Prueba Audi RS 6 Avant, el coche total
Ponerse a los mandos del Audi RS 6 Avant es ponerse a los mandos de uno de los iconos del motor moderno. Este alemán de altas prestaciones se camufla bajo una carrocería familiar para dejar en ridículo a muchos deportivos de pura cepa.
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Publicado: 25/10/2020 18:00
Los coches suelen tener una finalidad clara. Los que corren mucho no suelen ser cómodos o familiares. Por el contrario, los que son familiares y son cómodos no suelen correr demasiado. Pero ¿qué pasa cuando un coche es salvajemente rápido, espacioso, cómodo, y está bien equipado? Tareas difíciles de conjugar, ¿a que sí? Pues no para el Audi RS 6 Avant, el coche más completo del mercado. Una máquina total capaz de mostrar a partes iguales su lado más entrañable y salvaje.
Corría el año 2006 cuando Audi planteó hacer algo que a la postre se ha convertido en un modelo de referencia. En 2006 nacía el primer Audi RS 6, y lo hacía con la segunda generación del Audi A6. De esta manera los de Ingolstadt querían plantar cara a los BMW M5 y Mercedes E 55 AMG de la época. El primer RS 6 no logró batir a sus rivales, pero plantó la semilla de lo que vendría en un futuro.
Hoy sus rivales siguen existiendo, pero la mayor atención se centra en el modelo de Audi. Un modelo que se ha convertido en fetiche de las redes sociales y en uno de los modelos más deseados del mundo. Ya va por su cuarta generación, la última de ellas presentada en el último Salón del Automóvil de Frankfurt. Incluye mejoras en todos los niveles, aunque en un principio no lo parezca si echamos un vistazo a su ficha técnica.
Se utiliza el mismo conjunto mecánico. Es decir, un bloque biturbo de ocho cilindros en uve con 3.993 centímetros cúbicos de cilindrada. Desarrolla apenas 20 caballos más que el modelo anterior, es decir 600 caballos entre las 6.000 y las 6.250 revoluciones, y 800 Nm de par motor entre las 2.050 y las 4.500 vueltas. Esos 20 caballos le permiten ofrecer una mejor aceleración de 0 a 100 Km/h, fijada ahora en 3,6 segundos, y una velocidad punta limitada electrónicamente a 250 Km/h, o 305 Km/h si compramos el paquete dinámico RS Plus.
Como ya he dicho, sobre el papel el nuevo RS 6 Avant apenas cambia con respecto al anterior, pero vaya si lo hace. A nivel mecánico una de las novedades más importantes es la implantación de un sistema de baja hibridación. Un módulo MHEV con sistema auxiliar de 48 voltios que logra reducir los consumos un poquito, y que sobre todo tiene la ventaja de disfrutar de la etiqueta ECO de la DGT. Sí, como lo lees, una berlina familiar de 600 caballos con etiqueta ECO. ¡Chúpate esa Unión Europea!
Seguro que más de uno se estará preguntando que dónde cambia realmente el Audi RS Avant. Pues bien, cambia en todo lo demás. La nueva plataforma ha sido diseñada para ser capaz de soportar tan altos niveles de exigencia. Uno de los problemas de la edición anterior es que el chasis iba muy justo con tanta potencia. La plataforma antigua había llegado a su límite, y era hora de cambiar. La nueva plataforma está preparada para los 600 caballos actuales y para muchos más.
No solo eso, también le da acceso a tecnología moderna que le permite mejorar en diversos aspectos, como la introducción del eje trasero direccional. No es muy evidente, pero ayuda en las maniobras de baja velocidad girando de forma contraria con las ruedas delanteras, y girando de forma solidaria cuando circulamos a alta velocidad. La transformación no es evidente a la vista, pero si a la hora de conducir permitiendo que el RS 6 Avant parezca un coche más pequeño de lo que anuncias sus 4,99 metros de largo.
Más cambios, suspensión. Estructuralmente hablando la presentación de conjuntos es la misma. Sistemas McPherson tanto en el eje delantero como en el eje trasero. Lo que cambia son los amortiguadores. De serie monta un conjunto de muelles con amortiguadores ajustables que contrarrestan de forma natural las inclinaciones de la carrocería. En sus posiciones menos deportivas la suspensión del RS 6 Avant es 20 milímetros más baja que la de un A6 Avant convencional. Al activar el modo Dynamic esa altura se reduce en 10 milímetros extra que ayudan al coche a mantenerse firme sobre el asfalto.
Opcionalmente se pueden montar un sistema de suspensión neumática adaptativa. En términos generales el comportamiento es el mismo, pero con la salvedad que en este caso en lugar de muelles y amortiguadores se montan balones de aire que hacen más cómodo el rodar a ritmos normales. De hecho, esta es una de las mejoras más importantes del RS 6 Avant, su mejor calidad de rodadura. La suspensión filtra perfectamente las irregularidades de la carretera, transmitiendo al habitáculo un mayor confort para todos los ocupantes. Si, por el contrario, elevamos el ritmo de circulación y activamos el modo Dynamic la suspensión se tensa hasta tal punto de notar cada mínima imperfección en el asfalto.
Obviamente el cambio más llamativo que se aprecia a simple vista es el diseño. El Audi RS 6 Avant siempre ha ofrecido un aspecto mucho más bravo que el resto de sus hermanos de gama, y para esta ocasión a los creadores no les ha temblado la mano a la hora de hacerlo más bestia. Aunque no sepas de qué coche se trata deja claro que no es algo convencional, no es un A6 más. Sus enormes pasos de rueda, sus gigantescas tomas de aire, su poco discreto difusor trasero y sus anchas llantas dejan claro que este familiar no está hecho para pusilánimes. Es difícil dejar de mirarlo.
Con disposición para cuatro o cinco pasajeros, el volumen de maletero del Audi RS 6 Avant luce 565 litros de capacidad mínima y 1.680 litros de capacidad máxima
En cuanto al interior los diseñadores han sido algo más conservadores. Salvo por el uso de la Alcántara, de unos cuantos botones en rojo y de los asientos de corte deportivo, todo el interior parece estar sacado de un A6 normal y corriente. Eso nos deja con un ambiente óptimo en cuanto a tecnología y calidades, pero es una pena que no se transmita tanto salvajismo como sí hace el exterior. En realidad este "problema" ya lo tenía la unidad anterior. Salvaje por fuera y corriente por dentro, donde no hay que olvidar se puede viajar con dos sillitas de bebé.
Aunque la tecnología no sea lo más importante a valorar en un RS 6 Avant, nunca está de más saber que hay todo un abanico de gadgets y tecnologías a nuestro alcance. Audi ofrece mucha tecnología, y entre toda ella cabe destacar la presencia de faros láser, Head-Up Display, techo solar, cierre de puertas servoasistido, cámara de visión trasera, cámara de aparcamiento de 360 grados, cuadro de instrumentos digital, climatizador de cuatro zonas, asientos climatizados...
Como podrás ver muchos de esos artilugios modernos se centran en mejorar la vida a bordo, detalles como la conectividad para dispositivos móviles y el punto de conexión WiFi harán las delicias de los más pequeños. Para los preocupados en la seguridad, debe saberse que hay un despliegue completo de asistentes a la conducción y elementos de seguridad activa que hacen del RS 6 Avant una de las berlinas más seguras del mercado. Al fin y al cabo estamos hablando de un coche familiar.
Un coche familiar capaz de humillar a un superdeportivo
No es una exageración, es la realidad. Bajo esa carrocería de ranchera se esconde una bestia de corazón palpitante y muy mala leche. Cuando hace cuatro años probé el anterior Audi RS 6 Avant pensaba que era imposible superarlo. Sí, tenía sus defectillos, pero en líneas generales era una maravilla de la técnica. Pues bien, cuesta creer que los desarrolladores hayan logrado mejorarlo. Es así, el nuevo RS 6 Avant es mejor que su predecesor. ¿Por qué? Pues voy a contártelo.
La plataforma obra casi todo el milagro. Mecánicamente hablando es prácticamente el mismo coche, pero esa potencia ahora está mejor dirigida gracias a una estructura que sí es capaz de afrontar el altísimo ritmo. El modelo anterior empezaba a sufrir cuando el ritmo se disparaba, el paso por curva no era especialmente fino y no terminaba de transmitir toda la seguridad que debiera un coche que puede circular a más de 250 Km/h. El nuevo, como ya he dicho, va sobrado.
En línea recta corre como alma que se lleva el diablo. Basta con pisar el acelerador un poco más de la cuenta para que el cambio tiptronic de ocho velocidades baje un par de marchas y salga disparado. Como el interior está tan bien aislado uno no se da cuenta del ritmo de circulación hasta que notas que el resto de coches van muy despacio. Es mirar el cuentakilómetros y te das cuenta que no son ellos, eres tú el que casi sin querer va a velocidades muy altas.
La ventaja está en que al llegar a una curva, a no ser que vayas completamente pasado de vueltas, no hay nada que temer. En ese momento todo fluye. La suspensión controla la inclinación de la carrocería, la rápida dirección transmite toda la información requerida, el eje trasero ayuda y el chasis amortigua los cambios de pesos y hace que los neumáticos no tengan más trabajo de la cuenta. Y si por algún casual hay algún problema, roce al freno y los discos carbocerámicos te clavan.
Es una orquesta delicadamente sincronizada. Tanto que te piensas que eres un piloto excelente cuando en realidad es la técnica y los sistemas los que están obrando el milagro. Tomar una carretera de curvas es algo obligatorio con el Audi RS 6 Avant. Siempre vas a escoger la ruta larga y retorcida para ir a tu destino. Otra cosa es que tus pasajeros disfruten tanto como tú del viaje. En esas cuestiones ya no me meto, pero llevar bolsitas para el mareo no estaría de más.
Muchos coches que vemos por ahí solo son capaces de corren en línea recta, incluso deportivos de pura cepa sufren ante un tramo de retorcida carretera, el RS 6 Avant no. Se olvida de su excesivo peso y su gran tamaño para hacértelo pasar como un niño el día de Reyes. Hay varios modos de conducción: Confort, Auto, Dynamic y dos modos RS1 y RS2 que podemos configurar a nuestro gusto para que con solo pulsarlos tengamos la configuración al instante.
Cuando ya no busques más diversión, o tus acompañantes tengan el estómago del revés, basta con activar los modos de circulación más conservadores (mención especial a la falta de modo Efficiency). Al activarlos el RS 6 Avant se convierte en una berlina premium de alto confort y gran calidad de rodadura. La suspensión neumática relaja su comportamiento y en ese momento podrás circular tranquilamente. Ese salto de Mr. Hyde a Doctor Jekyll es lo más notable de esta generación. El anterior siempre iba con el cuchillo entre los dientes. Muy divertido sí, pero no es lo ideal para el día a día.
Cada bancada de cilindros acciona una bomba de combustible de alta presión que trabaja a una presión de hasta 250 bares
Ahora bien, ¿tiene pegas? Pues a mí me cuesta encontrárselas. Pensándolo fríamente pocos inconvenientes se le puede poner. La etiqueta ECO nos permite saltarnos a la torera las cada vez más habituales zonas de bajas emisiones, es espacioso por dentro, está bien acabado, tiene mucha tecnología y encima es cómodo para ir a trabajar y salvaje cuando nosotros queramos. Cuesta encontrar una queja, pero lo voy a hacer.
El sonido. A mi juicio la banda sonora del Audi RS 6 Avant se queda corta, le falta carácter. La anterior generación emitía fuego por sus tubos de escape. En esta el bramido es poderoso, pero no asusta tanto. El problema está en las normativas europeas. Las limitaciones de emisiones obligan a los fabricantes a usar FAP. Estos filtros antipartículas matan la sonoridad de los escapes, y por eso el RS 6 se ha quedado viudo en los petardeos del escape.
Ni siquiera con los escapes deportivos que están en opción, y que montaba la unidad de pruebas, se puede decir que el ruido enamore tanto como el de su predecesor. No se me malinterprete, ojalá todos los coches del mercado sonaran igual, sobre todo cuando se pasa la barrera de las 5.000 rpm. Pero no sé, le falta chicha. Algo que también se puede corregir con un escape aftermarket. Total, ya puestos a gastar.
Porque esa es otra, prepara bien la cartera porque si algo no es el Audi RS 6 Avant es ahorrador. Ya solo en gasolina es capaz de arruinarte sin que te descuides. El consumo varía mucho según la conducción que apliquemos, pero calcula que es imposible bajarlo de los 10 litros a los 100 kilómetros. A nada que el pie derecho se ponga tenso el consumo sube fácilmente de los 15 litros. Eso, sumado a un tanque de 73 litros, nos deja con una autonomía que difícilmente va a superar los 600 kilómetros.
Pero qué son unos pocos euros de vez en cuando. Si puedes permitirte pagar por los servicios del RS 6 Avant creo que podrás pagar la gasolina. El precio de salida del Audi RS 6 Avant es de 140.090 euros. Ahora ponte a sumar detallitos, juguetes, modificaciones técnicas y demás, que si la factura final no supera los 160 mil euros es que algo te has dejado. Si te da por incluirlo absolutamente todo prepara 200 mil euros, como es el caso de la unidad de pruebas. Problemas del primer mundo.
¿Me lo compraba?
Vaya que sí. El RS 6 Avant es uno de esos coches de la lista Euromillones. Es un coche total, un coche que sirve para ir en familia con niños, pareja y equipaje. Un coche cómodo en un uso civilizado y un deportivo salvaje que puede dejar en evidencia a muchos de esos que alardean de cualidades. Su rendimiento es brutal, pero es fácil llevarlo a esos ritmos donde otros se quedan atrás. Audi ha mejorado lo que ya era excelente. Si no te gusta el RS 6 es porque todavía no lo has probado. Así que ya sabes, vete a tu lotera de confianza y empieza a echar a todo lo que haya. La recompensa no está en el dinero, está en lo que te puedes comprar con él. Un Audi RS 6 Avant, por ejemplo.