable el tradicional retardo de la entrada del turbo. Es decir un desarrollo complejo que tiene un único fin: contaminar y gastar poco.
Si nos vamos a la ficha técnica comprobamos que Volvo homologa un consumo medio de 7,2 litros a los 100 kilómetros. Durante la prueba no hubo tiempo para realizar una prueba concluyente, pero la verdad es que son cifras totalmente creíbles y realmente bajas para tratarse de un coche de casi cinco metros de largo, 1.800 kilogramos, tracción total y 320 CV.
Como ya he dicho Volvo siempre ha destacado por el comportamiento que es capaz de imprimir a sus coches. Estamos ante una gran berlina, ante una que tiene que luchar contra los todopoderosos alemanes, y ciertamente creo que los suecos se lo ha puesto muy difícil. Es una maravilla por su refinamiento y conducción.
El precio de partida del S90 es de 44.911 euros, el D5 será el más solicitado y arranca en 59.950 euros
Desde el punto de vista del refinamiento el habitáculo del S90 es como una sala de seguridad. Una vez cierras las puertas te aíslas el mundo. Nada de ruidos, ni del exterior ni del motor. Por supuesto juega un papel fundamental el aislante y el doble acristalamiento. Pero no es solo en parado cuando compruebas lo bien insonorizado que está, sino que también en carretera, incluso a altas velocidades. Es ahí cuando te das cuenta que el trabajo de diseño también cumple un trabajo aerodinámico.
Por su parte la suspensión remata el trabajo. Hay que decir que la unidad probada venía con una suspensión neumática, y no hace falta decir el milagro que esta proporciona a la hora de conducir un coche. Por muy bien tarada que esté una suspensión de muelles nunca igualará el comportamiento de una neumática.
¿Con todo esto qué quiero decir? Pues que el Volvo S90 es como un tren. Filtra de maravilla cualquier obstáculo, bache o badén que encontremos en la carretera. Siempre nivelado, siempre cómodo. La suspensión neumática implica la integración de unos mapas de conducción, cuatro en realidad: Eco, Confort, Dynamic e Individual.
La diferencia entre ellos es bastante notable, sobre todo entre el modo Eco y el deportivo. En éste último la dirección se endurece, la suspensión se tensa para evitar balanceos y el cambio reduce su relación, proporcionando cambios más rápidos y efectivos. Por cierto, una pega, no hay levas. No es nada mortal, pero sí que estaría bien poder realizar los cambios a gusto de cada uno sin tener que mover la palanca. Pero tal y como nos han comunicado los ingenieros de Volvo, llegarán, pronto.
Como ya digo no son vitales para la conducción, pero terminarían de dar la puntilla al excelente comportamiento del S90. Está pensado y concebido para largos viajes. Para poner el Pilot Assist, enchufar el masaje más relajante de los asientos y devorar kilómetros sin parar. Pero esto no quiere decir que su comportamiento no sea bueno en carreteras reviradas. Me ha sorprendido y mucho en este tipo de terrenos.
No es un coche pequeño, ni ratonero, pero ojo lo bien que se desenvuelve en terrenos poco propicios. Es bastante ágil, lo que permite transmitir una gran sensación de confianza. Además con ese aislamiento acústico uno apenas se da cuenta de las velocidades que se pueden coger y trazar. Bien es cierto que la unidad equipaba la tracción total, pero su guiado en curva es muy precio y su ritmo puede llegar a ser muy, pero que muy, alto.
En definitiva, el Volvo S90 trae de regreso la época dorada de Volvo. La marca vive una segunda juventud, y si sigue sacando al mercado productos como el XC90 o el S90, tiene cuerda para rato. Estamos ante un coche que no se venderá tan bien como sus rivales alemanes (las razones darían para otro artículo) pero la verdad es que les restará ventas con toda seguridad, y motivos sobrados tiene. En una palabra: cochazo.