Prueba Audi Q5 2.0 TDI 190 CV, cariño he encogido a un Q7

Tras ocho largos años, el Q más vendido, el Audi que más rápido ha superado el millón de unidades vendidas, se renueva. Ya está en España y ya he tenido la ocasión de poner a prueba el Audi Q5 2017. ¿Seguirá la senda del éxito?

Prueba Audi Q5 2.0 TDI 190 CV, cariño he encogido a un Q7

25 min. lectura

Publicado: 26/02/2017 19:00

El Q5 es completamente nuevo. No comparte nada con su predecesor, aunque lo parezca

En esta ocasión estamos ante un modelo que pesa mucho incluso en una marca como Audi. Estamos ante un objeto venerado por los de Ingolstadt, y que a día de hoy se ha convertido en uno de sus pilares fundamentales. El Q más vendido de todos, el modelo de Audi que más rápido alcanzó el millón de unidades vendidas, en seis años, y uno de los SUV mejor valorados del mercado. Es por ello que en esta ocasión me encuentro ante una ocasión importante, la primera prueba del Audi Q5 en su segunda generación.

Y es que no hace falta decir que la gama Q de Audi está siendo todo un éxito a lo largo y ancho de este mundo. Desde que en 2006 hiciera acto de presencia el Audi Q7, la marca germana no ha hecho más que incrementar la familia SUV. Y esto solo es el principio, pues en poco tiempo se deberán sumar más unidades. Ya os adelantamos que un Audi Q8 está en camino, de hecho ya lo hemos visto circular en más de una ocasión.

Pero hay que darle al Audi Q5 lo que es del Audi Q5, y no es otra cosa que el papel de cabeza de familia. Surgió en 2008, en plena crisis, y a pesar de ello, como ya he dicho, se convirtió en el Audi más rápido en alcanzar el millón de unidades vendidas el todo el mundo. Algo loable y con un mérito tremendo, pues a lo largo de sus ocho años de vida se ha chupado la mayor crisis financiera global que se recuerda. Pero no le afecta, y es que el Q5 parece estar tocado con una varita mágica.

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La verdad es que es ese típico producto que queda perfecto desde la primera ocasión. Algo raro en el mundo del automovilismo. Los creadores de la primera generación del Q5 consiguieron desarrollar un producto tan redondo y tan atractivo al cliente, que el trabajo que tenían ante sí en esta segunda generación no era nada fácil. Por eso se han demorado tanto en sacarlo a la luz, porque la importancia del Q5 en la Audi moderna es de vital importancia. Así que una pregunta surge: ¿habrán conseguido redondear un producto redondo?

El SUV más exitoso de Audi, y uno de los modelos más importantes para los de Ingolstadt

A otros quizá sí, pero a los alemanes no les pillas en esto. Saben perfectamente a lo que juegan, y solo hay que echar un vistazo al nuevo Q5 para descubrir que han cogido lo bueno que tenían y lo han hecho mejor. Como ya digo la estética es el ejemplo claro de mis palabras. El Q5 2017 luce muy parecido a su hermano predecesor, y no ha sido un acto de la mera casualidad. Ha sido adrede, con la intención de matar dos pájaros de un tiro. Me explico.

Con este ligero cambio estético, con nervios más marcados y con un frontal más bajo y ancho, han conseguido que el Q5 parezca completamente nuevo, pero a la vez han conseguido que su predecesor no pierda valor de reventa al parecerse tanto al nuevo. Lo dicho: los alemanes son muy listos, y juegan sus bazas como ningún otro. Hay que reconocer, que al menos para mí, echo en falta algo más de riesgo en el diseño. De hecho es tan parecido que visto desde atrás no parece cambiar nada. Pero sí que lo hace.

Fíjate si el Q5 es importante en Audi que tiene una fábrica para sí solito, en San José Chiapa, México

Y obviamente hay que decir que se parece mucho a su hermano mayor, del cual toma prestado la parte más importante de un coche: la plataforma. El nuevo Q5 emplea la plataforma MLB del Grupo Volkswagen, por lo tanto ahora no solo se parece al Q7 por fuera, sino que también lo hace por dentro. De hecho lo que ha hecho Audi ha sido encoger un Audi Q7. Y eso, una vez más, son palabras mayores.

Podría parecer que estamos ante un Q7, pero no

Este hecho se nota más en el interior. Al equipar misma estructura, el Q5 es capaz de disponer de la misma tecnología que su hermano mayor, y es mucha. Solo hay un par de elementos que no es capaz de incorporar: el asistente de visión nocturna, y el eje trasero direccionable. El primero de ellos está hecho a posta para que así el Q7 siga siendo el buque insignia, y el segundo, porque sencillamente no es necesario. Ni más, ni menos. Por lo demás, lo que pueda disponer el uno, puede disponer el otro.

Audi define esta generación del Q5 como de gran carga tecnológica, y no es para menos. A pesar de que las últimas evoluciones del predecesor habían incluido muchos sistemas, se quedan en nada comparado con el nuevo. Head-Up Display, Audi Virtual Cockpit, Audi MMI Plus de última generación, carga por inducción, conectividad con Android e iOs, Google Maps, suspensión neumática adaptativa, tracción quattro ultra... Y así una larga lista de novedades que te dejarán con la boca abierta a la hora de configurar un Q5.

Y lo mejor de todo es que todos estos elementos y gadgets son mostrados en el ya habitual habitáculo de Audi. Cada marca tiene como una especie de marca registrada en cuanto a interiores, y la nueva hornada de Audis salen todos con interiores que, para mí, son la envidia de la industria. Los materiales elegidos son de altísima calidad, al igual que el proceso de fabricación y ensamblaje del mismo. Es un coche premium, y aunque el viejo ya tenía calidad, el nuevo lo humilla en este aspecto.

Mucha tecnología, aunque se muestra de forma elegante y sofisticada

Ahora bien, si hay algún pero que achacar al viejo, ese no es otro que el espacio. Para solventar la papeleta los de Audi han tirado por lo fácil. ¿Qué nos falta espacio para las plazas traseras y para el maletero? Pues hazlo más grande. Obvio, pero ¿cuánto más? Pues un total de 35 milímetros. Un incremento que directamente lo catapulta al primer puesto de longitud con respecto a sus rivales: el BMW X3, Mercedes GLC, y Volvo XC60. Normal que el nuevo tenga más espacio.

Lo bueno es que no solo es más grande en longitud, sino que también es más grande en batalla. Ella sola se come 13 milímetros del total de crecimiento, y obviamente es algo que se deja notar en el interior. Las plazas delanteras son perfectas, al igual que el puesto de conducción del conductor, y ahora se suman las plazas traseras que disponen de más espacio, tanto para las piernas como para los hombros. El único pero que le pongo es que el túnel de transmisión resta espacio a la plaza trasera, y si a esto le sumamos un asiento más estrecho, el quinto ocupante será el que viaje más incómodo, pero no tanto como lo hacía antes.

En cuanto a maletero, el crecimiento es también notable. El viejo se quedaba escaso en términos de volumen, y por ello el nuevo eleva el volumen mínimo en 100 litros. 550-610 litros de capacidad que varían en función de la posición longitudinal de la banqueta trasera, que en esta ocasión se repliega en un porcentaje 40:20:40. Si echamos la segunda fila abajo el volumen crece de forma exponencial hasta los 1.550 litros. En este dato el Audi empata con sus dos rivales más directos.

El nuevo Q5 ha mejorado en los puntos débiles de su predecesor, y el espacio ahora es mucho mayor

Hora de pasar al apartado mecánico. Es aquí cuando el Q7 y el Q5 separan sus caminos, y para que el Q5 no vaya solo el Audi A4 le coge de la mano. Ambos compartirán gran parte de la flota mecánica. Es decir que la oferta estará compuesta predominantemente por bloques diésel, a los que se suman algunas unidades gasolina. En la rama gasoil encontramos una novedad con respecto a la generación pasada, el 2.0 TDI de 163 CV. El tope de potencia viene acompañado de la letra S. Hasta la llegada del Audi RS Q5, que será en pocos días, el más potente de la gama será el Audi SQ5, con un motor gasolina V6 de 352 caballos.

Fuera del campo de los motores, la otra novedad es la sustitución de la caja automática triptronic por la evolucionada S Tronic. Además el Q5 por primera vez podrá disponer de cuatro tipos diferentes de suspensión: Dinámica (de serie), adaptativa, regulable (dumper control) y neumática adaptativa. Ésta última es la joya de la corona, y la que más polivalencia es capaz de darle al nuevo Q5, pues a su vez dispondrá de hasta seis programas diferentes con seis alturas diferentes, desde 175 milímetros en modo normal hasta 220 centímetros en modo Allroad.

Y es que Audi quiere que el Q5 sea capaz de tocar tierra de forma tan sencilla que toca asfalto, aunque el conductor habitual de un Q5 nunca lo haga. Por ello todas las versiones salvo la de acceso, el 2.0 TDI de 150 CV, y los que monten motores V6, contarán de serie con la tracción quattro ultra. Es la más moderna y actualizada tracción total de Audi. Un complejo sistema que para resumir, es capaz de desconectar la propulsión del eje trasero siempre y cuando sea posible, permitiendo así que el desplazamiento lo realicen las ruedas delanteras. Una medida de ahorro pues son menos las partes que van rozando entre sí.

La suspensión neumática nos permite configurar la altura del Q5 a nuestro antojo

Por último, antes de hablar del comportamiento, ¿cuánto hay que pagar por un Audi Q5? Bueno, la marca ha dispuesto de varios niveles de venta. El básico incluye ahora faros BiXenón, paquete Safety&Service, portón eléctrico, sistema Pre Sense City y espejo interior antideslumbrante. Por 2.800 euros más conseguiremos acceder al paquete Advance, por 2.500 euros más que este llegaremos al nivel Design, que antes no estaba, y si por último sumamos 3.000 euros alcanzamos el nivel más alto de todos, el S Line. En resumen, el precio de partida de un Audi Q5 se sitúa 40.550 euros. Mucho dinero.

Prueba Audi Q5

Así que tras analizar los cambios del nuevo Q5 es hora de saber si éstos han conseguido hace mella en la conducción. Y te lo resumo en una palabra: SI. Audi no solo ha mejorado a su SUV más exitoso en términos de tecnología, sino que también lo ha hecho en términos de dinamismo y conducción. Añadir la plataforma MLB ha sido todo un éxito. Lo que primero ha conseguido el Q5 es ser más ligero, hasta 90 kilogramos menos, y también más rígido.

Con esto ya tenemos mucho ganado, pero además hay que sumar retoques y ajustes que sinceramente completan la obra. A lo largo de la presentación tuve ocasión de probar la que a priori será la variante más escogida por los compradores; el Q5 2.0 TDI de 190 CV con cambio S Tronic de siete velocidades y tracción quattro ultra. Considero que esta será la más vendida porque es la más equilibrada en cuanto a precio, rendimiento y consumos. Aunque hay luces y sombras en esta configuración.

El puesto de conducción es excelente y resulta muy rápido y fácil encontrar la postura

La normativa EURO6 está causando estragos en cuanto a comportamiento y rendimiento de motores. Las normativas europeas de emisiones se están volviendo tan estrictas tan rápidamente que obliga a los fabricantes a "capar" los motores para que así puedan cumplir con los objetivos de emisiones. Todos queremos contaminar menos y ahorrar más, pero no a cualquier precio, y como ya me ha pasado en otras ocasiones, el Q5 achaca un problema de motor.

En teoría 190 CV deberían ser más que suficientes para impulsar a un Q5, y lo son, pero en ciertos momentos estos no parecen estar disponibles al conductor. Me explico. El motor desarrolla su máxima potencia entre las 3.800 y las 4.200 rpm, mientras que el par máximo, la fuerza del motor, la encontramos entre las 1.750 y las 3.000 vueltas. Es decir que en una fase temprana de la aceleración nos encontramos con mucho empuje, sobresaliente de hecho, pero ¿qué pasa cuando se nos salimos de esta zona de confort?

La versión mecánica de acceso al nuevo Q5, el 2.0 TDI de 150 caballos, siempre estará asociado a un cambio manual y a la tracción delantera

Pues que el motor se muere. El conjunto de motor y cambio está configurado para ser lo más eficiente y ahorrador posible. La caja S Tronic busca en todo momento subir la marcha para así poder contaminar y gastar menos, y para ello es capaz de cortar el empuje del motor. En una conducción normal no hay mayor problema. Circulando por autopista no pasa nada, porque rápidamente se llega a séptima velocidad y ahí se queda la mayor parte del viaje. En ciudad tampoco hay problema, porque acostumbraremos a circular en marchas más cortas, por lo que casi siempre habrá un empuje más que correcto.

El cambio S Tronic de siete velocidades lastra al Q5 en algún que otro momento

Pero en otros escenarios la cosa se pone más peliaguda. Por ejemplo en un puerto de montaña, o incluso en un caso más habitual; una carretera nacional a la hora de adelantar. Como ya he dicho, el motor y el cambio tratan en todo momento de circular en el modo más ahorrador posible, incluso por debajo del rango óptimo de par, así que si por cualquier motivo necesitamos más entrega del motor, cuesta encontrarla. La caja además no responde tan rápidamente como cabría esperar, y parece tomarse un tiempo hasta que realmente comprueba lo que la estás pidiendo. Algo que no me pasó cuando tuve ocasión de probar el Audi A4 con el mismo motor y cambio.

Hay tres maneras de solventar el problema. La primera de ella es pisar el acelerador hasta el fondo, haciendo kick-down. Aquí el S Tronic sí que entiende rápidamente qué le estas pidiendo, y rápidamente baja las marchas necesarias. Poner el cambio en modo secuencial y trabajar desde las levas tras el volante. En este caso seremos nosotros los que le digamos al cambio lo que deseamos y así podremos estirar las marchas todo lo que queramos. Y por último es diciéndole al sistema que queremos un modo de conducción dinámico, porque de forma habitual circula en modo auto, que a su vez busca el máximo ahorro, porque volvemos al principio.

Solo en estas ocasiones tendremos problemas con el conjunto de motor y cambio, porque fuera de ellas el comportamiento es intachable. El chasis está muy por encima del coche, y claramente se nota que puede soportar más potencia. Me remito al Audi RS Q5 que veremos en unos días en el Salón de Ginebra. En un tramo de curvas es excelente, con mayor agilidad de la esperada, y con una capacidad de reacción muy alta. En este punto también debemos agradecérselo a la suspensión neumática adaptativa que traía consigo la unidad de pruebas.

El Virtual Cockpit es una pasada, mucha información y siempre forma clara

Con ella no solo se consigue un mayor confort, sino que también una mayor versatilidad para diversos casos, como por ejemplo subir la altura libre del coche haciendo un poco de offroad. La verdad es que funciona fenomenal. Apenas se producen oscilaciones en los cambios de dirección y mantiene el tipo por muy agresivo que seas. Aunque claro, si queremos que el Q5 sea más cañero, dinámico y ágil tendremos que echar mano de la suspensión deportiva, aunque esta no varía su altura.

Por lo demás el Q5 se descubre como un perfecto rodador. Un coche ideal para hacer kilómetro tras kilómetro sin inmutarse. Ha cogido la calidad de rodadura de su hermano mayor y la ha adaptado para sí mismo. No me cabe duda que estoy ante uno de los SUV más confortables del mercado, tanto por la calidad de rodadura como por el aislamiento del habitáculo. Y como ya he dicho es ahorrador. Audi oficializa un consumo medio para el 2.0 TDI 190 CV de 4,9 litros.

Bien es cierto que este dato está tomado en laboratorio, pero en el mundo real, en condiciones reales y en una conducción real, el Q5 puede sorprenderte con consumos realmente bajos. Tras una semana de rodaje el ordenador de a bordo marcaba una media de 6,2 litros a los 100 Km. Aunque en nuestra prueba de consumo específica llegamos a ver un mínimo de 5,4 litros a los 100 kilómetros. Como ya digo, cifras que no se acercan a las oficiales, pero que aun así siguen resultando excelentes para un coche de este peso, potencia y aerodinámica.

Conclusiones

Tras más de 1.6 millones de unidades vendidas en todo el mundo, llega la segunda generación del superventas de Audi, el Q5 2017. La fórmula escogida ha sido sencilla, coger un Audi Q7 y reducirlo de escala. A la actualización estética hay que sumar un gran despliegue técnico y tecnológico. El nuevo Q5 recoge el testigo de su predecesor, manteniendo las cualidades que éste tenía además de mejorar cada uno de sus puntos débiles. Un trabajo de 10 al que ya nos tiene acostumbrados la marca alemana.

Audi ha conseguido redondear lo redondo. El nuevo Q5 es mejor que su predecesor

Es más espacioso que el viejo, con más calidad y con un mejor comportamiento dinámico. Sin embargo no todo es perfecto, y el conjunto 2.0 TDI 190 CV con caja automática S Tronic podría ser mejor. Es excelente en la mayoría de momentos, pero en otros se muestra demasiado perezoso y ahorrador. Cosas del mundo actual también hay que decirlo. El Q5 tampoco resulta especialmente barato, aunque sí que es cierto que está en la media del segmento en el que se enclava. Con todas las cartas sobre la mesa hay que reconocer que el Q5 es una buena elección, y que seguramente su nueva generación resultará tan exitosa como la primera.

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