Prueba Alfa Romeo Giulia Veloce 2.0 Turbo, enamoradizo pero con luces y sombras

Si hay una berlina que ha conseguido acaparar cientos de titulares como la gran alternativa al trío alemán, es el Alfa Romeo Giulia. Deportividad, imagen y buenas prestaciones en todas sus versiones. Sin embargo, por debajo del brutal QV existe una alternativa con 280 CV que puede ser la mejor opción para muchos entusiastas.

Prueba Alfa Romeo Giulia Veloce 2.0 Turbo, enamoradizo pero con luces y sombras
El Alfa Romeo Giulia sigue siendo un modelo rompedor pese a su casi ya década de existencia.

16 min. lectura

Publicado: 28/01/2024 18:00

Sé lo que muchos podréis pensar o decir: «el Giulia ya está viejo», «lleva muchos años en el mercado» o «es el mismo de siempre», y no faltaría razón. Sin embargo, el Alfa Romeo Giulia sigue siendo tan bueno y recomendable como el primer día. Su imagen sigue siendo muy actual, al igual que también lo es su tecnología y, por supuesto, su dinámica, la cual se puede calificar de imperecedera. Por supuesto, es un coche que también tiene sus sombras, aunque su última puesta al día ha sabido trabajar en ello.

Hace unos meses pusieron en el mercado la segunda actualización que recibe el modelo desde su llegada al mercado, allá por el año 2015. En la primera puesta al día, en el año 2019, se enfocó más bien en el apartado del info-entretenimiento, sustituyendo el anterior sistema por uno más novedoso y con las conexiones móviles clásicas, Apple CarPlay y Android Auto. Dicho sistema es el mismo que se sigue empleando a día de hoy.

El Alfa Romeo Giulia se ha actualizado levemente en su apartado estético y tecnológico.

En el segundo restyling (presentado hace unos meses) han ido a buscar la renovación de su imagen exterior por primera vez en 9 años. Concretamente, la actualización que hoy tenemos entre manos ha incorporado unos nuevos grupos ópticos delanteros, mucho más cercanos en cuanto a diseño y firma lumínica al último integrante de la familia de Alfa Romeo: el Tonale. De esta manera, se siente mucho más próximo en cuanto a imagen al resto de la gama, pues el Stelvio también ha hecho lo propio. Nosotros ya pudimos tener un primer acercamiento de ambos hace unos meses.

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En otros términos, Alfa Romeo también «le ha metido mano» al Giulia por actualizar levemente sus grupos ópticos traseros, los cuales ahora tienen una imagen más oscurecida. Sin embargo, su firma lumínica y tecnología sigue siendo la misma que ya conocíamos. Y esto han sido todos los retoques que la firma italiana ha realizado sobre el Giulia, al menos en el apartado estético, ya que también han entrado en otros pormenores.

A grandes rasgos pues, el Giulia que todos conocemos sigue siendo «el mismo de siempre» y esto no es precisamente una pega. Su imagen intachablemente deportiva e italiana sigue siendo idéntica. Lo mismo sucede con el diseño de sus llantas de 19 pulgadas o el propio de sus parachoques dependiendo del acabado escogido.

Los nuevos faros del Giulia lo acercan más a los estrenados por el Tonale.

Nuestra unidad, concretamente, montaba el acabado Veloce, más enfocado en la deportividad, aunque existen otras dos versiones como son la Sprint y Tributo. En términos económicos, nuestro acabado es el que está situado en el centro. Sin embargo, como ya hemos adelantado, las novedades del Giulia no se limitan a sus nuevos faros exteriores, sino que también hay sitio para una importante actualización en su interior.

Concretamente, en su particular «misión» para acercarse más al resto de integrantes de la familia, el Giulia ha incorporado el cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas que ya estrenó el Alfa Romeo Tonale. Esta proporciona un grado extra de personalización, con respecto a las capacidades que tenía su cuadro anterior, el cual estaba coronado por las clásicas dos esferas y un pequeño panel en el centro.

Ahora el modelo consta de dos partes fundamentales para personalizar (central y derecha), mientras que la izquierda es exclusiva para la velocidad. En estas zonas se pueden presentar datos específicos del consumo o la ruta, por citar algunos. Asimismo, también tiene la capacidad de mostrar un cuadro más limpio (sin números) en otros dos estilos que se pueden modificar a través de su sistema operativo.

El nuevo cuadro de instrumentos digital consta de 12,3 pulgadas.

El resto de apartados del Giulia continúa siendo exactamente idéntico al ya conocido hasta ahora. No ha modificado más apartados. Y he aquí, para mi gusto, un error, ya que hay numerosos puntos que ya empiezan a notar los años sobre sí y bien podrían haber sido retocados. Hablo, por ejemplo, de su pantalla central de info-entretenimiento que, aunque bien es cierto que es la zona más actualizada del coche (de su primera puesta a punto), también se le notan los años, especialmente en los gráficos.

Otros puntos en los que opino que deberían haber puesto algo más de empeño es en la propia configuración de elementos para actualizarlos más, especialmente en los diales situados junto a la palanca de cambios. Que no se me entienda mal, estos no son malos. Para nada. Más bien sus años se dejan notar para lucir todo lo bien que lucía un coche de hace casi una década y eso, se quiera o no, en esta industria, es mucho tiempo. Si en lugar de dos actualizaciones escuetas, Alfa Romeo se hubiese decantado por una sola pero más intensa creo que habrían ganado muchos enteros. Pero como digo, es sólo mi humilde opinión.

El espacio interior sigue siendo más que bueno. Las plazas traseras cuentan con una habitabilidad sobrada para personas de mediana y alta estatura, tanto para las piernas como para la cabeza. Finalmente, el espacio del maletero tampoco cambia, pues cuenta con un volumen mínimo de 480 litros y su segunda fila de asientos se podrá abatir en una proporción 40:20:40 para ganar, esencialmente, profundidad.

El habitáculo del Giulia no ha cambiado en nada más allá del mencionado cuadro de instrumentos.

Su segunda puesta al día también ha traído consigo también un importante recorte en la gama mecánica del Giulia. Ahora únicamente cuenta con tres bloques bien diferenciados, dos de gasolina y uno diésel, y todos junto a la etiqueta C de la DGT.

El más accesible se trata concretamente del diésel, un 2.2 JTDM de 160 CV, el cual ya lo pudimos probar hace casi dos años, que junto al acabado Sprint parte de los 45.519 euros. Por encima de este se sitúa el 2.2 Turbo de 210 CV y, por último, el 2.0 Turbo de 280 CV. Estos dos últimos movidos por gasolina y que junto al mismo acabado de acceso presentan un precio de partida de 50.169 euros y 54.821 euros, respectivamente. «»

Prueba de conducción

Hablar de Alfa Romeo es hacerlo de estética, dinámica y deportividad, independientemente de cuál sea el modelo o el acabado. Todos estos apelativos se incrementan aún más si el modelo de por sí favorece a ello. Tal es el caso que hoy nos ocupa pues el Giulia tiene un centro de gravedad bajo, una posición de conducción eminentemente deportiva y unas capacidades sobradas. ¿Qué más se puede pedir?

La dinámica del Alfa Romeo Giulia tiene mucho que agradecer a su dirección extraordinariamente directa.

Recordemos que el Alfa Romeo Giulia que hoy tenemos entre manos cuenta con el motor más potente de la gama (con permiso del supremo QV). Bajo el capó adopta el bloque de cuatro cilindros en línea sobrealimentado por turbo, 2.0 litros de cubicaje y 280 CV. Toda esta potencia se transmite hacia el asfalto a través de su tracción total Q4. De por sí, las especificaciones ya apuntan alto pero, ¿qué tal es en la vida cotidiana?

A decir verdad, el Giulia cuenta con una imagen y una sensación deportiva. De esto se da cuenta uno con sólo situarse tras el volante. La posición de conducción es baja, el volante sale muy horizontal. A esto se suman unos asientos deportivos (de serie en el acabado Veloce) que envuelven al cuerpo perfectamente bien en todos sus apartados, especialmente en las «aletas» laterales, la cuales son ajustables y fijan realmente bien cualquier fisionomía. Todo ello influye en las sensaciones y en el Giulia son muchas y muy buenas.

No obstante, esto puede llegar a suponer un «pero» en ciertos vehículos en momentos de largos viajes, algo que no sucede en el Alfa Romeo Giulia, el cual es realmente cómodo para viajar. Además, su propia concepción dinámica hace que el coche vaya muy asentado al asfalto, algo que, justo con la posición de conducción anteriormente descrita, sea toda una delicia hacer kilómetros con él.

Sus asientos son realmente cómodos para largos viajes y sujetan bien en caso de hacer una conducción deportiva.

Pero si hay algo que caracteriza a todos los «Alfas» por igual, eso es su dirección. Es una de las más directas de cuantas encontraremos en el mercado. El más mínimo y leve movimiento en el volante se dejará sentir en sus ruedas delanteras, lo que acentúa aún más si cabe la sensación de llevar una berlina deportiva.

No obstante, si hay que sacar algún tipo de «pero» a esto, he de decir que a pesar de ser «súper directa», me gustaría que esta tuviese un tarado algo más rígido para completar la ecuación. Pero como digo, esto no es más que una apreciación personal.

Tras el volante se esconden (si es que pueden) dos enormes levas para los cambios de marchas. Estas están fabricadas en aluminio y son realmente fabulosas. Da igual en la posición que tengas el volante, siempre tendrás contacto de algún tipo con la leva que buscas. Esto es algo primordial a la hora de ejercer una conducción deportiva.

Las levas son muy grandes pero eso es un gran "pro" ya que se pueden usar sea cual sea la posición del volante.

Pero entrando de lleno en la dinámica del coche. El ritmo del Giulia dependerá mucho de cuál sea el modo de conducción escogido: D (Dinámico), N (Normal) o A (Advanced Efficiency, o «modo eco»). En la A, el modelo estará bastante calmado en sus movimientos y será lento en ciertos momentos, especialmente en salidas rápidas, como en rotondas muy transitadas. Buscará siempre el mínimo consumo. Lo mismo sucederá en N, aunque de forma algo menos acusada. La D, sin embargo, es lo que todos esperamos de un coche así.

Circulando en modo N, el más habitual de ellos, notaremos como a bajas vueltas (menos de 2.000 revoluciones) el coche se lo toma todo con cierta calma, especialmente en territorios urbanos donde, en ocasiones, hay que buscar reacciones más rápidas e inmediatas. Con la D todo ello cambia y encontramos un Giulia más ágil y vivo de reacciones en todos los terrenos posibles. Si a esto último le sumamos la caja de cambios en modo manual (para cambiar con las levas) la percepción es totalmente diferente y calificable por no menos que con un sobresaliente.

No obstante, esto tiene un nuevo «pero» y es su consumo. A mayor agilidad de reacciones, más sube su sed. En ocasiones normales, circulando tranquilo y con los modos más ahorradores, lo normal será ver cifras de en torno a los 9 litros de media a los 100 km. Si alternativamente, buscamos un poco más de rapidez y además seleccionamos el cambio manual, esta cifra ascenderá con asombrosa facilidad hasta los 13 litros.

El nuevo Alfa Romeo Giulia ya está disponible en España.

Por supuesto, el Giulia no sólo sabe correr, mostrar actitudes de auténtico deportivo o ser cómodo en viajes. También sabe sonar muy bien, aunque de forma discreta. A bajas vueltas y en territorios lentos el sonido apena será perceptible, pero si buscamos exprimir el régimen de vueltas, nos deleitará con un rugido realmente bonito.

Conclusión

¿Recomendaría el Alfa Romeo Giulia para su compra? Por supuesto que sí. No obstante, hay que admitir que es un coche al que hay que saber sacar el jugo y, por ende, disfrutarlo en su máxima expresión. Si buscas una berlina práctica, bonita y con sensaciones deportivas, este es tu coche. Si realmente buscas todo lo contrario, igual sería mejor buscar alternativas, como el Mercedes Clase C o el Audi A4.

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