Prueba Audi A1 Allstreet, una gran propuesta que tropieza en la misma piedra
El Audi A1 Allstreet es la versión crossoverizada del popular utilitario alemán. Con una orientación confortable, muy versátil y de diseño atractivo, las virtudes de esta carrocería parecen insuficientes para el elevado precio que debe justificar.
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Publicado: 18/08/2024 10:00
Con las ventas de los modelos del segmento B bajando y las de los SUV superando continuamente el techo, es de esperar que un utilitario crossoverizado sea una buena propuesta. Por ello, la fórmula del Audi A1 Allstreet parece tener mucho sentido siendo la versión con aires de SUV del pequeño Audi A1 Sportback.
Sin embargo, aunque la idea parezca acertada el fabricante alemán no ha conseguido encajarla en el mercado. Llegó al mercado en 2019 bajo la denominación A1 Citycarver y desde entonces no ha logrado conquistar a un número significativo de clientes. La marca de los cuatro aros hizo algunos retoques y cambió su nombre a Allstreet, como si el rebuscado nombre inicial fuera el gran impedimento para el éxito.
De momento, nada de eso parece haber funcionado. El gran obstáculo era y sigue siendo evidente: un precio desmedido que arranca en los 30.320 euros. Parece una tarifa de partida muy abultada para un utilitario que en su versión de acceso tiene 116 CV, un equipamiento de serie que no es para presumir y que ni siquiera tiene la ansiada etiqueta Eco siempre deseable en un vehículo urbano.
Es una pena porque posiblemente el A1 Allstreet es la mejor elección dentro de la gama A1. Tiene un tamaño muy compacto que le hace ideal para entornos ciudadanos y con sus 4,04 m de largo, 1,76 m de ancho y 1,46 m de alto se mueve con agilidad. También tiene un diseño robusto, moderno y con mucha personalidad que incluso muestra guiños como la parrilla octogonal que recuerda a las de los modelos Q de Audi.
Con respecto a un A1 Sportback, esta opción crossoverizada se distingue de manera evidente por unos paragolpes específicos, las protecciones en plástico negro que recorren la zona inferior de la carrocería y los neumáticos de un perfil mayor. Además, con respecto al A1 convencional tiene una suspensión sobreelevada en 40 mm.
La mayor altura de la carrocería tiene dos ventajas principales. Por un lado permite circular por vías no asfaltadas sin preocuparse de dañar los bajos del coche, siempre teniendo en cuenta que las capacidades offroad de este modelo de tracción delantera son prácticamente nulas. La otra gran ventaja es que es más fácil entrar y salir del vehículo, el cuerpo hace un movimiento más natural. Tiene sentido y el fabricante alemán ha trasladado esta idea a un segmento superior con el nuevo Audi A3 Allstreet.
Un urbanita premium con lagunas de equipamiento
En el habitáculo, las diferencias entre el Allstreet y el Sportback se disipan. La primera impresión es positiva y en general la ergonomía está bien estudiada. Es fácil sentirse cómodo. Además, en la última actualización de la gama A1 se mejoraron algunas características interiores, que falta hacía porque a pesar de ser el modelo de entrada de Audi no se sentía una calidad acorde al resto de modelos.
En el nuevo A1 Allstreet varios elementos causan buena impresión. Es el caso de la parte superior de salpicadero y parte de la cúpula que cubre la instrumentación está organizada en un material gomoso. El apoyabrazos central es mullido y deslizante, además esconde un pequeño compartimento debajo. En las puertas delanteras, el reposabrazos cuenta con un ligero acolchamiento.
Sin embargo, absolutamente todo lo demás en el interior de este modelo de corte premium está realizado en plástico duro que en general proporciona un buen impacto visual pero al tacto muestra una calidad media. Un Lexus LBX, por poner un ejemplo de B-SUV, propone unos materiales de una prestancia infinitamente superior.
A pesar de su precio, la versión de acceso tiene poco equipamiento de serie. Los retrovisores exteriores no son calefactables ni se abaten eléctricamente y no tiene faros LED (son halógenos), ni acceso y arranque sin llaves, ni climatizador (sí aire acondicionado manual), ni reposabrazos delantero, ni base de carga inalámbrica para smartphones, ni sensores de aparcamiento o cámara trasera.
Para tener estos elementos hay que elegir las versiones más caras o pagar por ello en la larga lista de extras. A medida que se sube escalones en la gama y la factura crece también se puede añadir un sistema de iluminación ambiental con 30 colores, el control de crucero adaptativo, la ayuda de estacionamiento Audi parking system plus o un magnífico cuadro de mandos totalmente digital de 10,25 pulgadas con varios modos de visualización, incluyendo la representación de mapas en 3D.
El sistema multimedia MMI Navegación plus también es opcional y merece la pena hacerse con él. Tiene una pantalla táctil de 10,1 pulgadas que no presenta un interfaz muy colorido precisamente pero lo cierto es que resulta muy intuitivo de manejar y es muy completo. Incluye conectividad con Android Auto y Apple CarPlay. Además, afortunadamente Audi ha dispuesto un módulo específico de climatización con botones físicos para no tener que distraerse de la conducción recurriendo a la pantalla central.
Al final, si uno elige el acabado más alto con el motor más potente se tiene casi de todo pero la tarifa se acerca a la frontera de los 40.000 euros, una cantidad que puede ser mareante para un coche del segmento B. A pesar de lo que cuesta, sigue habiendo lagunas de equipamiento puesto que el A1 Allstreet no puede tener, ni siquiera en opción, techo solar, asientos calefactados o con regulaciones eléctricas, modos de conducción o tapicería de cuero. Premium pero no mucho.
Detrás, las plazas posteriores proponen espacio para pasajeros hasta 1,80 m de estatura aproximadamente. Las de los extremos son cómodas. La plaza central es de emergencia porque es muy estrecha y además como el túnel de transmisión tiene un tamaño notable tampoco ofrece espacio para poner los pies del pasajero que se ponga en esta plaza.
Una vez más, el equipamiento es pobre. Todo el panel de la puerta trasera está realizado íntegramente en plástico duro, ni siquiera está almohadillado el apoyabrazos. No hay salidas de ventilación, ni conexiones USB, ni toma de 12 V, ni asideros en la parte superior de las puertas traseras -en las delanteras sí-, ni reposabrazos abatible ni tampoco hay bolsillos en los respaldos de asientos delanteros. Todo se percibe bastante básico.
Por su parte, el utilitario alemán expone un maletero de 335 litros, una capacidad generosa para un coche de este tamaño. En el espacio interior hay dos ganchos y un pequeño hueco en la parte izquierda, pero no hay una toma de 12 V. Se puede poner la base de carga a dos alturas y el volumen se puede ampliar a 1.090 litros con los asientos traseros abatidos.
Buen confort de marcha y versatilidad de uso
La gama mecánica inicial que propuso el Audi A1 Allstreet en su lanzamiento se ha ido reduciendo y actualmente sólo está disponible con dos motores, ambos de gasolina sin ningún tipo de electrificación: el 30 TFSI de 116 CV con un propulsor de 1,0 litros con tres cilindros y el 35 TFSI de 150 CV con un bloque de 1,5 litros y cuatro cilindros.
En esta prueba ha pasado por mis manos el A1 Allstreet 35 TFSI que es claramente la opción mecánica preferible no solo por su mayor potencia sino porque también presenta un funcionamiento más refinado que el tricilíndrico. Este motor va vinculado obligatoriamente a un cambio automático que ayuda a proponer un comportamiento suave y agradable.
La sonoridad del motor llega muy amortiguada al interior, siendo el ruido aerodinámico el que más se deja notar cuando se circula velocidades altas. En ningún caso llega a ser una sonoridad molesta, especialmente teniendo en cuenta en el segmento en el que milita este vehículo.
Con esta configuración, el pequeño A1 con aires de crossover muestra una buena aceleración siendo capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos. Un rendimiento que parece tratar de ocultar porque en general tiene un carácter tranquilo. Salvo que se pise el pedal con decisión, la respuesta de la acelerador parece que ha sido anestesiada con la intención de ofrecer una entrega de potencia suave que beneficie la eficiencia.
Lo mismo ocurre con la transmisión. La caja de cambios automática S tronic de doble embrague tiende a circular en marchas altas, una vez más buscando un consumo contenido. Si se quiere algo más de alegría hay que desplazar la palanca a la posición deportiva S, disposición en la que el A1 Allstreet 1.5 TFSI demuestra todo su brío. La caja también permite manejo secuencial o bien a través de la propia palanca o bien a través de unas pequeñas levas que giran solidarias con el volante.
Ojo porque el consumo de combustible puede variar muchísimo dependiendo del estilo de conducción. Haciendo recorridos a ritmos muy tranquilos me ha sido posible conseguir consumos por debajo de los 5 l/100 km, lo cual es un buen resultado teniendo en cuenta la potencia disponible. Sin embargo, realizando una conducción despreocupada y un poco más alegre en esos mismos trayectos he obtenido marcas cerca de los 7 l/100 km. Por lo tanto, merece la pena hacer una conducción eficiente porque tiene premio, depende de ti.
El A1 Allstreet busca el confort de manera más decidida que un A1 Sportback. Debido a la configuración de la suspensión y los neumáticos, este A1 campero muestra una amortiguación algo más blanda que el resto de versiones. Aun así sigue siendo un coche ágil y con un gran comportamiento dinámico, con una dirección que tiene un buen guiado. Me parece una proposición muy acertada para un coche urbano y polivalente.
Sí, el Audi A1 Allstreet es un coche muy agradecido de conducir y con un diseño atractivo haciéndolo la elección más lógica de la gama A1. Pero como decía al principio, arrastra el mismo escollo para triunfar que cuando fue inicialmente bautizado como Citycarver: el elevado precio parece difícilmente justificable especialmente teniendo en cuenta las lagunas referentes a equipamiento. Por lo tanto queda como una opción de capricho para quien se lo pueda permitir.