Prueba Audi Q2 1.4 TFSI 150 CV, ¿de verdad hay que comprarse un diésel?
Audi sigue ampliando su familia SUV, y el último en llegar ha sido el más pequeño de todos ellos. Sin embargo eso no le impide ser un verdadero Q. En esta ocasión lo hemos comprobado poniendo a prueba el Audi Q2 1.4 TFSI de 150 CV.
Todo tiene un límite. Este simple, y bastante certero, dicho no parece haber sido jamás oído por los dirigentes de Audi. SUV y más SUV. No hay suficientes, nunca los hay. El mercado marca el paso y éste demanda más unidades de este tipo, y por supuesto la marca alemana satisface la demanda con una ingente cantidad de producto. Hoy me pongo tras el volante de su nuevo modelo de la gama Q. En esta ocasión pongo a prueba el Audi Q2 1.4 TFSI de 150 CV.
Como ya he dicho Audi quiere inundar el mercado de productos SUV. Cuatro son los modelos actuales, desde el más pequeño de todos, el Audi Q2, hasta el más grande de ellos, el Audi Q7. Por el camino nos encontramos modelos intermedios como el Q3 y el Q5. Y esto no es más que el principio, como ya os hemos ido adelantando. Una gama muy viva que sufrirá una expansión tremenda en poco tiempo.
En años venideros se sumarán casi el mismo número de unidades que hoy están presentes. Esperamos la llegada del Audi Q8, la versión coupé del Q7, y también una unidad completamente eléctrica, el Audi e-tron quattro, que no el Q6. Estos dos llegarán casi a la par, y más tarde el Audi Q4 que a su vez será la versión coupé del Q3. De esta manera Audi piensa cubrir todos los espectros y segmentos posibles, algo que le posicionará como la marca con más SUV en el mercado.
Aunque los alemanes se hayan vuelto locos sacando y creando modelos, todo lo que hacen lo hacen con cabeza. Saben que los segmentos que más crecen son los de tamaño reducido, y por ello Audi ha sacado al mercado el Q2. Hace unos meses lo conocí en su presentación internacional, y en esta ocasión, ya de forma más tranquila, he podido analizarlo más a fondo, descubriendo su gran número de cualidades y algunas de sus desventajas.
Audi sabe lo que se hace, y es por ello que a pesar que el Q2 es un modelo de la familia SUV, el diseño en este segmento tan pequeño pesa más que en los grandes. Es por ello que su estilo difiere tanto de sus hermanos mayores. Más juvenil, más urbano, pero sin perder ese toque robusto y esbelto, con grandes nervios marcados, un frontal con el falso protector de bajos y unos detalles propios que si bien en un principio no me resultaron especialmente llamativos, con el tiempo me va convenciendo.
Donde no ha habido riesgo alguno, o creatividad excesiva alguna, ha sido en el interior. Audi ya nos ha acostumbrado a estos habitáculos que son vanguardistas a la par que minimalistas y altamente tecnológicos. Por supuesto la calidad es como la de cualquier otro modelo de la casa, aunque en esta ocasión no me han gustado los paneles de las puertas. Son de plástico, y no del que parece ser caro. Es un detalle que afea la sensación de categoría premium. A pesar de ello, y como era de esperar, está muy por encima de sus competidores y de la media del segmento.
El Q2 está pensado para un público joven, o especialmente interesado en mantener su vida y sus redes sociales actualizadas. El móvil es una extensión de su cuerpo, y estar conectado constantemente es casi una obligación. Por eso gran parte de la tecnología del Q2 se emplea en la conectividad. El coche se convierte en una extensión del smartphone, y gracias a sistemas como el Apple Car Play o Android Auto podemos replicar las pantallas del móvil en la pantalla del salpicadero. En este apartado no hay pero alguno que poner.
Audi ha optado por adelantarse a sus rivales germanos creando el primer B-SUV premium del segmento
Pero hay más tecnología. Especialmente dedicada a aquellos que no vivan su vida a través de las ondas pero que quieran sacar pecho en cuanto a gadgets y pijerías. Por eso se han incorporado sistemas como el Audi Virtual Cockpit, los asistentes de ayuda a la conducción, cámara de visión trasera de gran calidad, control de crucero adaptativo, y todo lo que se te pueda ocurrir, incluyendo un Head-Up Display desplegable. De hecho no es necesario tanto, pero oye, si el problema es ese, tiene fácil solución.
Uno podría pensar que con apenas cuatro metros de largo el Q2 resulta pequeño o poco práctico, pero no es así. Obviamente las plazas delanteras son las mejores, pero las traseras también ofrecen unas más que óptimas cotas para que dos e incluso tres pasajeros puedan viajar de forma cómoda. Eso sí el túnel central tan elevado impide que ese tercer ocupante central vaya tan cómodo como los otros dos, pero si el viaje no es excesivamente largo se puede aguantar sin mayores problemas.
Ten en cuenta que el Q2 es más pequeño que el resto de competidores directos, séanse el BMW X1 o el Mercedes GLA. El Q2 en realidad lucha contra otros modelos de tamaño semejante, como el Nissan Juke, o el Opel Mokka X, y este es más grande. Lo digo por el volumen de maletero. El Audi ofrece nada más y nada menos que un mínimo de 405 litros, 1.050 si abates la segunda fila. Son unos 60 litros más que el resto de sus competidores, más incluso que un Audi A3.
La estandarización ha conseguido que las marcas no solo abaraten costes, sino que también se puedan disfrutar de mecánicas más grandes en coches más pequeños. Es por eso que el Q2 dispone de una oferta mecánica muy completa. Son cuatro motores, dos gasolina y dos diésel, y cuatro potencias diferentes. De 116 a 190 CV. Un abanico más que correcto. Si bien los diésel son los que más atracciones pueden tener, hay que prestarle mucha atención a los gasolina, porque puede resultar interesante a más de uno.
Todos los motores, salvo el 1.6 TDI, pueden asociarse con el cambio automático S Tronic de seis o siete velocidades. También es posible unirlo a la famosa tracción quattro de Audi, algo que no es habitual ver en un segmento tan pequeño. Conste decir que es una configuración de tracción pensada y desarrollada para mantener la compostura ante multitud de situaciones complicadas, pero no para irse de ruta off-road. Hay que ser consciente de cuáles son las limitaciones de un coche pensado para desenvolverse principalmente por entornos urbanos.
Prueba Audi Q2 1.4 TFSI
En el titular he planteado una pregunta: ¿de verdad hay que comprarse un diésel? España es un país predominantemente tierra de gasoil. Últimamente los datos confirman un dato de tendencia hacia los motores gasolina, y probando motores como este 1.4 TFSI del Grupo Volkswagen uno se da cuenta del porqué de este cambio, no solo de ventas, de mentalidad. Es una opción que al menos debería ser considerado por todos aquellos compradores de un Q2 (y de otros muchos modelos).
Habiendo probado el resto de variantes diésel, me quedaba por probar la que por el momento es la única variante gasolina. Sin embargo ya había tenido ocasión de probar las glorias de este motor en otros modelos del Grupo Volkswagen, como por ejemplo en el SEAT León de 2017. Y una vez más me ha dejado más claro que éste es el mejor motor que fabrica hoy en día el conglomerado alemán. Salvo excepciones salvajes tipo V8 o V10. Digamos que es el mejor motor "normal".
Y es que el 1.4 TFSI no solo te sorprende por una ausencia completa de vibraciones, o por una suavidad de marcha excepcional, sino que también lo puede hacer por una capacidad de ahorro descomunal gracias a la asociación con el sistema CoD (Cylinder on Demand). Gracias a ella el motor de cuatro cilindros es capaz de prescindir de dos de ellos en ciertas fases de la conducción. Es decir que en muchos momentos puedes circular con solo dos cilindros. Y todo ello sin que te enteres, porque la conexión y la desconexión es tan suave que solo sabrás en qué modo circulas si echas un vistazo al cuadro de instrumentos.
Como ya digo es una tecnología que Audi emplea en grandes motores como los del Audi RS 6 o Audi RS 7, pero no es tan común verlo en bloques pequeños. La ventaja es el ahorro, que es mucho. Digamos que la marca oficializa un consumo medio de 5,5 litros a los 100 kilómetros, durante una semana de pruebas el ordenador de a bordo desprendió una media final de 6,4 litros a los 100 kilómetros. Lo mires por donde lo mires es un resultado magnífico que te obliga a plantearte la pregunta con la que he abierto esta prueba.
Pero no creas que las ventajas acaban aquí, por los desarrolladores de Audi han hecho un gran trabajo en el resto de apartados dinámicos. Es una tónica habitual en sus últimos trabajos, y la verdad es que cuesta encontrar alguna pega al comportamiento de este pequeño SUV. De hecho, a día de hoy sigo buscándole alguna. Chasis, frenos, motor, cambio y dirección funcionan en perfecta armonía. Solo se puede achacar alguna pega a la dirección que no termina de transmitir toda la información debido a un exceso de asistencia. Pero es por poner alguna pega.
Su entorno favorito es la ciudad. Su puesto de conducción elevado le permite otear el tráfico y desenvolverse por él con mucha soltura. Sus medidas otra vez vuelven a jugar en su favor, entrando por calles estrechas y pudiéndose aparcar en huecos reducidos. También ayudan a la hora de dictaminar los límites del coche, y si por cualquier razón no das con la tecla ahí es donde aparecen las cámaras de aparcamiento. Está todo pensado.
Fuera de la ciudad el comportamiento es incluso mejor. El Q2 te sorprende con una buena insonorización y una ausencia total de vibraciones. La suspensión filtra muy bien los baches y su suavidad de marcha es comparable a la de otros modelos de segmento superiores. Todos los ocupantes viajarán de forma armoniosa. De verdad es que no hay pega alguna que poner, todo correcto, tal y como se espera de un Audi.
Si por cualquier casual te adentras en un terreno de curvas y te apetece volverte loco podrás hacerlo de forma bastante sencilla. Son 150 caballos que mueven con mucha soltura los 1.280 kilogramos del coche. Es en este terreno donde se comprueba la excelente puesta a punto del motor, con una entrega muy enérgica y un par máximo de 250 Nm que lo da todo entre las 1.500 y las 3.500 vueltas. Incluso el S Tronic parece portarse mejor que en otros modelos de la casa, como es el caso del Audi Q5, donde deja bastante mal sabor de boca.
Se disponen de varios modos de conducción. En todos ellos el comportamiento del Q2 se ajusta a lo requerido
Es un coche muy alegre, y a pesar de tener un centro de gravedad más alto que un compacto habitual, apenas se perciben oscilaciones molestas en la carrocería. Mantiene la compostura gracias a un chasis sobrado que en un futuro deberá acoger más potencia gracias a la llegada de los Audi SQ2 y Audi RS Q2. En el caso del 1.4 TFSI sí que saca a relucir cierto subviraje cuando entramos en curva con más alegría de la debida.
Ahora tengo que volver a comentar un punto negativo. De hecho el más negativo de todos ellos: el precio. Todos sabemos que los Audi no son baratos, pero creo que en este caso los alemanes no han sabido medir a la hora de fijar los costes de venta. El punto de salida es de 27.260 euros con descuentos, pero la unidad probada supera los 42.000 euros, que sinceramente me parecen escandalosos. Éste precio toma otra perspectiva si tenemos en cuenta que un Audi A3 Sportback parte de los 26.230 euros.
Creo que Audi pide tanta pasta por el Q2 porque sabe que a día de hoy no tiene rival en el segmento premium. También sabe que es Audi, y que todos querrán hacerse con uno, y que la moda SUV no hace más que ganar adeptos, aunque en el 99% de las ocasiones la gente no aprovecha ni el 20% del coche. Pero la realidad es esta. Si quieres un Q2 vas a tener que pasar por caja, y la gracia no te va a salir nada barata.
Conclusiones
En esta página no consideramos oportuno valorar el precio de cada coche, porque consideramos que el bolsillo es una cuestión muy personal. Pero de hacerlo no te quepan dudas que el Q2 bajaría mucho su nota media. Es un gran coche, pero el precio que Audi pide por el me parece tan excesivo que no encuentro motivo para justificarlo. Puede ser todo lo atractivo que quieras, tener toda la calidad del mundo, la tecnología más vanguardista y un comportamiento intachable, pero pedir tanto dinero es excesivo.
Pero no es justo criticar al Q2 por una decisión mercantil. El coche, el trabajo de puesta a punto y de desarrollo es sensacional. Si no te importa el dinero aquí tienes un pequeño SUV que te va a recompensar con mucho más de lo que esperas. Si me tengo que quedar con algo de esta versión es con el motor. De verdad, que creo que es el mejor motor que se fabrica en el Grupo Volkswagen. Responde de maravilla y encima no gasta mucho más que un diésel. En unos años el diésel estará muerto, y en cierto modo bloques como este 1.4 TFSI CoD están acabando con él.