Prueba Audi RS 3 Performance, exclusividad y diversión a raudales
Audi está a las puertas de electrificar por completo su gama de modelos, pero antes de que eso suceda está dando muchas alegrías a los más “gasolineros”. Muestra de ello es el RS 3 Performance, una bestia de 407 CV y producido en una tirada limitada a 300 unidades.
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Publicado: 20/08/2023 19:00
La división deportiva de Audi está dispuesta a romper todos los esquemas establecidos. La compañía cuenta actualmente con todo un catálogo de alternativas pasionales y con todo tipo de carrocerías. Una de las más queridas es la variante RS del Audi A3. Pero, ¿por qué esta una de las más idolatradas de la familia prestacional de la marca? Precisamente eso venimos a comprobar con esta nueva edición limitada y muy equipada a la que han bautizado como “Performance”.
Audi ha sabido sacar provecho de un conjunto de por sí ya excelso: el del Audi RS 3. Y no lo ha hecho únicamente añadiéndole una cifra disparatada de potencia o un exterior demasiado llamativo sobre el mencionado RS 3, sino todo lo contrario. Desde la firma alemana han sabido hacer las cosas con cautela y mucha sabiduría. Adiós a los deportivos con alerones o apéndices excesivos y hola a los lobos con piel de cordero. Estos últimos son mis favoritos.
El Audi RS 3, de por sí, ya presenta una estética bien diferenciada del Audi A3 del que proviene. Esta variante cuenta específicamente con unos parachoques más deportivos, con unas entradas o salidas de aireación mucho más excesivas. También presenta unos grupos ópticos concretos, una salidas de escape ovalada a cada lado, así como unos pasos de ruedas notablemente ensanchados; especialmente en el tren delantero, donde además sus aletas están sobredimensionadas con respecto a los paneles de las puertas. Muy espectacular, sin lugar a dudas.
Pese a dicha espectacularidad, el RS 3 puede llegar a ser un coche discreto, dependiendo del color con el que hayamos decidido decorar su carrocería. Pero entonces, ¿qué le falta para ser aún más deportivo? Según Audi: nada. Desde la casa germana decidieron que podían darle una pequeña vuelta de tuerca adicional al compacto alemán y de ahí surgió la idea de lanzar una variante “Performance”.
Y como bien hemos adelantado, Audi no se la ha jugado con una estética aún más excesiva de la que ya posee el RS 3 “normal”. En su exterior, el Performance no cuenta con elementos adicionales propios que llamen la atención a simple vista; lejos de lo que otros fabricantes sí hacen con algunos de sus modelos, como BMW por ejemplo con el caso del BMW M4 y M4 CSL. ¿Se agradece un punto extra de picante? Sí. ¿Es necesario? Para nada.
Estéticamente, diferenciar un Audi RS 3 Performance de uno “normal” no será nada fácil. Una de sus principales diferencias será la adopción del paquete Black en todo el exterior, donde algunos de sus elementos decorativos que hasta ahora eran en tono cromado, ahora pasan a ser negro brillante (aunque esto es algo que puede incorporar un RS 3 “común” por un precio extra). Las llantas de 19 pulgadas también son específicas de esta versión picante, incorporando además unos neumáticos deportivos Pirelli P Zero Trofeo R Semislicks con unas medidas de 265/30 delante y 245/35 detrás. Las mencionadas llantas cuentan con 10 radios y una pintura decorativa gris oscura mate.
En el interior de las llantas encontramos una nueva pista sobre la variante que tenemos delante. Concretamente, el Performance está equipado con unos discos carbocerámicos en el eje delantero con 380 mm de diámetro y pinzas de seis pistones decoradas en color azul. En el tren trasero incorpora unos discos ventilados de 310 mm y unas pinzas también pintadas en el mencionado color.
Por último, y como detalle exterior definitivo para la diferenciación de esta variante, el Performance cuenta con unos faros Matrix LED de serie con gráficos “racing”. Concretamente hablamos de la forma de una bandera de cuadros en su zona inferior. Estos, según la función que se lleve a cabo con el coche dibujarán una silueta u otra. Al abrir el coche, esta sección dibujará la mencionada bandera de cuadros en el lado del acompañante y un 3-0-0 en el lado del conductor; números que hacen referencia a su velocidad máxima: 300 km/h. Contrariamente, cuando cerremos el coche, en el lado del piloto se dibujará un R-S-3.
Además de esto, el Audi RS 3 Performance cuenta con la opción de decorar su carrocería entre las cinco tonalidades, concretamente: Azul Nogaro, Gris Flecha, Gris Daytona, Nero Sebring y Blanco Glaciar Metalizado. Nuestra unidad, la que se puede ver en las fotografías, lucía el color Gris Daytona.
Como decimos, exteriormente podríamos considerarlo un lobo con piel de cordero. No obstante, Audi se ha reservado las sorpresas de verdad para la parte que no se ve. El primer lugar, cuenta con unas suspensiones variables que adaptan su rigidez a según qué modo de conducción hayamos escogido en el sistema, lo que supone un extra de versatilidad para el coche, pudiendo pasar por un vehículo para el uso diario u otro más centrado en hacer buenos tiempos en pista.
También incorpora un sistema de escape más “macarra” que un RS 3 "normal". La división deportiva de Audi ha puesto a punto su sonido para que resulte aún más espectacular cuando se circule en los modos de conducción más extremos: Dynamic y RS Performance. No obstante, estéticamente, siguen luciendo igual que siempre, con su doble salida ovalada.
Por otro lado, se le ha dado una vuelta de tuerca a su diferencial trasero incorporando la tecnología denominada RS Torque Rear, por el que todo el par podrá ir a parar a una de las dos ruedas traseras, creando así un particular “Modo Drift” al desactivar todos los controles electrónicos del coche.
Para acabar con su apartado mecánico, como no podría ser de otra manera, el RS 3 Performance también ha hecho una pequeña actualización de su motor. Aunque este sigue siendo el mismo de siempre, un cinco cilindros en línea con 2.5 litros de cubicaje, ahora eroga 7 CV adicionales con respecto al modelo “normal”, alcanzando así los 407 CV. El par máximo continúa siendo idéntico: 500 Nm.
Esta ganancia en la potencia se ha logrado mediante una mayor inyección al turbo, alcanzando ahora los 1,6 bares (0,1 más que anteriormente). De forma paralela se ha ampliado el rango de revoluciones en 100 adicionales. Todo ello le permite ahora alcanzar los 300 km/h, posicionándose así como el compacto más rápido del mercado actual. Su aceleración no ha variado; continúa ejecutando el 0 a 100 km/h en 3,8 segundos.
Por último y antes de llegar a la prueba del coche, en el interior también se encuentran elementos propios de esta versión, como unos asientos tipo baquet realmente atractivos y funcionales, un volante tapizado en Alcantara con el logo RS en la zona inferior y el marcador de las 12 horas en color azul. Este color también se encuentra en todas las costuras del interior, como asientos o puertas. Finalmente, sobre el salpicadero reposa una placa identificativa de que esta es una unidad de 300 fabricadas: “1 of 300”.
Prueba de conducción
Por supuesto, el RS 3 Performance es posiblemente el deportivo que todos querríamos en nuestro garaje; tanto por prestaciones, sensaciones o imagen. Es un coche que sobre el papel lo tiene todo. Pero, ¿realmente lo tiene todo o echamos en falta algo? A grandes rasgos podríamos decir que no, aunque esto siempre dependerá de gustos particulares. A mí personalmente me gusta su estética discreta y que pase desapercibido entre la muchedumbre. Eso quiere decir que si alguien se queda mirando, sabe lo que tenemos entre manos.
En cualquier caso y nuevamente bajo mi punto de vista personal, mi elemento favorito de este coche -además de su motor- son sus asientos delanteros. Cautivan a la vista y cuando estás sentado sobre ellos. Bien es cierto que al ser tan grandes resta visión a los pasajeros traseros, lo que puede generar algo de claustrofobia. No obstante, su agarre es sublime, pero también su comodidad, algo muy poco habitual en este tipo de asientos.
Al arrancar el motor se dejan escuchar sus cinco cilindros con gran sonoridad. Aunque tengamos situado el modo de conducción en el más liviano, su sonido de arranque no dejará indiferente a nadie; posteriormente, una vez las revoluciones se han optimizado, este se vuelve algo más discreto. Insertamos la “D” en su selector de cambios y salimos.
Lo primero que cabe destacar es lo directo e inmediato de su dirección, con sólo un pequeño giro de volante se transmitirá a la perfección hacia sus ruedas directrices. Es magnífico en este punto, más aún tratándose de un vehículo deportivo de esta índole. No obstante, el tarado de la dirección no es para nada incómodo por ser demasiado duro, más bien todo lo contrario. Algo que se agradecerá cuando usemos este coche como mero “utilitario” para ir a por la compra los sábados.
En el modo más calmado, sus suspensiones tienden a ser cómodas. No llegan al punto de la suavidad de un SUV (ni tampoco lo pretende) pero sí pueden sentirse algo más duras que las de un Audi A3 convencional. Lo que sí llama la atención es que su caja de cambios puede llegar a resultar algo lenta de reacción cuando circulamos en estos mencionados modo más tranquilos, llegando a tardar más tiempo del que nos gustaría entre que se pisa el pedal del acelerador y “pasa algo”.
No obstante, como ya he mencionado, el RS 3 Performance puede pasar completamente por un coche “utilitario” al uso, aunque su consumo en ciclo urbano no será de lo más apetecible de saber. En un recorrido normal por la ciudad, con los continuos “para-arranca” a causa de semáforos o atascos, el modelo puede poner sobre su contador cifras tan elevadas como 15 litros a los 100 km.
Sin embargo, este es un coche concebido para correr y proporcionar sensaciones a su usuario. Y para ello nos hemos ido a ponerlo a prueba por una carretera de curvas de la serranía madrileña. En modo Dynamic (el modo Sport) el sonido del Performance se vuelve más contundente y la sensibilidad de sus mandos se acrecienta notablemente. Desaparece por completo esa sensación de lentitud en la caja de cambios y su dirección ahora sí se vuelve mucho más rígida, lo que proporciona mucho más feeling con el modelo en una momento de conducción deportiva.
¿Qué le puede faltar al RS 3 para ser aún más deportivo? Según Audi: nada
Pero si hay que poner a prueba de verdad este exclusivo compacto de Audi, lo mejor será pulsar el botón “RS” situado en el brazo derecho del volante. A través de él se selecciona el modo RS Performance, lo que resta intrusión en el control de estabilidad y otras ayudas electrónicas para poder jugar de una forma más seria con el coche. Todo se vuelve mucho más duro y sensible, más aún que en el modo Dynamic, y sobre todo, su sonido alcanza su nivel máximo de decibelios. Ahora sí.
Su tracción total hace que el coche se sienta como un tren circulando por unas vías bien pulidas. Incluso con una menor intromisión de los sistemas de ayuda, el Performance no hace extraños ni maniobras que apunten a una falta de control, nada de eso. La seguridad y la confianza que otorga este coche podríamos decir que es sublime.
Su límite está realmente alto. Sólo al alcance de las manos más exigentes y profesionales (no es mi caso). Su aceleración es brutal, al igual que su frenada. Todo en él es divertido, más aún si llevamos a cabo los cambios de marcha de forma manual con las levas situadas tras el volante. Para este momento tengo que volver a sacar el tema de los asientos: son perfectos.
El Audi RS 3 Performance es un auténtico juguete con el que no querrás parar de divertirte. No obstante, su cifra de consumo sí podrá ser un impedimento destacable para dejar de hacerlo, ya que en un momento de éxtasis, lo normal será ver cifras por encima de los 12 litros a los 100 km de media.
Conclusión y precios
Como digo, este coche es ese juguete que todos querríamos tener en nuestro garaje; diseño espectacular, discreto, prestacional e incluso práctico. Lo tiene todo. ¿Pegas? Podríamos decir que su caja de cambios es lenta en ciertos momentos pero, ¡qué demonios! Seleccionando un modo más “divertido” esto quedará en agua de borrajas, así que “pega” solventada.
Lo que sí podríamos decir como inconveniente es que sólo se van a fabricar 300 unidades de este coche y que, más que seguramente, en el momento de escribir estas líneas ya estén todas y cada una adjudicadas. Su precio: desde 99.900 euros en España. ¿Caro? Mucho, pero con ese precio tendrás en el garaje el mejor de los juguetes con el que serás la envidia de tus amigos y demás competidores en el trackday de tu circuito más cercano.