Prueba Audi RS 4 Avant 2018, rompiendo las reglas (con vídeo)

¿Un confortable coche familiar o un salvaje deportivo? El Audi RS 4 Avant y su V6 biturbo de 450 CV proponen no renunciar a nada. Hemos puesto a prueba la cuarta generación del icónico modelo alemán y te lo contamos en vídeo.

24 min. lectura

Publicado: 08/05/2018 20:00

Cuando uno piensa en los atributos de un coche de corte familiar el diseño y las prestaciones no suelen aparecer entre las cualidades más relevantes. Son coches funcionales, muy espaciosos, confortables y sensatos para transportar personas, enseres y equipaje de manera muy racional y poco apasionante.

Muy pocos han desafiado esta lógica y desde luego ningún modelo ha sido tan exitoso como el Audi RS 4 Avant. La salvaje ranchera alemana combina altísimas prestaciones con la versatilidad para uso diario de un coche familiar, dos conceptos aparentemente antagónicos. La marca alemana ha comercializado más de 27.000 unidades en todo el mundo desde que el primer RS4 Avant salió al mercado en 1999.

En realidad la saga de deportivos RS nació en 1994 con el legendario RS 2 Avant. Fue desarrollado junto con Porsche y bajo su capó latía un motor de cinco cilindros con turbo y 315 CV de potencia. Posteriormente toda la gama de Audi modificó sus nomenclaturas y así el sucesor del RS 2 Avant fue el RS 4 Avant en el año 1999, ya con un motor V6 biturbo de 380 CV. El siguiente modelo llegó en 2005 y dejó de lado la sobrealimentación para emplear un V8 atmosférico de 420 CV. La tercera generación presentada en 2012 mantuvo ese corazón de ocho cilindros aumentando la potencia hasta los 450 CV.

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El RS 2 Avant (azul) acompañado de las cuatro generaciones del RS 4 Avant

Hace poco llegó a los concesionarios la cuarta generación de este modelo que hizo su debut en el Salón del Automóvil de Frankfurt 2017 y, por supuesto, mantiene las señas de identidad de sus predecesores. La imagen del RS 4 Avant es discreta e imponente a partes iguales. Es destacable cómo un coche bastante sobrio como el Audi A4 ranchera ha evolucionado para tener la imagen tan agresiva de esta brutal versión.

Discreto y contundente a partes iguales

Audi no se ha limitado sólo a cambiar el paragolpes para poner uno con unas entradas de aire mucho más grandes, que es lo habitual en este tipo de coches. Hay muchas más modificaciones, de hecho casi todo el frontal cambia. Por ejemplo, la parrilla es más ancha y plana que en el modelo estándar y muestra la característica rejilla RS en forma de panal.

Los faros de serie son de LED con una buena potencia lumínica y en la lista de extras figura la tecnología Matrix LED. Este opcional es muy recomendable porque dispone de ledes colocados en una matriz que se activan y desactivan o reducen su intensidad, adaptándose a las condiciones del entorno en cuestión de milisegundos. Esta iluminación también está disponible en un A4 convencional pero en el caso del RS 4 las ópticas incluyen un acabado tintado.

Un coche familiar capaz de intimidar a muchos deportivos

Un elemento de diseño especialmente llamativo son los pasos de rueda ensanchados que le dan un aspecto mucho más rotundo. Se trata de un rasgo influenciado por la competición un guiño al legendario Audi 90 Quattro IMSA GTO. Esto hace que el coche sea 30 mm más ancho que cualquier otro A4 y ese mayor volumen propicia que se hayan incluido unas tomas de refrigeración adicionales en disposición vertical junto a las ópticas delantera y trasera. No son funcionales sino meramente estéticas.

De serie equipa unas llantas de 20 pulgadas con cinco radios dobles en color negro Antracita brillante y una suspensión deportiva RS que rebaja la altura de la carrocería en siete milímetros respecto al Audi S4 con suspensión deportiva. En opción queda la recomendable suspensión RS Sport Plus con Dynamic Ride Control (DRC) que puede ajustar su dureza.

La zaga muestra un gran spoiler en la parte superior del portón, luces traseras LED tridimensionales y un difusor franqueado por una doble salida de escape oval. Además para aumentar las opciones de personalización hay varios paquetes de estilo en carbono, aluminio mate o negro (como es el caso de esta unidad) para elementos como las barras del techo o las carcasas de los espejos retrovisores.

Los faros Audi Matrix LED proporcionan una iluminación excelente

Como ya sucedió en la anterior generación, el RS 4 no está disponible con carrocería sedán, sólo se ofrece con carrocería familiar. Y por supuesto en un coche familiar siempre juega un papel importante el maletero. El portón tiene un sistema de apertura eléctrica de serie y opcionalmente también puede equipar un sistema manos libres que abre y cierra el portón al pasar un pie por debajo del paragolpes.

Por cierto, por primera vez el RS 4 Avant ofrece un enganche de remolque de forma opcional. Se desbloquea electrónicamente con solo presionar un botón situado en el interior del maletero y la capacidad de remolque es de 2.100 kg (con pendiente de hasta un 8% de inclinación).

Interior práctico, lujoso y exclusivo

El maletero tiene una capacidad de 505 litros, 15 más que su predecesor. No es especialmente grande para un coche de 4,78 m de longitud pero sí que es muy aprovechable porque las formas son muy rectangulares. Todo está muy bien tapizado y presentado y el espacio cuenta con ganchos, cintas y rieles. Se puede aumentar el espacio abatiendo los respaldos de los asientos traseros, algo que se puede hacer mediante unos tiradores en los laterales del maletero. El respaldo está dividido en una proporción 40:20:40 y permite un volumen máximo de 1.510 litros.

El RS 4 Avant no renuncia a la practicidad

Al abrir las puertas del radical familiar de Audi se proyecta una imagen lumínica en el suelo con el logo de Audi Sport como forma de bienvenida y, además, los umbrales incluyen el emblema RS y están iluminados. El paquete de iluminación ambiental del habitáculo ofrece hasta 30 colores para elegir para las luces LED que recorren la consola central, el salpicadero y el contorno de las puertas.

Lo primero que llama la atención al asomarnos al interior son los espectaculares asientos deportivos RS que tienen ajustes eléctricos, calefacción e incluso función de masaje. Hay varias tapicerías disponibles y los de nuestra unidad de pruebas están tapizados en cuero nappa con una trama de nido de abeja, emblema RS en relieve y costuras de contraste en color rojo. Son muy cómodos y sujetan muy bien el cuerpo gracias a los pronunciados resaltes laterales.

Asientos deportivos con masaje, para no renunciar a nada

El habitáculo brinda un aspecto conocido porque, como es lógico, mantiene las principales características de un A4 convencional. Eso es una buena noticia porque la calidad de acabados es sensacional, posiblemente sea el mejor de la categoría en ese aspecto. Los ajustes son muy buenos, el tacto de los botones es muy agradable y todo transmite sensación de solidez. La arquitectura horizontal del salpicadero crea una gran sensación de amplitud en el interior y, en definitiva, la atmósfera es muy acogedora.

Las particularidades de esta versión se aprecian en las molduras específicas o los logos RS que salpican varios puntos del interior. También en el volante, del cual hay dos tipos: de serie uno que está achatado por su parte inferior y opcionalmente uno calefactado que es completamente redondo.

A través del aro del volante observamos el cuadro de instrumentos completamente digital Audi Virtual Cockpit que es una pantalla TFT de 12,3 pulgadas y viene de serie. Hay indicadores específicos RS que muestran información sobre las fuerzas G, la temperatura de los neumáticos, la entrega de potencia y par en tiempo real, temperatura del aceite del motor y del fluido de la transmisión, e incluso la función lap timer, es decir, un cronómetro para controlar el tiempo de las vueltas en un circuito. Opcionalmente también hay un head-up-display que proyecta toda esta información directamente sobre el parabrisas.

La instrumentación digital es sensacional

Hablando de pantallas cabe mencionar el sistema multimedia MMI Navegación Plus que tiene una pantalla de 8,3 pulgadas. Comparado con algunos modelos de la competencia no es muy grande pero sí que ofrece una gran calidad de imagen. No es táctil sino que se maneja con el MMI Touch situado en la consola y que comprende varios botones y un mando giratorio con una superficie táctil en su parte superior.

Como buen coche familiar el RS 4 Avant dispone de múltiples huecos en el habitáculo para dejar objetos como por ejemplo la zona de almacenamiento bajo el reposabrazos central, un compartimento bajo el mando de las luces, los bolsillos de las puertas además de los pertinentes posavasos.

Audi tampoco se olvida de elementos de confort como el climatizador automático de tres zonas con el detalle de que las pantallas digitales que indican la temperatura se integran a la perfección en los controles del sistema. Tampoco hay que olvidar el sistema de audio Bang & Olufsen con sonido 3D, 10 altavoces y 755 vatios de potencia que suena realmente bien.

Los abultados pasos de rueda advierten que este familiar de Audi tiene mucho músculo

Delante se está muy cómodo y detrás también. Las plazas posteriores son muy espaciosas, con sitio suficiente para las rodillas y para la cabeza incluso para pasajeros altos. No se pueden ajustar longitudinalmente ni tampoco se puede regular la inclinación del respaldo, pero estos asientos pueden estar calefactados y tienen su propia zona de climatización.

Adiós V8: cuando menos es más

El motor arranca soltando un bramido que recuerda que es todo un lobo con piel de cordero. Es un familiar que es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos, acelera casi tan rápido como un Porsche 911 GTS ¡Es una locura! El corazón que late bajo el capó es un V6 biturbo de 450 CV recuperando la configuración que tenía la primera generación del RS 4.

Se deja de lado el V8 atmosférico que tenía el modelo anterior para decepción de los más puristas y para alegría de los que, como yo, piensan que todo es mejor con turbo. El cambio tiene lógica porque este motor de seis cilindros es más compacto, más ligero, tiene la misma potencia y más par y es más eficiente. Claro, no suena como un V8, pero aun así suena bien, realmente bien.

Los turbocompresores están montados en el interior de la V a 90º que forman los cilindros para obtener un diseño muy compacto

Parte de la responsabilidad del sonido de esta mecánica recae en los escapes. Audi ofrece el escape RS de serie pero la lección ideal es hacerse con el sistema de escape RS Sport opcional. En este caso el sonido es muy poderoso sobre todo cuando, en cargas altas, se abre una válvula de mariposa que libera el ruido con toda su intensidad.

El motor sólo pesa 182 kg, un ahorro de 31 kg respecto al V8 de su predecesor. Se trata de un motor 2.9 TFSI V6 con dos turbocompresores, uno para bancada de cilindros, que generan una presión máxima de soplado de hasta 1,5 bares. Este propulsor empuja una barbaridad y, además de su elevada potencia, resulta clave que el par máximo de 600 Nm se entregue de manera constante desde las 1.900 hasta las 5.000 rpm.

Audi no se ha decantado por una transmisión S tronic de doble embrague para este coche sino que recurre a un cambio Tiptronic de ocho velocidades con convertidor de par. No es tan fulgurante como el de doble embrague pero sigue siendo muy rápido y es más suave así que encaja mejor con la filosofía de este coche. Los cambios se pueden realizar con las levas de cambio en color negro brillante con detalles de aluminio. No son especialmente grandes, giran solidarias con el volante y tienen un tacto algo plasticoso para un coche de este precio.

El Audi A4 más radical sólo se ofrece con carrocería Avant

Curiosamente el fiero RS 4 no es tan exigente como cabe esperar en un deportivo, demostrando ser sorprendentemente fácil de conducir a ritmos elevados. El paso por curva es increíble, con un agarre lateral que parece infinito. En esto juega un papel fundamental la tracción total permanente Quattro. Durante una conducción normal el sistema envía un 60% del par al eje trasero y un 40% al delantero pero según las circunstancias el reparto varía llegando hasta un 70% delante o un 85% detrás.

Además del modo normal de funcionamiento, el control de estabilidad (DSC) incluye un modo deportivo en el que interviene más tarde. Si el conductor presiona el botón durante más de tres segundos el ESC se desconecta por completo. También se puede equipar un diferencial deportivo en el eje trasero, un extra a tener en cuenta porque asegura una respuesta aún más dinámica al acelerar en curva al distribuir de forma activa el par entre las dos ruedas del tren posterior.

Todo el agarre que podamos tener siempre es bienvenido porque, aunque es 80 kg más ligero que su predecesor, el RS 4 Avant no es un peso pluma y ronda los 1.800 kg así que las inercias están ahí. El peso también juega un papel fundamental a la hora de frenar, pero en ese sentido no tendremos problemas.

Llantas de 20 pulgadas y frenos con discos perforados de serie

La frenada es muy contundente incluso con los frenos de serie con discos perforados de acero de 375 mm de diámetro en el tren delantero y 330 mm en el trasero. Son mordidos por pinzas de seis pistones con el logo RS y pueden ir pintadas en color negro o rojo. Opcionalmente se puede equipar unos frenos cerámicos con discos perforados de 400 mm en ambos ejes, a priori innecesarios… y además cuestan la friolera de 7.910 euros.

Dos personalidades: el doctor Jekyll y el señor Hyde

Vale, es muy divertido y eficaz pero ¿y qué hay de la faceta familiar? El RS 4 Avant puede ser tremendamente civilizado gracias a los modos de conducción Audi Drive Select. Su personalidad cambia ajustado a nuestros deseos la respuesta del motor, la suspensión, la dirección, el sonido del escape o la gestión del cambio de marchas. Los botones para cambiar los modos quedan a desmano en la parte inferior del salpicadero pero afortunadamente podemos configurar una tecla del volante para hacer los cambios de los modos de manera más rápida y cómoda. Una solución ideal habría sido el botón específico en el volante como el del Audi TT RS.

Gracias a estos modos de conducción podemos pasar de conducir un coche muy deportivo a conducir un confortable familiar para llevar a los niños al cole. Es una dualidad casi imposible de conseguir. No es un deportivo puro y duro para el fin de semana sino que es un coche que perfectamente podríamos utilizar a diario.

Con Audi Drive Select se elige el carácter que debe tener el RS 4 Avant en cada momento

Es más ancho, más largo y más bajo que el modelo anterior pero sigue teniendo unas dimensiones contenidas así que no hay problemas para encontrar un espacio de estacionamiento. Podemos entrar en cualquier parking porque aunque la suspensión está rebajada no toca en badenes o rampas. En fin, yendo tranquilos es casi igual que un A4 familiar normal y corriente.

Por supuesto, donde las cosas ya no son tan normales es en el tema del consumo. Decía antes que este V6 es más eficiente que el V8 anterior y según la marca alemana el consumo se reduce un 17%... pero que gaste menos no quiere decir que gaste poco. El consumo medio de combustible en homologación NEDC es de 8,8 l/100 km y se puede conseguir pero hay que esforzarse mucho para llegar a esta cifra.

Ser tan frugales no será lo habitual ya que yendo despreocupados, al ritmo del tráfico, lo normal será estar en torno a unos razonables 10 l/100 km. Si nos damos unas cuantas alegrías con el acelerador, algo que este coche incita a hacer con frecuencia, podemos ver registros de 13, 14 l/100 km o incluso más. Es un familiar con 450 CV ¿acaso esperabas el consumo de un Audi A4 TDI? El depósito sólo tiene 58 litros así que haciendo una conducción espirituosa la autonomía se queda algo corta.

¿Un cómodo coche familiar o un deportivo de altas prestaciones?

Está claro que un Audi RS 4 Avant está al alcance de pocos presupuestos, como sucede con su rival más directo el Mercedes-AMG C 63 Estate con motor V8 biturbo de 476 CV. El precio de partida del familiar de los cuatro aros es de 96.870 euros e irá creciendo lógicamente según los extras que se quieran poner. El equipamiento de serie es abundante, aunque la lista de elementos opcionales también resulta extensa y apetecible.

Como suele ocurrir con vehículos exclusivos de marcas premium los precios de algunos extras pueden ser disparatados. Por ejemplo, que las pinzas de freno estén pintadas en rojo en lugar de en negro cuesta 550 euros. Otro ejemplo es que la velocidad máxima está limitada electrónicamente a 250 km/h pero Audi perite aumentar ese límite hasta los 280 km/h, una modificación de software que inexplicablemente cuesta la desmesurada cantidad de 1.980 euros.

A cambio tenemos un coche lujoso que vale para casi todo por su inusual combinación de funcionalidad y prestaciones. Si queremos, el Audi RS 4 Avant puede ser pacífico y versátil en el día a día o puede transformarse en un feroz deportivo que nos va a poner la sonrisa en la boca durante muchos kilómetros. La elección es tuya.

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