Prueba Audi RS 5 Coupé, ángel o demonio

Los RS de Audi son el máximo exponente de cada modelo. Son siglas que inspiran deportividad y si las unimos a un concepto coupé el efecto se magnifica. El Audi RS 5 Coupé tiene carita de niño bueno, pero que no te engañe, cuando quiere se comporta como un gamberro.

Prueba Audi RS 5 Coupé, ángel o demonio

20 min. lectura

Publicado: 27/03/2018 20:00

El RS 5 Coupé busca el máximo rendimiento, algo que consigue de forma muy sencilla

Los Audi, a diferencia de BMW, siempre han sido considerados como los niños buenos. Coches más sencillos en su manejo y cuyas prestaciones eran más fáciles de controlar. A día de hoy Audi ha conseguido quitarse parte de esa careta de bonachón gracias a modelos como los que conforman la gama RS. Representan a la estirpe más extrema de la marca, y en su portfolio nos encontramos con el modelo que hoy ocupa nuestra prueba, el Audi RS 5 Coupé.

Aunque a día de hoy la deportividad se exprime en diferentes tamaños y conceptos, en el sentido más puro y estricto de la palabra son los coupés los que mejor la representan. La línea de estos es difícil de igualar, ya sea compacto, berlina o SUV, a los cuales últimamente se les asocia, erróneamente, con este concepto. Son los deportivos más bellos, más puros y más deportivos, aunque dependiendo del tiempo también podríamos decir lo mismo de los cabrio.

El factor estético es fundamental a la hora de crear un coupé prestacional. No es algo que afecte al rendimiento, pero la imagen dice mucho de un coche. Mientras que unos buscan los más inhóspitos rincones para poner algún alerón o aletín o cualquier otro elemento plástico que sumar al diseño, Audi ha decidido hacerlo de forma discreta. Ha cogido la base del Audi A5 y le ha sumado detalles, contados, y listo.

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Personalmente el estilo me gusta, aunque no sé si lo prefiero al de otros rivales que abusan más de ese punto gamberro y bruto, como es el caso del BMW M4. Los de Ingolstadt han buscado otra manera de hacer las cosas, no quiere decir que sea mejor o peor, pues al fin y al cabo el diseño es cuestión de gustos. Creo que en este caso se ha conseguido situar al RS 5 en un término medio, algo más discreto que sus rivales más directos.

Estéticamente hablando no en un coche extremo, es deportivo pero sin llegar al límite

Obviamente vemos elementos cambiados con respecto a un A5 normal, como por ejemplo el parachoques delantero y trasero, las taloneras, el alerón trasero, la doble salida de escape y las llantas de diseño particular. Pero más allá de eso no se notan muchos detalles nuevos. Eso sí, el material con el que están hechas algunas de esas piezas propias cambia, pudiendo ser en algunos casos de fibra de carbono. Un detalle que repito no suma rendimiento pero da ese toque.

La verdad es que hay mucho donde jugar a la hora de configurar el Audi RS 5 Coupé. Audi te permite jugar con multitud de opciones para así poder hacer un coche a tu medida. La paleta de colores es muy extensa, incluso si tu pintura no está entre la lista puedes pedir la que quieras a la fábrica, la división Exclusive se encargará de crearla y aplicarla. Pero cuidado con lo que desees porque puede que tu ego extienda cheques que tu cartera no pueda pagar.

Estamos hablando de una marca premium y eso se deja notar en nimiedades como el precio. Permíteme que me desvíe un poco del camino, pero es que quiero que quede claro que el principal problema de este coche es el precio. Su coste base es de casi 101.000 euros. Eso son muchos euros, no solo para este coche, casi para cualquiera. Y eso solo el precio de salida, porque como se te vaya la mano sumando chucherías el presupuesto puede no tener fin.

El interior del RS 5 tampoco es que cambie de forma notable con respecto al de sus hermanos

Bueno, siguiendo por dónde iba. El RS 5 muestra un buen aspecto deportivo por fuera, pero no tanto por dentro. He tenido ocasión de probar varias unidades del A5 y la verdad es que en todas ellas me he sentido "prácticamente igual". Está claro que la unidad RS suma elementos propios, pero éstos no te transfieren a una atmósfera de carreras puramente dicha. Al fin y al cabo todo reside en los detalles, que como pasa con el exterior, están compuestos por materiales más deportivos, como la fibra de carbono una vez más.

Eso no quita para que sea un buen espacio donde estar. Si hay algo que reconocerle a Audi es la calidad de sus interiores, superiores a la media de gran ejecución. El RS 5 dispone de todo el equipamiento que puedas necesitar e imaginar. Audi tiene un lema; "a la vanguardia de la técnica" y eso se deja notar en todos esos gadgets que inundan el habitáculo, tales como el cuadro de instrumentos digital, el Head-Up Display o el más avanzado equipo de infoentretenimiento.

El habitáculo del RS 5 muestra la típica configuración de Audi con materiales muy bien seleccionados y una sensación de calidad

La verdad es que ningún caso estos elementos afectan al rendimiento, más bien al contrario, pues suman un valioso peso. Sin embargo te hacen más cómoda y sencilla la vida a bordo. Eso permite que el RS 5 Coupé obtenga su lado bueno, su carácter GT. El RS 5 tiene ese punto de gran turismo que te permite recorrer grandes distancias sin excesivas molestias. No es un deportivo de los de antaño en los que todo era duro, rudo y pesado. En este caso estamos ante un coche razonablemente cómodo, bien aislado e incluso con asientos delanteros que pueden darte suaves masajes.

Los únicos que tendrán algo que decir en contra de los largos recorridos serán los ocupantes de la segunda fila de asientos. Como pasa en todos los modelos de semejantes dimensiones y misma escasez de puertas traseras, los viajeros posteriores apenas tendrán espacio para sentarse o incluso moverse. Ya solo acceder a esas plazas resulta algo tedioso, por lo que si pensamos usarlas más vale que sea para niños. Aunque ahora estamos de suerte, ya que Audi ha decidido lanzar la versión Sportback.

Los asientos delanteros son muy cómodos, con buena sujeción y en este caso con masaje

Pero ¿quién se compra un deportivo por su habitabilidad e interior? Seguro que la minoría. Aquí lo que importa es el rendimiento, y para ello hay que hablar de mecánicas. El RS 5 Coupé emplea un motor V6 turboalimentado fabricado íntegramente en aluminio con 2.9 litros de cilindrada que desarrolla un máximo de 450 caballos y 600 Nm de par disponible en un amplísimo rango de revoluciones, desde las 1.900 hasta las 5.000 vueltas. Una joya de impresionante valía que se asocia a un cambio automático Tiptronic de tipo convertidor de par con ocho relaciones y a la archiconocida tracción quattro.

Sobre el papel las cifras de rendimiento son similares a las de grandes deportivos. De 0 a 100 Km/h en 3,9 segundos, y velocidad punta limitada a 250 Km/h. Eso sí obviamente hay una pega, el consumo. Los datos oficiales anuncian un gasto medio de 8,9 litros a los 100 Kilómetros, y en un mundo real el consumo se sitúa entre esa cifra y el infinito, porque depende en gran medida de quién conduzca, de cómo conduzca y de dónde conduzca. Así que en este caso las cifras de consumo apenas importan.

Prueba Audi RS 5 Coupé

El RS 5 Coupé se adentra, por rendimiento, en terrenos pantanosos donde el Porsche 911 es el líder indiscutible. Sin embargo, y siendo del todo justos, no es el principal rival del Audi, pues para eso están el BMW M4, el Mercedes-AMG C63 Coupé y el Lexus RC F. Como ya he dicho más arriba, Audi busca un planteamiento que si bien no resulta extremo en lo estético o habitacional, sí que lo resulta en lo prestacional.

En el vano motor no hay espacio para muchas más cosas, el V6 lo ocupa todo

Tiempo atrás ya tuve ocasión de probar uno de esos coches que te dejan un excelente sabor de boca, el Audi S5 Coupé. Durante aquella prueba me acordé muchas veces del 911. Un coche tremendamente equilibrado que con 354 caballos hace que no necesites más. Sin embargo Audi piensa que puede dar más, y por ello tenemos entre manos un RS 5 que es capaz de coger dichas sensaciones y llevarlas a un nuevo límite.

Voy a obviar el hecho de que este coche, al igual que cualquier otro Audi, ha sido diseñado para ser funcional y polivalente. Con esto quiere decir que el RS 5 no es un coche que resulte torpe. Su conducción es muy sencilla ya sea en un atasco como a altas velocidades. De hecho es un coche que puedes plantearte para el día, salvo por el consumo, no hay nada que resulte especialmente molesto o que provoque rechazo. Durante la semana de pruebas lo he probado en todo tipo de situaciones y no me he sentido incómodo en ningún momento.

Pero está claro que este coche no está pensado para chuparse el típico atasco matutino. Este coche pide carretera abierta a gritos. Por ese mismo motivo también me voy a saltar de un plumazo los diferentes tipos de conducción que presenta: Confort, Auto, Dynamic e Individual. Creo que queda suficientemente claro qué papel juega cada uno, así que voy a irme directamente al modo más deportivo, el Dymanic, el que debería estar siempre encendido.

La forma en la que este coche gana velocidad asombra

Con él encendido el coche se transforma en lo que realmente es, demostrando cuán radical puede llegar a ser. Hay que decir que Audi ha usado el mismo chasis que tiene un A5 convencional, así que no hay cambios de ningún tipo salvo una nueva barra estabilizadora. Es una plataforma que te deja muy claro que puede soportar un ritmo extremo. No le importan lo rápidos o seguidos que sean los cambios de dirección, los afronta con total soltura, sin despeinarse.

El RS 5 Coupé es como todos los Audi potentes, va por el sitio. Ese es el verdadero baluarte de este coche, que puede ser conducido por cualquiera. Rápidamente te haces a él generando una sensación de control y seguridad muy agradable. Por decirlo de otra manera, no es un coche que quiera matarte en cada curva. Y eso tiene mucho de bueno, pero también algo de malo, ya que le resta emoción. En cierto modo el que busque este tipo de comportamiento también busca explorar sus límites como conductor, y el RS 5 Coupé tiene el límite tan arriba que te deja a ti atrás.

Sobre la báscula el RS 5 anuncia un peso de 1.730 kilogramos, y eso sin contar el peso suplementario del equipamiento extra

Eso por ejemplo no pasa con un M4 o un C63 Coupé, ambos son coches muchos más nerviosos, coches a los que hay que dominar, cosa que el Audi es más noble. Pero ojo, esto no quiere decir que no tenga su punto rebelde, y ese viene dado por la salvaje y excesiva velocidad que puede alcanzar de forma rápida, sencilla y casi imperceptible. Su motor V6 empuja como alma que lleva al diablo, aliándose con la tracción quattro para sacarte de la curva de forma precisa e histéricamente veloz.

Además suena a gloria bendita, a uno de esos V6 de los de toda la vida con su característico ronroneo ronco. Me gusta que Audi no haya retocado en exceso el sonido del bloque, aunque sí que es cierto que dependiendo del modo en el que circules suena más o menos. Los 600 Nm de par son muchos, y más si los tienes disponibles en ese amplio abanico al que antes he hecho referencia. Siempre tiene fuerza, y si por algún casual no la tiene, la caja de cambios reduce y te dispara.

La caja de cambios opera automáticamente, pero también manualmente desde la palanca o desde las levas tras el volante

Resulta raro que Audi no haya querido optar por un cambio de doble embrague, pero la verdad es que una vez puesto tras el volante no se echa en falta. Los convertidores de par son a día de hoy tan buenos como los de doble embrague, incluso mejores, y en este caso la gestión que realiza de la potencia y el par es excelente. Puede que sea algo perezoso en las reducciones, pero nada grave o alarmante. Y en el modo más deportivo de todos la patada entre marcha y marcha es considerable.

Entonces, ¿tiene pegas? Por supuesto que tiene pegas, ¿acaso conoces algún producto perfecto? Le voy a poner un par de ellas. La primera es que dado que el motor está situado de forma transversal y ligeramente adelantado al eje, achaca un exceso de peso en la parte delantera por lo que le cuesta algo más entrar en la curva. En parte se subsana con una potencia de frenado muy alta, pero el problema, nada grave dicho sea de paso, está ahí.

La segunda se la voy a dedicar a esa falta de sentimiento. Audi ha conseguido hacer un coche muy preciso, pero puede que demasiado. Se le nota muy germánico, muy encasillado hace todo lo que le pidas, y por muy bien que eso esté quiero que un coche de estas características sea algo más pícaro. Echo en falta el factor miedo, ese que te haga segregar adrenalina a litros y con el que des gracias de salir vivo en un tramo de montaña. Está claro que es un coche que te puede matar, pero lo hará por culpa tuya, no por su falta de disciplina.

Siglas deportivas para un coche muy deportivo

Conclusiones

Porsche 911 solo hay uno, y aunque muchos intenten asaltar ese trono pocos o ninguno lo han conseguido. Audi ha planteado un excelente producto con este RS 5 Coupé, y aunque a modo personal no creo que consiga igualar las sensaciones de conducción de sus rivales, sí que es cierto que consigue acercarse de forma notoria al legendario "nueveonce". El RS 5 presenta dos caracteres muy diferentes, por un lado tiene su cara de niño bueno, mientras que por el otro tiene un lado más gamberro y oscuro.

Su conducción es sensacional, pero puede que demasiado sensacional. La tracción total permite que sea un coche fácil de conducir para casi cualquiera, sin embargo si lo que buscamos es tener sensaciones de mayor pureza, no ayuda. Es un deportivo salvaje pero funcional, extremo en una carretera revirada y discreto en una conducción rutinaria. La verdad es que es un gran coche, pero eso sí hay que preparar el bolsillo porque no sale especialmente barato y teniendo en cuenta que por casi 30.000 euros menos te llevas el fantástico Audi S5 Coupé...no sé si llega a compensar.

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