Prueba Audi Q2, todo un Q en formato reducido
Con la llegada del Q2 Audi se mete de cabeza en el nicho más pequeño del segmento SUV. El Audi Q2 ya está aquí, y he tenido la ocasión de viajar a su presentación internacional para conocerlo de primera mano y probarlo a fondo.
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Publicado: 06/07/2016 15:00
Mucho se ha dicho y escrito sobre el Q2 desde que lo viéramos por primera vez en el Salón de Ginebra de hace unos meses. Con él Audi se adentra en el espectro más urbano del segmento SUV, el que más crece en cuanto a número de ventas. El Audi Q2 es la apuesta para conquistar un mercado potencialmente juvenil, y por ello se pertrecha con un diseño diferente al de sus hermanos, pero con muchas de sus lecciones aprendidas.
No nos vamos a extrañar a la hora de decir que el segmento de los SUV es el que más crece. Tan solo hace falta echar un vistazo a las cifras de ventas europeas para darnos cuenta del tremendo potencial que dicho mercado tiene para las marcas. Audi no ha dejado escapar la oportunidad de atraer clientes a su causa, y por ello nos presenta el modelo más pequeño de la familia Q, el Audi Q2.
Como ya digo exteriormente toma prestados ciertos conceptos de diseño de sus hermanos mayores, pero los muestra de una manera diferente. Más urbana en realidad, pues el Q2 está pensado para moverse por la ciudad de una manera sofisticada y moderna. Sigue presente la parrilla singleframe, con toques propios, pero por lo demás muestra detalles unicos, como los faros o el parachoques delantero.
Con apenas 4,19 metros de largo, el Q2 es casi 20 centímetros más corto que un Audi Q3, eso implica un cambio de línea considerable. Si comparamos los perfiles nos damos cuenta que el pequeño es más rectilíneo en sus remates, mientras que el Q3 se puede permitir el lujo de acabar su línea de forma más curvada, gracias a que dispone de una mayor batalla y por lo tanto de un mayor espacio interior.
En la zaga ocurre lo mismo. Para sacar el máximo provecho del interior, Audi ha tenido que recortar de forma más abrupta la trasera, y ello obliga a cambios de diseño con respecto a sus hermanos, como por ejemplo los faros que pasan a ser cuadrados en lugar de los tradicionales alargados. Por lo demás se ha procurado rematar el aire juvenil y urbano con un pilar C pintado en un color de contraste con la carrocería. Pequeños detalles que no vemos en otro modelo a excepción del Audi A1.
Si pasamos al interior vemos una vez más el carácter diferente de este Q2. Audi repite una vez más la fórmula de copiar a sus semejantes pero aportando detalles propios, que en esta ocasión se amplían con las opciones de personalización. El salpicadero destaca por la pantalla central que lo corona. Una pantalla que no es táctil pero que se encarga de mostrar toda la información disponible del coche, salvo la climatización, que se encuentra más abajo.
El Q2 puede ser pequeño, pero se incluye tecnología más propia de segmentos superiores
Audi vuelve a confiar en el sistema de infoentretenimiento MMI. Un sistema que incluye los últimos avances en conectividad y descarga de aplicaciones. Todo ello se controla desde el panel del túnel central, situado justo tras la palanca del cambio. Pero ni esto, ni el Audi Virtual Cockpit, ni el Head-Up Display es lo que más interés me ha despertado del interior, sino el uso de paneles retroiluminados con hasta 10 colores diferentes.
No son muchas las superficies, todo sea dicho, y tampoco llegan de serie, pero le dan un toque tan impresionante como futurista. Me recuerda a lo visto en alguna película de ciencia ficción. Es el primer coche en integrarlo, y aunque su incorporación es puramente estética, es un detalle que lo diferencia del resto y del que seguro que muchos de sus clientes acabarán alardeando por la noche ante amigos y conocidos. Y lo entiendo.
Como ya he dicho el Q2 es un coche muy importante para Audi. No solo por ser el primer SUV urbano como tal, sino también por ser el primero en contar con una amplia personalización. El A1 ya era capaz de mutar parte de sus elementos para ajustarse a los gustos de su dueño, pero el Q2 supera esa brecha. No solo me refiero a los diferentes acabados de equipamiento, sino a los diferentes apliques que hay y los colores que estos pueden recibir. Un toque urbano para un SUV muy juvenil y urbano.
En cuanto a espacio, hay que reconocer que Audi ha hecho un gran trabajo. Obviamente no hablamos de un Audi Q7, pero dado que solo hay 2,6 metros entre ejes, es notable lo bien aprovechado que está el interior. Para ello los desarrolladores han desplazado el motor hacia el frente, dejando por ello mucho espacio para la cabina y para sus ocupantes. Las plazas traseras son mejores que la media del sector, y a pesar de ello el maletero presenta generosas proporciones. Son 405 litros como mínimo, ampliables a 1.050 cuando se abate la segunda fila de asientos. Como podréis comprobar, espacio más que suficiente para un uso habitual.
Pasando al apartado mecánico, el Q2 ofrece una amplia gama de motores. Una gama muy equilibrada y repartida en partes iguales, tres TDI y tres TFSI. Las potencias oscilan entre los 116 caballos del tricilíndrico gasolina de un litro de cilindrada y los 190 caballos del 2.0 TDI que todos conocemos y que ya hemos probado en el Audi A4. En cuanto a los cambios se disponen cajas manuales de seis velocidades y automáticas de nueva generación con siete.
Como buen miembro de la familia Q, el Q2 dispone como opción o de serie, depende del acabado, de la famosa tracción total quattro. Si a esto le sumamos una altura libre con respecto al suelo de 20 centímetros, podemos decir que el Q2 se atreve fuera del asfalto, aunque si la pista se vuelve demasiado exigente deberemos andar con cuidado. Aun así sorprende la solvencia de este pequeño que más bien está diseñado para subir bordillos altos.
Prueba Audi Q2 1.6 TDI 116 CV
Estamos ante la variante menos potente de todas, junto con el tricilindrico gasolina de un litro. La verdad es que ambos tienen un planteamiento y un comportamiento muy semejantes. La diferencia entre ellos depende del uso que vayamos a hacer del Q2, pues en función de nuestras necesidades será mejor decantarse por uno o por otro. Me explico.
En carretera son muy semejantes. La potencia es la misma en ambos casos, 116 CV. Ambos montan el mismo cambio de seis velocidades. Y ambos tienen un comportamiento semejante en cuanto a dinámica y manejar, que todo sea dicho de paso me recuerda mucho al de un Audi A3 normal.
La diferencia llega en el par. Mientras que el diésel cuenta con 250 Nm de par, el gasolina se conforma con 200. Es una diferencia de apenas un 20%, pero que puede ser determinante en momentos concretos, como adelantamientos o subida de puertos. Sin embargo el gasolina se muestra más silencioso, lo que siempre es más cómodo a la hora de hacer muchos kilómetros por ciudad. Pero la verdad es que para un uso normal tan bueno es el uno como el otro.
Sin embargo será el diésel el que más ventas acapare, y creo que es la opción más lógica. Sobretodo por la escasa diferencia de precios que existen entre ambos, apenas 500 euros. Tal y como ya os contamos los precios del Audi Q2 partirán de los 25.950 euros, 26.400 para el 1.6 TDI. Esta diferencia lo hace mucho más atractivo, por lo que es lógico que sea la opción más preferida. Yo también me decantaría por ella.
Otra cosa es el cambio. Por el momento Audi no ha especificado la diferencia de precios que existirá entre el cambio manual de seis velocidades y el automático Stronic de siete. Hay que decir que la unidad probada equipaba el manual, y no se le puede poner pega alguna, pues su tacto es suave, con una relación aprovechada y un comportamiento muy bueno. Audi 100%. Ahora bien, si la caja automática no se dispara de precio, yo sería la opción que tomaría.
Ya lo he dicho antes, el Q2 me ha recordado mucho a un A3. Es cómodo, confortable, está bien acabado, la calidad de sus materiales es muy buena, y su espacio es más que suficiente para el día a día y el ir y venir habitual. La fila trasera dispone de buenas medidas en todas sus cotas. El espacio para las piernas es muy correcto, y es que han sabido aprovechar hasta el último centímetro del habitáculo. Por último el maletero cuenta con un más que generoso espacio, sus 405 litros como mínimo lo hacen muy practicable.
Prueba Audi Q2 2.0 TDI 150 CV
A lo largo de la presentación también tuve ocasión de probar el resto de variantes diésel. Si bien la diferencia entre los motores más pequeños de la gama apenas era notable, sí que lo es en el caso de las unidades 2.0 TDI, de 150 y 190 CV. Si el Q2 se mueve bien con 116 CV, podéis imaginaros como lo hace con 150 y no digamos 190. Más que de sobra.
Audi espera que el más vendido sea el 1.6 TDI automático, y luego el 2.0 TDI de 150. Es un motor que le queda como un guante a este coche. Si tomamos el principio de que la potencia nunca sobra, el de 150 caballos es el que a priori se me antoja como el más complejo y equilibrado de la flota. La palabra que mejor lo definiría es polivalencia.
Las variantes diésel serán las más elegidas, tanto por consumos como por una diferencia de precio casi nula
Si los bloques pequeños se pueden quedar en ciertos momentos cortos, el 150 nunca lo hará. Sus 340 Nm le hacen tener siempre el empuje necesario. Su aceleración y respuesta es excelente, mostrándose sobrado en toda ocasión, tanto en calles estrechas como en autopistas o puertos de montaña. El punto a contrastar es el consumo. Audi homóloga un gasto reducido en todas las versiones. Durante la, prueba no hubo ocasión de comprobarlos, por lo que por el momento las cifras oficiales deben valernos.
En cuanto a su comportamiento en carretera pasa lo mismo que en los casos anteriores. Los ingenieros han planteado un SUV con comportamiento de compacto. Las ruedas se sitúan en los extremos del coche, lo que le otorga un ancho de vía mayor y un mejor apoyo para curvas reviradas, donde el Q2 se comporta de manera muy alegre y solvente. Obviamente mejor en la versión de 190 caballos que en la de 150, pero insisto en que no se necesitan tantos.
En función de la versión y el acabado se incorporará el Drive Select. Cuatro modos de conducción posibles: Eco, Confort, Dynamic e Individual. La verdad es que la diferencia entre ellos es más que notable. En función del mapa que seleccionemos la dirección, el acelerador y el motor irán cambiando de comportamiento. Sin embargo en todo momento el Q2 se muestra ágil y alegre, en este caso con un carácter más similar al pequeño A1.
Conclusión
En definitiva, Audi ha sido la primera de las marcas premium en lanzarse de cabeza al segmento SUV más pequeño de todos. El resultado es bueno, no te quepa duda, sin embargo los precios no terminan de gustarme. Me resulta demasiado caro. Sus casi 26.000 euros de partida lo sitúan al frente de la lista de los más caros del segmento. Lo que creo es que con la llegada del Q2 Audi quiere que muchos de sus clientes del A3 se pasen al SUV. Obviamente es su rival más claro, tanto en comportamiento como en motores como en espacio como en precio.
A pesar de ello no se puede negar el buen trabajo realizado. El Q2 es un Audi, un Q, en toda regla. Bien fabricado, buena calidad, buen comportamiento, cómodo, equilibrado y, dependiendo del motor, ligeramente deportivo. En este punto sabemos que Audi ya está en pleno proceso de desarrollo de una variante más cañera, el Audi SQ2 que hará acto de presencia el año que viene. Si realmente quieres tintes deportivos en un SUV de tamaño pequeño, igual deberías esperarte. Lo dicho, un buen producto.